viernes, 16 de agosto de 2019

(V) Egipto Tierra de Faraones - El Valle de los Reyes - Arqueólogos españoles hallan el sarcófago y la momia de una cantora de Amón - Tumba del faraón Seti I - Tumba de Tutankamón

(IV) Egipto Tierra de Faraones - El templo funerario de Hatshepsut - Deir el-Bahari, pincha aqui

El Valle de los Reyes  es una necrópolis del antiguo Egipto, en las cercanías de Luxor, donde se encuentran las tumbas de la mayoría de faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII, XIX y XX), así como de la reina Hatshepsut y de algunos animales. Popularmente era conocido por los egipcios como Ta-sekhet-ma'at (Gran Campo).


Forma parte del conjunto denominado Antigua Tebas con sus necrópolis, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. Se encuentra situado en la orilla oeste del Nilo, frente a Tebas (moderna Luxor), en el corazón de la Necrópolis. El valle se compone de dos valles, el Valle Este, donde se encuentran las tumbas enumeradas con el código KV (King's Valley), y el Valle Oeste o Valle de las reinas, con las tumbas designadas con WV (West Valley). El Valle de los Reyes está dominado por la colina Tebana conocida como Meretseger, o "La que ama el silencio" y que está rematada por una cima en forma de pirámide natural.

Tumba del faraón Seti I
Tras 200 años de excavaciones, los arqueólogos han llegado al último tramo de un pasadizo subterráneo que lleva a la tumba del segundo faraón de la Dinastía XIX
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La tumba del faraón Seti I, la más grande descubierta en el Valle de los Reyes, ha comenzado a ser digitalizada por la empresa española Factum Arte, la misma que escaneó la cripta de Tutankamón y cuyas imágenes de alta resolución permitieron a Nicholas Reeves detectar una cámara oculta tras una puerta sellada.
La teoría del egiptólogo británico de que junto al «faraón niño» yace la famosa Nefertiti llevó a un escaneo con radar de la cripta que ahora es objeto de estudio. Quién sabe los secretos que las imágenes podrían revelar ahora en la tumba del segundo faraón de la Dinastía XIX (KV17), cuyo pasadizo subterráneo ya intrigó a los arqueólogos durante años.
El encargado del proyecto de Factum Arte, Carlos Bayod, explicó los trabajos para realizar un escaneado de alta resolución de la tumba, en tres dimensiones y en color, que se desarrollará a lo largo de los próximos meses(2016).
El objetivo es elaborar con los datos recogidos un facsímil del sepulcro de quien fuera hijo de Ramses I y padre de Ramses II, descubierto en 1817 por el italiano Giovanni Battista Belzoni, singular personaje de la incipiente egiptología del siglo XIX.
De más de 3.000 años de antigüedad, la tumba aún conserva su rica decoración, oculta a los ojos del público para evitar que sufra daños. Ya tras su descubrimiento, algunos paneles fueron sacados de la tumba y hoy se pueden ver en los museos del Louvre, Berlín y Florencia.
Está previsto que la réplica de la tumba de Seti I se coloque junto a la que elaboró Factum Arte de la de Tutankamón. Inaugurada hace dos años, se encuentra a la entrada del Valle de los Reyes, en Luxor, en el mismo recinto de 
la casa donde vivió el egiptólogo británico Howard Carter.,
Tumba de Sethy I, quizás la más hermosa del Valle de los Reyes.
Menmaatra Sethy, o Seti I hijo de Ramsés I y Sitra, fue el segundo faraón de la dinastía XIX; gobernó unos quince años, de c. 1294 a 1279 a. C.
Al subir al trono, Seti ya era un padre de familia, y su esposa de toda la vida, Tuya, fue ascendida al rango de Gran Esposa Real.

