domingo, 13 de julio de 2014

Mi viaje a Sicilia

Sicilia, una mezcla de culturas, de colores, de tradiciones y de sorprendentes bellezas naturales. Un viaje entre el pasado y el presente, entre una serie de imágenes, a veces reales y a veces mitológicas que llenan el alma de emoción y de belleza. 
Mi semana en Sicilia ha sido increíble. Vosotros,  los compañeros de viaje con los que he compartido todo, habéis sido lo mejor, junto con Idoia, nuestra hada particular que siempre estaba allí, para quien la necesitara y sin olvidar al dinámico Ander, nuestro guía en la isla).
Con todo lo que hemos visto, aprendido y compartido, aquí esta mi blog para que podáis recordar, si os apetece, desde vuestra casa estas jornadas intensas que hemos vivido a tope juntos.

Un abrazo para todos.

 Cefalù
Un poco de historia
Sicilia tiene una población de aproximadamente cinco millones de personas (5.044.900 habitantes a fecha 31-05-2010).
En la isla hay quince ciudades que superan los 50.000 habitantes

Sicilia es una región de la Italia insular, siendo la séptima mayor isla europea por dimensiones. Se trata de la principal isla italiana y la mayor del mar Mediterráneo. Pero además, le rodean varias islas más pequeñas: los archipiélagos de las Islas Eolias a nordeste, las Islas Egadas al oeste, las Islas Pelagias al suroeste, y las islas de Pantelleria al sur y Ustica al noroeste. Es la región más extensa de Italia con 25.711 km².


Tiene como capital Palermo y está habitada por más de cinco millones de personas: esto hace de ella, a pesar de sus grandes dimensiones, la isla más densamente poblada del Mediterráneo después de Malta. Es la única región italiana que tiene dos ciudades entre las diez más pobladas del país: Palermo, quinta, y Catania, décima. Es uno de los centros turísticos más importantes de Europa y en el siglo XVIII era la última etapa del Grand Tour, el viaje que los jóvenes aristócratas europeos, en buena parte británicos, llevaban a cabo en Europa - muchos en Italia - para perfeccionar su educación y formación espiritual.

En la época de las colonizaciones, fue ocupada por fenicios (siglo IX a. C.). En el siglo siguiente, Sicilia fue colonizada por los griegos, quienes fundaron varias ciudades de importancia. La principal de ellas fue Siracusa (733 a. C.) pudiendo mencionarse también Catania (siglo VII a. C.). En el siglo V a. C. empezó la penetración cartaginesa en la isla. Los tiranos de Siracusa, como por ejemplo Dionisio el Viejo, Dionisio el Joven o Timoleón, convirtieron a Sicilia en un pequeño imperio propio. Durante la Primera Guerra Púnica, los romanos conquistaron toda Sicilia, salvo Siracusa, que consiguió mantenerse independiente (241 a. C.). Sin embargo, durante la Segunda Guerra Púnica, Sicilia se alió con Cartago, por lo que los romanos la conquistaron militarmente en 212 a. C., pese a los intentos del famoso inventor Arquímedes por defenderla, que murió en la toma de la ciudad. Después de la conquista, Sicilia fue reducida a provincia romana, productora de cereal, considerada el granero de Roma.

La Trinacia, símbolo mitológico de Sicilia
Con la caída del Imperio romano, una serie de pueblos germánicos se sucedieron en la isla. Sicilia fue bizantina durante medio milenio. Los sarracenos del norte de África, a partir del siglo VIII, iniciaron ataques cada vez más fuertes sobre Sicilia, conquistando y fundando en la isla el emirato de Sicilia entre los años 827 y 902.
En la segunda mitad del siglo XI, en concreto a partir de 1061, Sicilia fue conquistada por los normandos dirigidos por Roberto Guiscardo y su hermano Roger. Roberto Guiscardo expulsó a los bizantinos del sur de Italia, mientras su hermano Roger recibió del Papa, el título de Conde de Sicilia. Más adelante, en 1130, Roger II consiguió unificar el sur de Italia y la isla de Sicilia obteniendo del Papa el título de rey, que será la base de lo que después se conocerá como el Reino de las Dos Sicilias. En el año 1194, el emperador Enrique VI, tras un primer intento fallido en 1191, logró el trono de Sicilia tras conquistarla, reclamando la corona como herencia de su esposa, Constanza I de Sicilia. El reino formó parte de los dominios de los Hohenstaufen hasta que Manfredo fue derrotado en 1266 en la batalla de Benevento, con lo que todo el reino de Sicilia pasó a manos de los angevinos, en la persona de Carlos, conde de Anjou.
El episodio de las Vísperas sicilianas en 1282 provocó la división del reino. La Sicilia insular quedó bajo dominio de Pedro el Grande, rey de Aragón, y la Sicilia continental formará el Reino de Nápoles bajo dominio angevino.
Fernando el Católico recuperó Nápoles en 1504, pero mantuvo dos virreinatos diferentes, uno para Sicilia y otro para Nápoles.
La situación de Sicilia como un virreinato más del Imperio español continuó hasta el año 1713. Con ocasión de la guerra de Sucesión española, se entregó la isla al duque de Saboya, Víctor Amadeo II, a título de rey. No obstante, en el año 1720 cambió Sicilia por Cerdeña, y la isla quedó en manos del emperador austriaco, Carlos VI. Por el tratado de Viena, no obstante, Sicilia y Nápoles fueron entregadas a Carlos de Borbón, hijo de Felipe V de España, introduciendo así la dinastía Borbón en la isla. Cuando Carlos asumió el título de rey de España dejó ambos reinos a su hijo Fernando, quien asumió el trono de las Dos Sicilias.
Fernando I
Era el tercer hijo de Carlos III de España y de María Amalia de Sajonia. Cuando su padre heredó la corona española (su hermano había muerto sin descendencia), Fernando se convirtió en el heredero del reino italiano de su padre, pues los acuerdos internacionales impedían que se reunieran ambas coronas. Ninguno de sus hermanos o hermanas le sobrevivieron, siendo además el hijo de Carlos III que reinó por más tiempo, concretamente en Sicilia de forma ininterrumpida durante 66 años, entre 1759 y 1825.

Fernando I
En 1860, como parte del risorgimento, la expedición de los Mil, liderada por Giuseppe Garibaldi desembarcó en Sicilia y en el collado de Pianto romano, cerca de Calatafimi, derrotó a los borbones el 15 de mayo. La marcha de Garibaldi fue finalmente completada con el asedio de Gaeta, donde se expulsó a la última resistencia borbón y donde Garibaldi anunció su dictadura en nombre de Víctor Manuel II. Sicilia se convirtió entonces en parte del reino de Italia (1861). Desde entonces, la historia siciliana ha estado vinculada estrechamente a la de Italia. Ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, fue elegida por los Aliados para atacar Europa, en la operación conocida generalmente como Desembarco de Sicilia, en 1943. Italia se convirtió en República en 1946 y como parte de la Constitución de Italia, Sicilia se constituyó como una de las cinco regiones de estatuto especial.
La expedición de los Mil (también llamado expedición de los camisas rojas) es un famoso episodio del risorgimento italiano que tuvo lugar en 1860. La expedición consistió en un contingente de 1089 hombres bajo el mando de Giuseppe Garibaldi enviados por el Reino de Cerdeña. El grupo partió de la playa de Quarto (en la actualidad Quarto dei Mille, en Génova) y desembarcó en Sicilia occidental. Conquistó todo el Reino de las Dos Sicilias, patrimonio de la Casa de Borbón, lo cual llevó a su disolución y anexión por parte del Reino de Cerdeña, un importante paso en la creación del Reino de Italia.
Giuseppe Garibaldi en la partida en la playa de Quarto.
Giuseppe Garibaldi 
(Niza, Reino de Piamonte, 4 de julio de 1807 – Caprera, Reino de Italia, 2 de junio de 1882) fue un militar y político italiano.

