domingo, 21 de diciembre de 2014

Pedro I el Grande - Guillermo III de Inglaterra - Carlos XII de Suecia - La Gran Guerra del Norte

Guillermo III de Inglaterra

Fue un aristócrata holandés y príncipe protestante de Orange desde su nacimiento, y fue rey de Inglaterra e Irlanda –como Guillermo III– desde el 13 de febrero de 1689, y rey de Escocia –como Guillermo II– desde el 11 de abril de 1689, en cada caso hasta su muerte en 1702.

Rey de Inglaterra e Irlanda
 (Junto a María II hasta 1694)
Nacido como un miembro de la Casa de Nassau y de la rama de Orange-Nassau, Guillermo III consiguió las coronas inglesa, escocesa e irlandesa después de la Revolución Gloriosa, durante la cual depusieron a su tío y suegro a la vez, Jacobo II. En Inglaterra, Escocia e Irlanda, gobernó en común con su esposa, María II, hasta la muerte de ella el 28 de diciembre de 1694. Entre los actuales unionistas en Irlanda del Norte se conoce con el apodo de rey Billy.

Reina de Inglaterra, Irlanda y Escocia
(Junto a Guillermo III)
María II murió de viruela en 1694, dejando a Guillermo III como gobernante en solitario. Aunque él la había humillado ante los ojos de todos al tener varias amantes (la más conocida de ellas fue Isabel Villiers), a Guillermo le afectó profundamente la muerte de su esposa. Aunque fue criado como calvinista, él se convirtió al anglicanismo. Su renombre, sin embargo, decayó durante su reinado como gobernante único

En Inglaterra fue muy bien recibido por el rey Guillermo III, quien le obsequió con un yate. Ahí conoció a  Isaac Newton, quien estaba a cargo de la elaboración de las monedas. Posteriormente Pedro y Newton se escribirían extensas cartas. Pedro no consiguió aliados pues nadie quería mezclarse en su guerra contra los turcos. Pedro tuvo que tragarse el orgullo y hacer la paz con los otomanos. Más tarde  se metió en la Guerra del Norte, derrotando en varias batallas a los suecos.

Absolutismo ruso. Parlamentarismo inglés

El absolutismo en Rusia fue uno de los más duraderos en toda Europa. Se consolidó alrededor de los 1500 bajo Iván IV y concluyó en 1917 con la caída de la dinastía Romanov.

La mayoría de los países Europeos en el siglo XVIII, eran absolutistas. Inglaterra fue el único país en Europa que experimentaba con otra forma de gobierno; en este caso, el constitucionalismo, el cual estaba organizado de manera que el parlamento, un conjunto de personas que representaban al pueblo inglés, tuviera más poder. Constantemente, el parlamento se estaba peleando con la realeza para poder garantizarle mas derechos a los ciudadanos comunes, pero siempre corrían el riesgo de que algún rey los disolviera. 

La Revolución Gloriosa, también llamada la Revolución de 1688, fue el derrocamiento de Jacobo II en 1688 por una unión de Parlamentarios y el Estatúder holandés Guillermo de Orange. 

El parlamento se reunió, e hicieron a Guillermo firmar un documento llamado “carta de derechos”, como condición para convertirse en rey. Este documento le daba más poder al parlamento, y se lo limitaba al rey. Desde la consolidación de ese documento en adelante, el parlamento en Inglaterra se convirtió en una entidad sumamente poderosa dentro de este país.

El monarca Guillermo, regía a Inglaterra de una manera a la que se le podía denominar parlamentarismo, porque todas las decisiones que tomaba el monarca tenían que pasar por el parlamento para que estas se pudieran realizar. Sin el consentimiento del parlamento, el rey no podía hacer nada.

Durante estos mismos años, Rusia estaba siendo gobernada por uno de los mejores zares absolutistas, ya que debido a las reformas impuestas por este zar, Rusia pasó a ser una de las grandes fuerzas en Europa. Este monarca era Pedro el grande, el cual gobernó Rusia desde 1692 a 1725.

