sábado, 4 de marzo de 2023

X - La Ruta de la Seda - La dinastía Han - Harún al-Rashid - El HOMBRE DE YINGPAN - El reino de Khotan - El Imperio bizantino - La seda de Granada - Justiniano I - El territorio del Imperio persa sasánida - El Imperio aqueménida

IX - La Ruta de la Seda - (II)  Ptolomeo VIII Evérgetes II​ - Julio César y Cleopatra - El camello bactriano - Historia de la seda - Xi Lingshi, descubridora de la seda de gusanos, pincha aqui

XXV - Grandes Hitos de la Arquitectura Universal (II) -  Justiniano I el Grande - Teodora - Belisario - Narsés  - Tras las huellas de Santa Sofía - Iglesia de Santa Irene, de los Santos Apóstoles y de los Santos Sergio y Baco, pincha aqui

Los objetos de seda eran un símbolo de estatus y distinción apreciado en todo el mundo. Algunas religiones consideraban a la seda algo sagrado, como el budismo, cuyos montes pedían que las oraciones por los difuntos se les pagaran en seda.

La dinastía HAN (2020 a.C - 220 d.C) pagaba miles de kilos de seda como tributo a los estados vecinos para mantener buenas relaciones con ellos.

La dinastía Han fue la segunda dinastía imperial china. Duró desde el año 206 a. C. hasta el 220 d. C. El periodo Han es considerado como una edad dorada en la historia china, y dejó un legado cultural que aún prevalece. La dinastía dio nombre al grupo étnico mayoritario de China, la etnia Han.

El año 809, a su muerte, el califa HARUN AL-RASHID dejó armas, joyas y perfumes, pero también vestidos, alfombras, cojines y cortinas de seda.

Harún al-Rashid (Rayy, Persia, 17 de marzo de ca. 763 o febrero de 766 – Jorasán, 24 de marzo de 809; aproximadamente AH 148 –193)​ fue el quinto y más famoso califa de la dinastía abasí de Bagdad. Gobernó durante 23 años, desde el 14 de septiembre de 786 hasta su muerte.

En su reinado el califato abasí llegó a la cumbre de su poderío, un período de excepcional esplendor cultural, científico y económico. Por otra parte, fue muy radical en sus concepciones religiosas acerca del islam. Se le considera uno de los más grandes gobernantes musulmanes.

"Los Seres (chinos) son famosos por la sustancia que obtienen de sus árboles. Después de sumergirlas en agua, peinan la sustancia blanca de las hojas. Así de considerable es la mano de obra empleada, así de lejana es la región del globo, para permitir a una muchacha romana lucir tejidos transparentes en público"

Plinio N.H. 23, 79.

"Puedo ver vestidos hechos de seda, si materiales que no esconden el cuerpo y tampoco la decencia de uno pueden ser considerados vestidos. Incontables sirvientas trabajan para que una adúltera pueda exhibirse en su ligero vestido, de modo que el marido no tenga más conocimiento del cuerpo de su esposa que cualquier desconocido"

Séneca, Declamaciones

La dinastía Tang  fue una dinastía imperial de China que gobernó desde 618 hasta 907, con un interregno entre 690 y 705. Fue precedida por la dinastía Sui y seguida por el período de las Cinco Dinastías y los Diez Reinos en la historia china. Los historiadores generalmente consideran al Tang como un punto culminante de la civilización china y una época dorada de la cultura cosmopolita.​ El territorio Tang, adquirido a través de las campañas militares de sus primeros gobernantes, rivalizaba con el de la dinastía Han. La capital Tang en Chang'an (actual Xi'an) era la ciudad más poblada del mundo en su día.

Para la época de la dinastía Tang, entre los siglos VIII y IX, una séptima parte de los ingresos del estado chino provenía de la seda. De la afición por el tejido nos da buena cuenta, por ejemplo, la lista de las posesiones del califa abasí Harun al-Rashid que, a su muerte en el año 809, no sólo dejó armas, joyas y perfumes, sino también enormes cantidades de trajes, cortinas, cojines y alfombras de seda. Además, algunas de las religiones extendidas por el Imperio del Centro, como el Budismo, incorporaron la seda a sus rituales (los montes budistas se comprometían a realizar oraciones necesarias para garantizar el renacimiento del difunto a cambio de donaciones de seda, y se creía que el hilo de la seda proporcionaba un enlace simbólico, ente esta vida y el renacimiento), lo que aumentaba enormemente la demanda del producto. El negocio era tan lucrativo que los chinos habían introducido en él importantes novedades técnicas,  como el uso de avanzados telares en su manufactura, y habían tratado de adoptar parte de su producción a los gustos occidentales o de Asia Central. Las telas de seda exportadas al Mediterráneo incluían rostros occidentales y figuras mitológicas (como centauros) adaptadas al gusto de los compradores, mientras que, a partir del siglo XIII, hubo una auténtica explosión de la seda bordada en oro, muy solicitada por los mongoles.

Lo cierto es que el misterio de cómo devanar los codiciados filamentos del capullo del gusano de seda (Bombix mori) no debió de desvelarse en Chinaantes del siglo IV a.C. El capullo se pone primero en agua caliente para matar la crisálida, después se devanan los hilos para unir las fibras en madejas más gruesas y, por último, es imprescindible desgomar, esto es, librar a la seda de una especie de sustancia gomosa que recubre la seda cruda. Una vez llevados a cabo estos pasos, se obtiene una variedad de telas que abarca la seda, la gasa, el damasco y el brocado según se emplearan hilos coloreados de distinto modo, o se imprimiera o se bordara una vez terminado el proceso.

Con este tejido los chinos podían llegar a fabricar hilos de hasta un kilómetro que permitían tejar una tela inigualable por sus propiedades. Podía convertirse en una bola al aplicar presión, pero al liberarla fluía y se presentaba de nuevo sin arruga o huella alguna de pliegue. Los tejidos fabricados de seda eran ligeros (9 km. de hilo pueden pesar unos 3 gramos), ofrecían una protección excelente ante los elementos y eran sorprendentemente resistentes a pesar de su delicada apariencia. 

