sábado, 16 de noviembre de 2013

Los tipos de enterramientos y los rituales funerarios

Rara es la tumba en la que no aparece algún tipo de ajuar funerario, pues pretendían que en el más allá el difunto pudiera satisfacer las necesidades que había tenido en vida. Por tanto, es la muestra de una creencia en otra vida después de la muerte.


Durante el Calcolítico (Edad del Cobre) es frecuente encontrar el cuerpo de los cadáveres totalmente recubiertos con una capa de ocre, siguiendo con un ritual funerario que ya se había iniciado en el Paleolítico. En ambos casos, se debía tratar de un ritual por el que se intentaba devolver la vida de la sangre y de la carne al cuerpo del difunto para asegurar su inmortalidad.


Enterramiento en tinaja



También durante el Calcolítico aparecen dos tipos de estructuras funerarias individuales que se mantendrán durante toda la Edad de los Metales: las tumbas en cista y en tinaja (o phitos). La tumba en cista consiste en depositar los restos del difunto en el interior de una caja realizada con lajas de piedra. La tumba en tinaja consiste en depositar el cuerpo del difunto en el interior de una pithos. Para el caso de los niños, el cuerpo era introducido en cuclillas; en el caso de los adultos, se mutilaban las extremidades.

En esta etapa de los metales es muy frecuente la existencia de necrópolis o cementerios, situados en las proximidades de los poblados.

Durante la Edad de los Metales se van a practicar dos rituales funerarios: la inhumación y la incineración.



En el primer caso, se trata de enterrar el cuerpo del cadáver. Con frecuencia en las inhumaciones se colocaba encima de la tumba un montículo de tierra y piedras llamado túmulo. Este tipo de ritual funerario dará nombre a una cultura de mediados de la Edad  del Bronce: la Cultura de los Túmulos. (Entre 1500 y 1250 a C.)

El otro rito distinto a la inhumación es la incineración o cremación. Consiste en quemar el cuerpo del difunto en una pira funeraria. El rito de la cremación va unido a la creencia según la cual con la incineración del cadáver se facilita que el alma abandone el cuerpo mortal y así se libere del mismo, garantizando su inmortalidad. Las cenizas eran recogidas y, generalmente, introducidas en una vasija o urna, que era depositada en el interior de un hoyo realizado en el suelo. Este ritual funerario da nombre a otra cultura del final de la Edad del Bronce y que se mantendrá durante la Edad del Hierro: la Cultura de los Campos de Urnas. (hacia el 1250 a.C.)

Los pueblos protagonistas de la cultura de los Campos de Urna son los indoeuropeos. Sus actividades económicas principales eran la agricultura y la artesanía. La expansión de esta cultura iba acompañada con acciones guerreras, que provocarán el hundimiento de determinados imperios: hitita o Micenas, o la invasión de Egipto por los "Pueblos del Mar" o de Palestina por los filisteos.] En la Península Ibérica, algunas esculturas en piedra representativas de determinadas divinidades, como las célebres "Dama de Elche" (Alicante) y "Dama de Baza" (Granada), de la cultura de los iberos, pudieron ser utilizadas como urnas funerarias, ya que ambas esculturas presentan sendos orificios por donde introducir las cenizas del difunto.


Durante la Edad de los Metales es frecuente encontrar, junto con el ritual propiamente funerario, casos de sacrificios humanos de carácter ritual. Generalmente se trata de algún personaje importante que es honrado con el sacrificio de otras personas que son enterradas junto con él. Tal es el caso de la tumba de Leubingen (Alemania), correspondiente a la cultura centroeuropea de Unetice (Checoslovaquia) de los momentos iniciales de la Edad del Bronce. En esta tumba, bajo un túmulo de piedras, nos encontramos una estructura funeraria de madera a modo de casa con cubierta a dos aguas, semejante al tipo de casa que solían construir en el poblado. En el interior de la tumba, se encontraron dos esqueletos. Uno correspondía a un varón de edad avanzada, acompañado de un ajuar funerario extraordinariamente rico; el otro, era de una joven mujer, con escaso ajuar. En esta tumba se ha considerado que la joven mujer había sido sacrificada ritualmente para honrar al hombre, dado que se trataba de algún importante personaje.




El culto a las divinidades


Durante la Edad de los Metales se continúa con el culto a la "diosa madre", la Naturaleza, iniciado en el Neolítico. Así, se observan enterramientos de animales (bueyes, caballos, etc.), rodeados de vasijas de cerámica y estatuillas con formas de animales, todo ello a modo de ofrendas a la divinidad.




Enterramiento de bóvido

En las costas de Suecia, Noruega y Dinamarca aparece el culto a una divinidad masculina, simbolizada en el sol. El sol venía a ser el principio fertilizador que daba vida a todos los seres de la naturaleza. Asociados a estos cultos solares se encuentran los llamados "carros votivos" o carros ofrecidos a la divinidad. Es muy famoso el "carro solar" de Trundholm (Dinamarca). Se trata de un carro de bronce, de 60 cm de longitud, tirado por un caballo, que arrastra un disco, cuyas dos caras están recubiertas por finas láminas de oro. Estos cultos se realizaban en ríos y lagos, por ello el carro solar mencionado fue encontrado en el fondo de un lago, ya que se arroja allí como ofrenda a las divinidades que moraban en las aguas. En otros casos se arrojaban a las aguas vasos de oro, animales e, incluso, seres humanos sacrificados, como ofrendas a las ninfas de las aguas.

El carruaje solar de Trundholm (en danés Solvognen) es un objeto de la edad de bronce nórdica tardía descubierto en Dinamarca, que ha sido interpretado como el sol arrastrado por una yegua, pudiendo tener una relación con elementos de la mitología nórdica tardía encontrados en fuentes del siglo XIII. En la actualidad pertenece a la colección del Museo Nacional de Dinamarca en Copenague. Data concretamente del año 1300 a. C 



Edad del hierro

Cultura de Hallstatt (800-450 a.C)
Cultura de La Tène (450-II a.C)

Los celtas según Polibio

«Infundía también terror la vista y movimiento de los que se hallaban desnudos en la vanguardia, ya que sobresalían en robustez y bella disposición. Todos los que ocupaban las primeras cohortes estaban adornados de collares de oro y manillas; a cuya vista los romanos, ya se sobrecogían, ya estimulados con la esperanza de rico botín, concebían doblado espíritu para el combate.
Después que los flecheros romanos avanzaron al frente, según costumbre, para disparar espesas y bien dirigidas saetas, a los galos de la segunda línea les sirvieron de mucho alivio sus sayos y calzones; pero a los desnudos de la vanguardia, como sucedía el lance al revés de lo que esperaban, este hecho los colocó en grande aprieto y quebranto. Porque como el escudo galo no puede cubrir a un hombre, cuanto mayores eran los cuerpos, y éstos desnudos, tanto más se aprovechaban los tiros.
Finalmente, imposibilitados de vengarse contra los que disparaban, por la distancia y número de flechas que sobre ellos caía, postrados y deshechos con el contratiempo, unos furiosos y desesperados se arrojaron temerariamente al enemigo y buscaron la muerte por su mano, otros se refugiaron a los suyos, hicieron público su temor y desordenaron a los que estaban a la espalda.
De esta forma fue derrotada la altivez de los "Gesatos" por los flecheros romanos. Lo mismo fue retirarse los flecheros y salir al frente las cohortes, que venir a las manos los insubrios, boios y tauriscos, y hacer una vigorosa resistencia. Cubiertos como estaban de heridas, mantenía a cada uno el espíritu en su puesto. Sólo había la diferencia que eran inferiores, tanto en general como en particular, en la estructura de las armas.» Polibio

Distribución de los pueblos celtas:

  • Territorio central Hallstatt, en el siglo sexto a.C. (amarillo)
  • Máxima expansión celta, en el siglo tercero a.C.
  • Área Lusitana de Iberia, donde la presencia Celta está demostrada.
  • Las seis "naciones celtas" que retuvieron las lenguas celtas en la edad moderna. 
  • Áreas donde las lenguas celtas tienen presencia generalizada actualmente.

Distribución de los pueblos celtas por Europa

El segundo nos muestra la geografía del Imperio Romano, también en su mejor momento, alrededor del año 200 de nuestra era

No hay comentarios:

Publicar un comentario