Carlos XII de Suecia

(17 de junio de 1682 – 30 de noviembre de 1718), llamado Carolus Rex y el Alejandro del Norte. Hijo de Carlos XI y Ulrica Leonor de Dinamarca. Se le considera el último rey guerrero de Suecia, y probablemente haya sido uno de los mejores tácticos de guerra de la historia universal. Rey de Suecia (1697-1718), Duque de Bremen y Príncipe de Verden (1697-1718) y conde del Palatinado-Zweibrücken (1697-1718) como Carlos II.


Carlos XII de Suecia. Obra de Acel Sparre
Históricamente, se le disculpa de la derrota de la batalla de Poltava por encontrarse herido en un pie, y no haberse encontrado en condiciones de dirigir a sus tropas en persona. Acerca de su vida privada se sabe muy poco, sólo que era una persona reservada. Su vida política se reflejó, a grandes rasgos, en sus campañas y en sus decisiones durante la Gran Guerra del Norte.

En 1700 invadió Dinamarca y obligó a Federico IV, rey de Dinamarca a firmar la Paz de Travendal. Partió hacia el Báltico y condujo a su ejército, formado por 8.000 hombres, hasta la fortaleza sueca de Narva (Estonia), sitiada por 40.000 rusos. a los que derrotaron en noviembre de 1700. Inició la conquista de Polonia y logró la elección de su aliado Estanislao I Leszczynski como rey de Polonia en 1705. Comenzó la invasión de Rusia en septiembre de 1707. Dos años después, mientras sitiaba la ciudad de Poltava (Ucrania), fue atacado y en tres días, todas sus victorias militares anteriores se perdieron en un desastroso combate. 

Escapó a territorio turco y convenció al sultán Ahmed III para que atacara Rusia. En 1711 Pedro I pudo escapar de una precaria posición en el río Prut. Pasó los tres años siguientes intrigando para inducir a Turquía a atacar de nuevo a Rusia, pero cuando se dio cuenta de que sus conspiraciones no tenían respuesta, desafió al poder turco y fue encarcelado. En 1714 se escapó y llegó a Stralsund, una posesión sueca en Pomerania. La ciudad fue sitiada por una fuerza combinada de daneses, prusianos y sajones, y al año se rindió. Llegó a Suecia y reunió otro ejército, con el que inició la invasión de Noruega en 1717.

Traslado del cadáver de Carlos XII de Suecia. Obra de Gustaf Cederström
El 30 de noviembre de 1718 Carlos XII fue asesinado en Frederikshald. Su hermana, Ulrica Leonora, le sucedió en el trono. 


Mapa de la Gran Guerra del Norte de 1709 a 1721.
La Gran Guerra del Norte es el nombre que se le da a una larga serie de conflictos en el norte y el este de Europa durante el período 1700-1721, en la que estuvo en juego la supremacía en el Mar Báltico.
Se originó por la rivalidad entre Suecia, entonces dominante en el norte de Europa, y sus vecinos Rusia, Dinamarca-Noruega y la República de las Dos Naciones; estos tres Estados, junto con Sajonia, formaron una coalición antisueca en 1700. La guerra pudo haberse hecho una con la Guerra de Sucesión Española en 1707, pero los suecos rechazaron las invitaciones de Francia para involucrarse en un conflicto ajeno.
Las alianzas cambiaron en el curso de la guerra. La coalición aliada fue rota finalmente por las resonantes victorias suecas, pero se restableció en 1709, tras fracasar una invasión sueca en Rusia. Hanóver y Prusia se sumaron a los aliados en 1715. Suecia, por su parte, no logró establecer una alianza militar sólida con ninguna potencia extranjera, y las victorias aliadas predominaron en la segunda mitad del conflicto. El conflicto terminó en 1721 con el Tratado de Nystad, con la derrota sueca y el alzamiento de Rusia como potencia mundial de primer orden.