A veces los chinos adaptaban la producción a los gustos de los compradores, con motivos mitológico en el caso de clientes grecorromanos, o con bordados de oro para los compradores mongoles,. El HOMBRE DE YINGPAN, hallado en una tumba del Tarim ss. IV-V d.C viste una túnica decorada con motivos de claro gusto romano.



No es de extrañar que los chinos hubieran guardado celosamente el arte de cómo devanar los filamentos del capullo y cómo obtener el preciado tejido. Éste era secreto de estado.

El modo en el que el conocimiento de la obtención de la seda salió finalmente fuera de China, generó una célebre leyenda, la historia de la princesa que, obligada a casarse con un soberano extranjero del reino de Khotan (entonces en la periferia de la China imperial), llevó, escondidos en su cabello, unos pocos capullos. Poco después, fundó el primer monasterio budista del reino, que se convirtió en un centro de producción de seda.

Sea la historia cierta o o, lo cierto es que la verdadera dificultad no radicaba tanto en el conocimiento de la biología del gusano de seda, sino en el complejo y delicado proceso de obtención del tejido. 



Panel votivo, alrededor de 500-700 EC, Museo Británico. Panel votivo rectangular que ilustra la leyenda de la introducción de la sericultura en las regiones de Khotan. La figura central es una princesa china que pasó de contrabando semillas de morera y huevos de polilla de seda, escondiéndolos en su cabeza.

Procedente de un santuario budista en Khotan, en Asia Central, y con solo 12 centímetros de alto y 46 centímetros de ancho, el panel votivo encaja en una historia más grande, una historia que rivaliza con el típico cuento de Disney. Khotan, un antiguo reino en China, tenía un embargo sobre la importación de bienes. Sin embargo, la princesa china vio una forma de evitar esto. Ella pasó de contrabando semillas de morera y huevos de la polilla de seda, escondiéndolos en su tocado. Al llegar a la frontera, los funcionarios no revisaron el tocado de la princesa, por lo que, como se ve en el panel votivo, sostiene los capullos de las polillas de seda en una canasta, orgullosa de su audaz hazaña.

Adquirido por el Museo Británico en 1907, el panel votivo ha viajado bastante por todo el mundo. 

El reino de Khotan, se encontraba en torno a un oasis y era célebre por sus producciones de seda, su cerámina y su jade. Fue un antiguo reino budista ubicado en la ruta de la seda, en el tramo que corría a lo largo del borde sur del desierto de Taklamakán en la cuenca del Tarim. La zona se encuentra en lo que actualmente es Sinkiang, China.

Lo cierto es que la producción de seda llegó a Asia Central ya en los siglos II y III d.C. y a Persia en el III d.C. Los bizantinos empezaron a producir su propia seda en el VI, durante el reinado de Justiniano, y mantuvieron el monopolio en Europa durante 300 años. Finalmente, los musulmanes introdujeron la producción  de seda en Europa Occidental en Al-Ándalus en el siglo VIII.

El Imperio bizantino estaba constituido por todos los territorios orientales que pertenecían al Imperio romano. Fue creado en el año 395, cuando se separaron definitivamente los territorios occidentales y orientales. Su auge y caída marcan el inicio y el fin de la Era Medieval.
Durante el mandato del emperador Justiniano (527 a.C), el Imperio bizantino ocupaba partes de lo que hoy es África, Egipto, España, Italia, Turquía, Croacia, Asia Menor y otros territorios.

El Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino surgió como una solución política y administrativa para mantener el control de los territorios conquistados por los romanos.

El plan inicial era dividir el Imperio romano en dos: occidental y oriental, cada uno con sus respectivos emperadores y vice emperadores para facilitar la toma de decisiones, aunque debían responder al poder central en Roma.
Sin embargo, las pugnas internas impidieron que el plan se consolidara, hasta que el emperador Constantino logró unir al imperio oriental y occidental nuevamente en el año 330. Este designó a la ciudad de Bizancio (posteriormente conocida como Constantinopla) como la nueva capital del imperio. De allí que siglos después, los historiadores llamaran al imperio romano oriental, el “imperio bizantino”.

Al mandato de Constantino le siguió el de Teodosio I, quien nombró a sus dos hijos Honorio y Arcadio herederos de los imperios occidental y oriental, respectivamente. Esta decisión, lejos de mantener la unidad que había establecido Constantino, generó la separación definitiva de ambos territorios en el año 395 y el inicio del Imperio romano oriental como una entidad independiente.
Sin embargo, los siguientes emperadores intentaron mantener bien las relaciones con el imperio occidental. En los casos más ambiciosos, incluso buscaron recuperar el dominio de antaño del Imperio romano, cuya parte occidental ya estaba en decadencia.

Fue el emperador Justiniano, en el año 527, quien a través de la invasión de territorios africanos y europeos y sus reformas jurídicas y tributarias, devolvió al Imperio romano oriental el poder de épocas pasadas.

Hasta 552 no recibirá el emperador bizantino Justiniano los primeros huevos de gusanos de seda, que dos monjes persas habían traído desde China, ocultos en sus bastones de bambú. Bajo su protección los huevos se convierten primero en gusano y luego en capullos. La Iglesia bizantina y el Estado crean en ese momento fábricas imperiales con el objetivo de desarrollar una industria de la seda en el Imperio romano de Oriente, siguiendo las técnicas sasánidas.

Por esa misma época, también los persas aprenden a dominar el arte de la fabricación de la seda. Invadidos por los árabes en el siglo VII, les transmiten su secreto, que se extiende con el Islam por África y por otras orillas del Mediterráneo, como España o Sicilia, aunque en estas zonas no se desarrolla una industria importante.

La seda de Granada

El desarrollo de la sericultura en la Granada nazarí supuso un gran auge económico y por ende social; hasta la ciudad llegaban mercaderes de distintas latitudes para adquirir la preciada seda granadina, que además del intercambio comercial también propiciaron una fructífera  transmisión cultural.

