La Marca de Toscana hacia el año 1000 La marca (o margraviato) de Toscana, o Tuscia, fue una marca fronteriza situada en la Italia central, dentro del Reino de Italia carolingio, y limitaba con los Estados Pontificios por el sur y el este, por el oeste con el mar de Liguria y con el resto del reino de Italia por el norte. Fue una creación carolingia, sucesora del ducado de Tuscia lombardo. La marca misma estaba compuesta por una colección de condados, principalmente a lo largo del río Arno, centrada alrededor del condado de Lucca, que fue denominado en algunas ocasiones como ducado. |
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El margrave Hugo eligió Florencia como su residencia en lugar de Lucca alrededor del año 1000. Esto inició la Edad de Oro del arte florentino. En 1013 se empezó la construcción de la Basílica de San Miniato al Monte. El exterior del Baptisterio fue revisado en estilo románico entre 1059 y 1128.
En el siglo XII comenzó el periodo comunal y surgieron los primeros y potentes gremios del gótico, de la escuela de Giotto y de la escuela internacional, de Boccaccio y de su Decamerón.
El Decamerón, subtitulado Príncipe Galeoto (Prencipe Galeotto en italiano antiguo) es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, escritos por Giovanni Boccaccio entre 1351 y 1353. Desarrolla tres temas principales: el amor, la inteligencia humana y la fortuna. Los diversos cuentos de amor en el Decamerón van de lo erótico a lo trágico. Son relatos de ingenio, bromas y lecciones vitales.
Para engarzar las cien historias, el libro está construido como una narración enmarcada. La obra comienza con una descripción de la peste bubónica (la epidemia de peste negra que golpeó a Florencia en 1348), lo que da motivo a que un grupo de diez jóvenes (siete mujeres y tres hombres) que huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Probablemente, Boccaccio concibió el Decamerón después de la epidemia de 1348, y lo terminó en 1353.
Federico I de Hohenstaufen, llamado Barbarroja por el color de su barba; (cerca de Ravensburg, 1122-Río Saleph, 10 de junio de 1190) fue desde 1147 duque de Suabia con el nombre de Federico III, desde 1152 rey de los Romanos y a partir de 1155 emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
El reinado de Barbarroja representó el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico, el primero que le dio ese nombre. Fue responsable de afianzar el poder imperial tanto dentro de Alemania como en el norte de Italia, cuyas ciudades-estado se habían hecho independientes de facto. También fue quien introdujo un cuerpo legislativo unificado, acudiendo de nuevo al derecho romano.
En este mismo siglo la ciudad se hundió en una disputa interna entre los Gibelinos, que apoyaban al emperador germano, y los Güelfos, pro papales. Estos últimos triunfaron y se dividieron en dos facciones feudales, los Blancos y los Negros, liderados respectivamente por Vieri de' Cerchi y Corso Donati. Estas luchas finalmente llevaron al exilio a los Güelfos Blancos, entre los que se encontraba Dante Alighieri. Esta disputa interna fue documentada más tarde por Dino Compagni, un Güelfo Blanco, en sus Crónicas de Florencia.
Este conflicto político no impidió que la ciudad se convirtiera en una de las ciudades más poderosas y prósperas de Europa, con su propia moneda de oro. El fiorino d'oro de la república de Florencia, o florín, que se introdujo en 1252, fue la primera moneda de oro europea en cantidades suficientes para tener un papel comercial significativo desde el siglo VII. Muchos de los bancos florentinos tenían sucursales a lo largo de Europa, y el florín se convirtió rápidamente en la moneda de comercio dominante en Europa occidental. Este periodo también vio el declive de la anteriormente poderosa Pisa, que fue derrotada por Génova en 1284 y subyugada a Florencia en 1406. El poder cambió de la aristocracia a la elite mercantil, siguiendo un movimiento anti aristocrático liderado por Giano della Bella, que tuvo como resultado una serie de leyes llamadas Ordenanzas de Justicia (1293).
Renacimiento
De una población estimada de 80 000 habitantes antes de la epidemia de Peste Negra de 1348, se dice que alrededor de 25 000 se dedicaban a la industria de la lana en la ciudad: en 1345 Florencia fue el escenario de un intento de huelga de los cardadores (ciompi), quienes en 1378 iniciaron una breve revuelta contra la oligarquía, la llamada la Revuelta de los Ciompi. Después de su supresión, Florencia estuvo bajo el dominio de la familia Albizzi (1382-1434), grandes rivales de los Médici. Cosimo de Médici fue el primer miembro de la Familia Médici en controlar la ciudad entre bastidores. Aunque la ciudad era técnicamente una especie de democracia, su poder venía de una larga red de patrocinio además de su nueva alianza con los inmigrantes, la gente nuova. El hecho de que los Médici eran banqueros del Papa también contribuyó a su ascenso. Cosimo fue sucedido por su hijo Piero, que fue sucedido poco después por el nieto de Cosimo, Lorenzo, en 1469. Lorenzo de Médici fue un gran patrón de las artes, encargando trabajos a Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y Botticelli. Lorenzo también fue un talentoso músico y trajo a Florencia a algunos de los compositores y cantantes más famosos del momento, como Alexander Agricola, Johannes Ghiselin, y Heinrich Isaac.