La batalla de Poltava, por Denis Martens el Joven (1726)
La batalla de Poltava se libró entre los ejércitos del zar Pedro I de Rusia y el rey Carlos XII de Suecia, el 8 de julio de 1709, y es una de las más famosas batallas de la Gran Guerra del Norte. Terminó con la victoria rusa, iniciando el fin del Reino de Suecia como superpotencia en Europa.
El origen de la guerra fue el choque de intereses territoriales entre Suecia y sus vecinos Dinamarca-Noruega, Rusia y Polonia, que desencadenó una alianza entre estos tres Estados contra el poder sueco. Suecia, entre 1560 y 1658, había forjado un imperio en el Báltico a través de conquistas de territorios de los países vecinos y se había convertido en una potencia mundial con el predominio en la Europa del Norte. Sus viejos enemigos esperaban el momento propicio para recuperar los territorios perdidos y ensanchar su influencia regional.

Suecia (amarillo) y Dinamarca-Noruega (rojo) desde 1658. En verde los territorios recuperados por Dinamarca-Noruega con el Tratado de Copenhague.
El Tratado de Copenhague fue firmado el 6 de junio de 1660 y marcó el fin de la Guerra de los Treinta Años o la Segunda Guerra del Norte entre Suecia y la alianza del Reino de Dinamarca y Noruega y la Mancomunidad de Polonia-Lituania. Este tratado fue una pequeña secuela al Tratado de Roskilde, el cual declaró las fronteras oficiales de Dinamarca, Suecia y Noruega, límites que son casi exactos a los actuales.

El expansionismo sueco
Suecia había seguido una agresiva política exterior desde la consolidación de su independencia en el siglo XVI, enfrentándose a la rivalidad danesa y polaca. Esas dos naciones habían protagonizado unas derrotas ante el ejército sueco, en guerras que habían puesto en peligro su propia independencia.

Carlos XII de Suecia.
Tras una intervención en Rusia, Suecia le arrebató a ese país, con el Tratado de Stolbovo de 1617, su salida al Mar Báltico. Tras la Paz de Westfalia en 1648 y la conclusión de la Guerra de los Treinta Años, Suecia se adjudicó territorios en el norte del Sacro Imperio Romano Germánico, que incluían el occidente de Pomerania, conocido como Pomerania Sueca, así como los obispados secularizados de Bremen y Verden, y la ciudad de Wismar. Asimismo en esa misma época obtuvo de Polonia la cesión de Livonia y, con el Tratado de Roskilde con Dinamarca y Noruega, importantes territorios de esos dos países.
Durante el reinado de Carlos XI, las dificultades económicas provocaron que el país se mantuviera neutral en la mayoría de los conflictos europeos. El rey inició una serie de reformas administrativas y militares, consciente de la amenaza de sus vecinos. A su muerte, en 1697, su hijo Carlos XII heredaba un país fortalecido, con un ejército que, aunque relativamente pequeño, era uno de los mejor preparados de Europa.
Rusia
A finales del siglo XVII, Rusia era un país pobre y con muestras visibles de atraso. El gobierno de Pedro I desde 1696 (en el trono desde 1682) supuso grandes cambios para el país. El zar introdujo una serie de reformas en los más diversos ámbitos: cultura, política, sociedad, economía y ejército, que tenían como objetivo modernizar el país siguiendo los patrones de la Europa Occidental.

Pedro I de Rusia.
Para fomentar el intercambio comercial con el occidente y crear una fuerza naval poderosa, Pedro se enfrentó a la rivalidad del Imperio otomano, entonces una potencia regional que dominaba el Mar Negro. Intentó forjar una alianza con las potencias europeas para combatir a los turcos, pero la falta de éxito le hizo volver la mirada hacia el Báltico y aceptar los ofrecimientos daneses de integrar una alianza contra Suecia.

