miércoles, 1 de diciembre de 2021

XVII - Publio Elio Adriano - Vibia Sabina - Antínoo - Leda y el Cisne - Leda atómica

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Publio Elio Adriano (Itálica o Roma,​ 24 de enero de 76-Bayas, 10 de julio de 138), conocido oficialmente durante su reinado como Imperator Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus, y Divus Hadrianus tras su deificación, comúnmente conocido como Adriano, fue emperador del Imperio romano (117-138). Miembro de la Dinastía Ulpio-Aelia​ y tercero de los «cinco emperadores buenos», así como segundo de los emperadores nacidos en la provincia de Bética. Adriano destacó por su afición a la filosofía estoica y epicúrea.

Busto de Adriano en el Palazzo dei Conservatori, Museos Capitolinos.
Nació probablemente en Itálica, en el actual término municipal de Santiponce (Sevilla, España),​ en el seno de una familia acomodada oriunda del Piceno (Italia) y establecida a fines del siglo III a. C. en dicha ciudad de la Hispania Baetica.​ Era sobrino segundo por línea materna de Trajano,​ quien, aunque nunca le nombró públicamente su heredero, le dio varias muestras de preferencia durante su reinado, y de acuerdo con lo manifestado por su esposa Pompeya Plotina, lo declaró como tal momentos antes de morir.

Sus relaciones con el Senado no fueron buenas.

En 2008 se descubrió que esta famosa estatua de Adriano ataviado con un vestido griego había sido construida durante la época victoriana. Durante mucho tiempo los historiadores la han usado como prueba del amor que le tenía Adriano a la cultura helenística

Valiéndose de la experiencia obtenida durante su carrera militar, el emperador realizó numerosos viajes a lo largo del Imperio en los que inspeccionó a las tropas acantonadas en las distintas provincias; de hecho, más de la mitad de su reinado trascurrió fuera de territorio italiano. Mientras otros emperadores se marcharon de la capital únicamente durante los conflictos militares, él convirtió sus traslados en un elemento clave de su reinado, y así se lo manifestó al Senado y a la ciudadanía romana. 

Vibia Sabina (c. 86-137) fue una emperatriz del Imperio romano del siglo II, esposa y prima lejana del emperador Adriano.
Se distinguió desde joven por su refinada belleza, casándose con Adriano en 100 a instancias de la emperatriz Plotina y de Matidia la Mayor. El enlace reforzó las aspiraciones imperiales de Adriano, quien sucedería a Trajano a la muerte de este en 117. El matrimonio, sin embargo, no fue feliz. 
Se dice que entre los años 119 y 122 aproximadamente, la emperatriz mantuvo relaciones íntimas con el historiador Suetonio, en esos momentos secretario ab epistulis del emperador, lo que motivó, al llegar estos amoríos al conocimiento de Adriano, la caída en desgracia y consecuente expulsión de la corte imperial del historiador oficial alrededor del año 122.
En 128 se le concedió el título de Augusta. Murió en 137, antes que su marido. Se desconoce el motivo de su muerte. Hay rumores de que fue envenenada por Adriano, el cual lo habría ordenado para evitarle el placer de sobrevivirlo, pero no hay pruebas de que haya sido así.

Busto de Antínoo de la Villa Adriana, en Tívoli. Actualmente en el Louvre
Antínoo o Antinoo (Bitinia, 27 de noviembre de entre 110 y 115 a​-río Nilo, junto a Besa, 30 de octubre de 130, o poco antes) fue un joven de gran belleza, favorito y amante del emperador romano Adriano.​ Tras su muerte fue deificado y se le rindió culto. Muchos de los retratos que se hicieron de él se han conservado hasta nuestros días. Desde el Renacimiento hasta la actualidad, Antínoo ha sido muy representado en el arte, especialmente en la escultura, y su enigmática figura ha captado la atención de numerosos artistas.

Antínoo Capitolino (Sala del Gladiador de los Museos Capitolinos)

Antinous como Osiris. Copia de una estatua perteneciente a la Colección Albani, segunda parte del reinado de Adriano, ca. 131-138 CE. El original se exhibe en el Staatliche Sammlung Ägyptischer Kunst en Munich.