DAR AL-TIRAZ (Casa del Tiráz) en la Córdoba Omeya. La llegada al poder de los Omeyas trajo consigo una importante renovación de los gustos y modas en la corte.
La floreciente ciudad hispana se lleno de artesanos sirios, herederos de la tradición  sericola china, estableciendo talleres dedicados a la confección de los más refinados tejidos a imagen de los realizados en Bagdad y Egipto. Tiráz era el nombre por el que fueron conocidos. Según la enciclopedia islámica Tiraz es una palabra de origen persa que significa “bordado”.
(Bómbix Mori) fue traído por tribus sirias provenientes de la inmigración de Balg (para responder a la sublevación bereber de Zaragoza) asentados en la Bética, que permitieron que la industria de la sericultura se perpetuara en la Península Ibérica hasta mediados del siglo XX. Capitales como Jaén, Córdoba, Granada, Almería, Murcia, Valencia… Serian conocidas a lo largo del Mediterráneo como cecas de una Ruta de la Seda que discurría en sentido contrario, de Occidente a Oriente. Paños, tapices, túnicas, mantos y mil manufacturas eran codiciadas por reyes y señores feudales europeos; solo hay que buscar en las colecciones de museos franceses e italianos.

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Retrato en mosaico de Justiniano I/Imagen: Petar Milosevic en Wikimedia Commons

Las dificultades por las que pasó el Imperio Romano, con la caída del de Occidente en el año 476 supuso el final de la demanda, al menos de manera importante. Aún sobrevivía el Imperio Romano de Oriente pero el comercio de la seda, ya entorpecido por el obstáculo que supuso la aparición del Imperio Sasánida, llevó a los bizantinos a intentar abrir rutas alternativas que evitaran cruzar por territorio persa.

Fue Justiniano I quien creó una nueva que enlazaba con la Sogdiana, región ubicada al sureste del Mar de Aral, entre Samarcanda y Bactriana, donde se había situado una considerable producción de seda. Desde allí empezaban dos rutas, una septentrional que pasaba por Crimea y otra meridional que lo hacía por Etiopía. Sin embargo no dieron el resultado esperado y la importación de seda a Constantinopla continuó siendo escasa y, por tanto, cara. Todo cambió en el año 551 gracias a la astucia de dos monjes.


Los imperios rivales sasánida y bizantino hacia el año 600
El Imperio sasánida, oficialmente Imperio de los Iranios (persa medio​), fue el segundo Imperio persa y el cuarto y último Estado iraní previo a la Conquista musulmana.
El territorio del Imperio persa sasánida comprendía los actuales países de Irán, Irak, Azerbaiyán, Armenia, Afganistán y partes del este de Turquía y Siria, además de parte de Pakistán, el Cáucaso, Asia Central y Arabia. Además, durante el gobierno de Cosroes II (r. 590-628), se anexionaron al imperio los territorios de los actuales Egipto, Jordania, Líbano y Palestina, llegando a ejercer un "protectorado" sobre territorios actualmente correspondientes a Omán y Yemen, así casi alcanzando la extensión Imperio persa aqueménida.
Los sasánidas establecieron su imperio cubriendo aproximadamente el mismo territorio de los aqueménidas, con capital en Ctesifonte, en la provincia de Khvarvaran.
Decadencia y caída (622-651)
La abrupta caída del Imperio sasánida se completó en un periodo de cinco años, y la mayor parte de su territorio fue absorbido en el califato islámico de los omeyas. 
  • Grandes productores de seda
  • Justiniano enemigo de los sasánidas (Le cobraban muchos aranceles)
  • IV d.C : Disputas religiosas, herejías, concilios
  • Los cristianos herejes expulsados por los bizantinos eran bien recibidos por los sasánidas.
  • El nestorianismo  es una doctrina religiosa dentro del cristianismo que considera a Cristo radicalmente separado en dos naturalezas, una humana y una divina, completas ambas de modo tal que conforman dos entes independientes, dos personas unidas en Cristo, que es Dios y hombre al mismo tiempo, pero formado de dos personas (prosopōn) distintas. El nestorianismo fue desterrado del Imperio romano, y la diáspora nestoriana encontró refugio en el Imperio sasánida. Gran parte de los habitantes del imperio persa (en especial en Irak) y los Lajmidas abrazaron esta denominación cristiana conocida en el Imperio romano con el adjetivo de «nestorianismo».
     Imperio aqueménida. El mundo hacia el 500 a. C.

El Imperio aqueménida ("El Imperio"​) es el nombre dado al primer y más extenso de los imperios de los persas,​ el cual se extendió por los territorios de los actuales estados de Irán, Irak, Turkmenistán, Afganistán, Uzbekistán, Turquía, Rusia, Chipre, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Grecia y Egipto. El imperio fue fundado por Ciro el Grande tras independizar Persia y conquistar Media en el año 550 a. C.4​ y alcanzó su máximo apogeo durante el reinado de Darío el Grande (r. 522-486 a. C.), cuando llegó a abarcar parte de los territorios de Libia, Bulgaria y Pakistán, así como ciertas áreas del Cáucaso, Sudán y Asia Central. Las grandes conquistas hicieron de Persia el imperio más grande en extensión hasta entonces,​ lo que la convirtió en quizás la primera superpotencia del mundo. Su existencia terminó en el año 330 a. C. cuando el último rey aqueménida, Darío III, fue vencido por el conquistador macedonio Alejandro Magno.