Dinamarca y Noruega

Dinamarca y Noruega se hallaban unidas bajo una monarquía desde 1523. 

Federico IV de Dinamarca y Noruega.
Dinamarca conservaba una destacada importancia naval, pero su posición en la región nórdica se había reducido en favor de Suecia tras destructivas guerras, sobre todo después de las pérdidas territoriales del Tratado de Roskilde, que implicaron pérdidas para Noruega y la exclusión de Dinamarca del sur de Escandinavia. En las últimas guerras contra Suecia, Dinamarca y Noruega recuperaron Bornholm y la provincia de Trondheim, pero Escania, Halland, Blekinge y Bohuslän permanecieron suecas. Encima, el ducado de Holstein-Gottorp, vasallo del rey danés, se había declarado independiente desde 1658, apoyado por el gobierno sueco. Los diplomáticos daneses intentaron por primera vez una alianza con Pedro I durante el viaje que éste realizó a la Europa occidental en 1697.

Polonia

En la segunda mitad del siglo XVII, la República de las Dos Naciones, con su centro de gravedad político en Polonia, se mantenía como uno de los mayores Estados de Europa. Sin embargo, el país pasaba por una etapa de marcada decadencia, caracterizada por la destrucción, tras ser escenario de varias guerras que habían reducido significativamente su población. En este ocaso político destacaba la influencia del Sejm, que fomentaba el retraso legislativo por la falta de consenso. En 1697 fue elegido rey de Polonia, Augusto II, elector de Sajonia. 
Augusto de Polonia y Sajonia.
La política del nuevo rey se encaminó a combatir la oposición y a tratar de impulsar el absolutismo. Consideró recuperar el antiguo poder de Polonia en la Europa Oriental mediante conquistas, y para ello concibió la idea de una guerra contra el Imperio otomano. La situación en Europa hizo imposible una acción militar contra Turquía, por lo que el monarca se inclinó contra Suecia, país que le había arrebatado Livonia a Polonia en la década de 1620.

Se crea la alianza

La alianza entre Dinamarca, Rusia y Polonia-Sajonia fraguó, en el mayor secreto, en el otoño de 1699. El 12 de febrero de 1700, tropas sajonas atacaron la ciudad sueca de Riga y sus fortificaciones aledañas en Livonia. El 20 de marzo del mismo año, Federico IV de Dinamarca intervino militarmente contra Holstein-Gottorp, dando inicio a la guerra.

Guerra Sueco-danesa (1700)
Federico IV de Dinamarca envió una fuerza de 20.000 hombres contra Holstein-Gottorp, y halló una débil resistencia de las fuerzas ducales y sus aliados suecos, consistente únicamente en unos 5.000 defensores bajo el mando de Johan Gabriel Banér, por lo que en muy poco tiempo se logró la conquista casi total del territorio del ducado y se derribaron sus fortificaciones recién reconstruidas. Los defensores, perseguidos por el enemigo, tuvieron que retirarse hacia la fortaleza de Tönning, en Schleswig, plaza que pronto fue sitiada por los daneses, el 21 de abril.

Mapa de la Gran Guerra del Norte, de 1700 a 1709.
Los rusos deponen armas y estandartes ante Carlos XII de Suecia, tras la batalla de Narva. Pintura de Gustaf Cederström, 1910.
Guerra en las Provincias Bálticas (1700-1701)

El ataque de Augusto II a las posesiones suecas de Livonia en febrero de 1700 abrió el frente oriental de la guerra. El soberano sajón tenía como primer objetivo conquistar Riga, la segunda ciudad más poblada del Imperio sueco. Al no contar con la aprobación del Parlamento polaco para entrar en guerra, Augusto utilizó en la campaña a sus tropas sajonas.

