domingo, 24 de noviembre de 2019

(XIX) El placer de coleccionar arte - Roma «la ciudad de las ciudades» - Los Museos Vaticanos

(XVIII) El placer de coleccionar arte - Roma «la ciudad de las ciudades» - Los jardines del Vaticano - La Galería de los Mapas - La Escalera de Bramante, pincha aqui


Los Museos Vaticanos 

Nacieron con una pequeña colección privada de esculturas perteneciente a Julio II situada en el llamado Patio de las Estatuas del Belvedere. Los Papas, de hecho, tienen el mérito de ser los primeros soberanos en poner sus colecciones de arte a disposición del público,gracias a la explosión renacentista
Los Museos Vaticanos y las Galerías Pontificias nacen con Clemente XIV y Pío VI. Más tarde, Pío VII amplió notablemente las colecciones de Antigüedades Clásicas añadiendo el Museo Chiaromonti y el Brazo Nuevo. Este pontífice también enriqueció la Colección Epigráfica.
En cuanto a bienes arqueológicos, el Papa Gregorio XVI fundó el Museo Etrusco con objetos provenientes de las excavaciones realizadas en la Etruria meridional y asimismo el Museo Egipcio con obras provenientes de exploraciones realizadas en este país y otras que se encontraban ya conservadas en el Vaticano.

MUSEO GREGORIANO ETRUSCO

El museo, fundado por el Papa Gregorio XVI e inaugurado el 2 de febrero de 1837, fue uno de los primeros expresamente dedicados a las antigüedades etruscas y reúne predominantemente objetos hallados en las excavaciones efectuadas en los años anteriores en los yacimientos de algunas de las ciudades más importantes de la antigua Etruria, en aquel entonces parte del territorio del Estado Pontificio. Además, entrarán a formar parte del museo obras que ya se encontraban en el Vaticano y con una larga historia coleccionista.

Marte de Todi
Este rarísimo testimonio de la estatuaria antigua en bronce representa a un guerrero vestido con coraza y apoyado en una lanza de hierro, que dedica una libación propiciatoria con una pátera antes de la batalla
La estatua está compuesta de partes fundidas separadamente a la cera perdida y luego soldadas, con inserciones polimatéricas que exaltan el efecto verista.
Realizada probablemente por una fábrica de Orvieto revela referencias a modelos de ambiente ático a partir del 450 hasta el 425 a.C. aproximadamente, sobre todo del círculo de Fidias, aunque con genéricas referencias a la plástica de Policleto
A través de las obras expuestas, que documentan una artesanía floreciente y una peculiar civilización artística, es posible seguir la historia milenaria del pueblo etrusco, desde la Edad de Hierro (s. IX a.C.) hasta que confluyó progresiva y definitivamente en la estructura del Estado romano en el siglo I a.C.

Las manos decoradas con pequeñas tachuelas de oro y larguísimos dedos han sido obtenidas de una sola lámina de bronce, cerrada en las muñecas y ligeramente doblada en los bordes. Las posibles similitudes remiten a Vulci como lugar de proveniencia y producción, y aproximan  estas manos a las máscaras de bronce laminado de algunos canopes de Chiusi y, en general, a los primeros experimentos de representación de la figura humana en la producción etrusca de bronces, que consistían en la unión de partes elaboradas por separado, procedentes de láminas repujadas para obtener estatuas en bulto redondo.
El museo ocupa el Palacete del Belvedere de Inocencio VIII  (1484-1492), proyectado por Pollaiolo, y el Apartamento de Tor dei Venti de Pío IV Medici (1559-1565), iniciado por Michelangelo y Girolamo da Carpi y terminado por Pirro Ligorio. Desde el interior es visible la monumental escalera de caracol de Bramante, iniciada en 1512.

