domingo, 17 de enero de 2016

(Recomendado) La misión película - El Tratado de Madrid - La Compañía de Jesús - Lorenzo Ricci - Iguazú - Reducciones jesuíticas - Francisco Álvarez de Toledo - Organizacion misiones - Marqués de Pombal


La Misión - The Mission (Pelicula) - Pincha aqui

La misión es una película británica de 1986 dirigida por Roland Joffé e interpretada por Robert De Niro, Jeremy Irons, Ray McAnally y Aidan Quinn en los papeles principales, ganadora de varios premios cinematográficos internacionales. Para darle un hilo conductor al drama, quizá se toma como fuente de inspiración la vida del sacerdote jesuita, misionero y escritor peruano Antonio Ruiz de Montoya (Lima, 1585 – Lima, 11 de abril de 1652) si bien desdobla su personalidad en dos personajes y sitúa el desarrollo en un tiempo posterior.

Antonio Ruiz de Montoya
Nació en 1585 en Lima, Perú. A los 24 años ingresó a la Compañía de Jesús. Después de seguir el noviciado en el Colegio Máximo de San Pablo de Lima, viajó a la actual Argentina por cuatro años, en donde siguió los estudios de teología y filosofía en Córdoba. Una vez concluidos sus estudios, fue destinado a las reducciones del Paraguay a trabajar con los indígenas guaraníes.

Roland Joffé (Londres, 17 de noviembre de 1945) es un director de cine franco-británico de origen judío.
El largometraje británico de Roland Joffé tiene como telón de fondo el Tratado de Madrid (1750), entre España y Portugal, por el que se dirimió momentáneamente la disputa por la Colonia del Sacramento —en la desembocadura de Río de la Plata— y la lucha entre las monarquías absolutas europeas y el poder detentado por la Iglesia hasta la época centrado en la Compañía de Jesús; ésta ejercía gran influencia en los ámbitos cultural, económico y en alguna medida político, agudizada esta última por la cuestión de su cuarto voto religioso a favor de la figura del Pontífice. Por entonces observaban, los reyes católicos europeos, la figura papal más como un príncipe soberano que la de un pastor de almas, con lo que los jesuitas eran vistos como los representantes de un estado dentro de sus dominios.


El Tratado de Tordesillas fue el compromiso suscrito en la localidad de Tordesillas —actualmente situada en la provincia de Valladolid, en España—, el 7 de junio de 1494, 1 entre los representantes de Isabel y Fernando, reyes de Castilla y de Aragón, por una parte, y los del rey Juan II de Portugal, por la otra, en virtud del cual se estableció un reparto de las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante un meridiano situado 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde a fin de evitar conflictos de intereses entre la Monarquía Hispánica y el reino de Portugal.



Colonia del Sacramento, conocida en el medio local como Colonia, es la capital del departamento de Colonia, en el suroeste de Uruguay. Está ubicada en la ribera norte —izquierda— del Río de la Plata, a 177 kilómetros de Montevideo y frente a las costas de Buenos Aires, Argentina, de la que dista sólo unos 50 kilómetros.
Se encuentra emplazada sobre el cabo que forman las puntas de San Pedro y Santa Rita. Su casco antiguo, el barrio histórico que comprende 12 hectáreas del extremo occidental de la ciudad, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995 al ilustrar la fusión exitosa de los estilos portugués, español y post-colonial. El plano es de origen portugués y contrasta con el estándar que prescribía la ley española sobre las Indias Occidentales. Se caracteriza por sus calles angostas de piedra, que resaltan su tradición militar.
Su proximidad con la ciudad de Buenos Aires la vincula fuertemente con ésta. Son numerosos los viajeros que llegan y parten con ese destino y también los habitantes de Buenos Aires que tienen propiedades en ella. 
Una de las primeras versiones del sello de la Compañía de Jesús (Iglesia del Gesù, Roma). El trigrama "IHS", comprendido por las tres primeras letras griegas de "IHΣOYΣ" (Jesús).
La Compañía de Jesús (Societas Jesu, S. J.), cuyos miembros son comúnmente conocidos como jesuitas, es una orden religiosa de la Iglesia católica fundada en 1534 por Ignacio de Loyola, junto con Francisco Javier, Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás de Bobadilla, Simão Rodrigues, Juan Coduri, Pascasio Broët y Claudio Jayo en la ciudad de Roma, siendo aprobada por el papa Paulo III en 1540.
Con 17676 miembros en 2012 (sacerdotes, estudiantes y hermanos), es la mayor orden religiosa masculina católica hoy en día, aunque en disminución (17287 miembros en 2013). Su actividad se extiende a los campos educativo, social, intelectual, misionero y de medios de comunicación católicos.
Ignacio de Loyola (Azpeitia, 1491 – Roma, 31 de julio de 1556) fue un militar y luego religioso español, surgido como un líder religioso durante la Contrarreforma. Su devoción a la Iglesia católica se caracterizó por la obediencia absoluta al papa. Fundador de la Compañía de Jesús de la que fue el primer general, la misma prosperó al punto que contaba con alrededor de mil miembros en más de cien casas —en su mayoría colegios y casas de formación— repartidas en doce provincias al momento de su muerte. Sus Ejercicios espirituales, publicados en 1548, ejercieron una influencia proverbial en la espiritualidad posterior como herramienta de discernimiento.4 La Iglesia católica lo canonizó en 1622, y Pío XI lo declaró patrono de los ejercicios espirituales en 1922.