Junto a la seda los chinos exportaban otros artículos de lujo muy apreciados en Asia y Europa como el jade y la laca, así como pieles, cerámica, objetos de metal e invenciones chinas como la pólvora o el papel. Parece que los chinos conocían la laca desde época neolítica, y que comenzó a popularizarse en el siglo V a.C., apareciendo ya de forma significativa en los restos arqueológicos chinos a finales del 1º milenio a.C. 
En un principio este curioso materal se había usado sobre todo en recipientes, para hacerlos impermeables, pero a partir de comienzos del 1º milenio d.C, la encontramos ya cubriendo una enorme cantidad de objetos, desde cajas a instrumentos musicales, pasandopor ataúdes, armas, carros o incluso barcos. Los chinos obtenían su laca de la savia de un árbol, el rhus verniciflua, y en principio la usaban simplemente como barniz pintándola en negro y rojo con sencillos motivos geométricos. A partir del siglo XIV comenzaron a usarla en incrustciones o realizando relieves


Rhus verniciflua, llamado comúnmente árbol de la laca es una especie del género Toxicodendron (antes Rhus) que crece en el este de Asia, en regiones de China, Corea y Japón. Los árboles son cultivados y sangrados de junio a noviembre para extraer su savia tóxica, tradicionalmente usada para lacar de forma muy duradera múltiples objetos decorativos en China, Corea y Japón. Se han encontrado en Japón objetos tratados con esta técnica datados hace 9000 años, pertenecientes al período Jōmon.

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Ptolomeo VIII Evérgetes II(182 a. C.–26 de junio de 116 a. C.), apodado Fiscón (barrigón) por su obesidad, fue faraón de la dinastía ptolemaica de Egipto en 170-163 a. C. y 145-116 a. C.

Descubrieron por un naufrago que llegó hasta la costa del mar Rojo, un camino que les llevó hasta la India, desde entonces surgió una pequeña ruta de la seda.

Augusto (Roma, 23 de septiembre de 63 a. C.-Nola, 19 de agosto de 14 d. C.) fue el primer emperador romano. Gobernó desde el año 27 a. C. hasta su muerte en el 14 d. C.,tras un prolongado reinado de cuatro décadas.

Nacido bajo el nombre de Cayo Octavio (Gaius Octavius), fue adoptado por su tío abuelo Julio César en su testamento del año 44 a. C. En 27 a. C. el Senado concedió a Octavio usar el cognomen de «Augusto», y por consiguiente se convirtió en Emperador César Augusto

Antonio y Cleopatra, por Lawrence Alma-Tadema

Para entonces Roma se encontraba dividida entre Oriente y Occidente; en el primero, Marco Antonio se ocupaba de la reorganización de Egipto mientras que, en Occidente, Octaviano estaba enfocado en apoyar las actividades agrícolas e integrar al mismo tiempo las provincias romanas en esta región.

Tras la batalla de Accio y la derrota de Antonio y Cleopatra, Octavio se hallaba en condiciones de gobernar por sí solo la República íntegra en virtud de un principado no oficial.



Julio César y Cleopatra

Cuando Julio César y Cleopatra se conocieron, en el 48 a.C., él tenía 52 años y ella solo 20. A  pesar de su juventud, la reina sobresalía ya por su gran inteligencia, astucia, sofisticación y formación de tradición griega.

El inicio de su relación se produjo en el contexto de una doble guerra civil: la romana entre Julio César y Pompeyo Magno y la egipcia entre Cleopatra VII y su hermano Ptolomeo XIII

En otoño del 46 a.C., Cleopatra, su familia y parte de la corte egipcia se trasladaron a vivir a Roma, a una de las villas que César poseía en la orilla exterior del río Tíber. Allí se quedarían más de un año, hasta el asesinato de Julio César en marzo del 44 a.C. 

Cesarión

Parece no haber duda respecto a que su madre fue Cleopatra VII, última reina de Egipto. Respecto de la atribuida paternidad de Julio César, no se puede asegurar con certeza. Algunas fuentes antiguas parecen señalar que César era efectivamente su padre.

En el año 41 a. C. Cleopatra se alió con Marco Antonio para conseguir su apoyo.

El año 30 a. C. Octavio invadió Egipto, decidido a asesinar a Cesarión. Cleopatra intentó proteger a su hijo enviándolo al puerto de Berenice, en el mar Rojo, para que viajase a la India.​ Poco después de la muerte de Cleopatra, Cesarión, por consejo de su tutor, quien creía que era mejor confiar en Octavio, regresó a Alejandría, donde fue asesinado.

Curiosidades:

Egipto extrae del Mediterráneo parte del palacio de Cleopatra

El Museo Submarino de Alejandría será el primero de su tipo en el mundo y mostrará los restos arqueológicos que se encuentran enterrados bajo el mar sin la necesidad de trasladarlos

Un equipo de arqueólogos de Egipto sacó de las profundidades del Mar Mediterráneo una torre de granito del templo de la diosa Isis hallado junto al mausoleo de Cleopatra.


El camello bactriano es un gran ungulado doméstico nativo de las estepas de Asia Central. Tiene dos gibas en la espalda, tal y como sucede con el camello salvaje  en contraste con el dromedario  que cuenta con una sola giba. Su población de dos millones existe únicamente en la forma domesticada. Su nombre proviene de la antigua región histórica de Bactria.
El camello no sólo resultaba útil por su capacidad para resistir hasta dos semanas sin beber agua (o por poder beber rápidamente hasta 100 li. para reponerse). Su pelaje y su constitución le permiten adaptarse muy bien a las temperaturas extremas, al tiempo que las patas, anchas y almohadilladas, impiden que el animal se hunda en las dunas y las pestañas y los ollares de la nariz lo protegen de las tormentas de arena. Además, el camello ofrecía una capacidad de carga y una velocidad bastante aceptables: hasta 250 kg y unos 30 km. al día. 

El Indo es un río asiático que discurre por el subcontinente indio, uno de los más largos del continente, el más importante de Pakistán y de los principales de la India (y que también recorre en su curso alto China).


En cualquier caso, a pesar de todas estas precauciones, era imprescindible asegurar un mínimo abastecimiento de agua a lo largo de la ruta. La Ruta de la Seda no seguía una red de ríos y canales, y los dos únicos ríos caudalosos que acompañaban su recorrido eran el Indo, en el ramal que iba desde Asia Central hasta la India, y el Tarim, bordeando el desierto de Takamakan. En el resto del recorrido, los caravasares y las ciudades se abastecían con frecuencia de manantiales subterráneos, cuya agua desplazaban a través de una red de qanats, acueductos subterráneos.


