viernes, 16 de agosto de 2013

La arquitectura en Inglaterra XVII - XVIII - Andrea Palladio

En INGLATERRA, como en Alemania, el lenguaje de formas clásicas se aceptará muy tarde, por la pervivencia del Gótico Tudor y prácticamente no existe Renacimiento. Sin embargo, en Inglaterra, el arte del siglo XVII siempre será mesurado más que en ningún otro lugar. Incluso podría decirse que es en este siglo cuando en Inglaterra comienza a sentirse, por vez primera en su historia, el espíritu clásico.

En la arquitectura, las obras de Palladio, con su elegancia, acierta a coincidir con el espíritu refinado y elegante del inglés. De hecho, las formas clásicas se exportarán a los territorios conquistados en América y Asia, dando lugar a la arquitectura colonial británica. Destacan los arquitectos Iñigo Jones (autor, entre otras obras de la Banqueting House de Londres) y Christopher Wren, quién reconstruyó Londres tras el incendio de 1666, siendo su obra más importante la Catedral de San Pablo de Londres. 

La cúpula de la catedral de San Pablo diseñada por sir Christopher Wren
Inglaterra en el siglo XVIII sigue manteniendo su lenguaje de formas severas y elegantes, sin que nunca llegue a conocer en su suelo el rococó europeo. Robert Adams es la figura clave de la arquitectura inglesa de este siglo. Estudioso del helenismo, llevó a su país la pureza de líneas helénicas, enlazando directamente con la nueva corriente neoclásica que comienza a vivir Europa.

Andrea Palladio 

Andrea di Pietro, universalmente conocido como Palladio, vino al mundo en la ciudad italiana de Padua un 30 de noviembre de 1508. De familia humilde; apenas con 13 años ingresaría como aprendiz en un taller de cantería de la ciudad, donde iniciaría su formación hasta que, en 1523, su familia se instaló en la no lejana Vicenza, en cuyo gremio de constructores se inscribió Andrea mientras completó su formación de juventud al amparo de los talleres de Giovanni di Giacomo da Porlezza y de Girolamo Pitteli.


Villa Capra, conocida como "La Rotonda"
Llegado a la treintena y mientras trabajaba en las obras de una villa cercana a Vicenza, Andrea entró en contacto con Giangiorgio Trissino, humanista y personalidad de gran relevancia en los ambientes culturales vicentinos, quien lo puso bajo su protección ayudándolo a completar su formación mediante la financiación de diversos viajes a Roma, ciudad en la que tuvo la oportunidad de conocer in situ las ruinas clásicas. Fue precisamente el mecenas Trissino quien acuñó el apelativo de Palladio para referirse al joven Andrea en evocación a Palas Atenea, diosa griega protectora de las artes.

Andrea Palladio 

Fue así como Andrea Palladio fue alcanzando notable prestigio en los ambientes ilustrados de la región del Veneto, siéndole encargados numerosos proyectos de palacios y villas señoriales suburbanas. A la muerte de Trissino y ya con un importante bagaje a sus espaldas, entabló contacto con Daniele Barbaro, cardenal humanista y profundo estudioso de la arquitectura antigua, muy especialmente, de los escritos de Vitrubio.

Fue precisamente a través de su nuevo mentor Daniele Barbaro como Palladio fue poco a poco introduciéndose en los círculos humanistas y culturales de la esplendorosa Venecia, donde gracias a los méritos que cosechó proyectando principalmente edificios religiosos, llegó a ser nombrado arquitecto mayor de la República Véneta en sustitución de Jacopo Sansovino, cargó que hasta su muerte en 1580, compaginaría con distintos proyectos tanto públicos como privados siempre en la norteña región del Véneto.

Palladio y sus "Cuatro Libros de Arquitectura"

Además de por un ingente legado arquitectónico traducido en numerosas obras religiosas y civiles, Palladio ha sido unánimemente reconocido como una figura clave de la arquitectura de la Edad Moderna gracias a sus "I quatro libri dell'architettura"; un brillante tratado en el cual, gracias a su profundo conocimiento de los teóricos clásicos -principalmente Vitrubio- sentó las bases de un nuevo lenguaje arquitectónico basado en la proporción y los órdenes arquitectónicos antiguos. 


  1. El primero trata sobre las herramientas del arquitecto, la elección de los materiales, las técnicas constructivas, los órdenes clásicos y las normas de la proporción.
  2. En el segundo se proponen varios modelos de palacios tanto en planta como en alzado, siendo en cierto modo una forma de llevar a la práctica las teorías presentadas en el primero de los libros.
  3. En el tercero, basándose en el saber vitrubiano, Palladio se centra en la construcción y organización de calles, plazas, palacios, puentes, basílicas y distintos equipamientos urbanos.
  4. Por último, en el cuarto de los libros, son presentados varios modelos ornamentales que el autor recopilaría durante su visita a Roma.
Las ideas de Palladio calaron especialmente hondo en las Islas Británicas, donde su teoría, que prácticamente adelantaba el Neoclasicismo, hicieron del Barroco un movimiento casi inexistente; pero incluso, con el paso de los siglos, no es extraño apreciar ideas palladianas en diferentes edificios de lugares tan dispares como Estados Unidos, China o Australia. 


