Arquitectura de la Alemania nazi, pincha aquí
Cinco años de exhaustiva investigación por parte de un historiador del arte amateur han sacado a la luz el paradero de varias obras de arte escondidas por los nazis durante la II Guerra Mundial, entre ellas una de las pinturas "favoritas" del mismísimo Hitler.
Cinco años de exhaustiva investigación por parte de un historiador del arte amateur han sacado a la luz el paradero de varias obras de arte escondidas por los nazis durante la II Guerra Mundial, entre ellas una de las pinturas "favoritas" del mismísimo Hitler.
Adolf Hitler contemplando algunas de las pinturas de su colección privada |
Un total de dieciséis lienzos descubiertos. Ese es el resultado de los cinco años de pesquisas que el escritor checo Jiri Kuchar ha dedicado a la que se había convertido en su obsesión: localizar algunas de las pinturas favoritas de Hitler en sus últimos años.
Tal y como explicó Kuchar durante una rueda de prensa concedida esta misma semana, las pinturas han sido localizadas en el monasterio de Doksany, al norte de la República Checa, donde habrían permanecido desde 1945. Desde esa fecha y hasta la actualidad, los historiadores las habían dado por desaparecidas.
Al parecer, y siempre según la investigación de Kuchar, estas dieciséis pinturas —obras de artistas alemanes como Franz Eichhorst o Paul Herrmann— habían sido compradas por orden del propio Hitler en 1942 y 1943.
Sin embargo, cuando la contienda comenzó a tomar un cariz negativo para Alemania, Hitler decidió que estas obras fueran resguardadas en un monasterio de la antigua Checoslovaquia para evitar que resultaran destruidas por los bombardeos aliados.
Fue así como las obras de arte acabaron en el monasterio de Vyssi Brod, en el sur de la República Checa. Al terminar la II Guerra Mundial, soldados estadounidenses descubrieron las pinturas, pero aquellas que tenían menos valor no regresaron a museos y colecciones privadas, sino que su rastro se fue diluyendo. Eso es lo que habría ocurrido, por ejemplo, con las dieciséis pinturas encontradas por Kuchar.
Página de uno de los catálogos que los nazis realizaron con las obras robadas |
Los responsables del Instituto Central de Historia del Arte de Alemania han confirmado la autenticidad de las pinturas y, aunque han destacado que la colección no tiene un gran valor económico, sí suponen un importante testimonio para conocer algunos de los gustos artísticos del Führer.
Entre las pinturas más destacadas de las descubiertas por Kuchar se encuentra un lienzo titulado 'Recuerdo de Stalingrado', una obra realizada por el alemán Franz Eichhorst en 1943, en la que se observan a varios soldados germanos heridos dentro de las trincheras.
Lo cierto es que esta modesta pintura —destaca más por su propietario que por su calidad artística— no fue la única que atrajo la atención del hombre que había puesto en jaque al mundo entero.
Es bien sabido que Hitler había sido un pintor frustrado en su juventud —intentó sin éxito entrar en la Academia de Bellas Artes de Viena—, así que cuando subió al poder en 1933 se decidió a crear una de las mejores colecciones de arte de todo el mundo.
Desde entonces y hasta su muerte, en 1945, Adolf Hitler, con la ayuda de su lugarteniente Goering, llevó a cabo un ambicioso plan que provocó el saqueo de numerosas colecciones privadas y museos de la Europa ocupada, entre las que se contaban las propiedades de importantes familias judías como la de los Rothschild.
En esos doce años, el Tercer Reich logró hacerse con cientos de miles de antigüedades y obras de arte, de las cuales hoy se siguen sin localizar cerca de 100.000. Es muy posible que buena parte de ellas resultara destruida durante la contienda, pero muchas otras simplemente se "esfumaron" al ir pasando de manos tras la guerra.
Sí se sabe con seguridad, por ejemplo, que gracias a las actividades de Goering y del 'Einsatzstab Reichsleiter (EER)' de Alfred Rosenberg —una institución nazi para el expolio sistemático de obras de arte—, unas cinco mil pinturas habían ido a parar a la colección privada que Hitler estaba planeando reunir en la localidad austriaca de Linz, donde se había criado. Entre ellas se encontraban algunas de las obras maestras de la pintura que, según distintos estudiosos, pueden considerarse las creaciones "favoritas" del mismísimo Hitler.