Construcción 1689-1738 (iglesia y ala sur) - 1760-1767 (ala norte) Estilo: Barroco y churrigueresco (interior)
El Santuario y Basílica de Loyola, en euskera Loiola, es un complejo monumental y religioso construido alrededor de la casa natal de Ignacio de Loyola (para los católicos, San Ignacio de Loyola), fundador de la Compañía de Jesús, conocida como los Jesuitas. Se encuentra en el barrio de Loyola del municipio guipuzcoano de Azpeitia en el País Vasco (España). El santuario se ubica a orillas del río Urola entre las poblaciones de Azpeitia y Azcoitia.
La casa de Austria fue la impulsora de la construcción del santuario, pero este se realizó bajo la dinastía de los Borbones. Por ello sobre el pórtico se ubica un gran escudo de los Borbones.
Arquitecto(s) Carlo Fontana (proyecto) Martín de Zaldúa (hasta 1693), José de la Incera (hasta 1698) y Jean Begrand
Carlo Fontana (Novazzano, 1634/1638 - 1714) fue un arquitecto y escultor italiano, en parte responsable por la dirección clasicista que tomó el barroco tardío en la arquitectura de Roma.

Francisco de Javier o Francés de Jasso (Castillo de Javier, Reino de Navarra, 7 de abril de 1506 – Isla de Sanchón, China, 3 de diciembre de 1552) fue un presbítero, religioso y misionero navarro, miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola. Fue canonizado por la Iglesia católica con el nombre de san Francisco Javier.1 Destacó por sus misiones, que se desarrollaron en la India y el oriente asiático. Recibió el nombre de Apóstol de la India.

Mapa del viaje de San Francisco Javier

El castillo y la basílica anexa, del siglo XIX.
Castillo de Javier, donde residía Juan de Jasso, presidente del Consejo Real de Navarra y padre de San Francisco Javier y de sus hermanos Juan y Miguel, que lucharon contra los invasores. El castillo fue desmochado para impedir la resistencia navarra; está situado en una loma de la localidad de Javier, en Navarra, a 52 km al este de Pamplona capital y 7 km al este de Sangüesa. Data del siglo X.
Los jesuitas llegaron a Brasil ya en el generalato de San Ignacio. En el gobierno de san Francisco de Borja ingresaron a Florida, Perú y México. Y en el de Claudio Acquaviva a Canadá, a Nueva Granada, a la Presidencia de Quito y otras zonas. De acuerdo a sus nacionalidades, los misioneros jesuitas se distribuyeron en las distintas posesiones de las potencias europeas.
Canadá: fue evangelizado por jesuitas franceses. La inmensidad del territorio, el clima y la hostilidad de los hurones e iroqueses convirtieron a la canadiense en una de las misiones más difíciles de la Compañía. Esta misión incluyó territorios que hoy pertenecen al estado de Nueva York y consiguió convertir a miles de hurones, no así a los iroqueses, que siempre fueron hostiles hacia los europeos.
Mississippi: fue explorado y evangelizado por jesuitas franceses. Entre ellos destacó el padre Jacques Marquette (1637-75) quien, con el explorador Louis Jolliet, fue el primer europeo que recorrió y cartografió el río Misisipi desde el territorio norteño de Nueva Francia (1673). Fundó algunos poblados en Nueva Francia (actual estado de Míchigan).
México: Los jesuitas llegaron a México por San Juan de Ulúa, Veracruz, el 9 de septiembre de 1572 y a la ciudad de México el 28 del mismo mes, donde Alonso de Villaseca les otorgó unos solares dos cuadras atrás de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Allí fundaron el Colegio Real y más Antiguo de San Ildefonso, edificio considerado una de las obras cumbres del barroco mexicano. El título de "Real" se dio porque el rey ofrecía 12 becas a igual número de estudiantes, quienes eran conocidos como colegiales reales.13 El trabajo jesuita se extendió hasta el 25 de junio de 1767, cuando fueron expulsados y sus propiedades tomadas militarmente, hasta que el 19 de mayo de 1816 Fernando VII restituyó a la Compañía.
Fachada de Giacomo della Porta de la iglesia del Gesù, un precursor del barroco.
La Iglesia del Gesù (en italiano, Chiesa del Sacro Nome di Gesù, o Iglesia del Santo Nombre de Jesús) situada en la plaza del Gesù en Roma, es la iglesia madre de la Compañía de Jesús, conocida como los jesuitas, una orden de la Iglesia católica. Su fachada está reconocida como «la primera verdaderamente barroca» y fue el modelo de innumerables iglesias jesuitas en todo el mundo, especialmente en el continente americano.
Giacomo della Porta (c. 1540 -Roma, 1602) fue un escultor y arquitecto italiano que trabajó en muchos edificios importantes en Roma, incluyendo la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
Complejos agrícolas jesuíticos en Sudamérica: Los jesuitas fueron innovadores en la explotación de sus haciendas y propiedades en la América Hispánica. Durante los siglos XVII y XVIII supieron gestionar verdaderos emporios agro-industriales con métodos de gerencia que se adelantaron a los utilizados en la actualidad. Entre ellos, uno de los más importantes fue la explotación de las minas de Paramillos de Uspallata (Argentina) de plomo, plata y cinc. Además, agregaron la participación patrimonial de lo recaudado en las haciendas para luego ser redistribuido entre indígenas, esclavos y empleados, con lo que se puede concluir que fueron los primeros en otorgar una suerte de “títulos de propiedad” a sus subordinados.
La finalidad de estas propiedades era sostener sus colegios, que, debido a una rigurosa concepción del voto de pobreza, eran gratuitos. Sin embargo, la riqueza de estos complejos y haciendas atrajo la ambición de las coronas y particulares y, a la larga, fue un factor para la supresión de la Orden.
Los gobiernos ilustrados de la Europa del siglo XVIII se propusieron acabar con la Compañía de Jesús por su defensa incondicional del papado, su actividad intelectual, su poder financiero y su influjo político. Ciertamente, se habían ganado poderosos enemigos: los partidarios del absolutismo, los jansenistas y los filósofos franceses (Voltaire, Montesquieu, Diderot). No faltaron tampoco las intrigas de ciertos grupos en la misma Roma. El contexto político europeo se caracterizó en estos años por el advenimiento del llamado despotismo ilustrado y por un declive notorio del prestigio político del papado y la voluntad política de los Borbones y de la corona Portuguesa de robustecerse en detrimento de la Iglesia.
San Ignacio de Loyola (1775-1780), óleo sobre lienzo de Francisco de Goya.Colección privada, España
Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, provincia de Zaragoza, 30 de marzo de 1746-Burdeos, Francia, 16 de abril de 1828)1 fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.

