miércoles, 8 de abril de 2020

(V) 10 artistas que deberíamos conocer - Marlene Dumas (Pintora africana la más importante y la más cotizada)

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'Nuclear Family' (2013) de Marlene Dumas. PETER COX
Marlene Dumas es una artista sudafricana, nacida en Ciudad del Cabo en 1953. Durante su infancia residió en Kuilsrivier, Sudáfrica, donde hablaba su lengua materna Afrikáans. Se licenció en Artes Visuales en la Universidad de Ciudad del Cabo en 1975.

Trabajando casi exclusivamente a partir de fuentes fotográficas, Dumas extrae su material a partir de un archivo en continuo desarrollo de fotografías personales e imágenes arrancadas de revistas y periódicos. Sus pinturas no son una interpretación literal de sus fuentes fotográficas. El tamaño pequeño de las obras y la presentación delicada, las convierte en un retrato de la intimidad. Al despojar el sujeto de su imagen pública y su importancia histórica, Dumas nos deja con una crítica hacia la política y la identidad.
Recibió una beca de dos años y se trasladó a vivir a los Países Bajos, convirtiéndose el arte en su forma de expresión. Desde 1976 hasta 1978, trabajó impartiendo enseñanza en Ateliers '63, Haarlem y en otros institutos holandeses. Se dedicó a representar escenas o figuras a partir de archivos de fotografías propias, periódicos y revistas. Sus obras son auténticos retratos de la intimidad, en formatos pequeños, que despojaban los personajes de su entorno público, siempre con críticas de identidad o políticas.



La sombra del pasado - Lothar Wolleh.- Joseph Beuys - Gerhard Richter, PINCHA AQUI 

Francis Bacon: de Picasso a Velázquez - La belleza de lo enfermo: Bacon arrebata en el Guggenheim, PINCHA AQUI

(II) Museo Guggenheim - Francis Bacon, JAULAS HUMANAS, PINCHA AQUI

(III) Museo Guggenheim - Francis Bacon, TAUROMAQUIA, PINCHA AQUI

Si se es algo perezoso, se la puede comparar con Bacon y con Richter. El primero dijo que la abstracción no le satisfacía porque no era “suficientemente cruel”. Lo mismo podría decir Dumas, que demuestra el mismo gusto por la figuración fantasmagórica y desgarrada. El segundo ha trabajado con la imagen fotográfica como inspiración para sus lienzos. Lo mismo puede decirse de Dumas, poseedora de cientos de carpetas repletas de recortes de prensa y postales de museos —que colecciona desde los ocho años—, que utiliza como base de sus retratos. Su estilo oscila entre la sordidez explícita y la belleza insospechada. Dumas pinta retratos de colores desteñidos, en los que figuran niños enfermizos, cuerpos violentados, víctimas del terror ajeno y personas que lo infligen a los demás. Dumas asegura que en su trabajo no hay mensaje. Sí, en cambio, tensión, ambigüedad y sigilo. “Mi arte oscila entre la tendencia pornográfica a revelarlo todo y la inclinación erótica por esconder lo que lo define”, sostiene la artista.



Sus piezas son trampas figurativas que provocan desasosiego, un lenguaje del movimiento que se manifiesta en cada figura. Dibuja con insistencia y ambigüedad rostros de niños y adultos vivos, pero también muertos. En Dumas el grafo es una interpretación propia, con garabatos pero siempre seleccionados o subrayados, creando el sentido en cada color, como lo propone en su pieza “Waiting” de 1988.



Las obras producidas durante treinta años de trayectoria, fueron presentadas en una retrospectiva entre 2007 y 2009 llamada "Relaciones Íntimas". Es reconocida inicialmente en Japón y por primera vez en Sudáfrica, para finalizar en museos de arte de Nueva York, Los Ángeles y Houston.
Comenzó a exponer en 1978 en el Museo Stedelijk, Ámsterdam, continuó en Basilea con Documenta 7 en 1982. Su primera exhibición individual fue en 1983 y un año más tarde en el Central Museum de Utrecht.
Marlene Dumas en 1998 recibió el Premio Sandberg, junto a otras distinciones como el Premio de Arte Contemporáneo Coutts y el Príncipe Bernhard. En 2010 la Universidad de Rhodes Grahamstown, Sudáfrica, le otorgó el doctorado honorario de la Facultad de Humanidades y en 2011 recibió el Premio Rolf Choque. Sus creaciones forman parte de las colecciones de instituciones y museos internacionales, como el Centro Pompidou en París o la Tate Gallery, algunas de las cuales conservan sus piezas.



Cuesta entender qué la condujo hacia la pintura figurativa. En los últimos tiempos ha vuelto a imponerse, pero los artistas de su generación preferían el vídeo y la instalación. “Es cierto que no estaba nada de moda. De hecho, cuando empecé no quería ser pintora, porque quería ser moderna”, reconoce Dumas. “Y todavía menos dedicarme al retrato, un género de lo más reaccionario. Al mismo tiempo, existía un reto: intentar hacer algo distinto de lo habitual. Ahora todo el mundo se muere por Alex Katz o Chuck Close, pero entonces no les hacían ni caso”. ¿Lo que la impulsó fue reaccionar a lo dominante y aportar algo novedoso? “Se trata de algo habitual entre los artistas. Siempre aspiras a aportar algo que no existiera antes de que llegaras tú. En mi caso también influyó ser mujer. Todos esos machos como Pollock y compañía habían pintado de una forma muy determinada. Mi objetivo fue encontrar otra manera de hacerlo”.


Dumas se define como “coleccionista de imágenes”. Muestras como “Models” en Salzburgo y “Suspect” en Venecia, nos presentan imágenes de publicidad, modelos, cadáveres y objetos que se transforman en espectáculo. Agrupadas en categorías sus obras son naturalezas artificiales, parodias, deconstrucciones o comentarios, que se dibujan y pintan en acuarela o gouache. Una de sus piezas fue vendida por 2 millones de dólares, titulada "My mother before she became my mother" en el año 2011.


Actualmente tiene fijada su residencia en Ámsterdam, Países Bajos, donde continúa su labor artística. 

Es una gran pintora y artista, que enfatiza el cuerpo humano y el valor psicológico, pintando personas desde que nacen hasta que mueren. El ciclo de la vida manifiesta sus ideas sobre lo social, sexual o racial. Conserva apariencias sin concluir, con trazos de dibujos ligeros, casi ocultos, tal vez dramáticos.
Marlene Dumas dice de su arte: "lo que está en juego… no es el medio artístico o su asunto, sino la motivación de los artistas, que se han vuelto sospechosos”.




Fuentes: Alejandra de Argos - El País Babelia

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