martes, 7 de febrero de 2017

Florencia sin los Médicis (2) - La República de Soderini - El mecenazgo de León X en Florencia - Miguel Ángel y la capilla de los Médicis - La conjura de los Pazzi

Girolamo Savonarola - Ferrara - Florencia, tras la muerte de Lorenzo el Magnífico - Julio II -  León X - Maquiavelo, pincha aqui

La República de Soderini
El régimen del gonfaloniero Soderini que se establece en Florencia poco después de la muerte de Savonarola, se expresó en el campo del arte mediante algunas importantes decisiones entre los años 1500-1505: la decoración de la Sala del gran Consejo – con temas “históricos” destinados a exaltar la grandeza de la Toscana. En 1503 Pier Soderini llamó a Leonardo y a Miguel Ángel para que cada uno realizara un mural representando una batalla famosa en el Salón de los Quinientos del Palacio de la Señoría; se encargó a Miguel Ángel el “David” y Soderini decidió colocarlo en el pórtico de dicho palacio como símbolo de virtud republicana; también se recuperó el proyecto para la terminación de la catedral, encargándose a Miguel Ángel la realización de doce Apóstoles para los pilares de la cúpula. Durante cinco o seis años Florencia va a ver reunidas a sus grandes glorias: Leonardo parece bien situado y la Señoría se opondrá –  sin éxito – a los ruegos de Georges de Amboise que finalmente consigue llevárselo a Milán en 1506. Leonardo había aportado de su anterior estancia en esta ciudad un nuevo lenguaje artístico, que se esforzarán en asimilar Fra Bartolomeo, el joven Rafael (reside en Florencia entre 1504 y 1508) y Andrea del Sarto. Si Lorenzo el Magnífico dispersaba a los maestros florentinos enviándolos a trabajar a otras ciudades, ahora se les llama, se intenta retenerlos. Pero Florencia ya no ofrecía el espectáculo de una capital de la cultura; ya no era uno de los centros de la vida política; Roma le sustraía todo este prestigio. Florencia nunca había conocido un mecenazgo principesco tan fastuoso como el que ahora ejercía Julio II: Miguel Ángel fue llamado a Roma en 1506 y Rafael en 1508 con el fin de asegurar el relevo generacional de los pintores del Vaticano.

