jueves, 21 de febrero de 2019

Basílica de San Apolinar en Classe - Iglesia de San Vital de Rávena - Mausoleo gala placidia

Mausoleo y Palacio de Teodorico - Basílica de San Apolinar el Nuevo - Capilla Palatina (Aquisgrán), pincha aqui


San Apolinar en Classe es una basílica italiana situada en Classe, puerto histórico de Rávena, de cuyo centro dista hoy unos 5 kilómetros, siendo una frazione del municipio.
Se construyó durante la primera mitad del siglo VI, y fue financiada por Giuliano Argentario para el obispo Ursicino. Fue consagrada en 547 por el primer arzobispo Maximiano y se dedicó a San Apolinar, primer obispo de Rávena.


La basílica consta de tres naves, de las que el cuerpo de la central está sobreelevado y tiene un ábside poligonal con dos capillas absidiales.
La fachada, que ha sido restaurada en parte al igual que sucede con otras partes de la iglesia, tiene delante un nártex bajo el que hay mármoles e inscripciones y que originalmente formaban un cuadripórtico, y está aligerada con la apertura de una trífora. Los arquitrabes de la portada son de mármol griego. Encima de la portada hay una elegante ventana trífora.
A la izquierda de la iglesia está la torre del campanario del siglo IX que se eleva con su forma cilíndrica, mientras las ventanas, de abajo a arriba, primero son monóforas, luego bíforas y luego tríforas. Esta estructura hace la torre más estable y ligera, impidiendo que se derrumbe .
En la parte superior un gran disco cierra un cielo estrellado sobre el que se sitúa una cruz con piedras preciosas, que simboliza el cruce de los brazos y la faz de Cristo. Sobre la cruz se ve una mano que surge de las nubes: es la mano de Dios. A los lados del disco están las figuras de Elías y Moisés. Los tres corderos situados un poco más abajo, justo donde empieza la zona verde, con el hocico vuelto hacia la cruz simbolizan a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan: es claramente una representación de la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor.
En la zona más baja se extiende un verde valle florido, en el que hay rocas, arbustos, plantas y aves. En el centro se erige solemne la figura de San Apolinar, primer obispo de Rávena, con los brazos abiertos en actitud orante: de hecho está representado en el momento de elevar su plegaria a Dios para que conceda la gracia a los fieles que están a su cargo, representados por doce ovejas blancas.
En los espacios situados entre las ventanas están representados cuatro obispos, fundadores de las principales basílicas de Rávena: Ursicino, Orso, Severo y Ecclesio, con hábito sacerdotal y llevando un libro en la mano.

A los lados del ábside hay dos paneles del siglo VII: el de la izquierda, muy reconstruido, reproduce al emperador de Bizancio, Constantino IV, concediendo privilegios a la Iglesia de Rávena a Reparato, enviado por el arzobispo Mauro. En el panel de la derecha aparecen representados Abraham, Abel y Melquisedec en torno a un altar en el que ofrecen sacrificios al Señor.
En el interior de la basílica, las paredes están desnudas, excepto la del ábside, cubierto por un "manto polícromo" de mosaico, de distintas épocas.

En el centro de la basílica, en el lugar del martirio del Santo, hay un altar antiguo. En la parte superior de la zona del ábside, extendiéndose horizontalmente por toda la anchura del arco se representa a Cristo dentro de un medallón circular. A sus lados, en medio de un mar de nubes estilizadas se hallan los símbolos alados de los evangelistas: El Águila (San Juan), el Hombre (San Mateo), el León (San Marcos) y el Ternero o Toro (San Lucas).


La zona superior presenta en los extremos las representaciones de las dos ciudades que tienen las murallas adornadas con piedras preciosas: son Jerusalén y Belén, de las que surgen los doce apóstoles con forma de corderos. En los lados del arco hay dos palmeras, que en la literatura bíblica simbolizan al justo. Bajo éstas están las figuras de los arcángeles Miguel y Gabriel, con el busto de San Mateo y de otro santo difícilmente identificable.

La elección del tema está fuertemente unida a la lucha contra el arrianismo, que niega la naturaleza humana y divina de Jesucristo, ya que éstos niegan su divinidad. Además de la representación de Apolinar entre los apóstoles, era una legitimación para Maximiano como primer arzobispo de una diócesis directamente unida a los primeros seguidores de Cristo, al ser Apolinar, según la leyenda, discípulo de San Pedro.


Mapa del Imperio bizantino en 550. Las conquistas de Justiniano aparecen en verde.
El emperador Justiniano (527-565) fue el protagonista del periodo de máximo esplendor del Imperio bizantino, la Primera Edad de Oro (siglo VI). Justiniano intentó revivir la gloria del antiguo imperio romano emprendiendo la conquista del Mediterráneo. Entre sus capturas se incluye Italia, donde se encontraba la ciudad de Rávena, que se convirtió, en el siglo VI, en la ciudad más importante del mundo bizantino en occidente. Fue la segunda capital del imperio y estuvo gobernada por el exarca, un auténtico virrey rodeado de poder, pompa y boato. Es normal, por tanto, que allí se construyesen los más ricos edificios bizantinos de occidente: San Apolinar in Classe, San Apolinar Nuovo y este de San Vital.
Ravena - El Mausoleo de Gala Placidia - La iglesia de San Vital de Rávena, pincha aqui

La iglesia de San Vital de Rávena (o San Vitale di Ravenna) es uno de los templos más importantes del arte bizantino y, como otros de la misma ciudad, se reformó por deseo expreso del emperador Justiniano a partir de construcciones anteriores, con el objetivo de acelerar la integración de los territorios conquistados por el Imperio bizantino (en el 402, Rávena fue la capital del Imperio romano de Occidente, en tiempos del emperador Honorio, y en el 493 fue la capital del reino ostrogodo de Italia, en tiempos de Teodorico). La obra se financió con el dinero del acaudalado banquero Juliano Argentario, de origen griego (aportando una cantidad aproximada de 26 000 besantes de oro), y fue supervisada por el arzobispo de la ciudad, Maximiano, quien la consagró en el año 547. Todos estos personajes aparecen en la decoración musivaria(arte y técnica del mosaico) que se realizó entre los años 546 y 548, año de la muerte de la emperatriz Teodora. 


Rávena - Basílica de San Vital - Vista Apóstoles y cúpula
Estos mosaicos son el mejor ejemplo de las artes figurativas bizantinas y nos dan una idea de lo que pudieron ser las obras que fueron destruidas, durante la Querella Iconoclasta de los siglos VII y VIII, y con la caída de Bizancio a manos de los turcos. En San Vital se han preservado, en el primer caso, porque Rávena se posicionó en contra de los iconoclastas y, en segundo lugar, porque ya no era bizantina durante la invasión turca. Por estas razones, las imágenes se salvaron de ambas catástrofes artísticas.



Los mosaicos de Justiniano
Los mosaicos representan la presunta ceremonia de consagración de la iglesia de San Vital (que nunca tuvo lugar tal como está representada, pues los emperadores ya eran ancianos cuando se terminó el templo y no viajaron a la ciudad italiana, de hecho Teodora murió ese año). Todos los personajes importantes están perfectamente individualizados y son reconocibles por sus retratos.

Justiniano y su séquito
En el lado izquierdo: el emperador Justiniano lleva como ofrenda una gran patena de oro; va precedido por dos altos dignatarios eclesiásticos, uno de ellos lleva el incensario y el otro el misal, y por el arzobispo Maximiano, que lleva una cruz, todas estas ofrendas aparecen ricamente decoradas con gemas, cabujones y esmaltes. Tras el arzobispo, en segundo plano, el banquero Juliano, que financió la construcción de la iglesia. Detrás del emperador hay dos altos funcionarios del estado con toga, el primero sería el general Belisario, conquistador de Rávena. Cierra el cortejo la guardia personal del emperador con el crismón en sus escudos.

En el lado derecho: la emperatriz Teodora lleva un cáliz de oro, va precedida por dos dignatarios de la corte y seguida por Antonia, esposa del general Belisario y su hija Juana. Cierran el cortejo las doncellas de la emperatriz.
Es innegable el parentesco de estos mosaicos con los relieves del Ara Pacis Augustæ, sobre todo en su temática, pero en su estilo hay algunas diferencias esenciales: Abundan los convencionalismos como la isocefalia, el hieratismo, la frontalidad, la ausencia de perspectiva, el horror al vacío, los gestos repetitivos de los personajes, ausencia de movimiento —las figuras están petrificadas, pero se sugiere la dirección que siguen con la posición de las manos—, idealización de los rostros...
Su interior está ricamente decorado con mármoles veteados, antepechos, columnas y capiteles troncopiramidales con cimacio finamente tallados al trépano —probablemente importados de los talleres del Proconeso, una isla de mar de Mármara cercana a Bizancio—, frescos y, sobre todo, mosaicos, que son los de mayor calidad y los más variados del arte bizantino.







El Mausoleo de Gala Placidia en Rávena (Italia) es un célebre enterramiento monumental de la hermana del emperador Honorio, Gala Placidia. Construido entre 425 y 430, es una de las ocho estructuras de Rávena inscritas en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1996.​ Más que por su arquitectura, este monumento es mundialmente famoso por sus suntuosos mosaicos, los más antiguos de la villa. Ellos marcan la transición entre el arte paleocristiano y el bizantino. Como señalaron los expertos de la Unesco, «es el más antiguo y mejor conservado de todos los monumentos con mosaicos, y al mismo tiempo uno de los más perfectos artísticamente».

Al edificio se le aplica la denominación tradicional de mausoleo, aunque no todos los autores están de acuerdo de que lo fuera ni que mucho menos allí se enterrara a Gala Placidia. Puede que la dama lo encargara al comienzo de su regencia, como un lugar de enterramiento, pero su forma de cruz latina rompe con la tradición de mausoleo imperial de planta central (Mausoleos de Galerio en Salónica, de Constantino en Constantinopla, de Diocleciano en Split, de Helena en Roma, de Constante en Centcelles...) o el que se seguirá haciendo en Rávena años después bajo los ostrogodos (mausoleo de Teodorico). 
Fue construido con ladrillo para el remate externo y hormigón para el relleno y las bóvedas. El hecho de que se dejara el ladrillo cara vista con una visible juntura de argamasa de cal de 2 centímetros le da un aspecto de pobreza, que también abunda en la idea de que no estemos ante un mausoleo imperial y sí ante un oratorio privado.
El que no conoce previamente el edificio queda sorprendido por el contraste entre la sencillez del exterior y el lujo del interior. Al entrar, tras un instante de adaptación de los ojos a la penumbra, se descubre un universo de colores creados con pequeñas teselas
Protagonista clave para la ciudad y para la historia de la primera mitad del siglo V es Gala Placidia (388/92-450), hija (Teodosio I), hermana (Honorio), esposa (Constancio III) y madre/regente (Valentiniano III) de emperadores de Occidente, además de ser esposa también de un rey visigodo (Ataulfo). 
En el tímpano de la entrada tenemos la imagen más conocida de este monumento, la que representa a Cristo como Buen Pastor en el paraíso, uno de los motivos iconográficos paleocristianos más difundidos desde el tiempo de las catacumbas. Está tranquilamente sentado sobre una roca  del prado y pastorea a seis ovejas que le contemplan y buscan su protección. De nuevo, otro salmo, el 23, aclara la analogía de la escena entre Pastor/Cristo y Rebaño/Cristianos: "El Señor es mi Pastor; nada me puede faltar./ Él me hace descansar en verdes praderas; Él me conduce a las aguas tranquilas".
La figura de Cristo se muestra idealizada y manifiesta la herencia helenística o pagana. Es un modelo humano joven y sin barba, que en nada se parece a la imagen siriaca que se impondrá en el siglo siguiente. 
 La ubicación de esta escena sobre la puerta de entrada también nos sirve para interpretar la escena en clave funeraria. Un Cristo triunfante de la muerte abre la puerta a la vida eterna y recibe en el paraíso a sus fieles difuntos.
Gala Placidia visita el mausoleo. Recreación pictórica del pintor ruso , 1880
Vasily Sergeyevich Smirnov (12 de agosto de 1858, Moscú - 17 de diciembre de 1890, cerca de Golitsyno ) fue un pintor ruso de estilo académico especializado en escenas de la historia antigua.

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