viernes, 12 de septiembre de 2014

Guillermo II - Augusta Victoria de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Augustenburg - Herminia de Reuss, reina de Prusia

Guillermo II 

(En alemán: Wilhelm II,  Berlín, 27 de enero de 1859 – † 4 de junio de 1941) fue el último emperador alemán (Káiser) y el último rey de Prusia. Gobernó entre 1888 y 1918. Hijo primogénito de Federico III y de la princesa Victoria, Princesa Real del Reino Unido, fue proclamado emperador tras el breve reinado de su padre. Es asociado a la Primera Guerra Mundial y el imperialismo europeo.

Guillermo II 
Guillermo II tenía una personalidad compleja, brutal para algunos, manipulador excesivo para otros, en suma una personalidad que algunos historiadores han tildado de megalómana extrema, poco tolerante y avasallante. No por ello menos inteligente y vivaz, y se ha afirmado que con el tiempo y la experiencia adquirió astucia política y militar.

Ascenso al trono

A la muerte de su padre, que sólo llegó a reinar durante 99 días, el 15 junio de 1888, Guillermo II conquistó el trono alemán. Sus condiciones como gobernante eran muy buenas ya que tenía una gran intuición para darse cuenta de la raíz de los problemas, y su formación intelectual era muy completa. Además, poseía grandes dotes oratorias que le hicieron más de una vez exaltarse en sus discursos políticos y decir más de lo debido.

Vida social y política entre 1888 y 1900
En su juventud, Guillermo estuvo muy enamorado de una de sus primas de Darmstadt, Ella von Hesse o futura Isabel Fiódorovna e intentó por todos los medios conquistarla sin éxito. El rechazo de Isabel se debió principalmente a los modales bruscos y poco atinados del entonces príncipe de Prusia. Nunca la olvidó. En su lugar, se casó el 27 de febrero de 1881, siendo Príncipe de Prusia, con la princesa Augusta Victoria de Schleswig-Holstein (1858-1921), con la que tuvo siete hijos.
Aunque en su juventud Guillermo había sido un gran admirador de Otto von Bismarck, la impaciencia característica de Guillermo II y sobre todo la determinación por su parte de reinar y administrar al mismo tiempo –a diferencia de su abuelo, que solía encargar la administración diaria al brillante Bismarck– lo llevó rápidamente a un conflicto con el «Canciller de Hierro», la figura dominante en la fundación de su imperio. El viejo canciller creía que Guillermo II era un hombre ligero, que podía ser dominado, y mostraba respeto por las ambiciones de éste en la década de 1880. Luego de un intento de su parte de introducir una ley antisocialista de largo alcance a principios de la década de 1890, la separación final entre el monarca y el estadista ocurrió pronto. Guillermo II no estaba dispuesto a iniciar su reinado con una masacre al por mayor de trabajadores industriales, y despidió a Bismarck en 1890.

Guillermo II junto al rey Haakon VII de Noruega.
Otro de los aspectos que jugaron en forma gravitante en la política exterior durante aquellos años fue la gran influencia que ejerció sobre Nicolás II de Rusia, manipulando astutamente en beneficio de los intereses alemanes, con consecuencias nefastas que acabarían por desencadenar la guerra entre Rusia y Japón en 1905, y posteriormente cuando brindó apoyo al Imperio austrohúngaro, desencadenó la Primera Guerra Mundial al obligar a movilizar a Rusia en defensa de los eslavos de Serbia.

Política exterior entre 1888 y 1914

La política exterior alemana durante el reinado de Guillermo II se enfrentó con varios problemas significativos. Probablemente el más aparente fue que Guillermo II, un hombre impaciente por naturaleza, subjetivo en sus reacciones y afectado fuertemente por sus impulsos y sentimientos, no estaba personalmente preparado para conducir la política exterior alemana por un camino racional. Esta debilidad también lo hacía vulnerable a la manipulación por intereses de la élite de la política exterior alemana, y sucesos posteriores lo demostrarían.