El mismo Napoleón, en sus memorias, escribiría:
Los jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el objetivo de esta organización es Poder, Poder en su más despótico ejercicio, Poder absoluto, universal, Poder para controlar al mundo bajo la voluntad de un sólo hombre [El Superior General de los Jesuitas]. El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos y, a la vez, es el más grandioso y enorme de los abusos.
El padre general desde 1758 era el florentino Lorenzo Ricci. El primer país en expulsar a la Compañía de Jesús fue Portugal.
 Lorenzo Ricci (Florencia, 2 de agosto de 1703 - Roma, 24 de noviembre de 1775) fue el décimo octavo Prepósito general de la Compañía de Jesús y el último antes de la supresión de esta congregación religiosa en 1773.
Estudió con los jesuitas en el Collegio Cicognini de Prato. Entró con los jesuitas en 1718 en Roma. Allí estudió Filosofía y Humanidades. Luego fue profesor de Retórica en Siena (1725-1731).
Con la muerte de Clemente XIII y la llegada de su sucesor, Clemente XIV, las presiones para la supresión de la Compañía se hicieron más fuertes. El 16 de agosto de 1773, el papa firmó el breve Dominus ac Redemptor que significó el fin de la orden. El P. Ricci y sus consejeros fueron arrestados y llevados al Colegio inglés y luego en Castel Sant'Angelo el 23 de septiembre de ese año. Clemente XIV lo mantuvo en cárcel y sin poder celebrar la misa a pesar de su edad, según indicó, por «razones de seguridad».
El siguiente papa, Pío VI, buscó liberarlo pero el P. Ricci falleció. Cinco días antes de morir afirmó su inocencia junto con la de la Orden.
Fue sepultado en la Iglesia del Gesù.
En 1763, Luis XV de Francia los acusó de malversación de fondos debido a la quiebra de Antoine Lavalette en Martinica. El Parlamento de París, que ya desde la fundación de la Orden había impugnado la presencia legal de la Orden en Francia, condenó las Constituciones y el rey decretó la disolución de la orden en sus dominios, y el embargo de sus bienes.
 Luis XV de Francia (en francés, Louis XV) (Versalles, 15 de febrero de 1710 – ibídem, 10 de mayo de 1774), llamado El Bienamado (en francés: Le Bien-Aimé), fue rey de Francia y de Navarra entre los años 1715 y 1774. Además, fue copríncipe de Andorra y duque de Anjou.
Heredado el trono de su bisabuelo Luis XIV a la edad de cinco años, pasó sus primeros años de reinado en relativa tranquilidad, rodeado de preceptores que le proveyeron una gran cultura, mientras que el poder efectivo fue entregado a varios regentes. Al alcanzar la mayoría de edad le confió el gobierno al cardenal Fleury, su antiguo preceptor.
Más tarde, los jesuitas fueron expulsados de los territorios de la corona española a través de la Pragmática Sanción de 1767 dictada por Carlos III el 2 de abril de 1767 y cuyo dictamen fue obra de Pedro Rodríguez de Campomanes (futuro conde de Campomanes), regalista y por entonces fiscal del Consejo de Castilla. Al mismo tiempo, se decretaba la incautación del patrimonio que la Compañía tenía en estos reinos (haciendas, edificios, bibliotecas), aunque no se encontró el supuesto «tesoro» en efectivo que se esperaba. Los hijos de san Ignacio tuvieron que dejar el trabajo que realizaban en sus obras educativas (lo que supuso un duro golpe para la formación de la juventud en la América hispana) y sus misiones entre indígenas, como las famosas reducciones guaraníes y las menos célebres, pero no menos esforzadas misiones en el noroeste de México (Baja California, Sonora y sierra Tarahumara) y a lo largo del Amazonas (misiones del Marañón).
Carlos III de España, llamado «el Político»b o «el Mejor Alcalde de Madrid» (Madrid, 20 de enero de 1716-ibídem, 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma, Plasencia y Castro —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte.
Carlos era el tercer hijo varón de Felipe V que llegó a la vida adulta y el primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel de Farnesio, por lo que fueron sus medio hermanos Luis I y Fernando VI, quienes sucedieron a su padre en un primer momento. La muerte sin descendencia de estos llevaría a Carlos a ocupar el Trono español.

Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez, primer conde de Campomanes (Santa Eulalia de Sorribas, Tineo, Asturias, 1 de julio de 1723 - Madrid, 3 de febrero de 1802) fue un político, jurisconsulto y economista español. Fue nombrado Ministro de Hacienda en 1760 en el primer gobierno reformista del reinado de Carlos III dirigido por el primer ministro Conde de Floridablanca y despojado de sus cargos ante el temor que despertó en el rey Carlos IV la Revolución francesa en 1789.
La supresión de los jesuitas se produjo el 21 de julio de 1773. Por razones políticas, los reyes de Francia, España, Portugal y de las Dos Sicilias exigían la desaparición de la Compañía. El papa Clemente XIV cedió a las fuertes presiones y mediante el breve Dominus ac Redemptor suprimió la Compañía de Jesús.
Dominus ac Redemptor es un breve apostólico, promulgado el 21 de julio de 1773 por el Papa Clemente XIV, por medio del cual se suprimió a la Compañía de Jesús.
Primera páginas del Dominus ac Redemptor, en francés y latín.

Clemente XIV, autor del Breve apostólico Dominus ac Redemptor. Anónimo, siglo XVIII.
Clemente XIV (Sant'Arcangelo di Romagna, 31 de octubre de 1705 - Roma, 22 de septiembre de 1774). Papa n.º 249 de la Iglesia católica entre 1769 y 1774.
Estudió en un colegio de los jesuitas de Rímini y luego en la escuela de los Hermanos Piaristas de Urbino. Ingresó en la orden de los Franciscanos Conventuales en Mondaino, provincia de Forlí. En 1731 obtuvo el doctorado en teología en la Universidad La Sapienza de Roma. Definidor de su orden en 1741, renunció por dos veces al generalato de la misma. Fue un excelente teólogo, pero también músico, poeta y un consumado jinete.
Sin embargo, en Rusia —concretamente en Bielorrusia— y Prusia el edicto de supresión no fue promulgado por los monarcas. Jesuitas de toda Europa aceptaron la oferta de refugio hecha por la zarina Catalina la Grande, quien esperaba continuar así, con el apoyo intelectual de la Compañía, la obra de modernización iniciada por Pedro el Grande.
Restauración Cuarenta años después, en medio de los efectos causados por la Revolución francesa, las guerras napoleónicas y las guerras de independencia en la América Hispánica, Pío VII decidió restaurar a la Compañía. De hecho, los jesuitas habían sobrevivido en Rusia —unos cuantos centenares— protegidos por Catalina II. La restauración universal era vista como una respuesta al desafío que representaban quienes eran vistos en ese entonces como los enemigos de la Iglesia: la masonería y los liberales, principalmente.
La película comienza junto a las Cataratas del Iguazú, donde los misioneros jesuitas intentan atraer a la fe y la civilización a los indios guaraníes, que vivían en la selva. Tras el fallecimiento, como mártires, de algunos religiosos de la Compañía, el P. Gabriel (Jeremy Irons) encabezará la labor pastoral en solitario acompañado de una Biblia y un oboe.


Algunos de los saltos del lado argentino de las cataratas del Iguazú, vistos desde la orilla brasileña.
Las cataratas del Iguazú (en portugués: cataratas do Iguaçu) son un conjunto de cataratas que se localizan sobre el río Iguazú, en el límite entre la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Paraná. Están totalmente insertadas en áreas protegidas; el sector de la Argentina se encuentra dentro del parque nacional Iguazú, mientras que el de Brasil se encuentra en el Parque Nacional do Iguaçu. Fueron elegidas como una de las «Siete maravillas naturales del mundo».

Están formadas por 275 saltos, el 80 % de ellos se ubican del lado argentino. Un espectáculo aparte es su salto de mayor caudal y, con 80 m, también el más alto: 
la Garganta del diablo, el cual se puede disfrutar en toda su majestuosidad desde solo 50 m, recorriendo las pasarelas que parten desde Puerto Canoas, al que se llega utilizando el servicio de trenes ecológicos. Por este salto pasa la frontera entre ambos países. 
Poco a poco su labor va adquiriendo cuerpo hasta que pasado el tiempo —apoyado por otros sacerdotes y hermanos jesuitas— logra crear las reducciones o misiones en la zona. Estas fueron una especie de comunidades autosuficientes donde los indios eran evangelizados —apartándolos de sus temores paganos— e instruidos en las destrezas técnicas y culturales europeas en el uso de herramientas para la agricultura, la música, etc. además de protegerlos de los tratantes de esclavos. Esta última práctica estaba prohibida por las Leyes de Indias dictadas por los reyes de España, pero, en aquel lugar tan apartado del mundo y con la sustanciosa compra-venta que hacían los vecinos portugueses de los indios capturados (en territorio luso sí estaba permitido), las autoridades locales españolas no sólo hacían caso omiso de la ilegalidad de estas prácticas, sino que se lucraban con ello.

