domingo, 26 de diciembre de 2021

XXIII - Orfeo - Eurídice - John William Waterhouse

XXII - Gian Lorenzo Bernini - La Galería Borghese - Immanuel Kant - El viaje al mas allá. Los que regresaron - la visita al Hades de Ulises en la Odisea, pincha aqui

Orfeo es un personaje de la mitología griega. Según una creencia bastante difundida, sería hijo de Apolo (o Eagro) y de una de las musas, Calíope. Según los relatos, cuando tocaba su lira, las fieras se calmaban, y los hombres se reunían para oírlo y hacer descansar sus almas. Así enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al terrible Cerbero cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla.

Orfeo seguido por Eurídice, por Jean-Baptiste-Camille Corot.
Museum of Fine Arts, Boston (Estados Unidos)
Jean-Baptiste-Camille Corot (París, 16 de julio de 1796 – París, 22 de febrero de 1875) fue un pintor francés que cultivó tanto el retrato como el género del paisaje en el que destacó especialmente, con influencia en el impresionismo.
Orfeo y Eurídice saliendo del Hades, esta vez pintada por el maravilloso paisajista Corot, que prescinde de los elementos infernales para crear un mundo de ultratumba de lo más poético. Al fondo, tras un riachuelo, medio ocultas por la niebla, alcanzamos a ver las almas melancólicas de muchos otros difuntos que no han tenido la suerte de tener un amante valeroso que se atreviese a ir hasta allí a buscarlas. Las hojas desdibujadas de los árboles que parecen agitarse con el viento son muy típicas de Corot, uno de los signos distintivos de su pintura. En primer término, Orfeo y Eurídice avanzan decididos hacia la salida, pero da la sensación de que el camino se les complica con esos troncos oscuros que parecen bloquearles el paso. Es la forma que tiene el artista de decirnos que Eurídice no logrará salir del mundo de los muertos.

Esta obra es de Camille Corot, considerado uno de los mejores paisajistas franceses de su época, que habitualmente pintaba unos paisajes de ensueño, un tanto etéreos y con una luminosidad muy personal. En ocasiones interpretaba e integraba escenas mitológicas. Esta es una de ellas.

"Eurídice herida" de Jean-Baptiste-Camille Corot
mientras que Eurídice se paseaba con sus compañeras por un prado de Tracia, fue sorprendida por Aristeo, hijo de Apolo, que, cautivado por su belleza, se abalanzó sobre ella con oscuras intenciones. Eurídice huyó de él, lanzándose a una veloz carrera en la que la ninfa pisó con su pie descalzo una serpiente cuyo veneno le causó la muerte.

Decían que su capacidad musical, era capaz de amansar a las más feroces bestias. Y de hecho, consiguió enternecer a Hades y su mujer, Perséfone, los reyes del Inframundo. Le prometieron que Eurídice regresaría a la vida si a cambio él no se giraba para mirarla, no hasta que hubiesen llegado de nuevo al mundo de los vivos.

Destaca el Cristo Orfeo de la Catacumba de Domitila, que representa a Cristo como pastor y con una zampoña en la mano, rodeado por su rebaño de ovejas y carneros sobre un fondo de 4 colinas. Se trata de una imagen que ha sido interpretada como la de Orfeo, el héroe de la mitología pagana que amansaba incluso a las fieras con la dulzura de su canto, tomado como símbolo de Cristo y de una doctrina cristiana que conmueve aún a los corazones más endurecidos.

Y con ese tortuoso y arriesgado regreso entramos en esta obra de Corot.

Ha pintado un Inframundo muy diferente al que estamos acostumbrados a ver en otras obras, o simplemente el producto de nuestra imaginación. No es un paisaje oscuro o aterrador, y árboles u otras plantas crecen en él, es frondoso. Aún así, la luminosidad nos transmite cierta tristeza.