Villa Capra, conocida como "La Rotonda"
Entre las contrastadas como suyas y las que le son atribuidas, son un total de 24 las villas palladianas conservadas, las cuales, fueron declaradas en la década de los noventa del siglo XX Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 



Es la llamada Villa Capra, conocida como "La Rotonda", en las afueras de Vicenza. Iniciada en 1566, se trata de un edificio de planta centralizada en torno a un espacio principal circular y cupulado en torno al cual, se suceden en perfecta simetría las distintas estancias, todas ellas rigurosamente inscritas en un área delimitada por una circunferencia imaginaria. A cada una de sus cuatro fachadas y accesibles a través de elegantes escalinatas, abren las consabidas fachadas inspiradas en los pronaos de los templos griegos

Pese a no ser de grandes proporciones en comparación a otras construcciones contemporáneas, La Rotonda es, sin duda, la más elegante y sofisticada de las villas de Palladio, siendo perfectamente reconocible en ella la inspiración en el Panteón de Roma.




En la Villa Cornaro, planteada apenas dos años después en una pequeña localidad de la provincia de Padua por encargo de un adinerado patricio veneciano, Palladio dio un paso más y, respetando rigurosamente sus estrictos ideales de proporción y simetría, se atrevió con una construcción abierta en sus fachadas anterior y posterior por sendos pórticos clásicos en doble altura rematados por sus respectivos frontones triangulares. 


Villa Godi

El edificio principal huye de cualquier alarde ornamental en favor de la más absoluta simetría, de ahí su severo aspecto exterior caracterizado por dos alas perfectamente simétricas que flanquean un cuerpo central, abierto mediante una loggia accesible a través de una escalinata.


Palacios Urbanos

Pese a que las villas agrícolas suburbanas han acaparado la mayoría de elogios, dentro de la ingente producción arquitectónica de Andrea Palladio no hay que desdeñar la amplia nómina de palacios urbanos que, sobre todo en la ciudad de Vicenza, son también fruto de la maestría de este genial arquitecto del Cinquecento italiano.


De todos ellos, el más importante es el llamado Palazzo della Ragione di Vicenza, conocido en la actualidad como Basílica Palladiana. Se trata de un edificio de carácter público prototípico de las ciudades del norte de Italia en el que se aglutinaban en una sola construcción las principales administraciones civiles de la urbe.  


Palacio Chiericati 

En cuanto a palacios de carácter privado, es digno de ser destacado el Palacio Chiericati, cuyo principal atractivo radica en cómo Palladio fue capaz de adaptar a una construcción residencial urbana, características propias de la arquitectura de las villas campestres, dando como resultado una estructura abierta al exterior mediante galerías.



La fachada principal del palacio está compuesta por tres salientes. La fachada tiene dos filas de columnas superpuestas. Las columnas de abajo son dóricas y las de arriba jónicas. En los laterales de cada nivel se presentan arcos que producen galerías entre las columnas y la pared. El techo es cacetonado y presenta estatuas en la parte superior.


A finales de la década de los 70, cuando ya detentaba el cargo de arquitecto mayor de Venecia, acometería Palladio en la Isla della Giudecca la construcción de la Iglesia del Redentor, encargada por el Senado como plegaria intercesora ante la durísima peste que asolaba la ciudad. Planteó un ya anciano Palladio un templo de una única nave con capillas laterales que abrían a un espacio presbiteral coronado por una soberbia cúpula.

 Iglesia del Redentor

 Iglesia del Redentor

Las dos iglesias venecianas, San Girogio Maggiore y la del Redentore presentan notables novedades respecto a los esquemas tradicionales de la arquitectura religiosa. "Los interiores son grandes vanos luminosos, con los que se relacionan los espacios laterales, en un despliegue continuo de superficies blancas acentuadas por la mayor intensidad lumínica de las estructuras.

San Giorgio Maggiore.

El clasicimso de Palladio también se aprecia, aunque con algún toque manierista en las iglesias que construyó en Venecia: San Giorgio Maggiore (1565), "de tres naves y profundo coro tras la capilla mayor, situada en la isla de su nombre y panorama obligado para el observador desde la piazzeta de San Marcos; la Iglesia del Redentor (1577), en la isla de Giudecca, que cuenta como la anterior, "con cúpulas y hastiales y columnas gigantes soportando nítidos frontones clásicos; y la iglesia de San Francesco della Vigna, y otros claustros y conventos.

Una obra póstuma: El Teatro Olímpico
De regreso a la ciudad de Vicenza y poco antes de su muerte en agosto de 1580, tuvo tiempo Palladio de definir el proyecto del que había de ser, en competencia con la Villa Capra, su obra más insigne: el Teatro Olímpico, encomendado por la Accademia Olimpica con la finalidad de dotar a la ciudad de un espacio en el que promover la cultura escénica.




Las obras serían culminadas cinco años después por su hijo Silla y por Vincenzo Scamozzi, insigne arquitecto también vicentino que se haría cargo tras la muerte del maestro de buena parte de sus proyectos inconclusos.

Vicenza es una ciudad de 113.946 habitantes (o hasta 227.226 considerando la franja suburbana), capital de la provincia homónima ubicada en la región del Véneto (al norte de Italia, a 60 km al oeste de Venecia y 200 km al este de Milán), sede episcopal católica, una de las capitales mundiales de la joyería de oro y ocupa el tercer puesto entre las ciudades industriales del país.

Es conocida también como la Ciudad de Palladio (Città del Palladio, en italiano), pues el famoso arquitecto ejecutó numerosas obras en ella. En efecto, Vicenza es también un centro arquitectónico de primer orden en el Véneto y en Italia, así como centro turístico y cultural al que acuden personas de todas las regiones italianas y del mundo entero. Este status tan especial fue avalado en 1994 con la declaración de la Unesco por la que fue inscrita entre el Patrimonio de la Humanidad. En 1996 la Unesco añadió también las Villas palladianas a dicha declaratoria, por lo que actualmente es Patrimonio de la Humanidad la «Ciudad de Vicenza y las villas palladianas del Véneto».

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