Primera Guerra Mundial
La crisis de Sarajevo

Un póster italiano de 1915 mostrando a Guillermo II mordiendo el mundo.
 El texto dice «El glotón - Demasiado duro»
Guillermo II era íntimo amigo del archiduque Francisco Fernando de Austria y quedó profundamente conmocionado por su asesinato el 28 de junio de 1914 (véase Atentado de Sarajevo). Guillermo II ofreció su apoyo a Austria-Hungría para desmantelar la Mano Negra, la organización secreta que había planeado el asesinato, e incluso sancionó el uso de la fuerza por parte de Austria contra la presunta fuente del movimiento: El Reino de Serbia. Quería permanecer en Berlín hasta que la crisis fuera resuelta, pero su corte lo persuadió a ir a su crucero anual por el Mar del Norte el 6 de julio de 1914. Probablemente se sabía que su presencia sería útil para aquellos elementos en el gobierno que deseaban sacar provecho de esta crisis para aumentar el prestigio de Alemania, incluso con el riesgo de una guerra general, algo a lo que Guillermo era extremadamente aprensivo.

Guillermo II con varios generales alemanes.
Sin que Guillermo lo supiera, los ministros y generales austrohúngaros ya habían convencido a Francisco José de Austria, de 84 años, que firmara una declaración de guerra contra Serbia. Como consecuencia directa, Rusia empezó una movilización general para atacar Austria en defensa de Serbia. En la noche del 30 de julio, cuando recibió un documento indicando que Rusia no cancelaría su movilización, Guillermo escribió un comentario con las siguientes observaciones:
...Porque yo ya no tengo ninguna duda de que Inglaterra, Rusia y Francia han acordado entre ellos, sabiendo que nuestras obligaciones en los tratados nos obligan a apoyar a Austria, usar el conflicto entre Austria y Serbia como pretexto para librar una guerra de aniquilación contra nosotros... Nuestro dilema sobre mantener la fe con el anciano y honorable Emperador ha sido aprovechado para crear una situación que le da a Inglaterra la excusa que ha estado buscando para aniquilarnos con una falsa apariencia de justicia, con el pretexto de ayudar a Francia y de mantener la conocida Balanza de Poder en Europa, es decir, enfrentando en nuestra contra todos los estados europeos para su propio beneficio.

El Emperador Guillermo con el General Otto von Emmich, victorioso en la Lieja;
en el fondo, los generales Hans von Plessen (centro) y Moriz von Lyncker (derecha).
Entre los demás emperadores de su época.  
 Inicio de la guerra

Cuando se hizo obvio que Alemania experimentaría una guerra en dos frentes, y que el Reino Unido entraría en guerra si Alemania atacaba Francia a través de Bélgica, el pánico llevó a Guillermo a intentar redirigir el ataque principal hacia Rusia. Cuando Moltke el Joven (que había elegido ejecutar el plan de 1905, hecho por el ex General Alfred von Schlieffen, para la posibilidad de una guerra alemana en dos frentes) le dijo que eso era imposible, Guillermo le contestó: «¡Tu tío me habría dado una respuesta distinta!»

Junto al Sultán otomano en Constantinopla.  
Guillermo también dijo: «¡Pensar que Jorge y Nicky me han engañado! Si mi abuela estuviera viva, nunca lo hubiera permitido.» En el plan Schlieffen original, Alemania atacaría al (supuesto) enemigo más débil, en este caso, Francia. El plan suponía que costaría un tiempo antes de que Rusia estuviera preparada para la guerra. Derrotar a Francia había sido fácil durante la Guerra Franco-Prusiana de 1870. Con las fronteras de 1914, un ataque al sureste de Francia podía ser detenido por las fortalezas francesas en la frontera. Se decidió atacar por Bélgica, aunque Guillermo consiguió que von Moltke el Joven no invadiera también los Países Bajos.

Póster rumano con el Káiser.

El papel de árbitro en los asuntos de política exterior en tiempos de guerra probó ser una carga demasiado pesada para Guillermo II

Guillermo II aceptó la abdicación sólo después de que Ludendorff fuera reemplazado por el general Wilhelm Groener.

El exemperador Guillermo II cruzó la frontera alemana en tren camino a su exilio en los Países Bajos, que se había mantenido neutral durante la guerra. Tras la firma del Tratado de Versalles en 1919, el artículo 227 del mismo estipulaba la persecución legal contra Guillermo II «por haber cometido una ofensa suprema en contra de la moralidad internacional y la santidad de los tratados», pero la Reina Guillermina rehusó extraditarlo, a pesar de las apelaciones por parte de los Aliados. El emperador se asentó en Amerongen, y luego se le otorgó un pequeño castillo en la municipalidad de Doorn, el cual fue su hogar por el resto de su vida.