Bactria es el antiguo nombre griego de una región histórica del Asia Central, localizada entre el Hindú Kush (Parapamisos o Caucasus Índicus para los autores grecolatinos) al sur, y el río Amu Daria (Oxus) al norte; su capital fue la ciudad de Balh (Bactra o Zaraspa). Hoy ese territorio corresponde a varias naciones, el norte de Afganistán, el sur de Uzbekistán y Tayikistán.

Mapa del Reino grecobactriano en su máxima extensión, hacia el 180 a. C.


Historia de la seda

Existen varias leyendas sobre los orígenes de los gusanos de seda. La más extendida dice que el emperador Huang Ti le pidió a su esposa, la emperatriz Xi Lingshi, que investigara qué estaba ocurriendo con sus plantas de morera cuyas hojas desaparecían misteriosamente hasta que la planta moría.

El Emperador amarillo, también conocido en Occidente por su nombre chino Huangdi, es una de las figuras más importantes de la mitología china. Huangdi —uno de los Cinco Emperadores— reinó, según la tradición, desde el 2698 al 2598 a. C. Se le representa como conquistador, juez, inmortal, dios de la montaña Kunlun y del centro de la Tierra. Es considerado como uno de los iniciadores de la civilización china.

Retrato de Xi Lingshi, descubridora de la seda de gusanos.

La emperatriz, a fuerza de observar las plantas, descubrió unos pequeños capullos amarillentos y brillantes. Cogió uno mientras tomaba su té y, por descuido, el capullo se le escapó de los dedos y cayó en la taza de té caliente. Al sacarlo, el capullo comenzó a deshacerse transformándose en una hebra de hilo muy largo.

Capullos de seda

Tras este descubrimiento, a los chinos se les ocurrió enrollar ese hilo en bobinas y utilizarlo para tejerlo. Había nacido, por un lado, la industria de los tejidos de seda y, por otro, claro, la sericultura: la cría de gusanos de seda para transformar la seda de sus capullos en un tejido muy apreciado por los ricos chinos.
El secreto de la fabricación de la seda no fue desvelado en los siguientes dos mil años y, de hecho, existía una ley imperial que ordenaba torturar hasta la muerte a quien revelase el proceso de su transformación.


Bombyx mori

El uso principal de los gusanos de seda desde la antigüedad ha sido la obtención de la preciada seda. Al eclosionar la mariposa, emplea sus mandíbulas y un líquido ácido que segrega para romper el capullo, haciéndolo así inservible. Para su empleo comercial, las pupas se matan alrededor del décimo día después de finalizado el capullo, sea sumergiéndolas en agua hirviendo o empleando vapor. El capullo luego se deshace cuidadosamente y el hilo se lava para quitar la sustancia adhesiva que lo mantenía unido antes de proceder a su tejido.

Fue solo en el siglo II dC que la tela de lujo llegó a Europa a través de la "Ruta de la Seda". Se intercambiaron muchos secretos e ideas sobre esta ruta y también se extendió la seda. La producción de seda propia en Europa solo existe desde el siglo VI.

La seda era un material en el que solo los emperadores y reyes podían vestirse y acostarse. Hasta el día de hoy, el material fino se considera un lujo porque la seda de morera real todavía se hace a mano hoy. Además, la seda también se usa ampliamente en cosmética y medicina, lo que la hace valiosa en muchas áreas.

¿QUÉ HACE QUE LA SEDA DE MORERA SEA TAN ESPECIAL?

Hablamos de seda de morera cuando los gusanos de seda se alimentan exclusivamente de las hojas del árbol de morera. Los hilos a partir de los cuales las orugas construyen sus capullos se caracterizan por el hecho de que son particularmente finos y uniformes. Las orugas han sido criadas por miles de años. A diferencia de las especies silvestres, hilan hilos de hasta 3500 metros de largo.


TRABAJO MANUAL

Las fibras de seda solo se pueden obtener con la más alta artesanía. Los capullos de seda se sumergen en agua caliente para que las fibras se puedan desenrollar. La seda cruda se hierve para que se disuelva la capa externa de sericina. Sin la sericina, los hilos se vuelven flexibles.

Lo especial de la seda de morera es que los hilos individuales tienen kilómetros de longitud y el diámetro de un solo hilo es de solo unos 20 micrómetros. El hilo de seda de morera cuenta como la mejor fibra natural. Sin embargo, es más resistente que otros materiales y tiene una mayor fuerza de tracción que el metal.

Hacia el año 550 d.C. dos monjes llegados de Constantinopla escondieron en sus bastones de bambú unos cuantos huevecillos burlando así las tan temidas leyes del imperio. A su regreso, los monjes enseñaron a los romanos todo lo que habían aprendido sobre la sericicultura y la fabricación de la seda.

De este modo, el secreto mejor guardado de la historia acabó por trascender fronteras a través de la Ruta de la Seda y después de las Cruzadas, hasta Europa Occidental. En los siglos XI y XII Italia fue ganando fama en el sector por la calidad de su industria sedera hasta que otros países, como Francia o España, empezaron también a especializarse diversificando el mercado y reduciendo considerablemente las importaciones provenientes de China.

El comercio con el Imperio romano, confirmado por la moda romana que utilizaba seda, empezó desde el siglo I a. C. Si bien los romanos conocían la seda salvaje, cultivada en Cos, en un principio no hicieron la conexión con la seda que también se producía más al oeste en el reino Sarikol de la cordillera del Pamir.

La seda salvaje es más difícil de blanquear y teñir que la seda de Bombyx mori, pero la mayoría tiene colores atractivos por naturaleza, especialmente el rico brillo dorado de la seda producida por el gusano de seda muga de Assam, a menudo conocida como seda de Assam. 