Cabeza de la reina Tuya (Vaso canópico)
Vaso canopo​ o vaso canope​ es el recipiente empleado en el Antiguo Egipto donde se depositaban las vísceras de los difuntos, lavadas y embalsamadas, para mantener a salvo la imagen unitaria del cuerpo. Estos vasos se introducían en una caja de madera que, durante el cortejo fúnebre, era transportada en un trineo.
Tuya fue una reina egipcia de la dinastía XIX, hacia el año 1290 a. C. Era de origen modesto, perteneciente, como su marido, a la clase militar. 
Se casó muy joven, durante el reinado del faraón Horemheb con Seti I, el hijo del visir Paramesu. Con el tiempo, y dada la falta de varones herederos al trono, la doble corona pasó al visir, que tomó el nombre de Ramsés I y por extensión, Seti I, marido de Tuya, se convirtió en heredero al trono. Por aquel entonces Tuya ya debía de ser madre, o al menos estar embarazada, de su hijo Ramsés, posteriormente el gran faraón Ramsés II. Este último contaba con unos 10 años cuando su padre ascendió al trono de Egipto.

Orígenes: la Dinastía XVIII
El primer rey conocido que abandonó la necrópolis de Dra Abu el-Naga fue el tercer faraón de la dinastía XVIII, el gran Thutmose I, que, en torno al año 1500 a. C. (gobernó de 1504 a 1492 a. C.), encargó a su mano derecha y arquitecto real Ineni la construcción de su tumba en medio del mayor secreto. El propio Ineni se jacta de su eficacia afirmando: nadie me vio, nadie me oyó.

Obelisco erigido por Tutmosis I en Karnak
Tutmosis I​ fue el tercer faraón de la XVIII dinastía de Egipto. Recibió el trono después de la muerte del rey anterior, Amenhotep I. Durante su reinado, hizo una campaña en las profundidades del Levante y Nubia, empujando las fronteras de Egipto más lejos que nunca. También construyó muchos templos en Egipto, y una tumba para él en el Valle de los Reyes; es el primer rey que se confirma que lo hizo (aunque Amenofis I puede haberle precedido). Fue sucedido por su hijo Thutmose II, quien a su vez fue sucedido por la hermana de Thutmose II, Hatshepsut. Su reinado generalmente se remonta a 1506–1493 a. C., pero una minoría de eruditos, que piensan que las observaciones astrológicas utilizadas para calcular la línea de tiempo de los antiguos registros egipcios, y por lo tanto el reinado de Tutmosis I, se tomaron de la ciudad de Memphis en lugar de Tebas: fecharía su reinado en 1526-1513 aC.

Tumba de Ineni
Ineni fue un arquitecto y oficial del Antiguo Egipto de c. 1510 a 1470 a. C. Diseñó y organizó numerosas edificaciones y monumentos para cinco faraones de la dinastía XVIII: Amenofis I, Tutmosis I, Tutmosis II, Tutmosis III y Amenofis II. También tuvo el cargo de “administrador de los graneros de Amón” durante los cuatro primeros reinados.
Ineni proviene de una familia aristocrática, comenzando sus encargos como arquitecto en la época de Amenhotep I (Amenofis I) quien lo eligió para ampliar el templo de Amón, en Karnak. 
Proyectó la primera tumba real del Valle de los Reyes.
Su tumba es la TT81 y se encuentra en Sheij Abd el-Qurna donde se aprecia su gran interés por el diseño de jardines, mostrando dibujos de su bello huerto ajardinado con estanque. En las paredes de su tumba cita amablemente a Hatshepsut y fue una de las pocas edificaciones donde el nombre de la reina no fue borrado ni suplantado, quizás por respeto a él.
En un principio es posible que se pensase en el Valle de los Reyes como un cementerio familiar, no sólo dedicado a los reyes. Prueba de ello son las numerosas tumbas menores, casi todas de tiempos de la dinastía XVIII, en las que sin duda debieron de ser enterrados reinas, príncipes y princesas, así como algunos nobles privilegiados y hasta las mascotas de Amenofis II (perros, monos y aves) Sería sólo a partir de la fundación del Valle de las Reinas cuando la cantidad de personajes no reales enterrados en el Valle de los Reyes desciende drásticamente. 