Guillermo II con su hijo y su nieto.
En 1922, Guillermo II publicó el primer volumen de sus memorias, un pequeño volumen que, sin embargo, reveló la extraordinaria memoria de Guillermo II. En ellas afirmaba que él no era el culpable de haber desatado la Gran Guerra y defendía su conducta a lo largo de su reinado, especialmente en materias de política exterior. 

Guillermo II en 1933.
Se respetaron los deseos de Guillermo II de que sus restos nunca fueran devueltos a Alemania hasta que se restaurase la monarquía, y las autoridades nazis de ocupación permitieron que se realizara un pequeño funeral de tipo estrictamente militar, en tanto dicho acontecimiento no implicase que el Tercer Reich apoyaba la monarquía. Aun así no se respetó la petición de Guillermo II, de que la esvástica y otros símbolos nazis no se desplegaran en sus funerales.

Augusta Victoria de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Augustenburg 

(En alemán: Auguste Viktoria Friederike Luise Feodora Jenny von Schleswig-Holstein-Sonderburg-Augustenburg; Dolzig, actual Polonia, 22 de octubre de 1858 - Doorn, Países Bajos, 11 de abril de 1921) fue una princesa de la Casa de Augustemburgo, una rama secundaria de la Casa de Oldemburgo (a la que pertenece la familia Real danesa); fue la última Emperatriz y Reina consorte de Alemania y Prusia respectivamente.

Augusta Victoria de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Augustenburg
Se casó en 1881 con el futuro emperador Guillermo II de Alemania, entonces príncipe Guillermo de Prusia. Su esposo fue proclamado emperador de Alemania el 15 de junio de 1888 luego de la muerte de su padre Federico III de Alemania.

Al finalizar la I Guerra Mundial y desaparecer la monarquía en Alemania con la abdicación de su esposo el 9 de noviembre de 1918, Augusta y la familia imperial alemana parten para el exilio y se instalan en un castillo de la localidad holandesa de Doorn.

En 1920 la ex emperatriz sufre un terrible golpe al enterarse del suicidio de su hijo favorito, el príncipe Joaquín de Prusia, quien termina disparándose un tiro en la cabeza después de quedar arruinado financieramente. Augusta no logra sobreponerse y fallece de un ataque cardíaco el 11 de abril de 1921; su esposo se volverá a casar en 1922 con la princesa Herminia de Reuss-Greiz.

 Herminia de Reuss, reina de Prusia 

(Greiz, 1887 - Fráncfort del Óder, 1947) fue la segunda esposa del káiser Guillermo II de Alemania.

Hija del príncipe soberano Enrique XXII de Reuss-Greiz y de la princesa Ida Matilde Adelaida de Schaumburg-Lippe. Se casó en primeras nupcias con el príncipe Juan Jorge von Schoenaich-Carolath (1873-1920) del cual nacieron cinco hijos.

 Herminia de Reuss
Tras enviudar en abril de 1920, la princesa conoció a su segundo marido, el antiguo káiser de Alemania Guillermo II, a fines de 1921. Éste acababa de perder a su primera esposa.
Herminia pronto se sintió atraída por el movimiento nacionalsocialista y no dudó ni un momento en mostrar su pleno apoyo a éste, pero fracasó al sondear la posibilidad de que el nacionalsocialismo restaurara en el trono de Alemania a su esposo. Durante la guerra residió con su marido en el Haus Doorn hasta enviudar en 1941.
Últimos años y fallecimiento

De vuelta en Alemania tras la muerte de Guillermo II, se instaló en una finca de los Hohenzollern en Silesia y luego en Brandeburgo de donde no pudo escapar durante el avance de las tropas soviéticas en las últimas semanas de la Segunda Guerra Mundial. Arrestada por las autoridades militares soviéticas fue internada en un campo de concentración de Paulinenhof. Hubo mucha actividad por dejarla libre y traerla a la zona de ocupación de Alemania Federal por medio de su pariente cercano Karl Ludwig Conde de Luxburg Principe de Schonaich-Carolath-Beuthen, Posteriormente fue liberada y se le permitió residir bajo arresto domiciliario en la ciudad de Fráncfort del Óder dentro de la zona de ocupación soviética donde murió a causa de un ataque al corazón el 7 de agosto de 1947, a Petición del Conde de Luxburg fue sepultada en en el templo Atique en el Parque de Sanssouci en Potsdam.

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