Batalla de Anghiari (“La lucha por el estandarte”), hacia 1600-1608, Rubens, según la obra perdida de Leonardo da Vinci, (París, museo del Louvre). Después de su época milanesa, hacia 1500 y en el apogeo de su carrera artística Leonardo da Vinci regresó a Florencia; en la gran sala del Palazzo Vecchio, trabajaba en el cartón de “La Batalla de Anghiari”, compitiendo con Miguel Ángel – que pertenecía ya a la nueva generación – y su “Batalla de Cascina“.
Leonardo ha “condensado” la imagen del furor guerrero tal como imaginaba representarla, es decir hombres y caballos estrechamente mezclados recorriendo el espacio, y al mismo tiempo atravesados por una fuerza cuya desmesura los sobrepasa.
Batalla de Cascina, (copia del cartón perdido de Miguel Ángel), Aristotile da Sangallo, (Holkham, colección Earl of Leicester). Miguel Ángel hace aquí lo contrario de su rival, es decir, concentra la atención sobre el despertar que precede al choque: la “Batalla de Cascina” es como el espectáculo de la energía que se prepara para el combate; las musculaturas relajadas o contraídas dejan ver el esfuerzo de los sorprendidos florentinos, más que el desenlace feliz de la batalla o una refriega furiosa e indecisa. Numerosos y de distintas generaciones fueron los artistas que consiguieron, antes de 1515 y a pesar de la oposición de Miguel Ángel, penetrar en el palacio Médicis donde se guardaba el cartón, dedicándose a transcribir de diversas maneras e incluso a “calcar” la enorme potencia física de los atletas de Miguel Ángel y sus “posturas” atormentadas. Vasari situa en el grupo más antiguo de los que estudiaron el cartón, Aristotile da Sangallo, Ridolfo Ghirlandaio, Rafael, Granacci, Bandinelli y Alonso Berruguete, a los cuales añade luego Andrea del Sarto, Franciabigio, Sansovino, Rosso « todavía joven », Maturino, Tribolo, Pontormo y Perino del Vaga.
David, 1501-1504, Miguel Ángel, (Florencia, Galería de la Academia). Doce años después de la proclamación de la república, el Arte della Lana, la rica corporación de los laneros (Arte della Lana), encargó a Miguel Ángel crear un “David”. Recibe para ello un bloque de mármol que, cuarenta años antes, Agostino di Duccio había intentado esbozar tratando tal vez el mismo tema. Cuando la estatua fue terminada, una comisión de ciudadanos y artistas entre los más importantes de la ciudad, decidió erigirlo en el lugar más significativo de la ciudad, delante del palacio de la Señoría. Era la primera vez desde la Antigüedad, es decir desde hacía más de mil años, que una estatua monumental de un desnudo era expuesta en un lugar público.
Madonna del baldaquino, 1506/1508, Rafael, (Florencia, Galleria Palatina del Palazzo Pitti). Comisionada en 1506 o en 1508 por Bernardo Dei para su capilla familiar de Santo Spirito en Florencia, esta pintura estaba casi acabada cuando Rafael se trasladó Roma en el otoño 1508, con sólo veinticinco años de edad. Será la obra maestra de Rafael durante los años que residió en Florencia. En Roma, Julio II va a encomendarle un trabajo prestigioso, el de decorar sus apartamentos, las “Stanze”.
Raffaello Sanzio (Urbino, 6 de abril de 1483 – Roma, 6 de abril de 1520), también conocido como Rafael de Urbino o, simplemente, como Rafael fue un pintor y arquitecto italiano del Alto Renacimiento. Además de su labor pictórica, que sería admirada e imitada durante siglos, realizó importantes aportes en la arquitectura y, como inspector de antigüedades, se interesó en el estudio y conservación de los vestigios grecorromanos
Madonna de las Harpías, 1517, Andrea del Sarto (1486-1530), (Florencia, museo de los Oficios). Contemporáneo de Rafael, este pintor de la escuela florentina pre-manierista, llena el vacío dejado en Florencia por los tres “genios” (Miguel Ángel, Leonardo y Rafael). El conjunto de la imagen es clásico por su nobleza, su grandeza simple, el aliento tranquilo de las figuras y del espacio. La fuerza de los drapeados, admirados por Vasari, es moderada por su gracia y elegancia.
Andrea del Sarto (Florencia, 16 de julio de 1486 - 21 de enero de 1531), fue un pintor italiano de estilo manierista. Por su depurado estilo fue apodado «Andrea senza errori» («Andrea sin errores»).
El mecenazgo de León X en Florencia
León X, Juan de Médicis (Papa 1513-1521), era el segundo hijo de Lorenzo el Magnífico, y fue destinado desde su nacimiento a las más altas esferas eclesiásticas; su hermano mayor Pedro, tuvo que asumir la herencia política de su padre en Florencia. 

León X visita Florencia, fresco, Giorgio Vasari y Giovanni Stradano, 1558, (Florencia, Palacio de la Señoría, apartamentos de León X). La visita que Léon X efectuó en Florencia en 1515 reunió a toda una multitud de ciudadanos que quería ver el cortejo y a los personajes que desfilaban. Junto a los cardenales del séquito del papa se pueden reconocer los rostros de Giovanni dalle Bande Nere (padre de Cosme I), Lorenzo, duque de Urbino y los escritores Pietro Bembo, Ludovico Ariosto y Pietro Aretino.
Durante su pontificado, Juan de Médicis acabó la obra que había comenzado su padre en Poggio a Caiano. Mandó construir el abovedado de la gran sala, y Paolo Giovio, amigo de León X, realizó el programa iconográfico para los grandes frescos históricos, tomando como modelo la Sala de Heliodoro del Vaticano. En las lunetas laterales realizadas por Pontormo, admirables figuras de campesinos representan la fábula de Vertumne y Pomona, en una evocación de la vida en el campo, en armonía con los frescos de los muros que contienen la historia romana, ejecutados por Andrea del Sarto y Franciabigio.

