sábado, 4 de marzo de 2023

VIII - La ruta de la seda conectaba con otros caminos, la Ruta de las Pieles, la Ruta del Àmbar y la Ruta del Incienso - Petra - La dinastía ptolemaica - El califato abasí - ZHENG HE Y SUS SIETE VIAJES - El Imperio seléucida

VII - LA RUTA DE LA SEDA - El Imperio seléucida - Antíoco III - Ctesiphon - Bagdad - Palmira - Aleppo - Seleucia Pieria - Partia, pincha aqui

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Con esta gran ruta terrestre conectaban también algunas rutas secundarias que aportaban mercancías de enorme interés, como la "Ruta de la Piel" que llegaba desde Siberia, la "Ruta del Incienso" que provenía del sur, del corazón de Arabia, o la Ruta del Ámbar que arribaba desde el Báltico y los grandes ríos rusos.
Antes de la colonización de América, Rusia era el mayor proveedor de pieles de Europa occidental y partes de Asia. Las pieles eran un producto de exportación ruso muy importante desde la edad media. En un principio la mayoría de las pieles exportadas eran de castor, lobo, zorro, leopardo, ardilla y liebre. Entre los siglos XVI y XVIII Rusia conquistó Siberia, una región rica en animales de piel. Buscando más animales, Rusia se expandió luego a Alaska. Desde el siglo XVII y hasta la segunda mitad del siglo XIX Rusia fue el mayor proveedor mundial de piel, hasta que Estados Unidos y Canadá se incorporaron al mercado.

El comercio de piel jugó un papel vital en el desarrollo de Siberia, el este de Rusia y la colonización rusa en América.

La ruta del incienso es el nombre con el que se conoce a una serie de antiguas rutas comerciales de gran importancia que iban a lo largo de Egipto e India a través de Arabia. El comercio de incienso se trasladaba de Arabia meridional al mar Mediterráneo y floreció entre el siglo III a. C. y el siglo II d. C. La ruta del incienso servía como un canal para el comercio de bienes tales como el olíbano y mirra arábiga; especias indias, ébano, seda y textiles finos;​ y lanas raras, plumas, pieles de animales y oro de África Oriental.

La economía del reino de Qataban (celeste) estaba basada en el cultivo y comercio de especias y plantas aromáticas, incluyendo el olíbano y la mirra. Estos eran exportados al Mediterráneo, India y Abisinia, donde eran muchas preciadas por muchas culturas, usando camellos en rutas a través de Arabia y por mar a la India.

El incienso es una preparación de resinas aromáticas vegetales a las que se les añade algún aceite esencial. Su proceso de fabricación genera dos materiales diferentes: en uno necesitamos una fuente de calor que desprende la fragancia. En el otro, el material se quema y las brasas son las que dan olor. Estos últimos son los más conocidos y, dependiendo de la cultura, se presentan en forma de palito de bambú recubierto o en conos. Los primeros usos documentados del incienso lo sitúan en el Antiguo Egipto, donde ya tenía el halo místico y purificador que sigue teniendo hoy. La planta que se usa para fabricar incienso varía de acuerdo a la flora de cada región, habiéndose multiplicado las posibilidades según se ha expandido, especialmente por Asia. El género Boswellia produce uno de los inciensos de mayor calidad y fama, el conocido como olíbano. Su procedencia está en el sur de la península arábiga. Es también el más antiguo: hace más de 5.000 años que arranca la historia del incienso en el actual territorio de Omán. Los primeros clientes internacionales del olíbano de la Tierra del Incienso fueron precisamente el Antiguo Egipto, donde aparece en relieves, y Mesopotamia.

Qataban, fue uno de los antiguos reinos de Yemen que prosperó en el valle de Baihan. Como muchos otros reinos de Arabia del Sur, adquirió gran prosperidad con el comercio de olíbano y mirra que eran quemados en los altares. La capital de Qataban era Timna y estaba localizada en la ruta comercial que unía a los otros reinos de Hadramaut, Saba y Ma'in.

El comercio de incienso, que conectaba a Egipto con las tierras productoras de incienso, dependía fuertemente de la navegación a lo largo del mar Rojo

Las rutas comerciales marítimas de Roma con India, según el Periplo por la Mar Eritrea del siglo I. Los romanos evitaron la ruta terrestre en favor de la ruta marítima más rápida y segura.

Áreas alrededor de la península arábiga, según el Periplo por la Mar Eritrea.

