jueves, 30 de enero de 2014

Leopoldo I de Habsburgo

(Viena, 9 de junio de 1640 - Viena, 5 de mayo de 1705). Rey de Hungría desde 1655 y de Bohemia un año después, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1658. Era hijo de Fernando III y de su primera mujer María Ana de España, hija del rey Felipe III de España. Como Rey de Hungría reunificó las tres partes del reino (que tenía cerca de 150 años divido tras la invasión otomana) después de expulsar a los turcos, asunto que ratificó con la Paz de Karlowitz de 1699.




Posteriormente en 1686 avanzaron los ejércitos hacia los territorios húngaros para expulsar a los turcos que ya se hallaban en esa región desde 1526 y de esta forma, comenzaron a asediar la ciudad de Buda. Luego de tres meses consiguieron tomarla y progresivamente continuaron presionando a los otomanos hasta obligarlos a salir de Hungría. Dichas campañas húngaras fueron coordinadas por el mariscal austriaco Mauricio de Saboya, las cuales continuaron hasta 1690 cuando los ejércitos germánicos tomaron el Principado de Transilvania, antiguamente parte del reino húngaro. En 1690 fue emitido el Diploma Leopoldinum, que contenía la nueva situación política jurídica de Transilvania, declarando que era parte del Sacro Imperio Romano Germánico y debía pagar un alto impuesto. Igualmente Leopoldo permitió que en ese mismo año el noble húngaro Miguel Apafi II fuese electo Príncipe tras la muerte de su padre, continuando brevemente a la cabeza del Estado Transilvano.

Hábilmente el rey Leopoldo de Hungría trajo a su corte en Viena al joven príncipe húngaro Miguel Apafi II, donde en 1701 le otorgó título de Príncipe Imperial Germánico y lo alentó a renunciar oficialmente al trono transilvano. De esta manera el control absoluto sobre los territorios húngaros pasó a manos de Leopoldo, sin existir ninguna figura noble que se opusiese frontalmente.

Dirigió la ocupación de Lombardía el año 1701, en el marco de la Guerra de Sucesión Española. Aprovechando que Leopoldo luchaba en dicho conflicto, el noble húngaro Francisco Rákóczi II intentó aliarse con el rey francés y movilizó tropas húngaras para atacar al poder germánico. Rákóczi deseabla liberar al reino de Hungría de su propio monarca, Leopoldo, pues consideraba que la Casa de los Habsburgo era ilegítima. Si bien la guerra independentista de Rákóczi fracasó, Leopoldo no vivió para verla terminar, fue su hijo José I de Habsburgo, quien terminó forzando a la firma de la paz a los nobles húngaros
En el interior fomentó el catolicismo, siendo, al igual que su padre, tolerante con el protestantismo.


El Leopoldo I y la emperatriz Margarita Teresa con vestimentas teatrales
obra de Jan Thomas (1667). Kunsthistorisches Museum de Viena

Matrimonios e hijos

Se casó en 1666 con Margarita Teresa de España (1651 - 1673), hija de su tío materno, el rey Felipe IV de España y de su hermana Mariana de Austria.

Margarita María Teresa de Austria (Madrid, 12 de julio de 1651 – Viena, 12 de marzo de 1673) fue Infanta de España y Emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico por su matrimonio con su tío, el emperador Leopoldo I.

Leopoldo sufría de una enfermedad congénita caracterizada por tener el labio inferior ligeramente caído, lo que le ganó el apodo entre sus enemigos de "Leopoldo boca de camello". Le sucedió su hijo José.

La infanta Margarita Teresa era hija del rey Felipe IV de España y de su segunda esposa, Mariana de Austria y, por tanto, hermana del rey Carlos II. A partir de 1660 se convirtió en una valiosa pieza de la política de Estado, que podía posibilitar la reconciliación entre las dos ramas de los Habsburgo, distanciadas desde la Paz de Westfalia.

La infanta Margarita Teresa, obra de Gerard du Chateau
(h. 1665). Kunsthistorisches Museum de Viena

Pronto fue prometida a su tío, el emperador Leopoldo I, hermano de su madre Mariana de Austria. El conde de Pötting fue enviado a la corte de Madrid para cumplir con las funciones de la embajada imperial en la temprana fecha de 1663, teniendo entre sus principales objetivos el conseguir la mano de la infanta para su señor Leopoldo I. El 6 de abril de 1663 se publicaron los esponsales, siendo firmadas las capitulaciones el 18 de diciembre de ese mismo año por el dicho conde de Pötting y por el duque de Medina de las Torres.
Tras la muerte de su padre en septiembre de 1665, su madre, la reina Mariana de Austria, quedaba como regente de la Monarquía en nombre de su hermano Carlos II, que entonces contaba apenas con cuatro años de edad.
La fragilidad de la regencia que Felipe IV legaba a la Monarquía tras su muerte, le obligó a establecer en su testamento unas cláusulas que contemplaran todas las posibilidades de sucesión posibles (cláusulas 15 y 16). Según las mismas, la rama francesa quedaba completamente excluida de la herencia en virtud de la renuncia a sus derechos por parte de la infanta María Teresa, hija de Felipe IV e Isabel de Borbón, tras su matrimonio con el monarca francés Luis XIV, acordado durante la Paz de los Pirineos. En ningún momento Felipe IV contempló la posibilidad de que el monarca francés o sus herederos pudieran acceder a la sucesión de la Monarquía Hispánica en caso de muerte prematura de Carlos II. 


 Margarita de España vestida de luto, 1666, Juan Bautista Martínez del Mazo.