Tributo de Egipto a César, 1521, Andrea del Sarto, (Florencia, villa Médicis de Poggio a Caiano)
Vertumne y Pomona y detalle, fresco, 1521, Pontormo, (Florencia, villa Médicis de Poggio ha Caiano). Pontormo reemplaza  a su maestro Andrea del Sarto en la decoración del salón de la villa de Poggio a Caiano, por encargo de León X y del cardenal Julio de Médicis. Proyectada por Giuliano da Sangallo y construida al pie de las dulces colinas de Montalbano, fue la residencia preferida de Lorenzo el Magnífico. Pontormo representó en una luneta el mito clásico de «Vertumne y Pomona» buscando comprender el sentido de la vida rústica y de la humilde gracia campesina, confinándolo en un profundo y calculado formalismo, pero de un bello efecto visual.
Miguel Ángel y la capilla de los Médicis, pincha aqui

Los acontecimientos políticos no daban ningún respiro a Miguel Ángel, ni durante el pontificado de León X Médicis (1513-23). En primer lugar, el Papa cuya familia era enemiga de los Della Rovere, le manda interrumpir la tumba de Julio II, papa perteneciente a esta familia; le confía otra misión, proyectar la construcción de la fachada de San Lorenzo cuyos trabajos debían comenzar en 1518. En 1520 y después de una serie de guerras inútiles, el Papa tiene que renunciar a la fachada y encarga a Miguel Ángel diseñar la “Capilla funeraria de los Médicis”, al lado de la iglesia San Lorenzo, y en 1524 crear la “Biblioteca Laurenciana”. Estos proyectos tuvieron que ser suspendidos durante un año, cuando los Médicis fueron expulsados de Florencia en 1526. Durante la República florentina proclamada para última vez, Miguel Ángel es nombrado Gobernador de las fortificaciones, y como tal debe construir nuevas murallas, pero traiciones e intrigas políticas favorecerán el regreso de los Médicis, y los proyectos quedan en letra muerta. Sólo van a conservase los proyectos de la Capilla de los Médicis que Miguel Ángel había aceptado en dos contratos en 1520 y en 1521 respectivamente. En efecto, Léon X quería reunir las tumbas de su hermano pequeño Juliano, generalísimo de la iglesia y duque de Nemours, de su sobrino Lorenzo, duque de Urbino, y la de los dos “Magníficos”: Lorenzo y su hermano Juliano, este último asesinado en 1478 (Conjura de los Pazzi), los dos enterrados en la Vieja Sacristía de San Lorenzo. En su juventud, fueron amigos de Miguel Ángel y éste trabajó bajo la protección de Lorenzo durante algunos años.


Madonna con el Niño, detalle, Miguel Ángel, (Florencia, Sacristía Nueva de San Lorenzo). En esta “Madonna” situada encima de la tumba de Lorenzo y Juliano de Médicis, ya no se observan vínculos humanos entre la madre y el hijo, aunque los cuerpos se toquen: la Virgen mira al niño como si contemplara la más alta revelación de la filosofía platónica que parece iluminar su cara.
En 1520 Miguel Ángel proyectó la biblioteca Laurenciana y su elegante vestíbulo, una de las obras más profundamente innovadoras de Miguel Ángel arquitecto. En lugar de obedecer a los cánones clásicos de la arquitectura romana y griega, creó dobles columnas profundamente encastradas en el muro, un verdadero hallazgo revolucionario. Estas columnas con su aspecto gigantesco junto con la estructura armónica de la escalera muestran que Miguel Ángel no se ha inspirado de leyes geométricas abstractas sino exclusivamente del hombre.