Las tumbas de la dinastía XVIII han sido, en su gran mayoría, de las últimas en ser descubiertas, ya que eran personas con menor poder (por eso las tumbas de los faraones han sido saqueadas antes de su descubrimiento oficial). Esto se debe a lo bien que disimularon su entrada los constructores de tumbas, y a los escombros que cayeron en los umbrales con el paso del tiempo y así bloqueando las entradas. Aun así, que se sepa, tan sólo dos de ellas (las tumbas 46 y 62, ambas de esta época) mantuvieron todos sus tesoros y ocupantes indemnes y a salvo de saqueadores.

El olvido
Los reyes de la dinastía XXI trasladaron la capital a Tanis, abandonando Tebas y dejando el Alto Egipto bajo el control de los Sumos sacerdotes de Amón, y el principal problema que tuvieron que atajar fue el de los ladrones de tumbas. La inestable situación del país, que ya nunca más volvería a ser un gran imperio, estaba provocando que bandas, cada vez más agresivas y menos temerosas de los castigos que pesaban sobre los saqueadores, robasen las tumbas y destrozaran las momias. El escándalo era tal que incluso había miembros de la administración local implicados en el robo de tumbas.

Libro de los Muertos de Pinedyem II
Pinedyem II, Sumo sacerdote de Amón en Tebas de c. 990 a 969 a. C. durante la época de la Dinastía XXI de Egipto.

El Libro de los muertos es el nombre moderno de un texto funerario del Antiguo Egipto que se utilizó desde el comienzo del Imperio nuevo (hacia el 1550 a. C.) hasta el 50 a. C.
El Juicio de Osiris representado en el Papiro de Hunefer (ca. 1275 a. C.). Anubis, con cabeza de chacal, pesa el corazón del escriba Hunefer contra la pluma de la verdad en la balanza de Maat. Tot, con cabeza de ibis, anota el resultado. Si su corazón es más ligero que la pluma, a Hunefer se le permite pasar a la otra vida. Si no es así, es devorado por la expectante criatura quimérica Ammyt, compuesta por partes de cocodrilo, león e hipopótamo. Viñetas como esta eran muy comunes en los libros de los muertos egipcios.
La prioridad era proteger la necrópolis más importante, el Valle de los Reyes, y así se hizo. El Sumo Sacerdote de Amón Pinedyem II ordenó trasladar las momias reales de sus tumbas a varios escondrijos para ponerlas a salvo. Ignoramos cuántos de éstos escondrijos hubo, pero se han encontrado dos depósitos, en los que se hallaron las momias de casi todos los faraones del Imperio Nuevo, de algunos Sumos Sacerdotes, y de varios familiares. Estos hallazgos tan valiosos se produjeron en la tumba número DB320 de Deir el-Bahari y en la 35 del propio Valle de los Reyes.

Redescubrimiento
Varias tumbas del Valle de los Reyes permanecieron abiertas desde la Antigüedad. Estas serían objeto de visita por parte de turistas griegos y romanos, que no dudaron en inscribir sus nombres en las salas de tales tumbas, e incluso luego los cristianos habitarían en ellas, en el caso de algunos ermitaños coptos. Sería con la conquista de los musulmanes cuando el valle se sumió en el silencio, pues éstos directamente lo ignoraron, considerándolo algo ajeno e innecesario.

