jueves, 29 de diciembre de 2016

Isabel coleccionaba pintura flamenca (apasionada del arte y de la cultura) - La colección pictórica de los Reyes Católicos en Granada

El Breviario de Isabel la Católica es el tesoro más preciado de la British Library, pincha aqui
Isabel I la Católica - Juan de Flandes, pincha aqui

La Reina Católica era una apasionada del arte y de la cultura. Por eso, durante su vida se preocupó de reunir las obras de sus artistas favoritos. Su colección alcanzó cifras desconocidas en la península. Contaba con 225 pinturas, tan solo la superaban en Europa Los Médici.


Isabel coleccionaba pintura flamenca
Aunque ya en aquellos años había artistas que destacaban en Castilla y Aragón, como Pedro Berruguete y Bartolomé Bermejo, la reina sentía predilección por la escuela flamenca. Sus pintores favoritos eran Juan de Flandes y Michael Sittow.
Tanto le gustaban, que fueron sus artistas de cámara. De ellos son los retratos más famosos que conocemos de la familia real. A Juan de Flandes se le atribuyen este de Isabel y este otro de Catalina.



Él era el segundo pintor mejor pagado de la corte, recibía unos 20.000 maravedíes. Por delante de él, Michael Sittow, que ganaba unos 50.000 y que no solo trabajó para Isabel. También lo hizo para el Emperador Maximiliano de Austria, para Fernando 'El Católico', cuando enviudó, para Felipe I 'El Hermoso' y para su hijo, Carlos I. A él se le atribuye este retrato de Catalina:

Michel Sittow, también denominado Maestro Michiel, Mychel Flamenco, Melchior Alemán, y otras variantes con los nombres Michiel, Miguel, Michael, etc. (1468/9–1525/6), fue un pintor flamenco nacido y muerto en Reval, ciudad hoy denominada Tallin, en Estonia; y por entonces una de las ciudades bálticas de la Liga Hanseática, de cultura alemana (alemanes del Báltico). Durante la mayor parte de su vida artística fue pintor de cámara para los Reyes Católicos de España y los Habsburgo hispano-germano-flamencos.
El retablo, oratorio o políptico de Isabel la Católica (ca. 1496-1504), atribuido a dos de los principales pintores de corte de los Reyes Católicos: Juan de Flandes y Michael Sittow , fue un retablo devocional portátil, hoy desmontado, del que se conservan veintisiete o veintiocho tablas de las cuarenta y siete originales, donde se desarrollaba el ciclo de la vida de la Virgen y de Cristo. Ha sido calificado de "el más fino y delicioso Evangelio ilustrado conocido". Los propios reyes aparecen retratados en una de ellas, entre los personajes que asisten al milagro de los panes y los peces.


 "La tentación de Cristo en el desierto" (National Gallery de Washington)
El estilo, hispanoflamenco, se caracteriza por su minuciosidad y detallismo, acentuado por las pequeñas dimensiones y la habilidad de los pintores, que aprovechan las posibilidades miniaturistas de la técnica del óleo. El color, la línea y el volumen están muy equilibrados. Todas las superficies se tratan con esmero (ropajes, arquitecturas, y paisajes -particularmente los celajes-). Para Carl Justi estas pinturas representan "la luz pura y aérea de las mesetas españolas".



Utilizado por Isabel la Católica como retablo u oratorio privado, a la muerte de la reina se guardaban en el castillo de Toro ya desmontadas "en un armario todas estas tablicas, yguales todas" (inventario del 25 de febrero de 1505), y se dispersaron al venderse en almoneda, valoradas entre tres y cinco ducados cada una (un precio notable en comparación con otros). El mayor lote de ellas fue adquirido por el tesorero Diego Flores para Margarita de Austria (viuda del príncipe Juan y hermana de Felipe el Hermoso), quien las mantuvo en su palacio de Malinas, donde en 1520-1521 fueron vistas por Durero, que describe muy encomiosamente las tablas. En los sucesivos inventarios (1516 y 1524) va reduciéndose su número (de 32 a 22). A la muerte de Margarita (1530), pasaron a su sobrino Carlos V o bien a la siguiente gobernadora de los Países Bajos, María de Hungría; y en cualquier caso volvieron a España en 1556 o 1558, figurando en el inventario de las colecciones reales realizado en 1600, con posterioridad a la muerte de Felipe II.