MUSEO PIO CLEMENTINO
El núcleo original de las colecciones papales de escultura clásica tiene inicio en el "Patio de las Estatuas" (hoy conocido como “Patio Octógono”) del papa Julio II (1503-1513). En la segunda mitad del siglo XVIII, las colecciones papales se agrandaron, tanto por las excavaciones en el territorio romano y del Lacio, como por las adquisiciones realizadas por coleccionistas o anticuarios.
Bajo la influencia del pensamiento de la Ilustración fueron acogidas en un museo público en el sentido moderno, con el objetivo de proteger las obras de arte antiguas y de promover su estudio y conocimiento. El museo llamado Pío Clementino, por el nombre de sus fundadores Clemente XIV Ganganelli (1769-1774) y Pío VI Braschi (1775-1799). Se colocaron esculturas antiguas, a menudo completadas en gran parte por los restauradores de la época.
Con el Tratado de Tolentino (1797), el Estado de la Iglesia se vio obligado a ceder a la Francia de Napoleón las principales grandes obras maestras del museo, que fueron trasladadas a París. Más tarde, después del Congreso de Viena (1815) y gracias a la diplomática labor de Antonio Canova, la mayoría de las obras fueron recuperadas.

Hercules -  La estatua de bronce dorado fue encontrada en 1864 en el patio del Palacio Pío Righetti, cerca de Campo de' Fiori, en la zona del Teatro de Pompeyo, y poco después fue donada al papa Pío IX. Cuando fue hallada estaba colocada horizontalmente en el interior de una fosa, cubierta por una placa de travertino en la que estaban grabadas las letras F C S (Fulgur Conditum Summanium). Hércules fue golpeado por un rayo y, según la costumbre de los romanos, recibió ritual sepultura junto con los restos de un cordero. La obra, tal vez inspirada en un modelo de escuela ática, fechable entre 390 y 370 a.C., ha sido diversamente datada entre finales del siglo I d.C. y el comienzo del siglo III d.C.

El guerrero persa, que lleva el gorro frigio, aparece en el acto de defenderse del enemigo, llevando el cuerpo hacia atrás y levantando el brazo derecho para protegerse, armado con una espada. El horror de la derrota se hace visible mediante la dramática expresión del rostro. Es probable que se trate de una copia romana, fechable entre el año 110 y el 120 d.C., de uno de los cuatro grupos de bronce que conmemoraban las victorias contra los enemigos de los griegos. Estas esculturas habían sido dedicadas como ex voto por Atalo II de Pérgamo alrededor de 160-150 a.C. en la Acrópolis de Atenas y en el mismo Pérgamo. La escultura pertenecería al grupo que representaba el triunfo de los griegos sobre los persas, en la memorable batalla de Maratón en el año 490 a.C.

Antínoo Braschi
La escultura procede de unas excavaciones realizadas en 1792-1793 en la zona de una supuesta villa de Adriano en Palestrina, la antigua Preneste. Restaurada por Giovanni Pierantoni, fue expuesta en el Palazzo Braschi hasta 1844, cuando fue adquirida por el Museo Lateranense y finalmente trasladada a su actual ubicación. Antínoo, el favorito del emperador Adriano (117-138 d.C.), se representa con aspecto sincrético de Dionisos-Osiris.
El pelo está adornado con una tiara de hojas y bayas de hiedra; la cabeza está decorada con una diadema, que lleva en su vértice una uraeus (cobra) o una flor de loto, que en la restauración moderna fue sustituida por una especie de piña.
La obra se puede datar en torno a los años inmediatamente posteriores a la muerte de Antínoo, que se ahogó en el Nilo en el año 130 d.C. y fue deificado por el emperador Adriano

La escultura de Ariadna dormida fue adquirida por el papa Julio II en 1512 para el Patio de las Estatuas en Belvedere y se convirtió en la ornamentación de una fuente.
Después de varios traslados, en 1779 se colocó en su ubicación actual y el artista Cristóbal Unterperger pintó la parte inferior del nicho con motivos de estilo egipcio, hoy cubiertos por cal roja. Por la pulsera en forma de serpiente que adorna el brazo se la identificó, durante mucho tiempo, con Cleopatra, quien se suicidó dejándose morder por una serpiente.
Al final del 700 Ennio Quirino Visconti finalmente la reconoció como Ariadna, la princesa cretense hija de Minos que, después de ayudar a Teseo en el Laberinto del Minotauro, fue abandonada por el ingrato cuando dormía en la isla de Naxos

