Dividimos los inventos de Leonardo en 3 bloques principales
- Máquinas Voladoras
- Máquinas de Guerra
- Innovaciones Arquitectónicas
Leonardo trazó planos de las ciudades y regiones toscanas que a César Borgia le interesaban. Las tropas francesas tenían diseñado un plan de ataque y conquista de las posibles posesiones hispano-alemanas en Italia, plan que se vio frenada por la acción fulminante de Carlos V. El plano de Imola es uno de esos mapas que Leonardo facilitó a César Borgia. Está trazado sobre una pieza circular y dividido en sectores. Probablemente se basó en las medidas facilitadas por un astrolabio para realizarlo. Es un vista en planta de toda la ciudad y el artista utiliza una leyenda de cuatro colores para identificar los diferentes elementos de la población y facilitar la lectura: las casas son rosas, las plazas públicas son amarillas, las calles son blancas y las canalizaciones y el río azules. En el mapa podemos comprobar el típico diseño urbano medieval: ciudad amurallada, rodeada por el río, con bastiones defensivos cada pocos metros y el castillo en un lado con una triple línea de murallas. Este modelo hubo de abandonarse porque impedía la expansión de la ciudad y facilitaba los ciclos de epidemias por el hacinamiento interior y la falta de infraestructuras sanitarias (alcantarillado, abastecimiento de agua corriente, desagües...).
Plano de Imola - Leonardo da Vinci - Museo: Royal Library, Windsor Castle - 44 x 60,2 cm - Acuarela - Renacimiento Italiano |
Imola es una ciudad de la región italiana de la región de Emilia-Romaña, situada unos 30 km al sureste de la ciudad de Bolonia. Tiene 66.340 habitantes según el censo de 2005. Es conocida sobre todo por el Autodromo Enzo e Dino Ferrari, que solía albergar el Gran Premio de San Marino de Fórmula 1.
Leonardo da Vinci - Mausoleo (Sin conocer las pirámides) |
Bocetos de una máquina de guerra: una enorme ballesta diseñada por Leonardo da Vinci. |
Máquinas Voladoras
Siglos antes de que los Hermanos Wright realizaran el primer vuelo controlado, propulsado y tripulado de la historia en 1903, Leonardo Da Vinci ya había visionado la posibilidad de fabricar máquinas voladoras. Cierto era que Leonardo era un gran amante del mundo de la aviación y la aerodinámica, la más conocida de sus invenciones era la Hélice.
A pesar de que el primer helicóptero moderno no se construyó hasta la década de 1940, se considera que los dibujos de la Hélice de Da Vinci son un precursor de la máquina que conocemos en la actualidad. Junto con los esquemas de su máquina Da Vinci puso la siguiente descripción:
“ Si este instrumento hecho en forma helicoidal se realiza de la manera correcta sobre un tejido de lino donde los poros de almidón detienen el aire, al mover rápidamente este tornillo se creará una espiral que levantará el objeto. “
El Caballero Robot
Si consideramos que el coche autopropulsado de Leonardo fue el primer diseño para un vehículo robótico, el caballero robot puede considerarse el primer robot humanoide. Bien conocida es la fascinación de Da Vinci por la anatomía humana, tanto era así que pasó largo tiempo estudiando al hombre. Este hecho permitió que da Vinci conociera y entendiera bien como los músculos y los huesos permitían al hombre moverse.
Razonó que los mismos principios se podían aplicar a una máquina. A diferencia de la mayoría de las invenciones de Leonardo, el Caballero Robot sí fue construido pero no se empleaba más que para el entretenimiento de la familia Sforza. El robot no sobrevivió al paso del tiempo y nadie conoce exactamente sus capacidades, aparentemente podía andar, sentarse e incluso mover la mandíbula. Era movido por un conjunto de poleas y engranajes.
La Ciudad Ideal
Mientras Leonardo vivía en Milán, la Peste Negra asoló la ciudad al igual que toda Europa. Las ciudades sufrían mucho más que los pueblos situados en el campo y da Vinci teorizó acerca de por qué las ciudades eran tan vulnerables a la enfermedad. Este estudio de los causantes de la enfermedad es en sí, un estudio innovador que jamás se había planteado antes.
Da Vinci decidió entonces comenzar una de sus invenciones más ambiciosas, una ciudad planeada, diseñada desde cero para que fuera habitable y libre de todo tipo de enfermedades. El resultado fue un plan urbanístico eficaz que sin embargo nunca llegó a construirse.
La Ciudad Ideal de da Vinci estaba dividida en diferentes niveles, donde todo lo que supusiera un germen para la enfermedad se situaba en el nivel más bajo, disponía de una amplia red de canales para recoger y expulsar de la ciudad rápidamente los excrementos y desechos. El agua se distribuiría entre los edificios por medio de sistemas hidráulicos. Todas las ideas para la ciudad de da Vinci eran increíblemente costosas y nunca encontró la financiación necesaria para llevarlas a cabo.