La última obra de Miguel Ángel fue realizada en 1540 y es esencialmente de naturaleza política. Estaba destinada al Cardenal Niccolò Ridolfi que había huido de Florencia y se había ido Roma, como hicieron muchos florentinos cuando regresaron los Médicis. El busto de “Brutus” es un retrato idealizado; creándolo, tal vez Miguel Ángel pensó en Lorenzino de Médicis (Lorenzaccio) “Nuevo Brutus” quien había asesinado en 1537 al duque Alejandro de Médicis, al que odiaba todo el mundo. La cabeza esta totalmente girada hacia la derecha como si Miguel Ángel hubiera querido enfatizar el perfil del rostro, donde frialdad imperturbable y energía salvaje, se mezclan, no sin uno cierto encanto, al odio, a la cólera y a un amargo desprecio.


Brutus, 1540, Miguel Ángel, (Florencia, museo nacional del Bargello). Esta obra fue realizada para recordar el asesinato del duque Alejandro perpetrado por su primo Lorenzaccio. El cardenal Ridolfi, representante del partido anti-mediceo, hizo esculpir a Miguel Ángel el busto del asesino de César.
La conjura de los Pazzi
La arrogancia familiar de los Pazzi tuvo mucho que ver en la aversión que profesaban a los Médicis estos nobles convertidos en banqueros a principios del siglo XV, y cuyo principal cliente era el papa Sixto IV. Instigado por sus sobrinos Riario y Della Rovere, el papa quería crear un nuevo Estado Pontifical. Para realizar este proyecto, cerró un acuerdo con Nápoles que puso a Florencia en una situación muy crítica. Para contrarrestar los efectos de esta decisión, Lorenzo de Médicis intentó aliarse con Venecia. Se hizo el promotor de una Liga abierta, pero sin éxito. Mientras tanto en Roma, los Riario y los exiliados florentinos rivales de los Médicis, de los que formaba parte Francesco Salviati, arzobispo de Pisa y la familia florentina de los Pazzi, organizaron una conjura contra Lorenzo y su hermano Juliano, que el papa, aparentemente hostil al proyecto, (la opinión de los historiadores no es unánime al respecto) no supo hacer abortar. Así, durante la celebración de la Misa pascual del 26 de abril de 1478 en la catedral de Florencia, fueron atacados Lorenzo y su hermano Juliano. Juliano fue asesinado y Lorenzo herido levemente en el cuello. El furor popular que ello desencadenó tuvo consecuencias terribles. Duró tres días fueron llevadas a cabo toda una serie de brutalidades inconcebibles. Se colgaron a un centenar de conjurados y fueron masacrados algunos de los más célebres. Familias enteras, como la de los Pazzi, fueron exterminadas. 


Leonardo da Vinci, dibujo del cadáver del conjurado Bernardo Bandini Baroncelli (1479)
El cuerpo del arzobispo Salviati fue expuesto junto con otros cuerpos colgados de las ventanas del Palazzo Vecchio. Se asistió a una verdadera caza al hombre y peor todavía, caza a los cadáveres. Aquellos que creyeron que los florentinos preferirían el gobierno de los Pazzi se equivocaron. Al grito de adhesión de los partidarios de Jacopo dei Pazzi “Libertad, Libertad”, el pueblo había respondido con el de “Palle, Palle” (bolas) que era el de los partidarios de los Médicis (alusión a su escudo).


Retrato de Juliano de Médicis, taller de Bronzino, (Florencia, Galería de los Oficios). Juliano de Médicis, hijo de Pedro de Médicis, y hermano de Lorenzo, murió apuñalado durante la misa de Pascua en el Duomo de Florencia. Lorenzo solo fue herido. Los florentinos respondieron con indiferencia a las llamadas de los conjurados, y los Pazzi desaparecieron bajo un diluvio de ejecuciones y de deportaciones.

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