(53) LA RUTA DE LA SEDA EN LA EDAD MODERNA - Ferdinand Freiherr von Richthofen - Wilhelm Humboldt - Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander von Humboldt - Expediciones exploradoras de Sven Hedin entre 1886 y 1935 - pincha aquí
Faxian fue un monje budista chino que viajó hasta la India en busca de escrituras que arrojasen luz sobre algunas polémicas doctrinales entre las distintas escuelas budistas de la época.
No fue el primer monje que peregrinó a la India ni el único que relató su viaje, pero sí es uno de los pocos cuyos textos nos han llegado. Vivió dos siglos antes que el más conocido Xuanzang, que siguió una ruta parecida.
Faxian fue un hombre popular en su época entre los suyos. Se cree que podría haber nacido alrededor del año 338. Por tanto, cuando partió a la India en 399, tenía 61 años, una edad bastante avanzada.
Partió de Changan, la actual Xian, siguiendo el ramal sur de la ruta de la seda, cruzó el Pamir, siguió el curso del Indo y llegó al reino montañoso de Cachemira, desde donde descendió a la llanura india.
Durante el viaje va describiendo los lugares que atraviesa, como el terrible desierto de Taklamakán:
“En ese desierto abundan los espíritus malignos y los vientos abrasadores. Todos cuantos se encuentran con ellos perecen; ninguno sale indemne. Arriba no hay pájaro que vuele; abajo no hay animal que camine. Por más que el viajero fuerce la vista buscando por doquier un paso, no tiene manera de saber qué ruta ha de seguir y sólo puede tomar por guía y señal las osamentas de los muertos”
También relata numerosas leyendas y milagros atribuidos a Buda, que recogió en los lugares por los que transcurrió la vida de su maestro.
“Según la tradición, el Buddha pasó por este país cuando estuvo en la India del Norte. Allí dejó impresa la huella de su pie, una huella cuya longitud depende del pensamiento de la persona que la observa.”
Es decir, cuanto más elevados sean los pensamientos del observador, más grande verá la huella de Buda.
Ya en la India, Faxian llegó a Kapilavastu -ciudad donde vivió Buda-, siguió el curso del Ganges y encontró los escritos que buscaba en un monasterio de la ciudad de Pataliputra (Patna). Tardó tres años en copiar los textos.
El viaje de regreso lo realizó en barco, llegó a las costas chinas hacia 412. En su país fue agasajado por los gobernantes. Muy probablemente colaboró en la construcción de un templo, a partir de los planos de un templo indio que había traído consigo.
El resto de su vida lo dedicó a la traducción de algunos de los textos, hasta su muerte en el año 420.
Uno de estos exploradores fue Aurel Stein, un erudito británico de origen húngaro que en 1888, cuando tenía 26 años, se instaló en Lahore (actual Pakistán) para estudiar la literatura sánscrita. Entre 1899 y 1915, Stein realizó tres expediciones por China occidental siguiendo el rastro de la antigua ruta caravanera. Fue a la vuelta del primero de estos viajes cuando oyó hablar de unas cuevas budistas de gran belleza y que ocultaban en su interior un increíble tesoro en manuscritos antiguos. El lugar se llamaba Mogao o Mogaoku, «cuevas incomparables», aunque popularmente era conocido como las cuevas de los Mil Budas. El explorador decidió que se dirigiría allí en su nuevo viaje.
Mogao, en la actual provincia china de Sinkiang, está situado a 19 kilómetros de Dunhuang, un antiguo oasis de la Ruta de la Seda. En el año 366, un monje budista llamado Yuezun tuvo allí una visión mística de mil budas de oro que brillaban sobre un desfiladero y a continuación excavó una pequeña celda de meditación. Siguiendo su ejemplo, hasta el siglo XIV muchos otros monjes fueron excavando grutas a lo largo de aquel risco, de kilómetro y medio de longitud y unos 30 metros de altura. En total, se horadaron casi 800 cuevas, que fueron adornándose con numerosas esculturas y espléndidas pinturas murales.
EL SAQUEO DE CHINA
El Sutra del diamante chino, el libro impreso más antiguo conocido del mundo, impreso en el noveno año de la era Xiantong de la dinastía Tang (es decir, 868 d. C.). En poder de la British Library (Londres).
El 11 de mayo del año 868, hace 1.145 años, el chino Wang Jie autorizó la impresión y distribución de El sutra del diamante, el libro impreso más antiguo del que se tiene conocimiento, que se estampó casi 600 años antes que la Biblia de Gutenberg. El sutra del diamante no es el primer texto impreso de la historia, pero sí el más antiguo que se conserva hasta la fecha. El término «sutra» proviene del sánscrito, la antigua y sagrada lengua de la India, que es de origen indoeuropeo. Un sutra es un texto que recoge las palabras de Buda. Sus discípulos aprendían de memoria estos discursos y los transmitían de generación en generación. Al final de El sutra del diamante, Subhuti, un discípulo de Buda, le pregunta a éste cómo debería titularse el sermón, a lo que Buda le responde que deberá ser conocido como «El Diamante Cortador de Sabiduría Trascendental» porque «la enseñanza es fuerte y afilada como un diamante que corta a través de los malos enjuiciamientos y la ilusión».
El texto original de El sutra del diamante, escrito en sánscrito, fue traducido al chino, alrededor del año 400, por un monje erudito indio llamado Kumarajiva. La copia china que se conserva, del año 868, fue hallada en 1907 por Aurel Stein.
Este precioso pergamino, de unos cinco metros de largo, había permanecido oculto, junto a otros 40.000 libros y manuscritos, en una cueva cercana a Dunhuang, una ciudad importante en la antigua Ruta de la Seda.
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