Guerra en Polonia (1702-1707)

Polonia en 1701
El grueso del ejército sueco pasó el invierno de 1702 y 1703 en Kaunas y Vilna, ya en territorio polaco. El 26 de marzo de 1702 se inició la marcha que tenía como objetivo la toma de Varsovia, la capital polaca. El peligroso avance provocó que los polacos intervinieran diplomáticamente, pero el intento fue en vano. El 12 de mayo, el rey Carlos XII entró en Varsovia sin resistencia alguna. Ahí inició negociaciones con los polacos, en las que puso el derrocamiento de Augusto como requisito indispensable para finalizar la guerra. Al no serle satisfactorios los resultados diplomáticos, Carlos XII se desplazó el 16 de junio hacia Cracovia, donde Augusto se había refugiado.

Augusto II de Polonia, elector de Sajonia,
intentó alcanzar la paz con Suecia en 1702,
pero la exigencia sueca sobre su dimisión
 lo motivó a seguir combatiendo hasta 1706.
La campaña de Rusia (1708-1709)
Después de la exitosa —aunque larga— guerra contra Polonia y la Paz de Altranstädt, el invicto ejército de Carlos XII de Suecia se encontraba en la cima de su prestigio en 1707. Dinamarca había sido derrotada y amenazada por el ejército sueco, y no había indicios de un nuevo conflicto entre ambos países nórdicos. Sajonia y Augusto II también habían sido vencidos, y Polonia, antes enemiga, era ahora un país aliado, dispuesto a prestar tropas a Suecia. Con su experiencia militar, el apoyo del rey Estanislao I y la llegada de refuerzos de Suecia, Carlos XII decidió emprender la campaña contra Rusia, su último enemigo, que demostraría también ser el más peligroso.

El 6 de julio comenzó la marcha hacia Moscú. Los suecos derrotaron a un ejército ruso en Holowczyn el 4 de julio, en la que sería la última gran victoria de Carlos XII. 

En Ucrania, el líder cosaco Ivan Mazeppa, hostil al zar de Rusia, ofreció una alianza al rey sueco.

Carlos XII de Suecia e Ivan Mazeppa después de la batalla de Poltava. Pintura de Gustaf Cederström.

Ante la adversidad, Carlos XII decidió pasar el invierno en el norte de Ucrania bajo la constante amenaza rusa.
Estanislao I de Polonia no envió los refuerzos prometidos al ejército sueco, pues necesitaba una importante fuerza militar para asegurar su posición en el trono. Así, Carlos XII se quedó solo en Ucrania

Sin pensar en una retirada y llevado por la soberbia de sus victorias, fijó sus esperanzas en atraer a Pedro I e infligirle una decisiva derrota.

Con esas expectativas, atacó Veprik, un importante punto de apoyo del ejército ruso. A falta de una artillería contundente, se optó por asaltar la plaza. El 7 de enero inició el ataque, con importantes pérdidas suecas, aunque finalmente se consiguió la capitulación de la ciudad.

El 28 de junio los suecos iniciaron un temeroso ataque ante tropas rusas que les doblaban en número. Los soldados rusos lograron una victoria sin precedentes y Suecia perdió 7.000 soldados en combate y 3.000 cayeron prisioneros.

Carlos XII y la intervención turca (1709-1714)
Aislado en el Imperio otomano, Carlos XII se había convertido en un hombre urgido de una alianza militar. Establecido en Bender (actual Tighina, en Moldavia) como huésped de Ahmed III, el rey escandinavo intentó atraer a la guerra al sultán, un viejo enemigo del zar Pedro I. Aunque no pudo recibir el mando de un ejército turco, sí logró en cambio convencer a Ahmed III de declarar la guerra a Rusia en 1711, prometiendo la llegada del ejército sueco destacado en Polonia.

Mapa de la Guerra Turco-Rusa de 1711.
La guerra ruso-turca fue muy breve, y se resumió en una campaña rusa sobre Moldavia, comandada por Boris Sheremetiev y el propio zar Pedro I, y apoyada por Dimitrie Cantemir, príncipe de Moldavia. En la batalla del Pruth, el 10 de julio de ese año, Pedro I fue derrotado por un ejército turco estimado en 200.000 hombres, bajo el mando del gran visir Baltacı Mehmed Pachá.