El culto de Antínoo alcanzó su máximo desarrollo en los años transcurridos entre su muerte (130) y la de su protector, Adriano (138). No ha llegado hasta nosotros cuál fue la opinión de los contemporáneos del emperador sobre este culto casi obsesivo. Sin embargo, la devoción parece haber sido en parte auténtica. En la parte oriental del Imperio, Antínoo era considerado un héroe a causa de su presunta muerte sacrificial en beneficio de su amigo y protector. Los primeros autores cristianos, sin embargo, lo vieron de forma enteramente distinta. No hicieron referencia ni a su supuesta muerte sacrificial ni a las misteriosas circunstancias de su muerte.

Localización de los muros de Adriano y Antonino
El Muro de Adriano (en latín: Vallum Aelium) es una antigua fortificación defensiva de la provincia romana de Britania iniciada en el año 122 durante el reinado del emperador Adriano.1​ Se extendía desde las orillas del río Tyne, cerca del mar del Norte, hasta el fiordo de Solway, en el mar de Irlanda, y permitía al Imperio romano proyectar su poder hacia el norte, en las tierras de los antiguos britanos, incluidos los pictos.
El Muro de Adriano marcaba la frontera entre la Britania romana y la Caledonia no conquistada al norte.
La muralla se encuentra enteramente dentro de Inglaterra y nunca ha conformado la frontera anglo-escocesa
Si bien se encuentra a menos de un kilómetro al sur de la frontera con Escocia en el oeste, en Bowness-on-Solway, en el este, en Wallsend, está a 109 km.

Pero la verdadera pasión de Adriano siempre fue Oriente. El hombre supo, nada más entrar en Atenas, que aquella era su ciudad por encima de cualquier otra. A la antigua capital de la sabiduría griega, Adriano le debía la pasión desmedida por la cultura helénica, la sensualidad y el culto al cuerpo, el deseo de la sabiduría y el amor, en una misma copa. A la ciudad le dedicó una biblioteca, que aún hoy resiste a caer, entre multitud de ruinas que pueblan la ciudad. Es el mayor homenaje que Adriano legó a Atenas, mientras que esta nunca olvidó que, a pesar de que los romanos habían conquistado Grecia, no todos empuñaban la espada como dialecto.


El culto de Antínoo alcanzó su máximo desarrollo en los años transcurridos entre su muerte (130) y la de su protector, Adriano (138). No ha llegado hasta nosotros cuál fue la opinión de los contemporáneos del emperador sobre este culto casi obsesivo. Sin embargo, la devoción parece haber sido en parte auténtica. En la parte oriental del Imperio, Antínoo era considerado un héroe a causa de su presunta muerte sacrificial en beneficio de su amigo y protector. Los primeros autores cristianos, sin embargo, lo vieron de forma enteramente distinta. No hicieron referencia ni a su supuesta muerte sacrificial ni a las misteriosas circunstancias de su muerte.

La escultura helenística, copia romana de un original de la escuela de Alejandría, llamada Nilo Vaticano (los 16 niños representan los 16 codos que podía aumentar el Nilo en su crecida anual

Leda y el Cisne
Leda y el Cisne es un motivo de la mitología griega, según el cual Zeus descendió del Olimpo en forma de un cisne hacia Leda, mientras esta reina caminaba junto al río Eurotas. En la versión original, fingiendo ser atacado por un águila para que ella le protegiera hacia su regazo. De acuerdo con la mitología griega, más tarde Leda dio a luz a dos parejas de hijos: por un lado, a Helena y a Pólux, que serían hijos de Zeus y, por lo tanto, inmortales; y, por otra parte, a Clitemnestra y a Cástor, considerados hijos de su esposo Tíndaro, rey de Esparta, y en consecuencia, mortales. Según la historia, Zeus tomó la forma de un cisne y violó o sedujo a Leda en la misma noche en que ella se había acostado con su esposo, el rey Tíndaro, de ahí que las dos parejas de hijos tuvieran distintos padres. En algunas versiones, ella puso dos huevos de los que nacieron los niños. 

Leda llamada Salisbury, copia atribuida a Cesare da Sesto, 1515-1520. Óleo sobre lienzo, Wilton House, Salisbury.

Leda y el Cisne, una copia del siglo XVI de un cuadro desaparecido de Miguel Ángel de 1530 (Galería Nacional de Londres).