Orfeo, avanza delante, decidido, mientras sujeta su lira en una mano y la otra agarra a Eurídice de la muñeca, para mostrarle el camino. A lo lejos, las almas de otros fallecidos observan la escena.

Eurídice contrasta por su extrema palidez post mortem en comparación a su esposo. Hay algo en su actitud que ya es una pista, un indicio de que no acabará bien. Va rezagada, su vestido ondea de forma espectral, como afirmando que ya forma parte del mundo de los muertos y no de los vivos, no deja de ser un acto antinatural querer resucitarla.

Cristo identificado, en sincretismo, con la figura mitológica de Orfeo, que amansaba a las fieras con su lira y bajo al inframundo a por su amada, en paralelismo con la bajada de Jesús al infierno cristiano. Catacumba de Marcelino y Pedro.
Inventor de la cítara y la lira de 9 cuerdas

Todo acabará en tragedia: Orfeo no pudo contenerse, y cuando ya llegaban a los confines que separaban a un mundo de otro se dio la vuelta ilusionado para contemplarla. Pero ella aún tenía un pie en el Inframundo. Se dedicaron una fugaz mirada cargada de tristeza y anhelo, y la figura de Eurídice se desvaneció en el aire.

Tracia) es una región histórica-geográfica del sureste de Europa, en la península de los Balcanes, al norte del mar Egeo, enclavada en Bulgaria, Grecia y la Turquía europea.
En su época, esta región histórica se extendía desde Macedonia hasta el mar Negro y desde el mar Egeo hasta el río Danubio. Ocupa la punta del sureste de la península balcánica y comprende el nordeste de Grecia, el sur de Bulgaria y la zona europea de Turquía. 

Dios menor de la mitología griega, Aristeo («el mejor» o «el guardián de las abejas») era hijo de Apolo y la cazadora Cirene, quien despreciaba el hilado y otras artes femeninas, prefiriendo pasar su tiempo cazando.
Eurídice sufre un rapto por parte de Aristeo. Ella escapa, pero en su carrera pisa inadvertidamente una serpiente o un hidro que le muerde un pie y le provoca la muerte. En otra versión, la picadura se produce cuando ella va paseando junto a un grupo de Náyades.

Pero la cabeza de Orfeo no se limita a sobrevivir, sino que conserva sus dotes poéticas, con frecuencia junto con la lira. La leyenda quiere que, habiendo sido arrojadas cabeza y lira al río Hebro –en Tracia– o al mar, éstas emprenden un viaje en el que producen y transmiten música, hasta llegar (normalmente) a la isla de Lesbos, donde son acogidas y honradas (lo que explicaría el talento poético y musical de los lesbios). Según algunas variantes, la cabeza gritaba el nombre de Eurídice.

Durero 1494 - Albrecht Dürer, en español Alberto Durero (Núremberg, 21 de mayo de 1471 - id. 6 de abril de 1528),​ es el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte.
La dedicación a los temas clásicos de Durero comenzó tras su viaje a Italia en 1494, pocos meses después de su boda. Aunque la mitología pagana afloró raras veces a su pintura al óleo, sí que la encontramos como motivo crónico en sus grabados y dibujos.
El modo de representar la escena posee la violencia de origen sobrehumano de las tragedias clásicas. Orfeo tiene el rostro deformado con rasgos bestiales, por el horror de su pecado, por el horror de su castigo. A sus pies, un niñito huye con la mirada hacia atrás. Las mujeres le atacan con el ímpetu de las ménades, sus vestidos finísimos pegados al cuerpo para poder reflejar la estupenda conjunción anatómica de sus cuerpos.Sobre Orfeo, en el árbol, encontramos el libro de Ovidio en el que se narra la historia, y más arriba, en una filacteria, la causa de su muerte: "Orfeo deseaba a los niños".