Ahmed III consideró un avance hacia Moscú, pero tuvo que renunciar a ese plan por el estallido de un conflicto interno en su imperio. En el mismo mes de julio, el influyente gran visir Baltaci Mehmed, que desconfiaba de la injerencia sueca en el imperio, firmó la paz con Rusia. De acuerdo a las condiciones acordadas, Rusia cedería Azov a Turquía, derribaría la fortaleza de Taganrog y se comprometió a no interferir en los asuntos de Polonia, otro país tradicionalmente enemigo del Imperio otomano.
Ahmed III (30 de diciembre de 1673 – Constantinopla, 1 de julio de 1736) fue sultán del Imperio otomano e hijo del sultán Mehmed IV.

Ahmed III
Subió al trono de la Sublime Puerta en 1703 tras la abdicación de su hermano Mustafa II. Ahmed estableció y mantuvo buenas relaciones con Inglaterra, teniendo en mente indudablemente la amenazante actitud de Rusia. Acogió en Turquía a Carlos XII de Suecia después del fracaso sueco en la batalla de Poltava de 1709 a manos del zar ruso Pedro el Grande. Forzado contra su voluntad a entrar en guerra contra Rusia, fue el sultán que más cerca estuvo de fragmentar el poder de su rival del norte, puesto que su Gran Visir Baltaji Mahommed Paşa tuvo éxito al asediarlo completamente cerca del Pruth en 1711.
Sublime Puerta ,es un término usado para definir al gobierno del Imperio otomano y, por analogía, al propio Imperio, al hacer una metáfora con la propia puerta (como objeto físico) que daba entrada a las dependencias de dicho gobierno, 
cercana al Palacio de Topkapi, donde el sultán oficiaba la ceremonia de bienvenida a los embajadores extranjeros.
La Sublime Puerta en tiempos del Imperio.
La puerta arquitectónica original fue sustituida por otra de estilo rococó, que es la que se puede observar en la actualidad.
Fin de la guerra: el Tratado de Nystad
Para defenderse de los ataques navales rusos y evitar una invasión, Federico I recibió el apoyo de buques de la armada británica desde 1720 hasta agosto de 1721. El zar Pedro I todavía lanzó algunos ataques sobre la costa norte sueca. El último combate de la guerra fue la batalla de Selånger, el 25 de mayo de 1721, con la victoria para Rusia.

La Gran Guerra del Norte llegó a su fin con el Tratado de Nystad,  30 de agosto de 1721. Suecia cedió a Rusia toda la provincia de Ingria, Výborg, el sur de Kexholm, si bien conservó la casi totalidad de Finlandia. Cedió también Livonia y Estonia, incluyendo las islas de Ösel (Saaremaa) y Dagö (Hiiumaa).


La paz entre Suecia y Polonia-Sajonia nunca se firmó, aunque las hostilidades se habían suspendido desde el fin de la guerra en Alemania. Oficialmente, se considera el fin del conflicto entre ambos reinos en 1728 (Declaración de Sajonia) y en 1732 (Declaración de Polonia), años en los que se firmó la renovación de relaciones amistosas.

Palacio de Fredensborg, obra barroca danesa que conmemora la paz de 1720.
Consecuencias
La Gran Guerra del Norte resultó una derrota de Suecia, siendo Rusia el principal beneficiario. Rusia se levantó como la primera potencia del norte de Europa, el líder supremo del Mar Báltico y un importante peso en la política de Europa. Pedro I, nombrado emperador de todas las Rusias desde 1721, continuó con su obra modernizadora y expansionista.

Iglesia de San Pantaleón, en San Petersburgo,
conmemoración de las victorias navales rusas en los últimos años de la guerra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario