jueves, 9 de febrero de 2017

(II) Leonardo, un genio al servicio del poder - El taller de Verrocchio - Donatello

Leonardo, un genio al servicio del poder

Vinci es una localidad italiana de la provincia de Florencia, región de Toscana, con 14.375 habitantes. Es conocida como la población natal de Leonardo da Vinci. Está situada en el corazón de la Toscana, sólo a unos kilómetros de Florencia. Vinci ocupa una extensión de 55 km², con una altitud mínima de 26 m en Sovigliana y un máximo de 640 m en Montalbano (Cupolino), donde se encuentra la mayor parte del territorio.
Leonardo (Vinci 1452 – Amboise 1519) aprendiz en el taller del maestro más versátil y más solicitado de Florencia en aquel momento, el escultor, orfebre y pintor Andrea Verrocchio. Existen pocas pinturas de este artista, pero la tradición dice que fue Leonardo el autor del ángel y el paisaje del Bautismo de Cristo en el taller de Verrocchio. En 1472 aparece inscrito como maestro en la Compañía de San Lucas de Florencia. Se siente atraído por todas las disciplinas artísticas a las que dedica una curiosidad inigualable y la capacidad de integrarlas a su conocimiento científico, fruto de un incansable estudio de los fenómenos naturales de los que es agudo observador. En 1480 se le puede encontrar en la extraordinaria academia de escultura que es el jardín de San Marcos, bajo el patrocinio de Lorenzo el Magnífico. El mismo año recibe el encargo de pintar para la iglesia de San Donato en Scopeto, la Adoración de los Reyes Magos. Pero el ambiente florentino es demasiado restringido y decepcionante para él. Es tal vez su no inclusión en el grupo de cuatro pintores enviados a pintar los muros laterales de la Capilla Sixtina, que lo pulsa a partir de Florencia, o tal vez su natural inquietud que lo insta a probar continuamente nuevas experiencias y nuevas creaciones. 


Los cielos suelen derramar sus más ricos dones sobre los seres humanos -muchas veces naturalmente, y acaso sobrenaturalmente-, pero, con pródiga abundancia, suelen otorgar a un solo individuo belleza, gracia e ingenio, de suerte que, haga lo que haga, toda acción suya es tan divina, que deja atrás a las de los demás hombres, lo cual demuestra claramente que obra por un don de Dios y no por adquisición de arte humano. Los hombres vieron esto en Lionardo da Vinci, cuya belleza física no puede celebrarse bastante, cuyos movimientos tenían gracia infinita y cuyas facultades eran tan extraordinarias que podía resolver cualquier problema difícil que su ánimo se planteara. Poseía gran fuerza personal, combinada con la destreza, y un espíritu y valor invariablemente regios y magnánimos. Y la fama de su  nombre se propagó a tal punto, que no sólo fue celebrado en su tiempo, sino que su gloria aumentó considerablemente luego de su muerte. Este maravilloso y celestial Lionardo era hijo de Piero da Vinci. Hubiera obtenido grandes beneficios de sus estudios de ciencias y letras si no hubiese sido caprichoso y voluble, pues comenzaba a estudiar muchas cosas y luego las abandonaba. Así, en aritmética, durante los pocos meses que la estudió, realizó tales progresos que a menudo confundía a su maestro, suscitándole continuamente dudas y dificultades. Se consagró por un tiempo a la música y pronto aprendió a tocar la lira. Y como estaba dotado de un espíritu elevado y exquisito, podía cantar e improvisar divinamente. Empero, aunque estudió tantas cosas, jamás descuidó el dibujo y el modelado, pues eso, más que cualquier otra cosa, era lo que excitaba su fantasía. Cuando Ser Piero lo advirtió, conociendo el elevado ingenio del muchacho, tomó un día sus dibujos y los llevó a Andrea del Verrocchio, que era íntimo amigo suyo, y le preguntó si Lionardo podía hacer algo dedicándose al arte. Andrea, asombrado ante estos precoces esfuerzos, aconsejó a Ser Piero que hiciera estudiar al niño. De este modo decidió que su hijo iría al taller de Andrea. (Las vidas de Giorgo Vasari)