La herencia (en caso de muerte del joven rey) recaería en los sucesores de la infanta Margarita Teresa, entonces prometida del emperador Leopoldo I, es decir, se seguía la lógica habsbúguica de fidelidad a la familia y a la dinastía. La siguiente mujer destinada a continuar la línea sucesoria sería la hermana de Felipe IV, la emperatriz María, mujer del emperador Fernando III, la ya fallecida madre de Mariana de Austria, por lo que serían sus descendientes (Leopoldo I, o los hijos que éste pudiera tener con Margarita Teresa, pues se suponían que ésta iba a renunciar también a sus derechos tras su matrimonio con el emperador que se celebraría en vida de Carlos II), los llamados a la sucesión.
Los Habsburgo debían recoger estos derechos, tras los cuales estaba la Casa de Saboya que recibía también su candidatura a través de una mujer, la tía de Felipe IV, la infanta Catalina Micaela, hija de Felipe II que se había casado con el duque Carlos Manuel I de Saboya; sus descendientes debían ostentar la corona en caso del agotamiento de la candidatura de los Habsburgo austriacos. En definitiva, la sucesión francesa quedó descartada en el testamento de un Felipe IV fiel a la tradicional alianza entre las dos ramas de la Casa de Austria.

 Margarita y Leopoldo I fueron padres de cuatro hijos.




Se casó en segundas nupcias, tras la temprana muerte de Margarita, con Claudia Felicidad del Tirol (1653 - 1676), en el año 1674. Era hija del archiduque Fernando Carlos de Austria-Tirol y de su esposa, Ana de Médici, la hija del gran duque Cosme II de Toscana y de la archiduquesa María Magdalena de Austria-Estiria (hija de Carlos II de Estiria, Archiduque de Austria, y de María Ana de Baviera. 

Fueron padres de dos hijas.




Por último se casó con Leonor Magdalena de Pfalz-Neoburg (1655 - 1720) en 1676.



Leonor fue la hija mayor del elector palatino, Felipe Guillermo de Neoburgo, y su esposa Isabel Amalia de Hesse-Darmstadt, y hermana de la reina de España, Mariana de Neoburgo y de la reina de Portugal, María Sofía de Neoburgo.

Fueron padres de 10 hijos:
  • José I (Viena, 26 de julio de 1678 - Viena, 17 de abril de 1711). Sucesor de su padre.


Boda de Leonor y Leopoldo de Habsburgo, por Ferdinand Wagner (± 1890)

María Ana del Palatinado-Neoburgo 

(28 de octubre de 1667, Palacio de Benrath, Düsseldorf, Alemania – 16 de julio de 1740, Palacio del Infantado, Guadalajara, España), reina consorte de España de 1689 a 1700 como segunda esposa del rey Carlos II de España.
Hermana de Leonor Magdalena de Pfalz-Neoburg.




El diamante Wittelsbach de 35,56 quilates

Es el diamante más caro jamás vendido en una subasta. 

El Wittelsbach es un buen candidato, además de ser uno de los más bellos y raros diamantes del mundo, con 35,56 quilates de diamantes extraídos en la India, se ha vendido por  24,3 millones de dólares.

El coleccionismo de piezas extraordinarias de arte, guarda siempre historias (y misterios) apasionantes. La historia de este diamante, pieza única -se conocen muy pocos diamantes de sus características en la actualidad- empieza en el pasado de la historia de España.

Felipe IV, gran mecenas de las artes, eligió este diamante como parte de la dote de su hija favorita, La Infanta Margarita Teresa (Infanta de España y Emperatriz del Sacro Imperio Germánico) para su boda. La imagen de Margarita Teresa de Austria es conocida por tod@s, ya que Velázquez la retrató en “Las Meninas” (entre otras obras).




El suyo, fue un matrimonio políticamente arreglado, ella había sido comprometida de niña con su tío materno, Leopoldo I, que se convirtió en emperador del Sacro Imperio Romano. Tenía 16 años cuando se casaron y falleció a la edad de 22 años; él legó el diamante a sus herederos.

Este diamante más tarde llegó a ser conocido como “Der Blaue Wittelsbacher” (The Blue Wittelsbach) en 1722 cuando la Archiduquesa de Austria se casó con el príncipe heredero de Baviera. Fue parte de las joyas de la corona bávara hasta 1931.

La joya permaneció en manos de los Wittelsbach hasta pasado el año 1918, año de la abolición de la monarquía. La ruina de la familia real a a causa de la Gran Depresión en la década de 1920 les obligó a poner a la venta el diamante en una subasta en 1931. Nadie lo compró, y se le perdió la pista.
En 1961, el diamante Wittelsbach reapareció en uno de los comercios de Pelikaanstraat, en Amberes (Bélgica), el conocido barrio de los talladores de diamantes. Un joyero de Hamburgo (Alemania) lo compró en 1964, y se le volvió a perder la pista hasta ahora.

El engarce del Wittelsbach consistió en su origen en un gran broche con el gran diamante azul en el centro, rodeado por conjunto de rubíes. El broche fue modificado posteriormente, tal y como muestra la foto con bella piedra azul, rodeada por un broche en forma de pera, de diamantes de color blanco.
En la subasta realizada por la casa Christie” de Londres el 10 de diciembre diciembre, de 2008 el diamante fue adquirido por Laurence Graff, un joyero de Bond Street (Londres). ¿En qué manos parará?



Hoy se conservan muy pocos diamantes azules:
  • “Kohinoor”, que forma parte de las Joyas de la Corona Británica
  • El “Régent”, que se conserva en el Museo del Louvre
  • y el “Orlov”, que está en el Kremlin.
El mayor y más famoso diamante azul del mundo es el llamado “Diamante Esperanza“, de 45 quilates, que perteneció a la Corona Francesa y se conserva actualmente en el Instituto Smithsonian de Washington.

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