El Moisés es una escultura de mármol blanco encargada en 1505, realizada en 1513-1515, y retocada en 1542, obra de Miguel Ángel (1475-1564), centrada en la figura bíblica de Moisés. Originariamente concebida para la tumba del papa Julio II en la Basílica de San Pedro, el Moisés y la tumba se colocaron finalmente en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli, en la zona del Esquilino, tras la muerte del papa. La familia della Rovere, de la que el papa procedía, fueron los mecenas de esta iglesia, y el mismo papa había sido cardenal titular antes de su nombramiento como representante del Vaticano.
La tumba de Julio II, una estructura colosal que debía dar a Miguel Ángel el suficiente espacio para sus seres superhumanos y trágicos, se convirtió en una de las grandes decepciones de la vida del artista cuando el papa, sin ofrecer explicación alguna, interrumpió las donaciones, posiblemente desviando dichos fondos a la reconstrucción de San Pedro por parte de Donato Bramante. El proyecto original estaba formado por una estructura independiente, sin apoyo, de tres niveles, con aproximadamente 40 estatuas. Tras la muerte del papa en 1513, la escala del proyecto se redujo paulatinamente hasta que, en 1542, un contrato final especificó una tumba con un muro sencillo y con menos de un tercio de las figuras incluidas en el proyecto original.
Miguel Ángel pensaba que el Moisés era su creación más realista. La leyenda cuenta que, al acabarlo, el artista golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo "¿por qué no me hablas?", sintiendo que la única cosa que faltaba por extraer del mármol era la propia vida. En la rodilla se puede encontrar la marca de Miguel Ángel al golpear a su Moisés.
La basílica de San Pietro in Vincoli (en italiano, basílica di San Pietro in Vincoli, 'San Pedro encadenado'), también llamada San Pedro ad víncula, es una basílica de Roma, muy conocida por albergar el mausoleo del papa Julio II, con la famosa escultura del Moisés, de Miguel Ángel.
La basílica fue construida en la mitad del siglo V para albergar la reliquia de las cadenas con las que ataron a San Pedro durante su encarcelamiento en Jerusalén.
Según cuenta la leyenda, la emperatriz Eudoxia (esposa del emperador Valentiniano III) ofreció las cadenas como regalo al papa León I el Magno. Cuando éste las comparó a las cadenas del primer encarcelamiento de san Pedro en la cárcel Mamertina en Roma, las dos cadenas se unieron milagrosamente. Las cadenas se guardan en un relicario bajo el altar principal de la basílica.
La iglesia experimentó varias restauraciones y reconstrucciones, entre ellas la restauración del papa Adriano I y las reconstrucciones del papa Sixto IV y de Julio II. También sufrió una renovación en 1875. El pórtico frontal, incorporado en 1475, se le atribuye a Baccio Pontelli, mientras que el claustro (1493-1503), es obra de Giuliano da Sangallo.
Abside |
El interior de la basílica está formado por una planta de dos naves, con tres ábsides divididos por columnas de estilo dórico. Las naves están remachadas por bóvedas de crucería, mientras que la nave central cuenta con un techo panelado del siglo XVIII, con frescos de Giovanni Battista Parodi en el centro mostrando el Milagro de las cadenas (1706).
El Foro Romano
(En latín, Forum Romanum, aunque los romanos se referían a él comúnmente como Forum Magnum o simplemente Forum) era el foro de la ciudad de Roma, es decir, la zona central, semejante a las plazas centrales en las ciudades actuales, donde se encuentran las instituciones de gobierno, mercado y religión. Al igual que hoy en día era donde tenían lugar el comercio, los negocios, la prostitución, la religión y la administración de justicia. En él se situaba el hogar comunal. Series de restos de pavimento muestran que sedimentos erosionados desde las colinas circundantes ya estaban elevando el nivel del foro en la primera época de la República. Originalmente había sido un terreno pantanoso, que fue drenado por los Tarquinios mediante la Cloaca Máxima. Su pavimento de travertino definitivo, que aún puede verse, data del reinado de César Augusto.
Cayo Julio César (en latín, Gaius Iulius Caesar; Roma, 12/13 de julio de 100 a. C. -ibídem, 15 de marzo de 44 a. C.) fue un líder militar y político romano de la era tardorrepublicana. |
Forum Romanum reconstructed c. by archeolibri s.r.l., pincha aqui
Un camino procesional, la Vía Sacra, cruza el Foro Romano conectándolo con el Coliseo. Al final del Imperio perdió su uso cotidiano quedando como lugar sagrado. |
El último monumento construido en el Foro fue la Columna de Focas. Durante la Edad Media, aunque la memoria del Foro Romano persistió, los edificios fueron en su mayor parte enterrados bajo escombros y su localización, la zona entre el monte Capitolino y el Coliseo, fue designada Campo Vaccinio o ‘campo bovino’. El regreso del papa Urbano V desde Aviñón en 1367 despertó un creciente interés por los monumentos antiguos, en parte por su lección moral y en parte como cantera para construir nuevos edificios. Se extrajo gran cantidad de mármol para construcciones papales (Vaticano principalmente) y para cocer en hornos creados en el mismo foro para hacer cal. Miguel Ángel expresó en muchas ocasiones su oposición a la destrucción de los restos. Artistas de finales del siglo XV dibujaron las ruinas del Foro, los anticuarios copiaron inscripciones desde el siglo XVI y una excavación profesional fue comenzada a finales del siglo XVIII. Un cardenal tomó medidas para drenarlo de nuevo y construyó el barrio Alessadrine sobre él. No obstante, la excavación de Carlo Fea, quien empezó a retirar los escombros del Arco de Septimio Severo en 1803, y los arqueólogos del régimen napoleónico marcaron el comienzo de la limpieza del Foro, que no fue totalmente excavado hasta principios del siglo XX.
El arco de Septimio Severo
El arco de Tito
Miles de personas viajan a Roma todos los años pero para muchas, este arco romano, y sobre todo su significado, pasa totalmente desapercibido. Situado cerca de la Vía Sacra, arteria principal del que fuera centro de la Roma imperial, fue edificado por el general Tito, hijo del emperador Vespasiano, por su victoria sobre Jerusalén.
Representa el fin de la concepción de todo un mundo, de un universo concreto, el fin de Israel como nación soberana. Ya nunca más sería posible ver el esplendor de los tiempos del rey Salomón y de su magnífico Templo en Jerusalén. Se daba el primer paso para que comenzara la gran Diáspora judía por todo el mundo, la lucha titánica de un pueblo por mantener su propia identidad fuera a donde fuera. De ahí que durante siglos el judío siempre tuviera deseos de volver a ver su tierra; que siempre estuviera diciendo, ”el año que viene en Jerusalén”.
La Basílica de Majencio
Reconstruccion de La Basílica de Majencio |
El tabulario
Reconstrucción del Tabulario |
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