Napoleon I - La expedición a Egipto - Centroeuropa - El Nacionalismo antinapoleónico - La derrota de Napoleón - Napoleón como Marte pacificador (Canova), pincha aqui

Bonaparte ante la Esfinge (1867-1868), obra de Jean-Léon Gérôme.
Jean-Léon Gérôme (Vesoul, 11 de mayo de 1824-París, 10 de enero de 1904) fue un pintor y escultor francés academicista, cuyas obras son, por lo general, de tema histórico, mitológico, orientalismo, retratos y otros temas, con lo que lleva al Academicismo tradicional a un clímax artístico. Es considerado uno de los pintores más importantes de este período académico, y además de ser pintor y escultor, fue también un maestro con una larga lista de estudiantes.
La Campaña de Egipto y Siria (1798-1801) fue una expedición militar francesa llevada a cabo por el general Napoleón Bonaparte y sus sucesores, cuyo objetivo era conquistar Egipto para cerrar a los británicos el camino a la India en el marco de la lucha contra Gran Bretaña, única potencia hostil a la Francia revolucionaria. La expedición terminó siendo un fracaso, pero gracias a ella Europa pudo redescubrir las maravillas de la antigüedad faraónica.
Muy pocos viajeros europeos harían aparición en el Valle hasta la llegada de la expedición francesa de Napoleón en 1799, cuyo grupo de historiadores exploraría y cartografiaría el lugar por primera vez e incluso identificaría algunas tumbas que permanecían olvidadas, como la de Amenhotep III.

Tumba de Thutmose III, famosa por sus pinturas estilizadas
La Tumba KV34 del Valle de los Reyes (cerca de la actual ciudad de Luxor, en Egipto) es el lugar donde fue enterrado el Faraón Thutmose III, de la XVIII Dinastía.

Fue una de las primeras tumbas excavadas en el Valle, en lo alto de la pared de un despeñadero. Un pasillo muy empinado desciende al interior desde la entrada, a través de una antecámara con forma trapezoidal. Tras la antecámara se encuentra la cámara del sarcófago, con forma de cartucho, de la que salen cuatro pequeñas cámaras laterales. El sarcófago de piedra en el que yació Thutmose se encuentra aún en el lugar, aunque ha sido dañado por los ladrones de tumbas.

Muchas de las decoraciones en los muros son de un estilo inusual para el Valle de los Reyes, sobre un fondo amarillento (que pretende parecerse al del papiro envejecido), se encuentra la versión más antigua del Libro del Amduat, ilustrando dioses del Antiguo Egipto com simples monigotes trazados con palitos (en un estilo casi naïf), al estilo de la escritura de los papiros. También aparece en la cámara la Letanía de Ra, ejecutada de modo similar.
La tumba fue saqueada en la antigüedad. Fue redescubierta y excavada en 1898 por Victor Loret.

Estatua oferente del faraón Thutmose III. Museo de El Cairo.
Menjeperra Dyehutymose, Thutmose III​ o Tutmosis III,​ es el sexto faraón de la dinastía XVIII de Egipto; gobernó de c. 1479 a 1425 a. C., (1504 a. C. al 1450 a. C. -según la High Chronology-) siendo uno de los monarcas más importantes y poderosos de los tres mil años de civilización faraónica. En el transcurso de su reinado, el Imperio Egipcio alcanzó su máxima extensión territorial. También es conocido como Thutmosis III, o Tutmés III, variantes de su nombre helenizado.
Poco después llegarían otros como Belzoni, Champollion, Lepsius, Maspero y Carter, entre muchos otros. A largo de todo el siglo XIX y comienzos del XX comenzaban a descubrirse algunas tumbas reales y numerosos pozos funerarios que acrecentaban cada vez más el interés por la necrópolis y por Egipto en general. El hallazgo de tumbas tan bellas como las de Sethy I u Horemheb, de los escondrijos de las momias reales, o de la misteriosa tumba 55 crearon una verdadera fiebre en la que varios arqueólogos y acaudalados coleccionistas competían por el mejor hallazgo.

Sería en 1922 cuando el Valle de los Reyes desvelara su secreto mejor guardado, la celebérrima tumba de Tutankamón, el rey-niño de la dinastía XVIII. Llena de tesoros jamás soñados, es sin competidor posible, el hallazgo más importante de la arqueología del siglo XX, y el comienzo de la egiptomanía que aún se siente en la sociedad. Pero no sería el fin del Valle de los Reyes: aunque ya es muy improbable la existencia de una tumba de esas características escondida en el valle (sobre todo porque ya han sido hallados casi todos los faraones), comienza la labor documental. Ya no se excava en busca de tesoros, sino de información.