'La isla de los muertos', de Arnold Böcklin, uno de los pintores favoritos de Hitler |
La isla de los muertos es una conocida serie de cuadros simbolistas del pintor suizo Arnold Böcklin.
Böcklin creó múltiples versiones del mismo cuadro, en el que se representa un remero y una figura blanca sobre una pequeña barca, cruzando una amplia extensión de agua en dirección a una isla rocosa. El objeto que acompaña a las figuras en la barca se identifica generalmente como un ataúd, y la figura blanca con Caronte, el barquero que en la mitología clásica conducía a las almas al Hades.
Böcklin nunca explicó el significado de su pintura, de hecho el título de la obra no se debe a él sino al tratante de arte Fritz Gurlitt, quien la bautizó así en 1883.
La isla de los muertos II (1880), óleo sobre lienzo, 111 x 115 cm, Kunstmuseum, Basilea |
La primera versión del cuadro, que actualmente se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, fue creada en Florencia en 1880 a petición de Marie Berna, cuyo marido, el doctor Georg Berna, había fallecido recientemente.
Otras versiones posteriores del cuadro se encuentran actualmente en Basilea, Berlín y Leipzig. La que existía en Rotterdam fue destruida durante la segunda guerra mundial.
La obra ha atraído la atención de muy diversas personalidades: Adolf Hitler, en particular, estaba obsesionado con el cuadro, una de cuyas versiones llegó a poseer. Freud, Lenin o Clemenceau, entre otros, tenían una reproducción en su oficina.
'La isla de los muertos', del pintor simbolista suizo Arnold Böcklin, y que el Führer compró en 1933. El lienzo (tercera versión de las cinco que pintó en total el artista) muestra una inquietante isla a la que se dirige una barca que porta un ataúd.
La isla de los muertos III (1883), óleo sobre tabla, 80 x 150 cm, Antigua Galería Nacional de Berlín, Berlín. |
La obra tiene evidentes influencias mitológicas —se ha interpretado al tripulante con el barquero Caronte—, y parece que en efecto Böcklin se inspiró en un cementerio real existente en Florencia, en el que habría enterrado a su propia hija.
¿Por qué razón se "obsesionó" Hitler con esta obra? Todo parece indicar que el Führer se sintió atraído por la obra del artista suizo —llegó a poseer hasta once de sus pinturas y dibujos— debido al interés que este mostró en vida por la mitología germánica. Un tema que, como es sabido, también atraía enormemente a Hitler.
Por otra parte, y además de varios autores de origen germano, el líder nazi también estaba fascinado por la obra del holandés Johannes Vermeer. Una de sus pinturas —'El geógrafo'— se encontraba en el Museo de Francfort, pero al parecer Hitler ansiaba hacerse con otras dos: 'La alegoría de la pintura' y 'El astrónomo'.
El arte de la pintura hacia 1666 |
La primera de ellas era propiedad del conde Jaromir Czernin, quien fue obligado a venderla en noviembre de 1940 —tras la invasión de Austria—, por un precio muy inferior al real. La segunda era propiedad de la familia judía Rothschild, y fue confiscada tras la ocupación de Francia.
En las mismas fechas en las que 'La alegoría de la pintura' era "comprada" a su legítimo dueño, Alfred Rosenberg, jefe del 'Einsatzstab Reichsleiters', escribía al secretario personal de Hitler en estos términos: "Me alegra informar al Führer que la pintura de Jan Ver Meer de Delft ha sido encontrada entre las obras confiscadas a los Rothschild…".
VERMEER - El astrónomo (Museo del Louvre, 1688) |
Tras la guerra, los aliados consiguieron devolver parte de las obras robadas a sus legítimos dueños, pero muchas otras pinturas, por desgracia, acabaron extraviadas o perdidas, en ocasiones deliberadamente. De vez en cuando alguna sale a la luz, pero muchas continúan en paradero desconocido.