Localización de las misiones jesuíticas guaraníes en los actuales territorios de Argentina, Paraguay y Brasil.
Las treinta misiones jesuitas guaraníes se localizaron en la geografía de los actuales territorios de las repúblicas de Argentina, Paraguay y Brasil, en derredor de dos de los más importantes ríos que conforman la cuenca del Plata, el río Paraná y el río Uruguay, en la selva tropical de la mata atlántica.
Los jesuitas fueron continuadores del exitoso sistema de planificación demográfico que el virrey del Perú Francisco Álvarez de Toledo había ideado para las reducciones de indios. Así se creó la “República de indios” donde las misiones alcanzaron un alto grado de desarrollo.
La primera misión jesuítica guaraní se fundó en 1609, en el actual territorio de Paraguay, bajo el nombre de San Ignacio Guazú.
A pesar de que la provincia argentina de Misiones es conocida mundialmente por las cataratas de Iguazú, no es ése el único Patrimonio de la Humanidad que posee. De hecho, el nombre de la provincia proviene de ese otro patrimonio: las misiones jesuíticas o reducciones jesuíticas. 
Las luchas territoriales entre los portugueses (bandeirantes) y los españoles –ninguno acataba el Tratado de Tordesillas– llevó al rey de España, Felipe II, a enviar a los jesuitas a la zona. Corría el año 1585 y la misión que les encomendó era tanto defender las fronteras españolas de los ataques de los bandeirantes como cristianizar y “educar” a los indios guaraníes en las costumbres españolas, evitando, de paso, que fueran capturados como esclavos. La esclavitud de los guaraníes era habitual en ambos reinos, en el de Portugal porque allí era legal y en el de España porque, a pesar de existir una ley que lo prohibía, tampoco se respetaba.
A su llegada, en 1632, los jesuitas fundaron sus misiones más al norte, en el actual estado brasileño de Paraná, pero, tras varios ataques de los bandeirantes, se trasladaron hacia el sur siguiendo los ríos Paraná y Uruguay hasta un área que comprendía el actual estado argentino de Misiones y sus alrededores: el departamento de Itapúa en Paraguay y el estado de Rio Grande do Sul en Brasil. 