Boceto de Leonardo Da Vinci de la Ciudad Ideal |
La búsqueda de la perfección, equilibrio y funcionalidad en las proporciones, por parte de Leonardo, no sólo estuvo circunscrita a la anatomía humana (expresada con maestría en su popular Hombre Vitruviano), sino también a la relación entre las partes y el todo de las ciudades. En uno de sus cuadernos anota, con su escritura especular, junto a una perspectiva urbana: “Por las calles superiores no circularán vehículos ni objetos similares, sino que serán de uso exclusivo de los caballeros. Los carros y las cargas para uso y comodidad de los habitantes deberán utilizar las calles inferiores”.
Leonardo, profeta en Noruega
La obra más sorprendente de Leonardo da Vinci (1452-1519), máximo ejemplo del artista polifacético del Renacimiento, no está en los museos de su Italia natal, ni en el Museo del Louvre, ni en ninguna otra institución dedicada a custodiar el arte antiguo, sino en una pequeña ciudad de Noruega. Los habitantes de Aas -35 kilómetros al suroeste de Oslo- tienen el raro privilegio de poder caminar incluso sobre la última obra del genial artista e ingeniero: un flamante puente de colores, diseñado hace 500 años por el gran Leonardo, que inauguró el miércoles pasado la reina Sonia de Noruega.
Vebjörn Sand, el arquitecto noruego que ha construido el puente, ha confesado que se enamoró del proyecto al contemplar un pequeño modelo del puente que se exhibía en una exposición dedicada al genio florentino en Estocolmo en 1995. Observando la gracia del diseño a escala, el arquitecto pensó que el puente merecía ser realizado en grandes dimensiones. Dicho y hecho. 'Modelos hay muchos', dice Sand, 'pero nuestro puente es la primera obra real'. La capacidad innovadora de Leonardo es uno de los lugares comunes de la historia del arte, y son muchos los críticos que le consideran precursor de no pocos de los inventos de nuestro tiempo, pero la fe de Sand en un diseño con 500 años de historia no deja de ser conmovedora. Sand ha mantenido largas y difíciles negociaciones con el departamento noruego de autopistas antes de hacer realidad el sueño del más visionario artista del Renacimiento.
El proyecto de Leonardo pretendía enlazar Gálata y Constantinopla
Para empezar, el arquitecto noruego ha tenido que conformarse con una versión reducida de la obra de sólo 65 metros de longitud, muy lejos de los 350 metros del proyecto de Leonardo -cuya visión artística y técnica le situaban siempre a muchos años de distancia de su época-, que se habría convertido en el más grande de su tiempo. En lugar de piedra, material elegido por el artista italiano, que encarecía exageradamente el proyecto, el puente ha sido construido con madera y acero, ya combinados con maestría por los arquitectos noruegos en las instalaciones para albergar los Juegos Olímpicos de invierno de 1994.
Tampoco el paisaje que rodea al nuevo puente -bautizado naturalmente con el nombre de Leonardo- está a la altura del proyecto creado por el artista florentino en 1502 para el sultán de Turquía Bajazet II. Fiel a las exigencias de nuestro tiempo, la obra de Sand es en realidad un paso elevado sobre una transitada autopista. Sostenida por tres grandes arcos, que el arquitecto ha pintado en colores vivos, la pasarela peatonal sólo sirve para evitar el tráfico. Pero el modesto emplazamiento no le resta belleza a una obra que, según Sand, 'es una perfecta mezcla de funcionalidad y estética', que ha costado 1,3 millones de euros (216 millones de pesetas).
(Boceto del puente hecho por Leonardo Da Vinci) |
El majestuoso puente que soñó Leonardo debía superar la distancia que separaba dos ciudades, Gálata y Constantinopla, en el llamado Cuerno de Oro, sobre el canal del Bósforo. Leonardo, por entonces 'arquitecto e ingeniero general' de César Borgia (hijo ilegítimo del papa español Alejandro VI), tenía relaciones directas con el país musulmán gracias a los lazos diplomáticos que acababa de anudar el Vaticano con el Imperio Otomano. Su proyecto de puente, extraordinariamente moderno y grandioso, no llegó a hacerse realidad, sin embargo, porque los expertos turcos convencieron al sultán de la 'inviabilidad' del mismo.
El arquitecto noruego ha demostrado que el proyecto era viable 'en madera y en piedra y en cualquier escala'. 'Porque los principios en los que se basa el diseño funcionan', asegura Sand.
Fuente: 3 de noviembre de 2001 (El País)
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