Franz Eichhorst (Berlín, 7 de septiembre de 1885 - Innsbruck 30 de abril de 1948) fue un pintor, grabador e ilustrador alemán, uno de los artistas más conocidos de la Alemania nazi, especialmente por sus pinturas de temática bélica en las que exaltaba los valores del régimen nazi.
Eichhorst se ofreció como voluntario para el servicio militar de Alemania en la I Guerra Mundial. En la década de 1920, Eichhorst estableció un estudio de verano en Matrei in Osttirol (Austria). Allí, en 1928, creó una de sus obras más conocidas, Mädchen mit Krug («Chica con lanzador»).
En 1938 creó una serie de murales de guerra para el Rathaus Schöneberg en Berlín. En abril de 1938, Adolf Hitler le otorgó el título de profesor honorario. Más de 50 de sus obras fueron exhibidas en la exposición de arte alemán (Grosse Deutsche Kunstausstellung) en la Haus der Kunst de Múnich, incluyendo escenas de batallas de la Segunda Guerra Mundial, especialmente las de los conflictos en Polonia y Rusia. Una de sus obras, Recuerdo de Stalingrado, pintada en 1943 y parte de la colección personal de Hitler, permaneció desaparecida desde la caída de Berlín en 1945 hasta que fue hallada en 2012 en el monasterio Doksany, cerca de Praga, en la República Checa.
Arnold Böcklin (Basilea, 16 de octubre de 18271 - Fiesole, 16 de enero de 1901)1 fue un pintor suizo encuadrado en el movimiento artístico del simbolismo de gran influencia en el posterior movimiento surrealista.
Autorretrato con la muerte tocando el violín, 1872. |
En 1862 regresó Böcklin a su querida Roma; de 1866 a 1871 vivió en su patria, pintando en Basilea los frescos del museo. De 1871 a 1874 residió otra vez en Múnich, de 1874 a 1885 en Florencia, de 1885 a 1892 en Zúrich y sus últimos años los pasó en Florencia y Fiesole.
La peste, 1898 |
Influido por el romanticismo, mantenía muchos nexos con la obra de Caspar David Friedrich y así netamente simbolista, pero dentro del estilo del art nouveau, sus obras bosquejan figuras fantásticas, mitológicas, bajo construcciones provenientes de la arquitectura clásica (que revelan a menudo una obsesión con la muerte), creando un mundo extraño, de fantasía.
Una de sus obras más significativas es La isla de los muertos, de la que realizó cinco versiones que habría pintado entre 1880 y 1886; a esta pintura en parte evoca al Cementerio inglés de Florencia, cerca de su estudio y donde había enterrado a su hija pequeña María.
El juego de las olas, 1883, óleo sobre lienzo, 180,3 × 237,5 cm, Neue Pinakothek de Múnich |
- Böcklin ejerció su influencia sobre los pintores surrealistas como Max Ernst, Salvador Dalí y Giorgio de Chirico.
- Otto Weisert diseñó un tipo de letra art nouveau en 1904 a la que llamó «Arnold Böcklin», tres años después de la muerte del pintor.
Villa junto al mar, 1871-1874. |
Las pinturas de Böcklin, en especial La isla de los muertos, inspiraron a varios compositores tardorrománticos.
Caspar David Friedrich (Greifswald, 5 de septiembre de 1774 – Dresde, 7 de mayo de 1840) fue un pintor paisajista del romanticismo alemán del Siglo XIX, generalmente considerado el artista alemán más importante de su generación. Es conocido por sus paisajes alegóricos de su periodo medio que muestra figuras contemplativas opuestas a cielos nocturnos, nieblas matinales, árboles estériles o ruinas góticas. Su interés primario como artista era la reflexión de la naturaleza y su trabajo, a menudo simbólico y anti clásico intenta dar una respuesta subjetiva y emocional al mundo natural. Las pinturas de Friedrich establecen la presencia humana en una perspectiva disminuida en contraste a extensos paisajes, reduciendo las proporciones a una escala que, según el historiador de arte Christopher John Murray «dirige la mirada del espectador hacia su dimensión metafísica».