Francisco Álvarez de Toledo (Oropesa, 15 de julio de 1515-Escalona, 21 de abril de 1582) conocido también como El Solón Virreinal, fue un aristócrata y militar de la Corona de Castilla, que fue el quinto Virrey del Perú. Ocupó dicho cargo desde el 30 de noviembre de 1569 hasta el 1º de mayo de 1581, un total de once años y cinco meses. Si bien para la mayoría de los historiadores fue el más importante de los virreyes del Perú y ha sido elogiado como el “supremo organizador” del inmenso virreinato, por darle una adecuada estructura legal, afianzando importantes instituciones indianas, en torno a las cuales giró la administración del país durante doscientos años, para otros fue el gran tirano de los indios por haber explotado a los indios de forma inhumana, tratando de aparentar que conservaba la mita minera del Imperio Inca pero tergiversando completamente el concepto justo incaico y convirtiéndolo, de forma exagerada, en una forma de explotación española, y haber ejecutado al último inca de Vilcabamba, Túpac Amaru I.
La mita fue un sistema de trabajo obligatorio utilizado en América específicamente en la Región Andina, tanto en la época incaica, como en la de la posterior conquista española de América. Era un sistema de trabajo a favor del Estado incaico destinado a las tierras del dios Sol que implicaba la construcción de centros administrativos, templos, acueductos, etc. Existía una mita para servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa inca, músicos, chasquis y danzantes, los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, mas no las mujeres, cuya edad oscilaba entre los 18 y 50 años.
Todas las misiones jesuíticas –como cualquier pueblo construido por los españoles en la época– tenían la misma planta, la marcada por las Leyes de Indias. Se construía una gran plaza cuadrangular y uno de sus lados era para uso de la Iglesia: allí se construían el templo, el camposanto, el claustro, la casa de los padres, la escuela y los talleres. En los otros tres lados de la plaza se encontraban las construcciones laicas, en el caso de las reducciones se levantaban las casas de los guaraníes. En cada reducción se agrupaban varias comunidades de guaraníes, llegando a unos 4.000 – 5.000 habitantes, si la población superaba esta cifra se fundaba una nueva misión.
ORGANIZACIÓN DE LAS MISIONES
Los monjes jesuitas buscaban evangelizar a los indios, pero también su cooperación en la defensa de las fronteras. Frente a los cambios impuestos por la evangelización: rechazar sus creencias, abandonar sus costumbres semi-nómadas, ser controlados en su trabajo…, les “permitían” mantener su idioma –sólo para usarlo entre ellos, puesto que para tratar con los sacerdotes debían usar el latín– y “dejaban” cierto poder a los caciques, jefes, de cada comunidad. Los caciques de las comunidades de una misión formaban un cabildo en el que tomaban decisiones. De cualquier forma, eran los párrocos los que se encargaban de la gestión de la reducción, así como de la enseñanza. Como el cargo de cacique pasaba de padres a hijos, los hijos también contaban con “privilegios”. En este caso era el de ir a la escuela, el resto de niños de la reducción asistían a los talleres donde aprendían un oficio: carpintero, herrero, orfebre, etc. También eran educados militarmente. La militarización de las misiones llevó al envío de soldados para enseñar las técnicas europeas de guerra y al uso de esta fuerza para sofocar rebeliones internas en otros puntos de la zona.
La palabra reducción viene del latín reducti que significa “llevados”. Los indígenas, convertidos, eran entonces "llevados" al catolicismo.
El número de mujeres era mucho mayor que el de hombres, pero los jesuitas no podían permitir que subsistiese la costumbre de la poligamia –aunque a los caciques se les permitió al principio–. Para facilitar el encuentro de los jóvenes, el templo de San Ignacio contaba con tres naves: para mujeres casadas, para hombres casados y para solteros de los dos sexos. Dos misas diarias provocaban cruces de miradas y sonrisas… Eran las chicas las que elegían novio, pero eran sus padres –de las chicas– las que tenían que dar su visto bueno. Los chicos no podían negarse, al ser menos que las chicas era un honor ser elegidos, incluso los hijos de los caciques no podían negarse. Eso sí, cuando una mujer quedaba viuda, era apartada de la comunidad y pasaba a vivir en el cotiguazú –casa grande en guaraní– sirviendo a los párrocos y cuidando a los niños pequeños.
Las ruinas más conocidas de la reducción de San Ignacio Miní, una misión jesuítica fundada a comienzos del siglo XVII para evangelizar a los nativos guaraníes, por el padre jesuita, hoy san Roque González de Santa Cruz , se encuentran en la actual localidad de San Ignacio, en la provincia argentina de Misiones, distantes unos 60 km de la capital provincial, Posadas. Aunque el asiento inicial de San Ignacio Miní (San Ignacio Miní I) se ubica en el extremo norte del actual estado brasileño de Paraná cuando entre los siglos XVI y XVIII el territorio de tal estado formaba la región hispanojesuítica de La Guayrá.
La expulsión de los jesuitas provocó el abandono de las misiones. Las guerras fronterizas de 1818 casi acabaron con ellas. No fue hasta hace pocas décadas que no se recuperaron y entraron a formar parte del patrimonio cultural de los tres países en que se encuentran.
En el medio de esta labor misional, surge el personaje de un cazador furtivo de indios, el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), a quien la traición nacida entre su amante y su hermano arrastrará a una confrontación fratricida (un duelo) con un resultado mortal. A raíz de esto, Mendoza sufre una transformación física y psicológica, ya que siente culpa por la muerte de su hermano y por los indios cazados. Es acogido por la orden jesuita en la ciudad, no obstante lo cual no logra perdonarse a sí mismo. El padre Gabriel le invita a la reconciliación con Dios, con los indios guaraníes y consigo al proponerle ir con él a la selva y ayudar a la labor que llevaban a cabo en una de sus reducciones. El capitán acepta, cargando voluntariamente con sus armas y bagajes, por un territorio accidentado, hasta donde viven libremente los guaraníes. Allí es perdonado por estos —que lo reconocen— y liberado espiritualmente de toda carga pasada. La labor misional va viento en popa, hasta que la situación geoestratégica internacional nubla aquel paraíso en la tierra.

El nuncio de Su Santidad, cardenal Altamirano (Ray McAnally), es enviado a aquellas tierras para hacer desaparecer las reducciones jesuitas a través de la vía diplomática y no soliviantar a las potencias de España y Portugal. La supervivencia de la Compañía está en juego en todo el orbe católico. A pesar de todo ello, los misioneros le enseñan la magnífica obra realizada —que en la película es magistralmente elevada al éxtasis con la música de Ennio Morricone— con el objetivo de hacerle desistir de sus propósitos.