El taller de Verrocchio
El segundo taller que marca profundamente las orientaciones artísticas de esta época es el de Verrocchio (1435-1488). Siguiendo una costumbre de la época, Andrea di Cione escogió el sobrenombre de Verrocchio de su primer maestro el orfebre Giuliano Verrocchio. Trabaja primero en el taller de Donatello y se convierte rápidamente en el escultor oficial de los Médicis. Para ellos realiza en 1472 la tumba de Pedro y Giovanni de Médicis, un sarcófago de bronce y pórfido, retomando los temas que hicieron célebre a Donatello, ejecutando en 1476 el “David” en bronce y tres años más tarde el “Genio alado”, actualmente sobre la fuente del patio del Palazzo Vecchio. El David de Verrocchio está hecho para ser contemplado desde sus diferentes ángulos, pero no tiene la complejidad anatómica o el contenido psicológico del “David” de Donatello. Elegantemente vestido, el «David» de Verrocchio es antagónico a la sensualidad del «David» de Donatello, desnudo y vulnerable. 
Donatello (Florencia, Italia, 1386-Ibídem, 13 de diciembre de 1466), fue un artista y escultor italiano de principios del Renacimiento, uno de los padres del periodo junto con Leon Battista Alberti, Brunelleschi y Masaccio. Donatello se convirtió en una fuerza innovadora en el campo de la escultura monumental y en el tratamiento de los relieves, donde logró representar una gran profundidad dentro de un mínimo plano, denominándose con el nombre de stiacciato, es decir «relieve aplanado o aplastado».
David, hacia 1440, bronce, Donatello, (Florencia, Museo Nazionale del Bargello). Primer desnudo monumental del Renacimiento, el «David» de bronce de Donatello no está documentado. Instalado sobre una columna en el centro del patio del palacio Médicis en 1459, fue probablemente realizado para Cosme el Viejo, tal vez hacia 1440, si hay que ver en ello una conmemoración de la batalla de Anghiari del mismo año. Una inscripción subrayaba de todas maneras su significado cívico («Vincite cives»: ciudadanos, venced). La desnudez inédita de David se basa en el texto bíblico del libro de Samuel, pero podría comprenderse también como una tentativa de fundir ambas figuras heroico-cristianas y antiguas de David y de Mercurio, o de David y de Hércules. Al finalizar el siglo, Verrocchio al que los Médicis encargaron también un «David», lo reviste con una coraza, mientras que más tarde Miguel Ángel vuelve a la desnudez heroica de Donatello.



David, hacia 1476, Andrea Verrocchio (Florencia 1435 – Venecia 1488), (Florencia, Museo Nazionale del Bargello). Summum de gracia y de belleza, y de proporciones, el David de Verrocchio es el fiel heredero de las novedades que Donatello había aportado a la escultura antigua.

David, hacia 1476, Andrea Verrocchio

Verrocchio (Florencia, h. 1435 - Venecia, 1488) fue un pintor, escultor y orfebre cuatrocentista italiano. Trabajó en la corte de Lorenzo de' Medici en Florencia. Entre sus alumnos estuvieron Leonardo da Vinci, Perugino, Ghirlandaio y Sandro Botticelli, pero también influyó en Miguel Ángel. Trabajó en el estilo serenamente clásico del primer renacimiento florentino.
El Bautismo de Cristo, 1474-1475, obra de Verrocchio y Leonardo da Vinci


Bautismo de CristoAndrea Verrocchio y Leonardo da Vinci, (Florencia, museo de los Oficios). Ya en su primera prueba pictórica, precisamente el ángel de la izquierda y el paisaje que le sirve de fondo, Leonardo muestra una cierta madurez técnica (es decir el dominio de los medios expresivos, en este caso el dibujo y el color) y formal. Vemos en efecto que estos dos detalles se diferencian considerablemente del resto del cuadro. La palmera rígida y de aspecto casi metálico a la izquierda, la figura de Cristo, o la de san Juan Bautista no tienen nada en común con el adolescente cuyo perfil es acariciado y modelado por la luz, reflejada también en sus largos cabellos ondulados, ni con el vasto paisaje que se abre justo encima de la cabeza de los ángeles. Esta visión de la naturaleza es mucho más compleja que los paisajes esquemáticos a los cuales la pintura florentina del siglo XV estaba acostumbrada: un río serpenteando en un valle punteado por cipreses y por álamos estilizados. Allí, cada forma sirve para medir el espacio donde tenía que habitar el hombre, aquí, no hay ningún límite y se siente la respiración de una naturaleza muy dilatada que espera ser estudiada y revelada. En ello estriba la novedad de la pintura de Leonardo en comparación con la manera de su maestro y de sus colaboradores.

La Anunciación  es uno de los cuadros más célebres del pintor renacentista italiano Leonardo da Vinci. Está pintado al óleo sobre tabla (madera de álamo) que mide 100 cm. de alto y 221 cm. de ancho y data del periodo 1472-1475. Se conserva en la Galería de los Uffizi de Florencia.
El cuadro está caracterizado por un hecho curioso: Leonardo comete un error de perspectiva. Tal error se refiere al brazo de la Virgen. Analizando el cuadro con una simulación gráfica, y haciéndolo girar, se observa la desproporción en cuanto a la longitud del brazo. Este error no existe en la otra versión de la Anunciación de Leonardo que hoy en día está en el Louvre.
Trapezóforo Del latín trapezophorum, a su vez del griego antiguo τραπεζοφόρον (trapezofóron), uso sustantivo de τραπεζοφόρος (trapezofóros), "portador de mesas"
Los romanos gustaban de usar pocos muebles en sus casas. Se daba importancia a los ambientes diáfanos, aunque esto no quiera decir que no existiera una gran variedad de muebles. Los romanos empleaban hasta cinco tipos de mesas de diferentes, todas de origen griego y de diferentes formas geométricas, rectangulares, cuadradas o redondas, también se diferenciaban por el número de patas, tres o cuatro.



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