Retrato de Caspar David Friedrich por Gerhard von Kügelgen. |
El caminante sobre el mar de nubes (1817–1818). Como los demás cuadros de Caspar David Friedrich, no es un mero paisaje, sino que tiene un contenido simbólico. |
El caminante sobre el mar de nubes (en alemán, Der Wanderer über dem Nebelmeer) es un conocido cuadro del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich. Data del año 1818. Se trata de un óleo sobre tela que mide 74,8 centímetros de ancho por 94,8 centímetros de alto. Actualmente se conserva en el Kunsthalle de Hamburgo (Alemania).
La obra representa a un viajero, al que se ha identificado con el propio Friedrich, que se encuentra de pie en lo alto de una montaña elevada, mirando un mar de nubes que queda debajo. El viajero se encuentra de espaldas. Viste de negro. Adelanta una pierna y se apoya en un bastón. Se pueden ver los picos de otras montañas saliendo entre la niebla, mientras que una cadena de enormes montañas ocupa el fondo. La gran extensión de cielo por encima de las alturas de las montañas del fondo cubre gran parte del cuadro. Se trata de un paisaje de la Suiza de Sajonia.
El estilo del cuadro logra un sentimiento de misterio que está en el romanticismo.
Utiliza una gama cromática más bien fría: negro de la figura central, marrón oscuro en las rocas y el gris y el blanco de la niebla y el cielo. Los únicos colores cálidos aparecen en el primer plano. De esta manera, con colores más cálidos en primer plano y predominantemente fríos en el fondo, logra una perspectiva cromática. Además, debido a que el primer plano es oscuro y descarnado, mientras que el fondo resulta más brillante, claro, menos incisivo, pintándose de manera más difuminada, Friedrich consigue una perspectiva aérea.
La muerte del sepulturero de Carlos Schwabe forma un compendio visual de los principales temas del simbolismo. Muerte, ángeles, nieve y las dramáticas poses de los personajes. |
El simbolismo fue uno de los movimientos artísticos más importantes de finales del siglo XIX, originado en Francia y en Bélgica. En un manifiesto literario publicado en 1886, Jean Moréas definió este nuevo estilo como «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva». Para los simbolistas, el mundo es un misterio por descifrar, y el poeta debe para ello trazar las correspondencias ocultas que unen los objetos sensibles (por ejemplo, Rimbaud establece una correspondencia entre las vocales y los colores en su soneto Vocales). Para ello es esencial el uso de la sinestesia.
El movimiento tiene sus orígenes en Las flores del mal, libro emblema de Charles Baudelaire. El escritor Edgar Allan Poe, a quien Baudelaire apreciaba en gran medida, influyó también decisivamente en el movimiento, proporcionándole la mayoría de imágenes y figuras literarias que utilizaría. La estética del simbolismo fue desarrollada por Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine en la década de 1870. Para 1880, el movimiento había atraído toda una generación de jóvenes escritores cansados de los movimientos realistas.
Monje a la orilla del mar. |
En Dresde vivió como pintor y mantuvo su residencia hasta su muerte. Frecuentó sobre todo al pintor y diseñador Philipp Otto Runge, formado como él en la Academia de Copenhague, y a los escritores y poetas Ludwig Tieck y Novalis, formando con ellos el centro literario-artístico del romanticismo alemán.
Arco iris en un paisaje de montaña, h. 1809–1810.
Entre 1815 y 1816 Friedrich volvió a viajar por el Báltico. Este último año fue admitido en la Academia de Dresde, recibiendo un sueldo de 150 táleros.
En enero de 1818, Caspar David Friedrich de 44 años se casó con la joven Christiane Caroline Bommer, de 25 años. Tuvieron dos hijas y un hijo: Emma en 1819, Agnes Adelheid en 1823 y Gustav Adolf en 1824. Su viaje de bodas lo llevó nuevamente hacia Greifswald y Rügen. Ello dio pie a que ese mismo año pintase cuadros como Los acantilados blancos de Rügen y El caminante sobre el mar de nubes. Su esposa posó, como personaje que se encuentra de espaldas, para su obra Mujer asomada a la ventana (1822). A su hijo le puso el nombre de Gustav Adolf por el rey sueco Gustavo IV Adolfo. Su hijo fue igualmente pintor, pero no alcanzó el éxito que tuvo su padre.
