domingo, 3 de enero de 2021

AMÉRICA LATINA ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO - BUSCANDO HUELLAS EN EL DESIERTO - NASCA - Maria Reiche, la salvadora de las Líneas de Nazca - Cahuachi - Aparece una nueva figura entre los geoglifos de Nazca: un gato de 37 metros

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Acueductos de Cantalloc: Agua en el desierto de Nazca, Perú

Esta exposición narra la historia de la gente que pobló la cuenca del Río Grande de Nazca hace dos mil años. Presentamos un recorrido por una de las culturas más fascinantes y enigmáticas del antiguo Perú a través de piezas de enorme relevancia y recursos digitales de carácter divulgativo.

El Espacio Fundación Telefónica acogió (2019) la muestra Nasca. Buscando huellas en el desierto, organizada por el Museo de Arte de Lima (MALI) y el Museo Rietberg de Zúrich en cooperación con la Bundeskunsthalle en Bonn y Fundación Telefónica. Y en cooperación científica con el Instituto Arqueológico Alemán y la Fundación Suiza-Liechtenstein para Investigaciones Arqueológicas en el Extranjero (SLSA).

La araña
Entre los dibujos del desierto destacan las representaciones de grandes animales como aves, colibríes, grullas, loros, garzas, además de un mono, un caracol, un lagarto, una araña… Pero sin duda las figuras que más se repiten son líneas rectas, espirales y otras figuras geométricas, denominadas por Lambers “altares del desierto”: casi todas las figuras de animales están dibujadas de un solo trazo, por lo que se pueden recorrer de un lado a otro sin cruzarse con ninguna línea; esto hace suponer que, en algún momento, dejaron de ser simples imágenes para convertirse en caminos para procesiones ceremoniales.

Nasca, buscando huellas en el desierto

La cultura Nazca en 5 minutos

Mono con cola de espiral, Líneas de Nazca, Perú
En esta vista aérea se observa claramente el dibujo de una especie de mono con cola de espiral. Desde que fueran descubiertas en 1920 las Líneas de Nazca han dado lugar diversas interpretaciones. Líneas de Nazca y la carretera Panamericana - A pesar de que se crearon hace más de 2.000 años, cuando no existía ninguna tecnología para volar, se observan claramente diversos dibujos en el desierto, lo que ha alimentado la descabalada teoría de que fueron creadas por extraterrestres. Las Líneas de Nazca se descubrieron a finales de la década de 1920 y desde entonces miles de turistas acuden a la zona para verlas en directo.

Las líneas de Nazca en el desierto de Perú son conocidas a nivel mundial. Son más de 1500 líneas que fueron grabadas en el suelo y representan figuras geométricas e imágenes de animales que se extienden a lo largo de varios kilómetros, por lo que son visibles desde el aire. Sin María Reiche, una matemática alemana, este patrimonio cultural no sería lo que es hoy.

Maria Reiche nació en Dresde, Alemania, donde estudió matemáticas, física y geografía. En 1932 se mudó a Cusco, Perú, para trabajar de profesora de colegio. Tuvo varios cargos en Lima, antes de conocer a Paul Kosok. El científico estadounidense le pidió que le ayudara a medir las misteriosas líneas en el desierto cerca de Nazca. Esta es la tarea a la que Maria Reiche dedicaría toda una vida.
Paul Kosok (1896-1959) fue un antropólogo norteamericano que investigó las líneas de Nazca desde la década de 1930 hasta fines de los 50. En 1933 publicó un estudio sobre la Alemania moderna titulado Modern Germany: A Study of Conflicting Loyalties, editado por la Univiersity of Chicago Press, que fue útil para la preparación de personas del servicio exterior norteamericano. Desde 1938 enseñó diversos cursos de historia de la ciencia en Long Island University; también incursionó en la música llegando a la dirección de la Orquesta Filarmónica de Brooklyn en el Brooklyn academia de música , compuso The Andean Rhapsody inspirado en sus viajes al Perú.
A partir de los años 40, Maria Reiche dedicó su vida a la conservación y el estudio de las Líneas de Nazca. Cuando Kosok se devolvió a los Estados Unidos, ella se quedó en Perú, para asumir su trabajo. Recorrió el desierto, equipada con instrumentos de medición, un compás y una escoba, para barrer la arena cubría las líneas.  Al igual que Kosok, ella estaba convencida de que las líneas representaban un calendario astronómico. Ambos habían observado que durante el solsticio de invierno, las líneas apuntaban al punto donde se pone el sol. Ella trató de demostrar esta teoría con las mediciones que realizó.