Tutankamón, misterio en vida y muerte
Tutankamón es uno de los faraones egipcios más conocidos y tomado erróneamente como el más importante.



Tut-anj-Atón, cuyo  nombre cambió a Tut-anj-Amón con el final de la «herejía de Amarna»,  es el último representante de sangre real de la XVIII dinastía egipcia, hecho fundamental para saber quién fue Tutankamon. Se cree que el faraón nació en el año 1341 a.C. y murió en el 1323 a.C., durando su reinado aproximadamente nueve años, entre 1332 a.C. y 1323 a.C.
Sus padres fueron el faraón Akenaton y una de sus esposas secundarias, posiblemente llamada Kiya, que era hermana de padre y madre del faraón Akenaton. Al morir su padre, Tutankamon subió al trono con tan solo 8 años, tras un interín de un año en el que gobernó otro faraón llamado Semenejkara, posiblemente esposo de su hermana mayor Meritaton.

Detalle del Respaldo del trono de Tutankamón. Se ve al joven rey junto a su esposa Anjesenamón
El joven Tutankamon fue casado con otra de sus medio hermanas, llamada Anjesenamon, que era hija de Nefertiti. La chica tenía 3 o 4 años más que él y al desposarse recibió el título de «Gran Esposa Real». Tutankamon tuvo dos hijas que nacieron muertas o fallecieron al nacer como evidencian los análisis de ADN realizados a dos pequeñas momias halladas en sendos ataúdes antropoides en la tumba de Tutankamon.
Durante su reinado se restauró el antiguo culto y se abandonó la nueva capital consagrada por su padre y se volvió a Tebas. No hay prácticamente ningún registro de actividades militares, pero sí de algunas restauraciones en templos y construcciones efectuadas en esa época.


Tutankamon falleció en 1323 a. C. a los 19 años, aproximadamente, y existen varias hipótesis sobre las causas de la muerte del faraón. Fue el último de sangre real de la XVIII dinastía ya que le sucedieron el padre de Nefertiti, Ay, y posteriormente un general y posiblemente yerno de Ay, llamado Horemheb, que no tuvo descendencia.

El Sarcófago de Tutankamón

Sarcófago de piedra de Tutankamon
EL SARCÓFAGO INTERMEDIO DE TUTANKAMÓN
Igual que una matrioska rusa los faraones en el Imperio Nuevo egipcio eran enterrados en varios sarcófagos, como es el caso que nos ocupa, en donde un sarcófago de madera de ciprés forrado con una lámina de oro, fue depositado en uno externo rectangular de piedra rosa (cuarcita) que contenía en su interior dos más: el que vemos en la imagen en madera dorada con incrustaciones de piedras de adorno de diversos colores, entre las que podríamos destacar la turquesa, el lapislázuli y la cornalina, con una longitud superior a los dos metros, y un tercer sarcófago antropomorfo de oro macizo que contenía la momia de Tutankamón, el cual, portaba su conocida máscara que reproduce el sarcófago intermedio. 
todo el mundo verá que nos encontramos ante una obra maestra de la orfebrería universal, y con más de 3300 años de antigüedad.

El 4 de noviembre de 1922 Carter halló la tumba (posteriormente designada KV62), que se encontró casi intacta, siendo la mejor conservada del Valle de los Reyes. Junto a Lord Carnarvon, el 16 de febrero de 1923, Carter abrió la cámara funeraria siendo el primero en ver el sarcófago de Tutankamón.
Los restos de Tutankamón descansaban en un gran sarcófago de cuarcita, que contenía tres ataúdes hasta llegar a la momia del joven faraón. El primero de ellos, de madera de pino laminado de oro; el segundo, similar; mientras que el último, y más pequeño de todos, es de oro macizo. Este último ataúd es el más icónico de todos y su belleza es de un valor incalculable.