Mujer asomada a la ventana, 1822. La modelo fue su mujer, Caroline Bommer. |
Se cree que el intento de suicidio del que hablan sus contemporáneos se produjo en torno a 1801–1802. Pasó los meses primaverales de 1801 en Nuevo Brandeburgo y Greifswald, y en el verano marchó a la isla de Rügen; regresó a la zona en mayo de 1802. En estos viajes fue reuniendo toda una colección de esbozos, con paisajes e imágenes sobre los que volvería más tarde una y otra vez. Friedrich conoció a Runge en Greifswald en 1801–1802; en los años siguientes siguieron relacionándose por carta, viéndose en persona de manera ocasional, pero sin que pueda llegar a hablarse de una amistad íntima.
Acantilados blancos en Rügen, 1818. |
Friedrich también hizo bocetos de monumentos y esculturas para mausoleos, reflejo de su obsesión con la muerte y la vida después de esta.
Pintó también «cuadros transparentes», esto es, cuadros sobre papel transparente que se iluminaban en un salón oscuro con acompañamiento de música, reputándose así una obra de arte global. Los cuatro que realizó entre 1830 y 1835 para el príncipe heredero Alejandro de Rusia se perdieron; pero en la Gemäldegalerie de Kassel se conservan dos cuadros pintados en papel transparente por ambas caras, de manera que según cómo se iluminasen uno es una escena diurna y otra nocturna. Se considera que forman parte de la prehistoria de espectáculos modernos como el cine.
Friedrich pintó unas 310 obras. Algunas desaparecieron en el incendio de 6 de julio de 1931 que destruyó el Palacio de Cristal (Glaspalast) de Múnich; otras lo hicieron en el bombardeo de Dresde en la Segunda Guerra Mundial.
Johannes Vermeer van Delft (bautizado en Delft, el 31 de octubre de 1632 - id. 15 de diciembre de 1675), llamado por sus contemporáneos Joannis ver Meer o Joannis van der Meer e incluso Jan ver Meer, es uno de los pintores neerlandeses más reconocidos del arte Barroco. Vivió durante la llamada Edad de Oro neerlandesa, en la cual las Provincias Unidas de los Países Bajos experimentaron un extraordinario florecimiento político, económico y cultural.
La obra completa de Vermeer es muy reducida, solamente se conocen 33 a 35 cuadros. Esto pudo deberse a que pintaba para mecenas, por encargo, más que para el mercado de arte.
La muchacha del collar de perlas (1662-66). Es uno de los tres cuadros de mujeres pintados en su mejor momento. El amarillo y el blanco determinan la luz y el ambiente. |
Pintó otras obras, hoy perdidas, de las que se tiene conocimiento por antiguas actas de subastas. Sus primeras obras fueron de tipo histórico, pero alcanzó la fama gracias a su pintura costumbrista, muchas veces considerada de género, que forma la mayoría de su producción. Sus cuadros más conocidos son Vista de Delft y La joven de la perla. En vida fue un pintor de éxito moderado. No tuvo una vida desahogada, quizá debido al escaso número de pinturas que producía, y a su muerte dejó deudas a su esposa y once hijos.
Prácticamente olvidado durante dos siglos, a partir de mediados del siglo XIX, la pintura de Vermeer tuvo un amplio reconocimiento. Théophile Thoré-Bürger contribuyó a la consagración de Vermeer con unos artículos periodísticos muy elogiosos. Actualmente está considerado uno de los más grandes pintores de los Países Bajos. Es particularmente reconocido por su maestría en el uso y tratamiento de la luz.
Muchacha leyendo una carta, hacia 1657 (Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde). |
Dama con dos caballeros o Muchacha con copa de vino, hacia 1659-1660 (Herzog Anton Ulrich-Museum, Brunswick). |
que no se puede decir del arte.
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