sábado, 12 de noviembre de 2016

(3) Los sonidos del románico - Cánticos malignos - Las sirenas - La danza - Los sonidos del juicio - El simbolismo de la puerta - Bestiario Románico

Los mitos y miedos que tenían los marinos, al atravesar el océano. Las sirenas y las Nereidas 

Aunque las primeras “sirenas”, eran seres híbridos de mujer y ave, a los años fueron también así llamadas, las que en el mar eran mitad mujeres, mitad pez.
En la época preclásica, los griegos comenzaron a identificarlas con las “náyades” (ninfas), que vivían en los lagos de agua dulce. Las sirenas eran consideradas por los marinos demonios de la muerte que habían sido enviadas para capturar otras almas. Nadie podía resistirse al canto de las sirenas y cautivaba a los marineros hasta conducirlos a un naufragio y a una muerte segura.

La primera descripción escrita de las sirenas podemos leerla en la “Odisea”. Circe advirtió a Ulises del peligro que extrañaban las sirenas cuando él llegó a la isla encantada de la diosa:
“Primero te encontrarás con las sirenas que hechizan a los hombres, cualquiera que sea el que salga a su encuentro”.“El que por imprudencia se acerca y escucha sus voces ya no vuelve a ver nunca a su esposa ni a sus pequeñuelos rodeándole alegres en cuanto regresa a su casa, pues con cantos sonoros le encantan así las sirenas en su prado, y en torno blanquea un rimero de huesos de la gente que pudre, y sus pieles se van consumiendo”
En la mitología griega, las Nereidas son las cincuenta hijas de Nereo y de Doris y hermanas del apuesto Nerites (deidad marina menor).
Se las considera ninfas del Mar Mediterráneo, y como tales viven en las profundidades del Mediterráneo.
La arpía o sirena-ave (cabeza de mujer y cuerpo de ave), es un tema recurrente del segundo maestro de Silos. Este animal fantástico es uno de los elementos más representados por la plástica medieval del 'bestiario' medieval. Desde la antigüedad y a lo largo de toda la Edad Media se recurría a ellas a la hora de representar la tentación, aunque también fueron consideradas animales portadores de alma.
La Mezquita de los Omeyas  o Gran Mezquita de Damasco es la mezquita más importante en Damasco, la capital de Siria, y una de las más antiguas y grandes del mundo. Fue construida por el califa omeya Walid I en el año 705 sobre la catedral bizantina dedicada a Juan el Bautista desde la época del emperador romano Constantino I.

Sepulcro de San Juan el Bautista.
Patio de la Mezquita de los Omeyas.
Está considerada como el cuarto lugar más sagrado del Islam, tras Masŷid al-Ḥaram (La Meca), la Masŷid al-Nabawi (Medina) y la Masŷid al-Aqsa (Jerusalén).
En primer lugar se habla de una situación incestuosa. Herodes Antipas ha desposado a la mujer de su hermano Filipo. Porque su hermano todavía vivía y cometió con ello un doble crimen. El primero, el abandono de su propia esposa, hija del rey Aretas; el segundo, la unión incestuosa con su cuñada, viviendo su hermano. Bien claro se encontraba en el Levítico esta prohibición: “Si uno toma por esposa a la mujer de su hermano comete una ignominia. Ha descubierto la desnudez de su hermano. Quedarán sin hijos” 
Con motivo del cumpleaños de Herodes, se hizo una fiesta a la que asistieron muchos convidados. En ella bailó la hija de Herodías, gustando mucho a su padrastro, quien le ofreció que le pidiera “cualquier cosa” bajo juramento. La hija preguntó a su madre qué podía solicitar, e “instigada por su madre, dijo: Dame en esta bandeja la cabeza del Bautista” 
El famoso capitel de Gilabertus, tallado para el claustro románico de la catedral de Saint-Étienne. Las escenas no están ordenadas, pero ahora que nos sabemos bien la historia nos resultarán más fáciles de leer. En uno de los laterales, Gilabertus ha esculpido la danza de Salomé, una de las imágenes más bellas de todo el arte románico. 