Niña tracia con la cabeza de Orfeo en su lira – Gustave Moreau
Gustave Moreau (París, 6 de abril de 1826-París, 18 de abril de 1898) fue un pintor francés, precursor del simbolismo, y célebre por su estética decadente. Se formó en el Romanticismo, y con un profundo conocimiento de los pintores italianos del Renacimiento, desarrolló un estilo personal con el que se anticipó al simbolismo francés a finales del siglo XIX.

John William Waterhouse: Ninfas Encuentran la Cabeza de Orfeo
 John William Waterhouse (Roma, 6 de abril de 1849 - Londres, 10 de febrero de 1917) fue un pintor británico. Hijo de artistas, sus comienzos como pintor estuvieron influidos por el neoclasicismo victoriano. En la fase siguiente, se convierte en un pintor prerrafaelita. Más tarde estuvo atraído por el plenairismo de los impresionistas franceses.

Émile Lévy: La muerte de Orfeo - Museo de Orsay
Émile Lévy (París, 29 de agosto de 1826 - París, 4 de agosto de 1890) fue un pintor e ilustrador francés.

Ánfora de figuras rojas de Nola (440 a. C.): Las ménades matan a Orfeo

La danza de las ninfas (en francés, Une matinée, la danse des nymphes) es una pintura creada en el año 1850 por Jean-Baptiste Camille Corot, y su estilo es el realismo.
El tema fundamental de esta obra es la alegre danza de unas ninfas sobre la hierba fresca, a la sombra de árboles frondosos, y bajo el celaje un amanecer. El autor representa este tema mediante la mitología y un paisaje realista. Esta obra es fundamental para comprender el arte contemporáneo, ya que fue precursora del impresionismo, debido al tratamiento del color, la composición y la pincelada.
La influencia de Corot fue decisiva en los primeros pasos de los impresionistas Monet y Renoir, así como en toda la obra de Pissarro.

La danza de las ninfas

La danza de las ninfas

E. Delacroix, Orphée et Eurydice, 1862
Ferdinand-Victor-Eugène Delacroix (Charenton-Saint-Maurice, Francia, 26 de abril de 1798-París, 13 de agosto de 1863) fue un pintor y litógrafo francés.

John William Waterhouse (Roma, 6 de abril de 1849 - Londres, 10 de febrero de 1917) fue un pintor británico. Hijo de artistas, sus comienzos como pintor estuvieron influidos por el neoclasicismo victoriano. En la fase siguiente, se convierte en un pintor prerrafaelita. Más tarde estuvo atraído por el plenairismo de los impresionistas franceses. Si al principio de su carrera se dedicó a temas de la antigüedad clásica, más adelante abordó los literarios, siempre con un estilo suave y misterioso, imbuido de romanticismo, que permiten encuadrarlo dentro del simbolismo. Pintor famoso en vida, su fama decayó durante el siglo XX. Sin embargo, a fines de esta centuria se produjo una revaloralización de sus aportes a la historia de la pintura.

Circe ofreciendo la copa a Odiseo es una pintura al óleo de estilo prerrafaelita de John William Waterhouse completada en 1891.
Fue la primera pintura de Waterhouse basada en obras clásicas de la antigüedad. Después de esta obra, continuó utilizando más escenas de obras clásicas en sus pinturas.
La pintura representa una escena de la Odisea de Homero, cuando los 23 marineros enviados a explorar la isla de Eea se encuentran embrujados y bajo el control de la hechicera Circe que le ofrece a Odiseo (llamado Ulises por los romanos) una copa que contiene una poción con la que busca que esté bajo su hechizo, lo mismo que tiene a su tripulación.
Puede verse a Odiseo en el espejo que está representado detrás del trono de Circe, así como las columnas de su palacio y el barco de Odiseo. Uno de los tripulantes de Odiseo, mágicamente transformado en un cerdo, puede contemplarse a los pies de Circe. Se refleja las columnas del palacio de Circe, y el barco de Ulises. Odiseo, intrépido y preocupado por sus marineros, intenta salvarlos y en el camino Hermes (el mensajero de los inmortales) lo intercepta y le cuenta de las intenciones de Circe, aconsejándole que encuentre una planta especial que lo mantenga alejado de los efectos de las bebidas de Circe. Después de que Odiseo tuviera la planta pudo resistirse a los efectos malignos de la poción de Circe. Así cuando la hechicera pensaba que había surtido el efecto de su bebida, fue a tocar a Odiseo con su varita para completar el proceso de transformación y entonces, Odiseo amenazó con su espada a Circe, quien inmediatamente se rindió, y devolvió a sus marineros a la forma humana.
Ulises y las sirenas es un cuadro del pintor John William Waterhouse, realizado en 1891, que se encuentra en la National Gallery of Victoria de Melbourne, Australia.
El autor pinta a las sirenas en su forma original, como genios marinos híbridos de mujer y ave, aunque la representación más común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas.
Como describe Homero en su canto XII de la Odisea, Ulises, aconsejado por la maga Circe, ordena a sus hombres que se tapen los oídos con cera, mientras él es atado al mástil de su barco, con lo que puede escuchar el canto de las sirenas sin caer en su embrujo. Derrotadas, las sirenas se convierten en rocas o se arrojan al mar.