El mayor esfuerzo por conservar los geoglifos
Maria Reiche se propuso preservar las líneas y protegerlas del peligro que representaba el aumento del turismo y de otros proyectos. Para ello, realizaba presentaciones dirigidas al gobierno y otras grandes entidades, para darles a conocer la importancia de las líneas. Al ver que estos esfuerzos no tuvieron éxito, decidió contratar a un guardia privado para proteger los geoglifos. También mando a construir una torre de observación, para que los turistas pudieran ver las líneas desde arriba sin pisotearlas e impidió un proyecto de irrigación, que habría inundado toda la zona y destruido las líneas para siempre.
Se trata de unos 300 geoglifos (dibujos trazados en la tierra) con forma de figuras geométricas, antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas, con unas longitudes de entre 50 y 300 metros, que se extienden sobre una superficie de 450 metros cuadrados. El ancho de las líneas oscila entre los 40 y los 210 centímetros, y su profundidad nunca excede de los 30 centímetros.
Durante las largas décadas que vivió en la Pampa –a la que llegó después de trabajar como institutriz de las hijas del cónsul alemán de Perú en Cuzco desde 1932– no tuvo más compañía que sus herramientas de medición, una escalera y una escoba con la que iba barriendo los trazos de las figuras; algo que por otro lado, y según cuentan las crónicas de la época, dio que hablar entre los peruanos que cruzaban el desierto. La apodaron “la mujer que barría el desierto”.

Fue entonces que el gobierno peruano comenzó a tomar medidas para evitar que las líneas, que ya habían sufrido daños por huellas de personas y automóviles, se deterioraran aún más. En 1994, las Líneas y geoglifos de Nazca y Pampas de Jumana fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin María Reiche, este patrimonio probablemente se habría perdido.Honrada por sus grandes logros

La investigadora trabajó hasta su muerte en el desierto de Nazca, a pesar de su ceguera progresiva y de sufrir de Parkinson y cáncer. Ella descubrió unas 50 figuras y realizo mediciones de alrededor de 1000 líneas. Sin ella, la investigación acerca del origen y la función de las misteriosas líneas nunca habría llegado tan lejos. Tardó mucho hasta que Maria Reiche fuera honrada por sus méritos en la investigación y preservación de las Líneas de Nazca. Además, nunca contó con gran apoyo, en especial, de tipo financiero.

Tanto la absorbió el trabajo que se mudó a una choza a veintisiete kilómetros de la ciudad de Nazca, en la Pascana de San Pablo, junto al valle del Ingenio, para poder estar lo más cerca posible del campo de estudio. No cejó en su trabajo, aunque le llevó veintiséis años descubrir su misión. Ya se lo advirtió por carta a su madre, tras finalizar su tarea como institutriz: “Es posible que viva algunos años más en el completo anonimato, hasta que el destino me considere digna de asignarme la tarea que ha determinado para mí, aquella tarea para la cual he nacido (…) yo creo que se trata de un trabajo específico para el cual me estoy preparando inconscientemente, formándome y aprendiendo”.

La pequeña cabaña junto al desierto, en la que vivió la investigadora, fue convertida en una casa museo. Su cuerpo fue enterrado en el jardín junto a la casa.

Reiche recibió cinco doctorados honoris causa, las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta y la Orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz. En reconocimiento a sus logros, también fue honrada con la ciudadanía peruana. En Perú, la investigadora es mucho más conocida que en su país de origen, Alemania.

Fuente; de Wiebke Hillen

Puquio, Nasca (200 a.C.-650 d.C.).
Un puquio​ es un manantial de agua​ que forma parte de un viejo sistema de acueductos, cerca de la ciudad de Nazca, en Perú. De 36 puquios, la mayoría están todavía funcionando, llevando agua fresca en el desierto
Existen investigaciones en conflicto respecto a cuándo los acueductos fueron construidos realmente. Algunos arqueólogos sostienen que fueron construidos por los arquitectos precolombinos de Nazca alrededor del 540 antes de Cristo, en respuesta a dos sequías prolongadas durante ese tiempo



Los acueductos de Cantalloc son unos acueductos construidos por la cultura Nasca y ubicados a 4 km al norte de la ciudad de Nasca. Se construyeron más de 46 acueductos, que se usaban todo el año. Existen otros acueductos en diversos lugares de la ciudad.

Forman parte de un sistema de acueductos del mismo tipo (llamado "puquios") construido por el mismo pueblo Nasca.

Los acueductos aseguraban el suministro de agua a la ciudad de Nasca y a los campos de los alrededores, lo que permite el cultivo de algodón, habas, papas, maíz, etc. en una región árida.

Fueron construidos con piedras lajas y troncos de huarango. Los acueductos de Cantalloc tienen pozos de ventilación con formas espiral que bajan hasta el subsuelo que permite obtener el agua subterránea.
Las conchas Spondylus

La población Nasca tenía una especial predilección por las conchas Spondylus, y las representaban en cerámicas o realizaban colgantes llenos de este tipo de conchas. Es interesante saber que las Spondylus no son autóctonas y no existen en la zona, sino que son comunes en aguas más cálidas de la costa del actual Ecuador. Sin embargo, durante el fenómeno climático del Niño -que no afecta especialmente al territorio nasca- las corrientes marinas del Pacífico se desplazan y este tipo de concha aparece también en la costa peruana. Los nasca asociaban la aparición de esta concha en la costa con la abundancia de agua y por ello se convirtió en un símbolo de fertilidad.