Máxima extensión del Imperio portugués (diacrónico)
El Imperio portugués es el nombre que recibe el conjunto de Portugal y sus territorios, en diferentes fases y extensión, desde el siglo XV hasta el siglo XX; se formó en la Era de los descubrimientos, durante la cual ocupó un lugar predominante conjuntamente con el Imperio español, siendo una de las más poderosas potencias de la época. Las primeras colonias portuguesas al sur del Sahara (despúes de las bases norteafricanas anteriores) se establecieron primero en el oeste africano, en la India y en el este de África, desde el final del siglo XV. Este imperio, que se se extendió por el mundo en la primera mitad del siglo XVI, desde Brasil hasta las Molucas y el enclave comercial de Nagasaki, estaba conformado, sobre todo durante su primera fase, por las ciudades propiamente portuguesas (Goa, p.e.); las factorías comerciales, o construcciones en ciudades bajo protectorado portugués o no portuguesas, realizadas exclusivamente para el comercio (Chittagong, p.e.), y las bases comerciales, o zonas de intercambio directo (ciudades no portuguesas sin edificios cuyo mercado lo realizaban desde las propias cargas del barco).
El Imperio portugués pasó a pertenecer a la Monarquía Hispánica durante el reinado de Felipe II y se separó en el reinado de Felipe IV (1580-1640). Portugal perdió las colonias que le quedaban cuando se independizaron en el año 1975, siendo ésta la fecha de disolución formal del Imperio portugués, si bien el Imperio fue perdiendo poder paulatinamente con el proceso de decadencia iniciado en el siglo XVI, estando marcado este proceso por la independencia de la que fuera la más importante de las colonias portuguesas, Brasil, en el año 1822.
Felipe II por Sofonisba Anguissola, 1565 (Museo del Prado).
Rey de España, Portugal, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, duque de Milán, soberano de los Países Bajos y duque de Borgoña, rey de Inglaterra e Irlanda iure uxoris
Sofonisba Anguissola (Cremona, hacia 1535 - Palermo, 1625) fue una pintora italiana, la primera mujer pintora de éxito del Renacimiento y una de las artistas más longevas.
Felipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598)
 A mediados del siglo XVI, España controlaba México (que sería conocido como Nueva España), el istmo centroamericano, el Caribe y gran parte del continente sudamericano (excepto Brasil, que correspondía a Portugal, según las normas marcadas en el Tratado de Tordesillas de 1494). Algunos personajes importantes en este proceso habían sido Hernán Cortés, responsable de la conquista de México (antiguo Imperio Azteca), Francisco Pizarro, conquistador del Perú (antes conocido con el nombre de Tahuantinsuyo en lengua quechua o Imperio incaico), Sebastián de Benalcázar, fundador de Cali y la moderna ciudad de Quito, o Pedro de Valdivia, que fundó Santiago de Chile.
Pero la máxima extensión del Imperio Español se alcanzó en 1580, cuando Felipe II heredó la Corona de Portugal, tras la extinción de la línea masculina de la dinastía de Avis (de la cual el propio monarca español descendía por línea femenina, al ser hijo de Isabel de Avis), y con ello los territorios del Imperio Portugués. Fue entonces cuando se hizo muy popular la frase de que Felipe II controlaba un imperio donde no se ponía el sol.

Como se puede observar, Felipe II tenía en sus manos toda la Península Ibérica, Flandes y los Países Bajos (actuales Bélgica y Holanda), Luxemburgo, el Franco Condado, el sur de Italia, una parte importante de las costas africanas, tanto del Atlántico como del Índico, la mayoría de América (Florida, México, el istmo centroamericano, las islas del Caribe y la parte sur del continente), el litoral indio y buena parte del Sudeste asiático (incluyendo las islas Filipinas, recientemente conquistadas y algunos enclaves del sur de China).
Sin embargo, el siglo XVII fue una época de decadencia del imperio más importante de la época. Portugal se independiza de nuevo en 1640 y adopta una nueva dinastía: los Braganza, que permanecerá hasta la caída de la monarquía portuguesa, en 1910. En 1659, con la Paz de los Pirineos, se pierde el Rosellón, región histórica con capital en Perpiñán (en francés, Perpignan), que pasará a manos de Francia y será conocida como la Cataluña francesa.
Tras la muerte en 1700 de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, se desencadena una guerra de sucesión, y se instalan los Borbones en el trono español con Felipe V, nieto del rey francés Luis XIV. Se pierden los dominios italianos (la región de Milán y la zona de Nápoles y Sicilia), Flandes y se cede a Gran Bretaña el peñón de Gibraltar, que todavía no ha sido devuelto a España.

Por su parte, los territorios americanos se subdividen y se crean nuevos virreinatos (ambos desgajados del Perú): el de Nueva Granada, que abarca las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, y el del Río de la Plata, que se extiende por las actuales Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Por tanto, a finales del siglo XVIII, el Virreinato del Perú queda reducido al actual Estado peruano. También se conquistarían una porción importante de los actuales Estados Unidos (así se explican los nombres españoles de algunas de sus ciudades, como Los Ángeles, San Francisco, Sacramento o El Paso). En el  mapa, se puede ver la extensión del Imperio Español a principios del siglo XIX (marcada en amarillo oscuro)

Situación del Imperio español en 1824. En azul los territorios independizados en la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1809-1824).En las décadas siguientes, la extensión del Imperio Español se reduce drásticamente por la independencia de los territorios americanos, que se lleva a cabo en su mayoría antes de 1830. Aquí se observan marcadas en azul las tierras americanas independizadas en el primer tercio del siglo XIX. Se marcan en rojo los territorios que aún permanecerían bajo dominio español hasta finales del siglo XIX: Cuba y Puerto Rico en el Caribe y Filipinas en Extremo Oriente. Otros pequeños territorios conquistados por España a partir de entonces serían las islas de Fernando Poo (actual Bioko) y Annobón (en el golfo de Guinea) que junto con la tierra firme de Río Muni formarían la Guinea española hasta su independencia en 1968, el protectorado del norte de África (el norte del actual Marruecos, independizado en 1956) y el Sahara occidental.

El Sáhara español y Sidi Ifni en rojo (también en tal color, como toda España, están teñidas las Islas Canarias que no pertenecen al Sáhara y están pobladas casi absolutamente por españoles desde el s XV) y el Marruecos español en rosado.

La Guinea española en 1960.

Posesiones españolas en el norte de África.