Los nabateos constituyen un antiguo pueblo ismaelita, cuya actividad se desarrolló especialmente al sur y al este de la región israelí (actualmente en Israel y Jordania). La capital, la mayor parte del tiempo, fue Petra, cuyos famosos restos se sitúan a 80 km al sudeste del mar Muerto. Su época de mayor esplendor abarca del siglo IV a. C. al I d. C. 

En tiempos del emperador Trajano, el legado de Siria, Aulo Cornelio Palma, ocupó el país en el año 105, dominando Bosra y Petra. Al año siguiente el territorio nabateo quedó convertido en provincia romana administrada por un legado, con la Tercera Legión Cirenaica a su mando


Tumbas reales nabateas en Petra en Jordania. La principal razón de que Petra se convirtiera en la Ciudad Perdida es su especial ubicación en un valle rodeado por altas montañas rocosas cuya entrada es el profundo desfiladero conocido como el Siq.
Petra es conocida como la Ciudad Perdida porque si bien su historia se remonta a la época de los nabateos, en el siglo VII a.C, en la Edad Media fue completamente abandonada y no fue «descubierta» por los occidentales hasta principios del siglo XIX. En concreto, fue el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt quien en 1812 consiguió que los habitantes locales le llevaran a conocer esa ciudad perdida de la que se hablaba. Entusiasta de la cultura árabe, antes se convirtió a la religión musulmana y se cambió el nombre por el de Ibrahim Ibn Abd Allah, lo que le permitió ganarse la confianza necesaria para ser conducido hasta Petra. 

Petra alcanzó su máximo desarrollo cuando fue ocupada por la civilización nabatea. Era un pueblo árabe que alcanzó su máximo esplendor entre los siglos IV a.C. y I d.C., el cual se extendió por las tierras de Palestina dedicándose al comercio.
Petra era un gran ciudad comercial, una etapa imprescindible en las rutas de las caravanas que comerciaban con productos procedentes de la India. 

Canal de agua en el Siq de Petra en Jordania

Unas de las claves del auge de Petra fue la disponibilidad de agua, siempre escasa en estas tierras de Oriente Medio.
Por su emplazamiento entre montañas rocosas, y gracias a la construcción de complejas redes de canales, en Petra disponían de suficiente agua para su población.

Por último, la Ruta de la Seda se completaba con un recorrido marítimo. Los barcos eran más eficaces, rápidos y seguros que las recuas de animales de carga, pero lo habitual era que un barco (o una flota) cubrieran sólo una etapa del inmenso recorrido marítimo. En cada parada se cargaban y descargaban pasajeros, mercancías y también marineros, capaces de mover el bajel en las nuevas aguas cercanas a la costa por las que discurría la navegación. 

La Ruta de la Seda marítima era ya una realidad en tiempos de los romanos, que deseaban evital el control parto del tránsito de mercancías. Remontaban el Nilo arriba hasta Coptos (12 días desde Alejandría), y recorrían 400 kilómetros durante 12 días más hasta alcanzar el Mar Rojo. 


Partia, de color amarillo, junto al imperio seléucida (azul) y la república romana (púrpura) alrededor del año 200 a. C.
El Imperio parto, también conocido como Imperio arsácida, fue una de las principales potencias políticas y culturales iranias del antiguo Irán.​ Su segundo nombre proviene de Arsaces I​ que, como líder de los parnos, fue su fundador a mediados del siglo III a. C. cuando conquistó la región de Partia,​ en el noreste de Irán, por entonces una satrapía (provincia) bajo Andrágoras, en rebelión contra el Imperio seléucida. Mitrídates I expandió el imperio al conquistar Media y Mesopotamia a los seléucidas. En su apogeo, el Imperio parto se extendía desde el norte del Éufrates, en lo que ahora es el centro-este de Turquía, hasta el este de Irán. El imperio, situado en la ruta de la seda entre el Imperio romano en la cuenca del Mediterráneo y la dinastía Han de China, se convirtió en un centro de comercio.
Desde allí salían para la India en verano, aprovechando los vientos, para hacer el camino inverso, impulsados también por la meteorología, en invierno. Aunque el viaje duraba medio año y era muy peligroso, Plinio comenta que las mercancías podían incrementar hasta 100 veces el precio de compra, lo que hacía que resultara tremendamente atractivo. Tras el colapso del Imperio Romano de Occidente, las primeras navegaciones capaces de atravesar el Océano Índico para conectar Arabia con la India y el Sudeste Asiático quedaron a cargo de los persas y los árabes. Sus barcos, mucho más grandes que los empleados para atravesar el Mediterráneo, y que recibían el nombre de DHOU, contaban con 3 mástiles con velas de forma trapezoidal o triangular.