La seda de Assam denota los tres tipos principales de sedas silvestres autóctonas producidas en Assam: muga dorada, palmadita blanca y seda eri cálida. La industria de la seda de Assam, ahora centrada en Sualkuchi, es una industria que requiere mucha mano de obra. Los gusanos de seda se alimentan de  cuatro árboles (Vakula, Likucha, Vata y Naga-vriksa).

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VII - LA RUTA DE LA SEDA - El Imperio seléucida - Antíoco III - Ctesiphon - Bagdad - Palmira - Aleppo - Seleucia Pieria - Partia, pincha aqui

  • Los Romanos
  • Los Árabes
  • Los Chinos


Con esta gran ruta terrestre conectaban también algunas rutas secundarias que aportaban mercancías de enorme interés, como la "Ruta de la Piel" que llegaba desde Siberia, la "Ruta del Incienso" que provenía del sur, del corazón de Arabia, o la Ruta del Ámbar que arribaba desde el Báltico y los grandes ríos rusos.
Antes de la colonización de América, Rusia era el mayor proveedor de pieles de Europa occidental y partes de Asia. Las pieles eran un producto de exportación ruso muy importante desde la edad media. En un principio la mayoría de las pieles exportadas eran de castor, lobo, zorro, leopardo, ardilla y liebre. Entre los siglos XVI y XVIII Rusia conquistó Siberia, una región rica en animales de piel. Buscando más animales, Rusia se expandió luego a Alaska. Desde el siglo XVII y hasta la segunda mitad del siglo XIX Rusia fue el mayor proveedor mundial de piel, hasta que Estados Unidos y Canadá se incorporaron al mercado.

El comercio de piel jugó un papel vital en el desarrollo de Siberia, el este de Rusia y la colonización rusa en América.

La ruta del incienso es el nombre con el que se conoce a una serie de antiguas rutas comerciales de gran importancia que iban a lo largo de Egipto e India a través de Arabia. El comercio de incienso se trasladaba de Arabia meridional al mar Mediterráneo y floreció entre el siglo III a. C. y el siglo II d. C. La ruta del incienso servía como un canal para el comercio de bienes tales como el olíbano y mirra arábiga; especias indias, ébano, seda y textiles finos;​ y lanas raras, plumas, pieles de animales y oro de África Oriental.

La economía del reino de Qataban (celeste) estaba basada en el cultivo y comercio de especias y plantas aromáticas, incluyendo el olíbano y la mirra. Estos eran exportados al Mediterráneo, India y Abisinia, donde eran muchas preciadas por muchas culturas, usando camellos en rutas a través de Arabia y por mar a la India.

El incienso es una preparación de resinas aromáticas vegetales a las que se les añade algún aceite esencial. Su proceso de fabricación genera dos materiales diferentes: en uno necesitamos una fuente de calor que desprende la fragancia. En el otro, el material se quema y las brasas son las que dan olor. Estos últimos son los más conocidos y, dependiendo de la cultura, se presentan en forma de palito de bambú recubierto o en conos. Los primeros usos documentados del incienso lo sitúan en el Antiguo Egipto, donde ya tenía el halo místico y purificador que sigue teniendo hoy. La planta que se usa para fabricar incienso varía de acuerdo a la flora de cada región, habiéndose multiplicado las posibilidades según se ha expandido, especialmente por Asia. El género Boswellia produce uno de los inciensos de mayor calidad y fama, el conocido como olíbano. Su procedencia está en el sur de la península arábiga. Es también el más antiguo: hace más de 5.000 años que arranca la historia del incienso en el actual territorio de Omán. Los primeros clientes internacionales del olíbano de la Tierra del Incienso fueron precisamente el Antiguo Egipto, donde aparece en relieves, y Mesopotamia.

Qataban, fue uno de los antiguos reinos de Yemen que prosperó en el valle de Baihan. Como muchos otros reinos de Arabia del Sur, adquirió gran prosperidad con el comercio de olíbano y mirra que eran quemados en los altares. La capital de Qataban era Timna y estaba localizada en la ruta comercial que unía a los otros reinos de Hadramaut, Saba y Ma'in.

El comercio de incienso, que conectaba a Egipto con las tierras productoras de incienso, dependía fuertemente de la navegación a lo largo del mar Rojo

Las rutas comerciales marítimas de Roma con India, según el Periplo por la Mar Eritrea del siglo I. Los romanos evitaron la ruta terrestre en favor de la ruta marítima más rápida y segura.

Áreas alrededor de la península arábiga, según el Periplo por la Mar Eritrea.

Los nabateos constituyen un antiguo pueblo ismaelita, cuya actividad se desarrolló especialmente al sur y al este de la región israelí (actualmente en Israel y Jordania). La capital, la mayor parte del tiempo, fue Petra, cuyos famosos restos se sitúan a 80 km al sudeste del mar Muerto. Su época de mayor esplendor abarca del siglo IV a. C. al I d. C. 

En tiempos del emperador Trajano, el legado de Siria, Aulo Cornelio Palma, ocupó el país en el año 105, dominando Bosra y Petra. Al año siguiente el territorio nabateo quedó convertido en provincia romana administrada por un legado, con la Tercera Legión Cirenaica a su mando


Tumbas reales nabateas en Petra en Jordania. La principal razón de que Petra se convirtiera en la Ciudad Perdida es su especial ubicación en un valle rodeado por altas montañas rocosas cuya entrada es el profundo desfiladero conocido como el Siq.
Petra es conocida como la Ciudad Perdida porque si bien su historia se remonta a la época de los nabateos, en el siglo VII a.C, en la Edad Media fue completamente abandonada y no fue «descubierta» por los occidentales hasta principios del siglo XIX. En concreto, fue el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt quien en 1812 consiguió que los habitantes locales le llevaran a conocer esa ciudad perdida de la que se hablaba. Entusiasta de la cultura árabe, antes se convirtió a la religión musulmana y se cambió el nombre por el de Ibrahim Ibn Abd Allah, lo que le permitió ganarse la confianza necesaria para ser conducido hasta Petra. 

