sábado, 15 de marzo de 2014

Luis II de Baviera

Nació el 7 de enero de 1845 en Nymphenburg. Hijo y sucesor del rey Maximiliano II.
Apoyó a Austria durante la Guerra Austro-prusiana en 1866, pero luchó aliado a Prusia en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871. En 1871 aceptó la incorporación de Baviera al II Imperio (Reich) Alemán. 


Fue un gran mecenas del arte y de la música; ayudó económicamente a Richard Wagner en los primeros años de su carrera, además de encargar la construcción de diversos castillos. El de Neuschwanstein, fue su obra cumbre. Situado en la cumbre de un cerro rodeado de precipicios y en medio de densos bosques de pinos y abetos, este castillo de hadas despliega su arquitectura de fantasía. Como en todas sus demás obras, el proyecto nació de su imaginación y aunque fue construido por un grupo de arquitectos, el rey supervisó a pie esta monumental obra en la que se inspiró Walt Disney para crear el castillo de La Bella Durmiente. 

Luis y su hermano pequeño, Otto, durante su infancia.
Se le declaró incapacitado mentalmente para gobernar en 1886 y su tío Leopoldo (hijo del rey Luis I) fue nombrado príncipe regente.
Luis II de Baviera murió el 13 de Junio de 1886, junto a su médico personal. Fueron encontrados ahogados en el lago Starnberg, cercano al castillo de Berg en el que había sido recluido. La versión más romántica del suceso dice que pretendía escapar de su confinamiento. Como era un notable nadador, quiso huir a nado hasta donde le esperaba con un coche de caballos su prima Sissí.
Cruz en el lugar donde se encontró su cadáver en el lago de Starnberg.
Debido a su posición como heredero de la corona, fue consentido inusitadamente en algunos aspectos, pero severamente controlado por sus preceptores y sujeto a un estricto régimen de estudio y ejercicios. Algunos de sus biógrafos afirman que muchos aspectos de su excéntrico comportamiento pueden explicarse por la presión de haber crecido en la familia real.
Pese a todo, su juventud tuvo momentos felices, como las visitas al castillo de Hohenschwangau y al lago de Starnberg con su familia. Durante la adolescencia, Luis forjó una estrecha amistad con su ayuda de campo, el apuesto aristócrata [Paul Maximilian Lamoral de Thurn y Taxis], miembro de una de las familias más ricas de Baviera. 
Los dos jóvenes cabalgaban juntos, leían poesía en voz alta y representaban escenas de las óperas románticas de Richard Wagner. La primera vez que el joven príncipe Luis presenció una obra wagneriana fue el 25 de agosto de 1861, cuando se representó ante él Lohengrin, y desde entonces mostró siempre un entusiasmo inusitado por la música de Wagner. Su relación con Paul se rompió cuando éste empezó a interesarse por las mujeres. Paralelamente, el príncipe había iniciado una amistad con su prima, Isabel de Baviera, más conocida como Sissi. Ambos amaban la naturaleza y la poesía, y en su mundo privado se llamaban: 
  • «Águila» (Luis) y «Cisne» (Isabel)
A lo largo de su reinado, se conocieron varios enamoramientos del rey con hombres apuestos, incluyendo al principal caballerizo de la casa real, Richard Hornig, la estrella de teatro húngara José Kainz y el cortesano Alfons Weber. 
En 1869, comenzó a llevar un diario en el que registraba sus pensamientos privados y hablaba de tentativas de suprimir sus deseos sexuales y mantenerse fiel a los dogmas católicos. Los diarios originales del rey se extraviaron durante la Segunda guerra mundial, y todo lo que queda hoy son copias de escritos hechos antes de la guerra. Estos escritos copiados del diario, junto con cartas privadas y otros documentos personales que han sobrevivido, sugieren que Luis luchó contra su homosexualidad.
La vida excéntrica del rey y su personalidad melancólica condujeron al dictamen médico que lo declaró, finalmente, incapacitado para gobernar (aunque se ha sugerido que ésta no fue sino una estratagema familiar para arrebatarle el trono). Pasó sus últimos días bajo atención psiquiátrica.

Tumba de Luis II de Baviera en la Iglesia de San Miguel de Múnich.
La película "Ludwig", dirigida en 1973 por Luchino Visconti,  narra la vida de Luis II de Baviera, conocido por su aceptación de la unidad de Alemania, su mecenazgo a Richard Wagner, la construcción de castillos en Baviera, como Neuschwanstein y Herrenchiemsee; y por su muerte en circunstancias oscuras.


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