La dinastía ptolemaica fue fundada por Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Esta dinastía gobernó en el Antiguo Egipto durante el período helenístico desde la muerte de Alejandro hasta el año 30 a. C., en que se convirtió en provincia romana.
Esta dinastía adoptó desde el principio las costumbres egipcias y, fue una constante enemiga de la dinastía macedonia seléucida. 


El Imperio seléucida  (312-63 a. C.) fue un imperio helenístico, es decir, un estado sucesor del Imperio de Alejandro Magno. El Imperio seléucida se centraba en Oriente Próximo, y en el apogeo de su poder incluía Anatolia central, el Levante, Mesopotamia, Persia, la actual Turkmenistán, Pamir y algunas zonas de Pakistán. Fue un centro de cultura helenística donde se mantenía la preeminencia de las costumbres griegas y donde una élite macedonia grecoparlante dominaba las áreas urbanas.
Los generales de Alejandro se enfrentaron por su supremacía sobre partes del Imperio, y Ptolomeo, uno de los generales y sátrapa de Egipto, fue el primer desafío al nuevo gobierno, lo que llevó a la desaparición de Pérdicas.


Trajano, uno de los emperadores romanos originarios de Hispania, quiso emular al inmortal Alejandro, y en su campaña bélica llegó hasta el Golfo Pérsico, pero distorsionó mucho las débiles relaciones entre el Occidente europeo y la parte entonces conocida del oriente asiático, por lo que la Ruta de la Seda, la que desde tiempos inmemoriales recorría desde China las estepas asiáticas hasta llegar a la Europa Occidental, se resintió mucho.


La viajera hispana Egeria ya hablaba de esta ruta en el S. IV, y se refiere a un puerto que había en el norte del Mar Rojo:

«Clesma está en la misma orilla sobre el mar. Allí hay un puerto cerrado que despacha y recibe las naves de la India. Hay allí muchos y muy grandes navíos, por lo que es un puerto de gran nombradía entre los comerciantes que llegan allí desde la India. El jefe de los negocios se llama logotetema. Es el que todos los años por encargo del emperador romano tiene allí su residencia y sus naves” (Viaje de Egeria del S. IV, p. 153-54. Traducido y adaptado por B. Ávila. 1935).

La ruta
Tras llegar desde el Mediterráneo hasta Egipto, el periplo tenía una parte inicial fluvial a través del Nilo hasta llegar en unos 28 días a Berenice (un puerto muy importante en el Mar Rojo). Otras veces salían de Clesma.


Los barcos romanos conseguían especias, marfil, piedras preciosas, muselina y conchas de tortuga en el mercado indio, a cambio de oro, plata, vino y vidrio del imperio.

Las fuentes
Existen fragmentos de Megástenes, Eratóstenes, Dámaco, Estrabón o Posidonio, que tratan estos viajes, pero las fuentes más completas están en la obra de Plinio (narra los trayectos con cierto detalle) y en el Periplo del Mar Eritreo, que describe las costas, puertos y productos.

El comercio en Egipto comenzó en el Período Predinástico (hacia el 6000-3150 A.C.) y se mantuvo a través del Egipto romano. Durante la mayor parte de su historia, la economía del antiguo Egipto operaba en un sistema de trueque sin dinero efectivo. No fue hasta la invasión persa del año 525 A.C. que se instituyó una economía en efectivo en el país. Antes de este momento, el comercio florecía a través de un intercambio de bienes y servicios basado en un estándar de valor que ambas partes consideraban justo.

Desde el río Orontes, la ruta egipcia cruzó la ruta de este a oeste, frecuentemente transitada, que conducía desde Chipre a la costa sur de Asia Menor, así como al Egeo.

Gran parte de lo que los egipcios necesitaban lo tenían en su propio país, pero la madera, los metales y las piedras preciosas se importaban de los países del Oeste de Asia y se importaron incienso, especias y perfumes de Nubia y Punt. El trigo y el papiro fueron producidos en gran cantidad y exportados a otros países.