La colección pictórica de los Reyes Católicos en Granada
Para los que siguen con atención la historia de Isabel y Fernando hay un lugar que no se les puede escapar. La Capilla Real de Granada no solo alberga sus tumbas, allí hay una parte muy importante de su colección pictórica.
La Reina Católica tenía claro que las obras que había ido adquiriendo a lo largo de su vida tenían que decorar la Capilla cuando estuviera lista. Carlos I, su nieto, cumplió su deseo.
Gracias a ellos, hoy podemos ver en su sacristía-museo obras de la escuela flamenca tan importantes como Rogier Van der Wyden:


Tríptico de la Virgen. «Tríptico de Miraflores» Gemäldegalerie, Berlín
Donado por Juan II de Castilla a la Cartuja de Miraflores en 1445. Una copia desmembrada, de la que se conservan dos tablas en la Capilla Real de Granada y la tercera en el Metropolitan Museum of Art, ahora atribuida a Juan de Flandes, estuvo considerada como la composición original por Max J. Friedländer y Erwin Panofsky, entre otros, que advertían en el ejemplar de Berlín cierta dureza de dibujo y estridencia de color. Sin embargo, los estudios reflectográficos del dibujo subyacente y la dendrocronología —que retrasa la pintura de las tablas de Granada y Nueva York a una fecha en torno a 1500- han devuelto la primacía al ejemplar de Berlín
Roger Van der Weyden, La Adoración del Niño (Capilla Real de Granada).
De las pinturas que se conservan en Granada, cabe establecer una diferencia en cuanto a la procedencia de los autores, por una parte, están los pintores neerlandeses, entre los cuales cabe destacar a personalidades de primera fila como Roger Van der Weyden, Dirc Bouts o Hans Memling. Por otra parte, encontramos a dos autores italianos, también de primer nivel, como son Botticelli y Perugino -maestro de Rafael-, lo cual constituye una novedad porque como se ha comprobado hasta el momento, el gusto italiano había sido totalmente rechazado en España, lo que ha hecho sospechar a algunos autores que estas pinturas podrían haber sido regalos para la reina. Por último, se encuentran los artistas españoles Pedro Berruguete y Bartolomé Bermejo, ambos grandes representantes del gusto hispano-flamenco.
Destaca entre tanto pintor de los Países Bajos un italiano, de sobra conocido, Sandro Botticelli y su "Oración en el huerto".

Oración en el huerto
En realidad no son muchos los datos que conocemos acerca de esta obra; parece ser, que la tabla fue encargada por la mismísima Isabel la Católica para decorar la capilla funeraria que los reyes habían dispuesto para su enterramiento en la Catedral de Granada. De ser cierto, este hecho nos habla tanto de la trascendencia que la fama de Boticelli hubo de tener en vida para que la monarca española le encargase dicha tabla, como de las continuas influencias que a través de las transacciones comerciales llegaban desde Italia.Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, más conocido sencillamente como Sandro Boticelli (1445 – 1510), es una de las figuras artísticas más importantes en la época del Renacimiento Italiano desarrollado entre a lo largo del siglo XV y XVI.
La Virgen de los Reyes Católicos, procedente del Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila y actualmente en el Museo del Prado, es un cuadro al temple sobre tabla de 123 x 112 cm, y su fecha se establece entre 1491 y 1493.
María y Jesús reciben el homenaje de los Reyes Católicos -algo idealizados y más juveniles de lo que les correspondería- y de dos de sus hijos, el príncipe Juan y una infanta, probablemente Isabel, la primogénita. A la izquierda, santo Tomás de Aquino protege a don Fernando y tras él, arrodillado, aparece un dominico, identificado con el inquisidor Torquemada. A la derecha, santo Domingo protege a doña Isabel, y junto a él, arrodillado, figura otro dominico, posiblemente Pedro de Arbúes, asesinado en la seo de Zaragoza en 1485.
En relación a la autoría, no puede llegarse a ninguna conclusión, ya que no se conoce ninguna obra de la misma mano, por lo que, dada la fama de esta tabla, realizada por un pintor hispanoflamenco castellano, está justificado utilizar para su autor el nombre convencional de Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos.
Tríptico de la vida de Juan el Bautista - Gemäldegalerie, Berlín
Obra del taller para Lorne Campbell. En 1774 se encontraba en la cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla, indicándose en su descripción que había sido donado por el emperador Carlos V, pero es posible que se encontrase en España anteriormente. Isabel la Católica poseía una copia de menor tamaño y Juan de Flandes, su pintor de cámara, se inspiró en su tabla central para su propia versión del Bautismo de Cristo, tabla central del retablo que pintó para la cartuja de Miraflores (Colección Abelló)

No hay comentarios:

Publicar un comentario