Leda y el cisne es el título de una obra perdida del pintor renacentista italiano Leonardo da Vinci, de la que se conservan distintos bocetos, copias, réplicas y otras versiones.


Leda con el cisne  es un cuadro del pintor italiano Antonio Allegri da Correggio. Está realizado en óleo sobre lienzo, y fue pintado hacia 1531-1532, encontrándose actualmente en la Gemäldegalerie de los Staatliche Museen zu Berlin - Preussischer Kulturbesitz (Berlín, Alemania).
La composición, aparentemente improvisada, es sin embargo muy estudiada. La figura de Leda adopta una torsión típicamente manierista. Su figura se ve acentuada por encontrarse delante de un árbol, quedando éste ligeramente desplazado hacia la izquierda. Hay un grupo central de árboles y, en torno a ellos, las figuras secundarias formando un círculo. De esta manera se lleva la mirada a las profundidades del paisaje.

Leda atómica

Esta obra fue, sin lugar a dudas, una de las que más concentración exigieron al artista. De una parte, tenía que seguir desarrollando sus indagaciones sobre la estructura del átomo o la naturaleza de los objetos; de otra, el centro de atención era Gala, cuyo cuerpo clasicista debía ocupar el eje de la composición. Se conocen varios dibujos, apuntes y estudios a color inacabados, siendo los primeros del año 1947. En ese proceso recupera la figura de Leonardo da Vinci porque en ocasiones el cuerpo de Gala está inscrito en un círculo y otras formas geométricas. En cambio, en el llamado "estado de los centros de aire y de las morfobiologías blandas" (1947) de la Leda atómica se imita el estilo de los cuadernos de apuntes del genio florentino. Una matemática línea del horizonte divide el cuadro en dos; al fondo un austero paisaje de rocas y desfiladeros es descrito con tal precisión que parece estar formado por estructuras metálicas. En primer término se dispone, en cambio, el reino de lo sensual. 


El cuerpo pletórico de Gala repite unas curvas que también aparecen en el cisne; respecto a éste, el alargado cuello remite claramente a comparaciones fálicas muy obvias. La sombra, que es considerada una cualidad innata de los objetos, revela la existencia de éstos, pero en este cuadro es utilizada en cambio para provocar la duda; sobre todo, respecto al mar, que cuestiona hasta las más seguras de nuestras creencias. No debemos olvidar que el episodio de Leda y el cisne es uno de los más pornográficos de la mitología griega, que incluye rasgos de bestialismo. En pocas palabras, narra la historia del amor entre Leda y Zeus, quien se metamorfoseó en cisne para saciar su deseo sexual. De esa manera, el cambio de estado, la transformación, se convierte de nuevo en el argumento estético de Dalí.

Dalí desnudo en contemplación delante de cinco cuerpos regulares metamorfoseados en corpúsculos, en los cuales aparece repentinamente la Leda de Leonardo cromosomizada en el rostro de Gala

Este cuadro es uno de los ejemplos más conocidos de la fase de la "pintura corpuscular" de Dalí, derivada de sus reflexiones sobre la física atómica y sus implicaciones metafísicas. En febrero de 1952, Dalí pronuncia en Estados Unidos una serie de conferencias que tendrán por tema "esta nueva cosmogonía, que integra en la metafísica los principios generales que están en la base de los progresos inauditos que las ciencias particulares han hecho en nuestro tiempo". El reflejo inmediato en su pintura de estas teorías, que él reúne bajo la denominación de "mística nuclear", será la representación de imágenes explosionadas, descompuestas en una infinidad de corpúsculos esféricos, cónicos, piramidales. En este caso, Dalí se muestra desnudo quizá como metáfora del estado de pureza indispensable para acceder a la contemplación de la belleza absoluta, aquí representada por GalaLeda ante el fondo del acostumbrado paisaje de Port Lligat. Arrodillado, con la expresión extática del místico en el rostro, el artista tiene la visión "de la materia constantemente sometida a un proceso de desmaterialización, de desintegración, a través del cual se manifiesta la espiritualidad de todas las sustancias". Dalí se representa como artistaasceta, encantado por una mitología que él mismo ha creado y cuyo núcleo generador es, una vez más, su Gala.

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