Dhou árabe dibujado por R. Monleón
En época medieval los romanos fueron reemplazados por los persas y los árabes y sus dhou de velas  triangulares, que, a partir del siglo XII, ampliaron el radio de sus navegaciones  gracias al compás magnético (la brújula)

Algunas de las rutas marítimas de esa época, con el naufragio del Belitung marcado en color rojo. 
En el siglo IX, en plena Edad Media, una nave que procedía del Este asiático llegó hasta China en una misión comercial, para comprar porcelana y objetos de oro manufacturados. Cargó la embarcación y partió hacia su destino. En el viaje de retorno, que navegaba por las turbulentas aguas indonesias, una tormenta hizo que se hundiera. El lugar donde perdió el rumbo y naufragó es el peligroso estrecho de Malaca, y la isla cerca de la que se encontraron los restos se llama Belitung, por lo que el naufragio ha tomado ese nombre.
A lo largo de la Ruta de la Seda marítima, los barcos se desplazaban con las grandes corrientes de vientos estacionales. El verano era la ocasión de navegar hacia el norte y el este, aprovechando los vientos del monzón del suroeste. 

En invierno, eran más habituales los desplazamientos hacia el sur y el oeste, apoyados en los vientos del monzón nororiental. Para orientarse, los capitales se guiaban por los astros, pero también por los periplos de otros marineros, donde se describía con detalle los accidentes geográficos, los vientos, las corrientes, la profundidad de las aguas... Los capitanes estaban entrenados para conocer bien las estrellas y emplear el compás magnético, desarrollado por los chinos y utilizado desde el siglo XII, aunque era muy habitual que en cada parada se embarcaran pilotos locales capaces de guiar los barcos por aguas que conocían bien.

ZHENG HE Y SUS SIETE VIAJES, 1405-1433
A inicios del siglo XV el emperador chino de la dinastía Ming, Yongle, decidió una serie de exploraciones navales para sondear el comercio exterior. Eligió a un chino musulmán y eunuco castrado: Zheng-He. Este válido marino organizó hasta siete viajes que le llevaron hasta las costas de Mozambique tras reconocer casi todo el océano Índico. La llegada a Calicut en la India sirvió como trampolín para llegar al golfo pérsico y costear la costa sur arábiga. De allí el salto a la costa oriental africana era ya un simple paseo. La costa somalí, de Kenia, de Tanzania y de Mozambique recibieron la visita de los juncos chinos. 


El califato abasí en c. 850

El califato abasí fue el tercer califato en suceder al profeta islámico Mahoma . Fue fundada por una dinastía descendiente del tío de Mahoma, Abbas ibn Abd al-Muttalib (566–653 EC ), de quien la dinastía toma su nombre. Gobernaron como califas durante la mayor parte del califato desde su capital en Bagdad en el actual Irak , después de haber derrocado al califato omeya en la revolución abasí de 750 EC (132  AH) .). El califato abasí primero centró su gobierno en Kufa , el actual Irak, pero en 762 el califa Al-Mansur fundó la ciudad de Bagdad , cerca de la antigua capital babilónica de Babilonia . Bagdad se convirtió en el centro de la ciencia , la cultura y la invención en lo que se conoció como la Edad de Oro del Islam . Esto, además de albergar varias instituciones académicas clave, incluida la Casa de la Sabiduría , así como un entorno multiétnico y multirreligioso, le valió una reputación mundial como el "Centro de Aprendizaje".

Mapa del califato abasí y sus provincias c 788 (siglo II Hijri)

Por último, a partir de la Baja Edad Media, fueron las flotas chinas las que tomaron el liderzgo. Grandes expediciones  de hasta 300 barcos salían de Hangzhou, y, tras recorrer Malaca y las costas de la India (Ceilán. Goa...) llegaban hasta Omán, Yemen y las costas de África.


A diferencia del objetivo expansionista y colonizador europeo, los viajes chinos, en principio, solo tenían como fin la diplomacia, la expansión del comercio y el interés científico. Así lo demuestran los animales exóticos que fueron llevados a la corte del emperador, entre ellos jirafas y cebras, que causaron gran sensación.

A diferencia del objetivo expansionista y colonizador europeo, los viajes chinos, en principio, solo tenían como fin la diplomacia, la expansión del comercio y el interés científico. Así lo demuestran los animales exóticos que fueron llevados a la corte del emperador, entre ellos jirafas y cebras, que causaron gran sensación.


Como su nombre indica, la Ruta de la Seda era una ruta, no un camino. Sólo a la entrada de las ciudades había avenidas empedradas, el resto era, con frecuencia, una espacio vacío en el que sólo un guía podía orientar a los viajeros. Los escasos esfuerzos de ingeniería de caminos se concentraban en las montañas, donde se excavaban galerías o se tendían puentes.

Por eso, era habitual que las caravanas cubrieran sólo una pequeña porción del camino, aquel que les resultaba más conocido y practicable.

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