Botella con representación de mujer

La bioarqueología, que es el estudio de las poblaciones pasadas a través de los restos óseos, ha servido a los investigadores para determinar algunas de las condiciones de vida que debió de tener la población nasca. Por ejemplo, en una investigación de niños nasca se encontró que aquellos enterrados en centros administrativos tenían menos caries que los que fueron enterrados en aldeas. Esto indica una desigualdad en la salud y dieta de los niños de diferente estatus.

La región de Nazca no es la única en el mundo que conserva geoglifos. Se ueden encontrar también gran cantidad de ellos en Gran Bretaña, en diferentes momentos históricos y casi siempre dibujados en cerros que a veces quedan cubiertos por la hierba. Algunos de los más famosos son el Hombre largo de Wilmington (del siglo XVI o XVII), el Gigante de Cerne Abbas (del siglo XVII) o el Caballo de Uffington, que mide más de 110 metros de largo y data de la Edad de Bronce. Recientemente se han encontrado en la zona del Pallars Sobirà (Lleida) algunos petroglifos, grabados sobre piedra o roca en vez de sobre el terreno, que representan a caballeros armados y a individuos sobre caballo que pueden situarse entre los siglos XI y XIV.

Cahuachi

Cahuachi era un centro ceremonial de la cultura Nazca que vivió su época de esplendor entre el año 1 y el 500, y estaba situado en el valle del río Nazca, a 28 km. de la ciudad del mismo nombre y cerca de las Líneas de Nazca. Su nombre significa lugar donde viven los videntes.

El arqueólogo italiano Giuseppe Orefici ha estado excavando el lugar desde 1982. Debido al clima seco, los hallazgos son abundantes e incluyen material efímero, tal como ropa; en 1998 se descubrió un depósito de ropas, con 200 prendas de tela estampada. Esto es algo fuera de lo corriente en la cultura nazca, que en general usaba tejidos de un único color, bordados posteriormente. Cahuachi también ha sido estudiado por Helaine Silverman, que ha escrito un libro sobre esta ciudad.

La ciudad fue fundada antes del nacimiento de la Cultura Nasca, durante el siglo IV a. C., y declinó cerca el 300 d. C., tras la invasión de los Huari.

Hasta ahora se han descubierto 34 construcciones dentro de la muralla, entre los que destacan:

  • Gran pirámide, que tiene 150 metros de largo y 28 de altura, y de la que se han descubierto siete niveles escalonados. Era el centro ceremonial del culto.
  • Templo escalonado, del que se ha descubierto un muro con inscripciones y frisos, de 5 metros de alto y 25 de largo.
  • Montículos: 40 montículos con construcciones de adobe.
Aparece una nueva figura entre los geoglifos de Nazca: un gato de 37 metros
El hallazgo se produjo, según contó el arqueólogo Jhonny Isla, responsable del sistema de gestión del Parque Arqueológico Nasca-Palpa, cuando las autoridades decidieron mejorar el acceso al principal mirador natural que permite a los visitantes contemplar desde tierra parte de las gigantescas figuras que dominan el paisaje de la zona. "Desde el Ministerio de Cultura nos dimos cuenta de que el acceso al mirador, de hecho, transcurría sobre un geoglifo, y nos planteamos cambiarlo, pues no es posible que se promoviera el acceso dañando patrimonio. Otro tema es que el ascenso era complicado y queríamos facilitar un paso más seguro. Y en ese proceso nos percatamos de que en esa ladera había trazos que no eran de ninguna manera naturales", dijo Isla.
El hallazgo inicial se produjo a inicios de este año, pero debido al parón de las actividades en el país a causa de la Covid-19, los trabajos de campo no se han podido terminar hasta ahora, revelando la figura de un animal que mira al frente y se sienta de costado, trazado con líneas de unos 30 centímetros de grosor.

Un gato de unos 37 metros de largo reposando sobre una colina arenosa es la nueva figura que los arqueólogos del Ministerio de Cultura peruano han encontrado en la Pampa de Nazca, hogar de los famosos geoglifos que forman parte del listado de Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1994.

El felino fue labrado en las laderas de una colina en mitad del desierto de la región de Nazca unos doscientos años antes de nuestra era, mucho antes de la aparición de las célebres figuras - el "mono", la "araña" o el "pájaro"- que hacen de la zona uno de los lugares con mayor interés arqueológico de Perú, y allí permaneció oculto durante casi 2.000 años, a escasos metros de la Panamericana, la principal autovía que recorre de norte a sur todo el país.

Todo parece indicar que el animal pertenece a la cultura Paracas, que antecedió varios siglos a la cultura Nazca que creó los geoglifos por los que esta región es conocida.

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