Petra alcanzó su máximo desarrollo cuando fue ocupada por la civilización nabatea. Era un pueblo árabe que alcanzó su máximo esplendor entre los siglos IV a.C. y I d.C., el cual se extendió por las tierras de Palestina dedicándose al comercio.
Petra era un gran ciudad comercial, una etapa imprescindible en las rutas de las caravanas que comerciaban con productos procedentes de la India. 

Canal de agua en el Siq de Petra en Jordania

Unas de las claves del auge de Petra fue la disponibilidad de agua, siempre escasa en estas tierras de Oriente Medio.
Por su emplazamiento entre montañas rocosas, y gracias a la construcción de complejas redes de canales, en Petra disponían de suficiente agua para su población.

Por último, la Ruta de la Seda se completaba con un recorrido marítimo. Los barcos eran más eficaces, rápidos y seguros que las recuas de animales de carga, pero lo habitual era que un barco (o una flota) cubrieran sólo una etapa del inmenso recorrido marítimo. En cada parada se cargaban y descargaban pasajeros, mercancías y también marineros, capaces de mover el bajel en las nuevas aguas cercanas a la costa por las que discurría la navegación. 

La Ruta de la Seda marítima era ya una realidad en tiempos de los romanos, que deseaban evital el control parto del tránsito de mercancías. Remontaban el Nilo arriba hasta Coptos (12 días desde Alejandría), y recorrían 400 kilómetros durante 12 días más hasta alcanzar el Mar Rojo. 


Partia, de color amarillo, junto al imperio seléucida (azul) y la república romana (púrpura) alrededor del año 200 a. C.
El Imperio parto, también conocido como Imperio arsácida, fue una de las principales potencias políticas y culturales iranias del antiguo Irán.​ Su segundo nombre proviene de Arsaces I​ que, como líder de los parnos, fue su fundador a mediados del siglo III a. C. cuando conquistó la región de Partia,​ en el noreste de Irán, por entonces una satrapía (provincia) bajo Andrágoras, en rebelión contra el Imperio seléucida. Mitrídates I expandió el imperio al conquistar Media y Mesopotamia a los seléucidas. En su apogeo, el Imperio parto se extendía desde el norte del Éufrates, en lo que ahora es el centro-este de Turquía, hasta el este de Irán. El imperio, situado en la ruta de la seda entre el Imperio romano en la cuenca del Mediterráneo y la dinastía Han de China, se convirtió en un centro de comercio.
Desde allí salían para la India en verano, aprovechando los vientos, para hacer el camino inverso, impulsados también por la meteorología, en invierno. Aunque el viaje duraba medio año y era muy peligroso, Plinio comenta que las mercancías podían incrementar hasta 100 veces el precio de compra, lo que hacía que resultara tremendamente atractivo. Tras el colapso del Imperio Romano de Occidente, las primeras navegaciones capaces de atravesar el Océano Índico para conectar Arabia con la India y el Sudeste Asiático quedaron a cargo de los persas y los árabes. Sus barcos, mucho más grandes que los empleados para atravesar el Mediterráneo, y que recibían el nombre de DHOU, contaban con 3 mástiles con velas de forma trapezoidal o triangular.




La dinastía ptolemaica fue fundada por Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Esta dinastía gobernó en el Antiguo Egipto durante el período helenístico desde la muerte de Alejandro hasta el año 30 a. C., en que se convirtió en provincia romana.
Esta dinastía adoptó desde el principio las costumbres egipcias y, fue una constante enemiga de la dinastía macedonia seléucida. 


El Imperio seléucida  (312-63 a. C.) fue un imperio helenístico, es decir, un estado sucesor del Imperio de Alejandro Magno. El Imperio seléucida se centraba en Oriente Próximo, y en el apogeo de su poder incluía Anatolia central, el Levante, Mesopotamia, Persia, la actual Turkmenistán, Pamir y algunas zonas de Pakistán. Fue un centro de cultura helenística donde se mantenía la preeminencia de las costumbres griegas y donde una élite macedonia grecoparlante dominaba las áreas urbanas.
Los generales de Alejandro se enfrentaron por su supremacía sobre partes del Imperio, y Ptolomeo, uno de los generales y sátrapa de Egipto, fue el primer desafío al nuevo gobierno, lo que llevó a la desaparición de Pérdicas.


Trajano, uno de los emperadores romanos originarios de Hispania, quiso emular al inmortal Alejandro, y en su campaña bélica llegó hasta el Golfo Pérsico, pero distorsionó mucho las débiles relaciones entre el Occidente europeo y la parte entonces conocida del oriente asiático, por lo que la Ruta de la Seda, la que desde tiempos inmemoriales recorría desde China las estepas asiáticas hasta llegar a la Europa Occidental, se resintió mucho.


La viajera hispana Egeria ya hablaba de esta ruta en el S. IV, y se refiere a un puerto que había en el norte del Mar Rojo:

«Clesma está en la misma orilla sobre el mar. Allí hay un puerto cerrado que despacha y recibe las naves de la India. Hay allí muchos y muy grandes navíos, por lo que es un puerto de gran nombradía entre los comerciantes que llegan allí desde la India. El jefe de los negocios se llama logotetema. Es el que todos los años por encargo del emperador romano tiene allí su residencia y sus naves” (Viaje de Egeria del S. IV, p. 153-54. Traducido y adaptado por B. Ávila. 1935).

La ruta
Tras llegar desde el Mediterráneo hasta Egipto, el periplo tenía una parte inicial fluvial a través del Nilo hasta llegar en unos 28 días a Berenice (un puerto muy importante en el Mar Rojo). Otras veces salían de Clesma.


Los barcos romanos conseguían especias, marfil, piedras preciosas, muselina y conchas de tortuga en el mercado indio, a cambio de oro, plata, vino y vidrio del imperio.

Las fuentes
Existen fragmentos de Megástenes, Eratóstenes, Dámaco, Estrabón o Posidonio, que tratan estos viajes, pero las fuentes más completas están en la obra de Plinio (narra los trayectos con cierto detalle) y en el Periplo del Mar Eritreo, que describe las costas, puertos y productos.

