XIII - Navarra Barroca - Vicente Berdusán y Osorio - Juan Carreño de Miranda - Francisco Rizi de Guevara, pincha aqui
Pamplona (Navarra) - Catedral de Santa María - " "Occidens" de la Catedral de Pamplona, galardonada en Nueva York como la mejor exposición del mundo", pincha aqui
Pamplona (Navarra) (II) - Los tres Burgos y sus iglesias guerreras - La Plaza del Castillo - El Archivo Real, el palacio del Condestable y la Diputación Foral, pincha aqui
El lienzo, firmado y fechado en 1701, representa a la santa extática y también en su tipo como escritora mística ante un bufete vestido con rica tela carmesí. Se trata de una de las escasísimas obras firmadas y fechadas por Carlos Berdusán junto a otro de San Juan Bautista de la misma catedral de Pamplona. En ambos se evidencia cómo Carlos copió el estilo de su padre, Vicente Berdusán, prolongando los esquemas de su taller en los primeros años del siglo XVIII. Carlos Berdusán nació en Tudela en 1668, fue pintor, realizó algunos trabajos para el ayuntamiento de Tudela y contrajo matrimonio con Francisca Labastida en 1697, tras el fallecimiento de su padre. La madre de Carlos y viuda de Vicente Berdusán había donado a su a su hijo los “bosquejos y dibujos de los que quedaron por muerte del dicho Vicente de Berdusan, su padre, propios de su mano y de la de Carreño”. UNA VIRGEN ORANTE DE SASSOFERRATO EN LA SACRISTÍA MAYOR DE LA CATEDRAL DE PAMPLONA Es la sacristía mayor de la catedral de Pamplona uno de los ámbitos artísticos más singulares del templo medieval, un aparatoso y extravagante espacio decorado al gusto del rococó francés importado en España a comienzos del siglo XVIII. Consolas de madera policromada y dorada, cornucopias con forma de riñón con copete y faldón de rocalla y otros muebles otorgan a la sacristía de un singular lenguaje estético más propio de una dependencia palaciega que de una estancia sagrada. Esta paradoja no dejaría indiferentes a viajeros y curiosos del siglo XIX entre los que contamos con dos valiosos testimonios. El primero se debe al académico y pintor Pedro de Madrazo quién así lo describe: No puede darse mayor contraste que el de su puerta con el interior alegre, luminoso, mundano, casi diríamos sibarítico, de una sacristía disfrazada de salón de conciertos o de aristocrático boudoir por la imaginación profana de un decorador del tiempo del señor rey don Carlos III de España. Más escueto pero no por ello menos gráfico abrevia el gran poeta y novelista francés Víctor Hugo: Figuraos un inmenso salón rococó, dorado, historiado, florido, coqueto, perfumado y encantador... Dante está en el claustro; Madame Pompadour en la sacristía. Por otro lado, conviene recordar como los orígenes de la sacristía mayor se remontan a la segunda mitad del siglo XVI. Emplazada en un lugar privilegiado, justo debajo del escudo de don Antonio Zapata, entre el espacio que delimita la inscripción y el arco carpanel, presidiendo la sacristía mayor se encuentra una delicada Virgen orante de gran calidad y refinamiento, que nos induce a pensar que estamos ante una obra autógrafa del pintor italiano Giovanni Battista Salvi, “Il Sassoferrato” (1609-1685). El mundo pictórico ideado por Sassoferrato lleva hasta el extremo ese clasicismo severo defendido por el pintor Andrea Sacchi y seguidores, al reinterpretar los modelos del genial Rafael de Sanzio pero desprovistos de todo artificio decorativo y profano que pueda entorpecer esa visión directa, estática, cuasi-mística, que lo acercan a la tradición bizantina del icono. Giovanni Battista Salvi, más conocido como Il Sassoferrato (Sassoferrato, 1609-Roma, 1685), fue un pintor italiano de época barroca. Su principal aportación a la historia de la pintura fue la creación de un tipo de imagen devocional en la que sintetiza inteligentemente las dos corrientes pictóricas dominantes del Barroco: clasicismo boloñés y tenebrismo. Su repetición sistemática de modelos e iconografías y la gran difusión que alcanzaron muchas de sus obras dificultan la atribución y catalogación de las mismas. Basaburúa Al noroeste de Navarra, a lo largo de un término muy quebrado dominado por montes de mediana altura y surcado por multitud de pequeñas corrientes fluviales, se extiende el Valle de Basaburúa, integrado por un total de once pequeñas localidades además del caserío de Aizaroz. Es Basaburúa territorio de yacimientos prehistóricos y sectores dolménicos, enclave de antiguas ferrerías y fábricas de armas, punto de partida de indianos en busca de fortuna y escenario de célebres batallas. Y ha sido también afortunado y celoso depositario de un conjunto pictórico salido de los pinceles de un discípulo del gran Diego Velázquez: el Apostolado de la parroquia de San Pedro de Arrarás, obra de Francisco Palacios. Fue Francisco Palacios un pintor madrileño nacido en una fecha indeterminada entre 1622 y 1625 que, según nos cuenta Palomino, mostró especial disposición para el género del retrato, pese a que su escasa producción conocida hasta el momento nos lo muestra como un pintor de bodegones y escenas religiosas. San Judas Tadeo. Francisco Palacios (2º tercio siglo XVII) San Pedro. Francisco Palacios (2º tercio siglo XVII) CAPILLA BARBAZANA
EL RETABLO MAYOR DE LA CAPILLA BARBAZANA EN SANTA ISABEL DE MADRID El arcediano de la Cámara don Juan de Ciriza costeó el retablo central de la capilla Barbazana en 1643 y probablemente todo el conjunto de altares, ya que fue un canónigo muy relacionado con la citada capilla a la que donó una lámpara de plata, descubriendo además el panteón que en adelante serviría para capilla funeraria de los canónigos. Arcediano (Canónigo que ejercía jurisdicción bajo las órdenes de un obispo en una parte de la diócesis. "en los siglos XIII al XV, el arcediano actuaba como juez") El retablo desapareció de la catedral en las obras llevadas a cabo a comienzos de la década de los cuarenta de la pasada centuria. De Navarra viajó a Madrid para presidir el templo de Santa Isabel la Real de Madrid, de las Agustinas Recoletas, momento en el cual sufrió algunas modificaciones y sobre todo un cambio en su iconografía del cuerpo principal y de su ático. Los otros dos retablos de la Barbazana corrieron mejor suerte que el anterior y se conservan en el interior de la catedral, dedicados a San Agustín y al pequeño retablo de reliquias que regaló el obispo Sandoval. El arquitecto que dirigía la reconstrucción de la iglesia de Santa Isabel de Madrid y la restauración de la catedral de Pamplona don José Yárnoz Larrosa pudo ser la persona que mediase entre el cabildo pamplonés y la comunidad de Madrid para realizar el traslado. La capilla de la Barbazana de la catedral de Pamplona atesoró en tiempos pasados una rica colección de cuadros y retablos que se colocaron con la intención de revalorizar el interior de la capilla gótica Retablo mayor del convento de Santa Isabel de Madrid, procedente de la capilla Barbazana de la catedral de Pamplona La iconografía del retablo se centraba en los últimos tiempos en el Cristo de Juan de Anchieta y la Dolorosa del ático a que se refería el contrato, que es una versión de la Virgen de la Paloma de Madrid, popularizada a través de la estampa devocional. José Yarnoz Larrosaa (Pamplona, 1884 - Madrid, 26 de diciembre de 1966) fue un arquitecto español. Catedral de Pamplona, baldaquino (1946) -- El presbiterio ocupa ahora la parte central del crucero y preside, bajo un baldaquino gótico diseñado por José Yárnoz (1946), la imagen de Santa María la Real. Ante la imagen de Santa María Real se coronaban y prestaban juramento los Reyes de Navarra. Es una talla de madera, románica del siglo XII, chapeada de plata en esa misma época. Desde 1923 trabajó con su hermano Javier, también arquitecto, en la restauración del Palacio Real de Olite En 1929 se les asignó la ampliación del Palacio de Navarra en Pamplona. También realizó diversas sucursales del Banco de España La Institución Príncipe de Viana le nombró responsable del Servicio de Monumentos, dirigiendo las restauraciones de las catedrales de Pamplona y Tudela, de los monasterios de Leyre, Irache e Iranzu y de iglesias como Eunate o Torres del Río. En 1942 realizó el Monumento a los Caídos en Pamplona, junto a Víctor Eusa. También realizó la Iglesia de San Miguel de la capital Navarra. Pintura barroca en Navarra venida de fuera
Una de sus pinturas se encuentra en la capilla de los Escudero en el Carmen de Corella. Se trata de una gran cuadro de altar que llegó hacia 1639. El tema es una de las visiones de la Santa. |
Fuente: Ricardo Fernández Gracia - Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
MARTIRIO DE SAN FERMÍN, DE JOSÉ JIMÉNEZ DONOSO - (CASA CONSISTORIAL DE PAMPLONA)
En la planta noble de la Casa Consistorial de Pamplona se conserva el Martirio de San Fermín, óleo sobre lienzo, obra del pintor madrileño José Jiménez Donoso, adquirido por el Ayuntamiento en 1960.
José Jiménez Donoso fue un destacado pintor y arquitecto barroco de la escuela madrileña, activo en la segunda mitad del siglo XVII.
Uno de los mejores ejemplos del ilusionismo decorativo del momento lo constituye la decoración pictórica, al fresco y al temple, de la capilla del Milagro, en el Monasterio de las Descalzas Reales (1678): aunque en su mayor parte fue acometida por Francisco Ricci, hubo de contar con diferentes colaboradores, entre los que se incluye Donoso.
El Martirio de San Fermín
Sobre un lienzo de notables proporciones (230 x 138 cm.) Donoso compone de manera espléndida la escena de la ejecución del Santo, que tiene lugar sobre un patíbulo arquitectónico cuyo despiece de sillares marmóreos se aprecia. La plataforma es exenta, pues deja ver sendas parejas de espectadores, situados detrás y delante.
Decapitacion de San Fermín. Catedral de Amiens, trasaltar (1490-1530) |
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