El frontal del capitel es algo más confuso, ya que mezcla tres escenas diferentes. A la derecha, el verdugo le está entregando a Salomé la bandeja con la cabeza del Bautista. Acto seguido, la chica (que aparece dos veces superpuesta), se la pasa a su madre Herodías, que está sentada a la mesa con dos invitados. Fijáos en que el comensal de la izquierda está vuelto hacia la esquina, mirando como baila Salomé. En realidad, esta mesa representa dos momentos diferentes del banquete de Herodes: antes de la decapitación (el baile de Salomé) y después de la misma (la entrega de la cabeza a Herodías). 
Gilabertus, El banquete de Herodes (1120-1140), Musée des Agustines, Toulouse
La joven lleva el cabello suelto y viste una túnica ceñida que marca su anatomía. Los pies cruzados nos indican que está bailando (las acrobacias han pasado a la historia).
 Herodes, sentado en el trono, le sujeta la barbilla con la mano izquierda para mirarle a los ojos. El cabello, los pliegues y los adornos de la ropa están tallados de una forma tan minuciosa que casi parece imposible que puedan estar esculpidos en piedra. Es casi la labor de un orfebre.
En el otro lateral, está representada la decapitación del Bautista. El verdugo acaba de atravesar con su espada el cuello del profeta.
En la escultura románica

Especialmente destacado es la representación de Cristo Rey y Juez en los tímpanos de las puertas de acceso de los templos románicos. Hay innumerables ejemplos de éstos en toda Europa. 

Tímpano de la Catedral de Burgos
Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela 

La idea central de colocar esta imagen a la puerta del templo es la de invitar a quien ingresa a tomar conciencia que está entrando a un lugar consagrado, que es considerado Casa de Dios y Puerta del Cielo, donde se celebran los misterios de la fe, como un anticipo de la Jerusalén celestial

El simbolismo de la puerta

Para entender lo que representa la puerta, hay que tener claro que  es un lugar de tránsito, de ahí que su simbolismo  se centre  en ese paso, o unión de diferentes mundos, estados o situaciones diferentes.


En el Antiguo Egipto, la puerta simbolizaba el concepto de aht, el horizonte, la montaña luminosa de Oriente, por donde sale el Sol, ese instante fascinante del amanecer donde se encuentran ambos mundos. La puerta simbolizaba el transito de este mundo al otro, de ahí que hallemos representadas puertas en las tumbas.

Es tal el poder de lo que protege la puerta que desde siempre se han protegido con leones, dioses, grifos,manos de fatima, virgenes o cristos. 

Los guardianes de las puertas, hacen referencia a la iniciación que sufrirá el neófito, una vez traspase el portal del Templo. Y así encontramos al dios Jano, que guarda las llaves de las puertas solsticiales y es el dios de la iniciación a los misterios. 

 (Los leones, tradicionalmente, se erigen como índices y  custodios del lugar sagrado. Foto: Baruk)
Por este motivo, y por ser considerados un emblema de Cristo, los leones pueblan las portadas de las iglesias románicas, sus ventanas o la entrada de sus presbiterios. En general, “el asunto del león  andrófago depende (…) del tema imaginario del engullidor, motivo que abarca los numerosos símbolos de seres vivientes que comen y luego restituyen a su presa. El ejemplo más célebre es el de la plácida y complaciente ballena de Jonás, cuya historia utilizó magníficamente Cristo para explicar el misterio de su muerte, al que seguiría la resurrección”

BESTIARIO ROMÁNICO 

El románico hizo suyo los bestiarios procedentes de los mundos grecorromano, persa y bizantino, sacralizando la estética pagana que tenían esos animales, tanto reales como imaginarios, y convirtiéndolos en portadores de virtudes o perversiones; su aparición en canecillos y capiteles es con fines didácticos y de adventencia. El románico empleó ciertos animales con predilección para manifestar el bien y otros como formas del mal y del diablo.   
Capitel de la abadía francesa de Mozac, en Auverne
“Y Yunus, que fue uno de los enviados. Cuando escapó en la embarcación completamente cargada. Y echaron a suertes y fue uno de los perdedores. El pez se lo tragó y fue así reprendido.De no haber sido porque era de los que glorificaban, habría permanecido en su vientre hasta el día en el que todos serán devueltos a la vida. Así lo arrojamos a un playa desierta, maltrecho. E hicimos que creciera sobre él una planta de calabaza. Y lo enviamos a un grupo de cien mil o más. Creyeron, y los dejamos disfrutar por un tiempo.”
Ballena engullendo a Jonás. Monasterio de Santa María de Ripoll. Ripoll. Gerona.
El Oso - Bestiario románico
Iglesia de Santa María de Piasca, Cantabria
El dragón - Ex Monasterio de Benedictinos de San Pedro de Villanueva, Asturias
   

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