Garibaldi, en una litografía popular.
Giuseppe Garibaldi nació en Niza, ciudad mediterránea, actualmente, en territorio francés cerca de la frontera italiana. Sin embargo, se le considera italiano, dado que en esa fecha la ciudad de Niza pertenecía al Reino de Piamonte (posteriormente incorporado a Italia con la unificación). Niza fue cedida a Francia en 1860, a consecuencia de la guerra con Austria. Garibaldi se hizo notorio históricamente, a causa de su participación en las actividades vinculadas al proceso que finalmente produjo la unificación política de Italia, durante el segundo y tercer cuartos del siglo XIX.

Tras volver a Italia en 1848, emprendió numerosas batallas a favor de la independencia de los estados del norte de Italia, ocupados por Austria y Francia a las órdenes del ejército del Reino de Saboya. Se convirtió en un auténtico héroe para el pueblo de Italia del norte, ávido de libertad. Con apoyo francés, intervino en la guerra contra Austria, si bien el cambio de actitud de Napoleón III, apostando súbitamente por la negociación, truncó temporalmente los objetivos de Garibaldi. Se creó la República Romana, pero esta fue derrotada. Tuvo que huir de Italia con 3.900 soldados y su esposa Anita, mientras eran perseguidos por un ejército de españoles, franceses y napolitanos; sin embargo Anita murió en la fuga a consecuencia de una fiebre tifoidea el 4 de agosto de 1849.

Giuseppe y Anita Garibaldi refugiándose en San Marino.
Giuseppe Garibaldi ha pasado a la historia como el principal impulsor de la unificación de Italia y del nacimiento de un nuevo estado bajo la monarquía de Víctor Manuel II. Hijo de un pescador de Niza, fue marinero, capitán de la marina del Piamonte y luchador por las libertades de los pueblos. Pero también ejerció otros curiosos oficios, como vendedor de espaguetis en Uruguay o fabricante de velas en Nueva York.

Mi descubrimiento:
Renato Guttuso (1911-1987)
Uno de los pintores más importantes y también uno de los más cotizados en el mundo artístico del siglo XX italiano. Estudiante de Bellas Artes en Palermo, a los diecisiete años ya participó con éxito en su primera exposición colectiva. Influido principalmente por Courbet, Van Gogh y Picasso pronto su pintura sería conocida en toda Europa.


Desde sus comienzos, la pintura de Guttuso tiene una fuerte carga de manifiesto social característica del movimiento artístico “Corrente”, movimiento formado por un grupo de pintores italianos entre los que él se encuentra y desde el que se pretende criticar la cultura oficial y mantener una fuerte oposición al fascismo que dominará Italia hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Guttuso se afiliará al clandestino Partido Comunista italiano, partido al que sería afín hasta el final de sus días. Su obra más polémica y casi motivo de excomunión fue el lienzo titulado “Crucifixión” en el que la figura de Cristo está medio tapada por uno de los ladrones y por una María Magdalena desnuda mientras, en primer plano, aparecen unas siniestras botellas de vinagre, un martillo y los clavos usados en la crucifixión. Guttuso escribiría en su diario: "este es el símbolo de todos los que soportan ultraje, cárcel y tortura por sus ideales".

Crucifixión
Casado en 1947 con Mimisse Dotti a la que amó hasta el final de sus días, su pasión por las mujeres, hizo que le fuera infiel toda su vida, primero con una tal Caria Piro esposa de un político democristiano y luego durante casi 20 años con Marta Marzotto, la esposa de un conde y empresario textil y que sería para él además de su amante, su musa y la modelo a la que retrataría en infinidad de sus lienzos.

Guttuso murió solo y multimillonario en la ciudad de Roma donde vivía y donde tenía su estudio, en el llamado Palacio del Grillo. 
Su pintura "palermitana" más famosa es "La Vucciria", en la cual con un realismo crudo y sangriento, como las carnes expuestas en un mercado de Palermo, caracterizan uno de los muchos elementos propios de la ciudad siciliana. El trazo del artista y el sentido del color son tan fuerte que evocan la cantinela casi árabe de los "vanniaturi" del mercado que da el nombre al cuadro, al tiempo que nos invaden los aromas de los productos típicos, frutas y verduras expuestos y los sabrosos ingredientes de la cocina siciliana.
La Vucciria


Anna Magnani en un retrato de Renato Guttuso 1960


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