El estilo pictórico de Waterhouse se mantuvo prácticamente inalterable en toda su vida, pero en cualquier caso, la temática de sus obras va cambiando según la etapa que atravesaba.

Circe envidiosa
Imagen de Circe, una figura de la mitología griega, que aparece en Ὀδύσσεια de Homero. Esta pintura no muestra una escena de dicha Odisea, sino que se inspira en Metamorfosis de Ovidio. Circe Invidia lanza una poción mágica en el pozo donde Scilla, su rival en el amor, va a bañarse.

1903 - Eco y Narciso
Eco es una de las ninfas del bosque, y es la que da origen al sonido que conocemos como eco.
La diosa Hera había castigado a Eco, y le impedía hablar. La ninfa solo podía repetir la última palabra que pronunciara su interlucotor. Esto se debió a que Eco cubría a Zeus sus infelidades hacia Hera, y la entretenía con elocuentes conversaciones, mientras el dios de dioses se divertía con sus amantes.
En la versión más conocida del mito de Eco, ella se enamora perdidamente de Narciso de quien el adivino Tiresias predijo, en su nacimiento, que tendría un larga vida si no se contemplaba a sí mismo. Este joven era muy hermoso pero despreciaba el amor de todos.
La pobre ninfa no fue la excepción y Narciso despreció su corazón cuando la vio en el bosque y ella no fue capaz de responderle más que sus propias palabras.
Debido a esto los dioses se molestaron y todas las demás mujeres rechazadas oraron a los dioses por venganza. Némesis (la venganza) las escuchó e hizo que Narciso contemplara su propia imagen. Cuando el joven lo hizo, se enamoró de su propia belleza y ya no le importó nada más que su imagen.
En el lugar en que Narciso murió, nació la flor homónima.

1896 - Hylas y las ninfas.  Manchester City Art Galleries, Manchester (Reino Unido)
El joven Hilas era tan guapo que Hércules se enamoró de él (hasta lo fichó de escudero y se lo llevó con los Argonautas). Pero un día, cuando fue a por agua a un lago, se encontró a unas ninfas, que prendadas de su belleza, lo atrajeron hacia el lago y murió ahogado.
Este lienzo recoge el momento en que Hilas, seducido por las ninfas, se encuentra en la antesala de su destino. Es lo malo de la belleza: también puede matar.
En esta obra de su fase pre-rrafaelita, el artista consigue la unión perfecta entre el espíritu romántico que aún coleaba en la Inglaterra victoriana y el simbolismo que ya había infectado toda Europa. Waterhouse y su grupo de colegas de generación realizaron excelentes obras con esta fusión.
Polémica reciente por su retirada del museo para abrir un debate sobre si la obra «cosifica a la mujer». Si es así, contemos con la retirada del 95% del arte expuesto en museos.

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