Todo lo relacionado con este joven faraón ha despertado mucho misterio y expectación desde que fuera descubierto su sarcófago. Entre los muchos tesoros que se encontraron dentro del sarcófago de Tutankamón, hay uno que destaca entre el resto. Es una daga ceremonial de unos 35 centímetros con pomo de cristal de roca, aunque lo más impresionante se encuentra en su hoja. Tras estudiarla al detalle, se descubrió que era de hierro, metal que todavía no trabajaban los egipcios. El dato que sin duda nadie esperaba, es el que revelaron los últimos estudios, la hoja de la daga estaba hecha con los restos de un meteorito. Los expertos creen conocer de que meteorito sacaron el hierro en concreto, según ellos proviene de uno que se halló a unos 200 kilómetros de Alejandría. Esta daga ha servido para elucubrar todo tipo de teorías sobre el faraón y toda su familia, aunque ya se tenían indicios de otros artefactos de hierro en alguna dinastía anterior.

110 kilos de oro macizo. Sin duda alguna, el más llamativo y cuyo valor es incalculable es el tercero y último de los ataúdes que guarda la momia del faraón Tutankamón. Además de su peso, 110 kilos, mide 187 centímetros. Este ataúd estaba recubierto al principio con una espesa capa de betún que se había endurecido con el tiempo, tras retirarla apareció la cara del faraón que estaba en la misma posición que en los anteriores ataúdes, es decir con los brazos cruzados sobre el pecho. La delicadeza con la que está trabajado el oro, hacen de este ataúd una de las piezas de orfebrería más importantes de la historia antigua.

Máscara funeraria. Posiblemente, esta máscara sea uno de los objetos más icónicos de todo Egipto. Cuando Howard Carter abrió el último de los ataúdes, ésta se encontraba incrustada en la cabeza del joven faraón a modo de protección. Hecha de oro principalmente y de otros materiales preciosos, entre los que destacan el lapislázuli, la turquesa, la coralina, el cuarzo o la obsidiana. La expresión de esta máscara es de infinita paz y Howard Carter la describió en su diario como «la máscara de oro batido, una bella y única muestra de la retratística antigua, tiene una expresión triste pero tranquila, evocando la juventud truncada prematuramente por la muerte». Su peso es de 11 kilos y la vivacidad que transmiten sus ojos es casi sobrenatural. Simbólicamente, esta máscara representa mucho más que la cara de un joven, al estar hecha en oro alcanza un grado de divinidad, ya que este material representaba al sol algo muy sagrado para los egipcios.

Anillo portando el Nombre de Trono: Neb-Jeperu-Ra.
Nombre de Nesut-Bity o Nombre de Trono, significa literalmente El de la Abeja y el Junco y su traducción fidedigna es El Señor de las Dos Tierras ya que los jeroglíficos hacen referencia a la abeja, como símbolo del Bajo Egipto, y al junco como representación del Alto Egipto. Normalmente se traduce como rey del Alto y Bajo Egipto.

Varios objetos en su tumba, entre ellos podemos ver el carro de combate

El Valle hoy
El presente del Valle de los Reyes es el desescombro de algunas tumbas y el redescubrimiento de algunas que se han vuelto a perder desde el siglo XIX. Actualmente se están produciendo labores de restauración así como de facilitar el acceso a los turistas al lugar. No todas las tumbas están abiertas al público, pero sí las que despiertan mayor interés por sus bellísimas pinturas. Los sepulcros que más están dando que hablar hoy en día son, con diferencia, tres en especial.