Divinidad fluvial (Arno)
La estatua de la divinidad fluvial, con su característica posición semiacostada, se remonta a la época de Adriano y se inspira en un prototipo helenístico. En las primeras décadas del siglo XVI se colocó en el Patio de las Estatuas como ornamento de una fuente constituida por el sarcófago, fechable entre los años 170 y 180 d.C. y decorado con una escena de batalla entre griegos y amazonas.
La escultura sufrió amplias integraciones llevadas a cabo por un artista del Renacimiento de gran talento, al cual se debe el expresivo rostro barbudo. Una pequeña cabeza de león fue obtenida de un recipiente, también obra de restauración

Apolo del Belvedere - La estatua formaba parte de la colección que el cardenal Giuliano della Rovere tenía en su palacio en Santi Apostoli. Fue elegido papa con el nombre de Julio II (1503-1513) y la escultura fue trasladada al Vaticano.El dios Apolo aparece como si acabara de utilizar su arco vibrante que, originariamente, debía de empuñar con la mano izquierda. La obra, que data de mediados del siglo II d.C., se considera hoy una copia del bronce realizado entre los años 330 y 320 a.C. por Leocares, uno de los artistas que trabajaron en el Mausoleo de Halicarnaso.

Apoxyomenos
El término Apoxyomenos deriva del verbo griego "limpiar" y se refiere a una práctica utilizada en la antigua Grecia. Los atletas, de hecho, tenían la costumbre de ungirse con aceite antes de cada competición y luego se lavaban con arena y una especie de cuchara curva, llamada estrígil.
Realizada en torno a la mitad del siglo I d.C., la estatua de mármol del pentélico es una copia del original en bronce creada por Lisipo en su madurez, alrededor del año 320 a.C

Laocoonte y sus hijos es un grupo escultórico griego de datación controvertida, aunque suele considerarse una obra original de principios de la era cristiana.​ La obra es de un tamaño algo mayor que el natural, de 2,45 m de altura y está ejecutada en mármol blanco.​ Se encuentra en el Museo Pío-Clementino perteneciente a los Museos Vaticanos de Roma,​ y junto al Torso del Belvedere es el único original griego del antiquarium.​ Representa la muerte del sacerdote troyano Laocoonte, o Laoconte, castigado por los dioses a morir estrangulado por serpientes marinas junto a sus dos hijos. La obra fue realizada por Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas, pertenecientes a la Escuela de Rodas del periodo helenístico.

Grabado de Marco Dente mostrando la escultura tal y como fue encontrada.
Cuando fue descubierta le faltaban los brazos derechos de Laocoonte y de uno de sus hijos, y la mano derecha del otro hijo; también faltaban algunas partes de las serpientes. De su estado en ese momento quedan como testimonio las copias que hizo el grabador Giovanni Antonio da Brescia: un dibujo (conservado ahora en Düsseldorf, Alemania) y un grabado que contribuyó a su rápida fama.

Copia, en Mannheim, del grupo tal y como estaban representados los brazos añadidos antes de la última restauración

La expresión del rostro de Laocoonte es muy similar a la del gigante que Atenea coge por el pelo en el Altar de Zeus de Pérgamo
Se decidió restaurar el grupo escultórico y hubo controversia sobre cómo debería haber sido el gesto del brazo que le faltaba al padre. Miguel Ángel propuso restaurar el brazo del padre en posición de flexión; el artista llegó a realizar dicho brazo, pero no llegó a ponérselo y actualmente se expone junto al grupo escultórico. Amico Aspertini también realizó un dibujo con la misma posición del brazo, y en 1525, Baccio Bandinelli realizó una copia de todo el grupo con una posición parecida para el papa León X, copia que se encuentra en la Galería de los Uffizi de Florencia. Tanto Miguel Ángel como Sangallo aconsejaron a Julio II que adquiriera la obra,​ quien, tras unas breves negociaciones,​ compró la obra por una gran cantidad monetaria —más de 600 ducados—. En 1509, Julio II mandó trasladarla al Vaticano junto a otras dos esculturas, el Apolo de Belvedere y la Venus Felix, instalándolas en tres nichos del Patio Octogonal del Belvedere, que hoy forma parte de los Museos Vaticanos.
En 1905, el arqueólogo Ludwig Pollack identificó el brazo original, encontrándolo en una vieja tienda de Vía Labicana.​ El brazo tenía la posición flexionada como ya había avanzado Miguel Ángel; el brazo se añadió en una restauración realizada entre 1957 y 1960, y dirigida por Filippo Magi, restauración en la que se retiraron todas las piezas añadidas
Mi recomendación:

El Galo Herido, también llamado Galo moribundo, es una antigua copia romana en mármol de una estatua griega ya desaparecida, probablemente hecha en bronce, que fue encargada entre 230 y 220 a. C. por Átalo I de Pérgamo para conmemorar la victoria sobre los gálatas. La base sobre la que se apoya actualmente fue añadida tras su redescubrimiento. La identidad del escultor se desconoce, pero algunos sugieren que Epígonas (Epígono), el escultor de la corte de la dinastía atálida, pudo haber sido el autor.
Fue requisado por Napoleón Bonaparte por el Tratado de Campoformio (1797) durante la invasión de Italia y llevado como trofeo a París, donde quedó expuesto. Fue devuelto a Roma en 1815 y actualmente está expuesto en los Museos Capitolinos.

Un detalle del lado derecho de la escultura que muestra como los dedos de Plutón aprietan el cuerpo de Proserpina.
La posición, un contraposto retorcido, es una reminiscencia del Manierismo, y permite una observación simultánea del rapto (según se mira desde la izquierda) con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta; de la llegada al Hades (mirando de frente, parece llevar en brazos a su víctima); y de la petición de Proserpina a su madre de regresar durante seis meses a la Tierra (si contemplamos desde la derecha, con las lágrimas de la mujer, el viento sobre su pelo y el Can Cerbero ladrando).

El rapto de Proserpina es una escultura realizada por Gian Lorenzo Bernini entre los años 1621 y 1622 perteneciente, por lo tanto, al Barroco.
Fue encargada por Scipione Borghese, que se la cedió al Cardenal Ludovico Ludovisi en 1622, quien la llevó a su villa. Permaneció allí hasta 1908, cuando el Estado italiano la adquirió y la devolvió a la Galleria Borghese.
Es una gran estatua de mármol, perteneciente a un grupo escultórico ejecutado por el artista. Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.

El David es una estatua realizada por Gian Lorenzo Bernini entre 1623 y 1624.​ La esculpió cuando contaba solo con 22 años. Tiene tamaño real (170 cm) y está ejecutada a mármol con gran virtuosismo técnico. Pasó a formar parte de la colección de su principal mecenas, el Cardenal Scipione Borghese, y actualmente se expone en la Galleria Borghese.
A pesar de la temática cristiana, esta estatua, entre otras de temas similares, sirve para rescatar el tema clásico de los jóvenes atletas griegos, los kuroí.

Representa al futuro rey David, uno de los personajes del Antiguo Testamento, en la escena en que derrota al gigante Goliat lanzando una piedra con una honda.

Venus Victrix es una escultura de mármol de Antonio Canova, retrato mitologizado de Paulina Bonaparte como diosa Venus, concretamente en su advocación como Venus Victrix ("Venus victoriosa").
La figura, de tamaño natural, aparece casi desnuda, con un ligero ropaje que le cubre las caderas, el pubis y la parte superior de las piernas. Su postura es peculiar: La cabeza apoyada en la mano derecha, y el cuerpo recostado de lado sobre dos almohadas y un colchón que se adaptan a un diván (agrippina o chaise longue) de estilo imperio que pretende imitar el mobiliario romano. Sostiene en la mano izquierda una manzana (la manzana de Discordia que fue el premio de la diosa, vencedora en el juicio de Paris).

El artista utilizó un único bloque de mármol de Carrara.1​ La base, adornada como un catafalco, contuvo inicialmente un mecanismo que permitía rotar la escultura para que fuera vista desde todos los ángulos sin que el espectador tuviera que desplazarse.
La obra fue encargo del marido de Paulina, el príncipe Camillo Borghese, y se ejecutó, tras su boda, entre 1805 y 1808, en Roma. Canova recibió el pago en mayo de 1809: seis mil escudos. Tras ser terminada fue trasladada a la residencia de Camillo Borghese en Turín, luego a Génova, y alrededor del año 1838 volvió a Roma para ser expuesta en la Galleria Borghese donde permanece desde entonces

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