Tras la muerte de Lorenzo en 1492, le sucedió su hijo Piero II. Cuando el rey francés Carlos VIII invade el norte de Italia, Piero II elige resistir; pero cuando se da cuenta del tamaño de la armada francesa a las puertas de Pisa, tiene que aceptar las humillantes condiciones del rey francés. Esto hace que los florentinos se rebelen y expulsen a Piero II. Con su exilio en 1494, el primer periodo del gobierno Medici termina con la restauración de un gobierno republicano.
Durante este periodo el monje dominico Girolamo Savonarola se convierte en prior del monasterio de San Marco en 1490. Fue famoso por sus sermones: reconoció en el exilio de los Medici el trabajo de Dios, que les castigaba así por su decadencia. Aprovechó la oportunidad para hacer reformas políticas que llevaran a un gobierno más democrático. Su obsesiva persecución de la extendida sodomía y otros placeres mundanos influyeron y presagiaron la mayoría de las controversias religiosas de los siglos siguientes. Pero cuando Savonarola acusó públicamente al Papa Alejandro VI de corrupción, se le prohibió que hablara en público, pero desobedeció y fue excomulgado. Los florentinos, cansados de sus enseñanzas radicales, se volvieron contra él y lo arrestaron. Fue declarado hereje y quemado en la hoguera en la Piazza della Signoria el 23 de mayo de 1498.
Girolamo Savonarola siendo quemado en la hoguera en 1498. |
Otra personalidad inusual fue Nicolás Maquiavelo, cuyos consejos para la regeneración de Florencia bajo un liderazgo fuerte han sido con frecuencia vistos como la legitimación de la conveniencia política e incluso del abuso de autoridad. Maquiavelo, bajo encargo de los Medici, escribió las Historias florentinas, la historia de la ciudad. Florencia destierra a los Medici por segunda vez y restablece la república el 16 de mayo de 1527.
De nuevo restaurados con el apoyo del Emperador y del Papa, los Medici se convierten en 1537 duques hereditarios de Florencia, y en 1569 Grandes Duques de Toscana, gobernando por dos siglos. En toda la Toscana, solo la República de Lucca (más tarde un ducado) y el Principado de Piombino eran independientes de Florencia.
Florencia y el Renacimiento
La oleada de investigación artística, literaria y científica que tuvo lugar en Florencia en los siglos XIV al XVI fue propiciada por la preocupación por el dinero, la banca y el comercio y con el despliegue de riqueza y ocio. Con el dinero ganado, los Medici, banqueros muy ricos, patrocinaron a diferentes artistas como Miguel Ángel.
Además, la crisis de la Iglesia Católica (especialmente la controversia sobre el papado francés de Aviñón y el Gran Cisma), unida a los efectos catastróficos de la Peste Negra, llevaron a una revaluación de los valores medievales, dando como resultado el desarrollo de una cultura humanista, estimulada por los trabajos de Petrarca y Boccaccio. Estos hechos propiciaron una revisión y estudio de la antigüedad clásica, de la que surgió el Renacimiento. Florencia se benefició material y culturalmente de sus intercambios marítimos en conciencia social.
La extinción de la línea Medici y la ascensión en 1737 de Francis Stephen, duque de Lorena y marido de María Teresa de Austria, condujo a una temporal inclusión de la Toscana en los territorios de la corona austríaca. Se convirtió en una segundogenitura (derecho del segundogénito) de la dinastía Habsburgo-Lorena, que fue depuesta por los Borbón-Parma en 1801 (a su vez depuestos en 1807), y restaurados en el Congreso de Viena; la Toscana se convirtió en una provincia del Reino de Italia en 1861.
Florencia sustituyó a Turín como capital de Italia en 1865, estableciendo el primer parlamento del país, que fue suplantado por Roma seis años más tarde, después de que la retirada de las tropas francesas hiciera posible el reinado.
Después de duplicarse durante el siglo XIX, la población de Florencia se triplicó en el siglo XX con el aumento del turismo, comercio, servicios financieros e industria. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad sufrió la ocupación alemana durante un año (1943-1944) y fue declarada ciudad abierta.
Tuvo un papel muy importante durante esos años el famoso café de Florencia Le Giubbe Rosse desde su fundación hasta hoy.
El 4 de noviembre de 1966, como consecuencia de las lluvias torrenciales, la ciudad sufrió la más fuerte riada de su historia cuando el Arno alcanzó 4.500 m³/s, anegando el casco histórico. En algunos puntos como la Piazza di Santa Croce el agua superó los 5 m de altura. Los daños en el patrimonio histórico (Ponte Vecchio, Duomo, Signoria) fueron cuantiosos. No hubo advertencia de las autoridades, que sabían que la inundación se produciría, excepto por una llamada a los joyeros del Ponte Vecchio. En toda la ciudad hay pequeñas placas en los muros indicando el nivel máximo que alcanzó el agua.
Entre 1968 y 1985 tuvieron lugar una serie de asesinatos perpetrados por el Monstruo de Florencia (en italiano Mostro di Firenze). Dieciséis personas fallecieron por un asesino que a día de hoy no se ha averiguado quién fue.
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