Tumbas del Valle de los Reyes: situación.
  • La tumba 5, que está siendo desescombrada, podría ser la más grande de todo el Valle. Las últimas investigaciones, así como el hallazgo de algunos cuerpos, parecen indicar que allí pudieron ser enterrados gran parte de los más de ciento cincuenta hijos del faraón Ramsés II el Grande, lo que le convertiría en la tumba colectiva más grande del mundo.
  • La tumba 55, que aunque ya no tiene ningún secreto que mostrar, despertó el interés mucho tiempo, ya que se ignoraba la identidad del cuerpo hallado en ella y el verdadero destinatario del sepulcro. Tras la tumba de Tutankamón, es la que más ríos de tinta ha vertido. Se ha pensado que la Tumba 55 estaba destinada a la gran esposa real Tiy, pero que el cuerpo allí hallado podría pertenecer al faraón Ajenatón o a su corregente tan poco conocido, Semenejkara. Los análisis de ADN realizados en 2010 revelaron que, en efecto, los restos pertenecían al célebre rey hereje.
  • La tumba 63 es una de las grandes esperanzas de la egiptología para poner algo de luz en el complicado periodo de los reinados de Ajenatón a Horemheb. Su hallazgo en 2005 demostró que los secretos del Valle de los Reyes aún no estaban agotados y el descubrimiento de varios sarcófagos (vacíos) mostró que se utilizó como un escondrijo de momias. Muy cerca se descubrió en 2012 la KV 64, que perteneció a una princesa de la XVIII dinastía; saqueada y tirados los restos de su moradora en un rincón, fue reutilizada en el siglo IX a.c. como tumba para una sacerdotisa cantora del templo de Karnak, cuyo sarcófago intacto con su momia reposaba al fondo de la cámara.
Arqueólogos españoles hallan el sarcófago y la momia de una cantora de Amón
por Guillermo Caso de los Cobos
9 Dic 2014
Fuente: ABC.es | 8 de diciembre de 2014

Fotografía facilitada por el Ministerio egipcio de Antigüedades del sarcófago y la momia de una cantora del dios Amón, de hace unos 3.000 añosUna misión de arqueólogos españoles ha descubierto en la ciudad de Luxor el sarcófago y la momia de una cantora del dios Amón, de hace unos 3.000 años, informó hoy a Efe el director del equipo de expertos, Francisco Martín Valentín (izquierda).
Valentín explicó que "se trata de un sarcófago especial con inscripciones preciosas" de una cantora-sacerdotisa de la dinastías faraónicas XX o XXI.
El egiptólogo español, director del Proyecto Visir Amen-Hotep Huy, destacó que el hallazgo es importante ya que no es común encontrar momias en el interior de los ataúdes, debido a los saqueos.
Tanto el sarcófago como la momia, que datan de alrededor del año 1.000 a.C., "se mantienen en muy buenas condiciones", agregó.
El ataúd fue descubierto dentro de la tumba del citado visir, en la que trabaja desde hace años el equipo español y que está ubicada en el área de Al Asasif en Luxor.
 Tres sarcófagos, cada uno dentro del otro, pertenecientes a una cantante del coro sagrado del Tercer periodo intermedio, entre las Dinastías XXII y XXIV (1070-650 a.C.), fueron descubiertos en la necrópolis de Saqqara
El sarcófago está fabricado en madera y yeso y que mide 180 centímetros de largo, 50 de ancho y 48 de alto. La momia tiene los brazos cruzados, una peluca con una corona de flores y un collar, mientras que las facciones de su rostro están esculpidas de una manera muy perfecta. Los laterales del ataúd contienen grabados que representan a las divinidades Anubis, los cuatro hijos de Horus, Osiris e Isis, entre otros, además de jeroglíficos.


El féretro de madera y yeso hallado en Luxor contiene la momia intacta de una sacerdotisa de Amón-Ra.PROYECTO VISIR AMENHOTEP HUY
«El sarcófago se halla extraordinariamente bien conservado para haber permanecido bajo seis metros de restos. Es casi un milagro», relata a EL MUNDO Francisco Martín Valentín, que dirige junto a Teresa Bedman la expedición que desde 2009 horada la tumba del visir Amenhotep Huy en la necrópolis de Asasif, a un tiro de piedra del templo de Hatshepsut.

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