El comercio en Egipto comenzó en el Período Predinástico (hacia el 6000-3150 A.C.) y se mantuvo a través del Egipto romano. Durante la mayor parte de su historia, la economía del antiguo Egipto operaba en un sistema de trueque sin dinero efectivo. No fue hasta la invasión persa del año 525 A.C. que se instituyó una economía en efectivo en el país. Antes de este momento, el comercio florecía a través de un intercambio de bienes y servicios basado en un estándar de valor que ambas partes consideraban justo.

Desde el río Orontes, la ruta egipcia cruzó la ruta de este a oeste, frecuentemente transitada, que conducía desde Chipre a la costa sur de Asia Menor, así como al Egeo.

Gran parte de lo que los egipcios necesitaban lo tenían en su propio país, pero la madera, los metales y las piedras preciosas se importaban de los países del Oeste de Asia y se importaron incienso, especias y perfumes de Nubia y Punt. El trigo y el papiro fueron producidos en gran cantidad y exportados a otros países.


Dhou árabe dibujado por R. Monleón
En época medieval los romanos fueron reemplazados por los persas y los árabes y sus dhou de velas  triangulares, que, a partir del siglo XII, ampliaron el radio de sus navegaciones  gracias al compás magnético (la brújula)

Algunas de las rutas marítimas de esa época, con el naufragio del Belitung marcado en color rojo. 
En el siglo IX, en plena Edad Media, una nave que procedía del Este asiático llegó hasta China en una misión comercial, para comprar porcelana y objetos de oro manufacturados. Cargó la embarcación y partió hacia su destino. En el viaje de retorno, que navegaba por las turbulentas aguas indonesias, una tormenta hizo que se hundiera. El lugar donde perdió el rumbo y naufragó es el peligroso estrecho de Malaca, y la isla cerca de la que se encontraron los restos se llama Belitung, por lo que el naufragio ha tomado ese nombre.
A lo largo de la Ruta de la Seda marítima, los barcos se desplazaban con las grandes corrientes de vientos estacionales. El verano era la ocasión de navegar hacia el norte y el este, aprovechando los vientos del monzón del suroeste. 

En invierno, eran más habituales los desplazamientos hacia el sur y el oeste, apoyados en los vientos del monzón nororiental. Para orientarse, los capitales se guiaban por los astros, pero también por los periplos de otros marineros, donde se describía con detalle los accidentes geográficos, los vientos, las corrientes, la profundidad de las aguas... Los capitanes estaban entrenados para conocer bien las estrellas y emplear el compás magnético, desarrollado por los chinos y utilizado desde el siglo XII, aunque era muy habitual que en cada parada se embarcaran pilotos locales capaces de guiar los barcos por aguas que conocían bien.

ZHENG HE Y SUS SIETE VIAJES, 1405-1433
A inicios del siglo XV el emperador chino de la dinastía Ming, Yongle, decidió una serie de exploraciones navales para sondear el comercio exterior. Eligió a un chino musulmán y eunuco castrado: Zheng-He. Este válido marino organizó hasta siete viajes que le llevaron hasta las costas de Mozambique tras reconocer casi todo el océano Índico. La llegada a Calicut en la India sirvió como trampolín para llegar al golfo pérsico y costear la costa sur arábiga. De allí el salto a la costa oriental africana era ya un simple paseo. La costa somalí, de Kenia, de Tanzania y de Mozambique recibieron la visita de los juncos chinos. 


El califato abasí en c. 850

El califato abasí fue el tercer califato en suceder al profeta islámico Mahoma . Fue fundada por una dinastía descendiente del tío de Mahoma, Abbas ibn Abd al-Muttalib (566–653 EC ), de quien la dinastía toma su nombre. Gobernaron como califas durante la mayor parte del califato desde su capital en Bagdad en el actual Irak , después de haber derrocado al califato omeya en la revolución abasí de 750 EC (132  AH) .). El califato abasí primero centró su gobierno en Kufa , el actual Irak, pero en 762 el califa Al-Mansur fundó la ciudad de Bagdad , cerca de la antigua capital babilónica de Babilonia . Bagdad se convirtió en el centro de la ciencia , la cultura y la invención en lo que se conoció como la Edad de Oro del Islam . Esto, además de albergar varias instituciones académicas clave, incluida la Casa de la Sabiduría , así como un entorno multiétnico y multirreligioso, le valió una reputación mundial como el "Centro de Aprendizaje".

Mapa del califato abasí y sus provincias c 788 (siglo II Hijri)

Por último, a partir de la Baja Edad Media, fueron las flotas chinas las que tomaron el liderzgo. Grandes expediciones  de hasta 300 barcos salían de Hangzhou, y, tras recorrer Malaca y las costas de la India (Ceilán. Goa...) llegaban hasta Omán, Yemen y las costas de África.


A diferencia del objetivo expansionista y colonizador europeo, los viajes chinos, en principio, solo tenían como fin la diplomacia, la expansión del comercio y el interés científico. Así lo demuestran los animales exóticos que fueron llevados a la corte del emperador, entre ellos jirafas y cebras, que causaron gran sensación.

A diferencia del objetivo expansionista y colonizador europeo, los viajes chinos, en principio, solo tenían como fin la diplomacia, la expansión del comercio y el interés científico. Así lo demuestran los animales exóticos que fueron llevados a la corte del emperador, entre ellos jirafas y cebras, que causaron gran sensación.


Como su nombre indica, la Ruta de la Seda era una ruta, no un camino. Sólo a la entrada de las ciudades había avenidas empedradas, el resto era, con frecuencia, una espacio vacío en el que sólo un guía podía orientar a los viajeros. Los escasos esfuerzos de ingeniería de caminos se concentraban en las montañas, donde se excavaban galerías o se tendían puentes.

Por eso, era habitual que las caravanas cubrieran sólo una pequeña porción del camino, aquel que les resultaba más conocido y practicable.