El corazón y la inteligencia, la labor pastoral y las exigencias políticas de la época harán dudar al nuncio, que, sin embargo, cederá ante las presiones recibidas creyendo, de este modo, salvar a la Orden y cumplir con su servicio a la Iglesia. Craso error. Años más tarde estalló la Guerra de los Siete Años (1756–1762), un conflicto armado a escala mundial que se desarrolló tanto en Europa como en América y Asia. Poco más tarde (1767), la Compañía de Jesús fue expulsada de todas las posesiones de la Monarquía Hispánica —hecho que ya se había dado con anterioridad en otros reinos cristianos como los de Portugal o Francia— y que, en conjunto, fue un desastre para los virreinatos americanos. Al final del largometraje se dará la lucha que afrontarán ahora los jesuitas de las misiones guaraníes y que será de dos tipos. Tanto pacífica y espiritual (padre Gabriel), como violenta y mundana (hermano Mendoza), ante la política de hechos consumados que resultará de la incorporación de aquel hermoso territorio a la Corona de Portugal, por medio de las armas.


Todos los participantes en la guerra de los Siete Años. Azul: Reino de Gran Bretaña, Reino de Prusia, Reino de Portugal y aliados. Verde: Reino de Francia, Reino de España, Imperio austriaco, Imperio ruso, Reino de Suecia y aliados.
Se denomina Guerra de los Siete Años a la serie de conflictos internacionales desarrollados entre 1756 y 1763, para establecer el control sobre Silesia y por la supremacía colonial en América del Norte e India. Tomaron parte, por un lado, el Reino de Prusia, el Reino de Hanóver y el Reino de Gran Bretaña junto a sus colonias americanas y su aliado el Reino de Portugal tiempo más tarde; y por la otra parte el Reino de Sajonia, el Imperio austríaco, el Reino de Francia, el Imperio ruso, Suecia, y el Reino de España, esta última a partir de 1761. Se produjo un cambio de coaliciones con respecto a la Guerra de Sucesión Austriaca, si bien el conflicto de Silesia y la pugna franco-británica siguen siendo las claves.
Sebastião José de Carvalho e Mello, más conocido como marqués de Pombal o conde de Oeiras (Lisboa, 13 de mayo de 1699 - Pombal, Coímbra, 8 de mayo de 1782) fue un estadista portugués. Primer ministro del rey José I (1750-1777), se le considera una de las figuras más controvertidas y carismáticas de la Historia Portuguesa. Representante del despotismo ilustrado en Portugal en el siglo XVIII, vivió en un período de la historia marcado por la Ilustración, y desempeñó un papel fundamental en el acercamiento de Portugal a la realidad económica y social de los países del Norte de Europa, más dinámicos que Portugal. Inició con esa idea varias reformas administrativas, económicas y sociales. Acabó en la práctica con los autos de fe en Portugal y con la discriminación de los cristianos nuevos, a pesar de que no terminó oficialmente con la Inquisición portuguesa, que se mantuvo en vigor de jure hasta 1821.
"El marqués de Pombal mostrando la reconstrucción de Lisboa" por Louis-Michel van Loo, 1766

Louis-Michel van Loo (Tolón, 2 de marzo de 1707 - París, 20 de marzo de 1771) fue un pintor francés. Su estilo puede considerarse del barroco final, enlazando con el academicismo del neoclásico.
En 1736 llegó a ser pintor de cámara de Felipe V de España en Madrid, donde fue miembro fundador de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752.
Su obra más importante de este periodo es un retrato colectivo de extraordinarias dimensiones: La Familia de Felipe V (1743), en el que aparece el rey rodeado de sus hijos (entre ellos los futuros reyes Fernando VI y Carlos III) y su segunda mujer, Isabel de Farnesio. Volvió a París en 1753, donde pintó numerosos retratos de Luis XV de Francia.
Reformas religiosas La acción reformadora de Pombal se extendió también al ámbito de la política y del Estado. En ese terreno, el primer ministro trató de fortalecer el absolutismo del rey y en la lucha contra los sectores e instituciones que podrían debilitarlo. Recortó los poderes de la Iglesia, subordinando el Tribunal del Santo Oficio (Inquisición) al Estado y, en 1759, expulsó a los jesuitas de Portugal y de las colonias, confiscando sus bienes, alegando que la Compañía de Jesús funcionaba como un poder autónomo dentro del Estado portugués.

La Universidad de Évora fue fundada en 1559 por el Cardenal D. Enrique, futuro Rey de Portugal, a partir del Colégio do Espírito Santo. Fue instituida por el Papa Pablo IV, como Universidade do Espírito Santo y entregada a la Compañía de Jesús, que la dirigió durante dos siglos. En 1759 fue cerrada por orden del Marqués de Pombal, junto con la expulsión de los Jesuítas.

Évora es una ciudad histórica, situada en el corazón de Alentejo, con un centro histórico  rodeado de un amplio cinturón de murallas. Los romanos la llamaron Liberitas Julia y gracias a su riqueza monumental se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad.



Catedral de Évora - gótica
Su centro histórico, bien conservado, es uno de las más ricos en monumentos de Portugal, lo que le vale el calificativo de "Ciudad-Museo". En 1986, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Enrique I de Portugal, apodado el Piadoso y el Casto, y también llamado Enrique el cardenal (Lisboa, 31 de enero de 1512 - Almeirim, 31 de enero de 15801 ), regente (1557 - 1568) y luego rey de Portugal entre 1578 y 1580.
Hijo de: María de Aragón (Córdoba, España, 29 de junio de 1482—Lisboa, Portugal, 7 de marzo de 1517), cuarta hija de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, fue reina de Portugal como segunda esposa de Manuel I, fallecido en 1521.

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