martes, 23 de septiembre de 2014

M V por tierras castellanas - Colegiata de Santa María la Mayor de Toro (Zamora) (La Virgen de la mosca) - Iglesia de San Salvador de los Caballeros

Colegiata de Santa María la Mayor de Toro

Construcción

La inspiración de esta colegiata es la Catedral de Zamora, que también influyó en el diseño de otras construcciones, como es el caso de la catedral Vieja de Salamanca. Comenzó a construirse en el siglo XII, siendo una de las construcciones más características del románico en su fase de transición. El cimborrio de esta colegiata se enmarca dentro de un grupo conocido como grupo de cimborrios leoneses formado además por los de las catedrales de Zamora, Plasencia y Vieja de Salamanca.

Colegiata de Santa María la Mayor de Toro
Las obras se extendieron más de lo normal en el tiempo, ya que fueron llevadas a cabo entre el último tercio del siglo XII y mediados del XIII. Esto indica que fuera construida en dos etapas: la primera, en la que se realizaron las portadas laterales, los muros y las trazas; y la segunda, en la que se lleva a cabo la cubierta y un cimborrio con torres adosadas.




El primer maestro que trabajó en su construcción utilizó la piedra caliza para levantar el edificio, utilizando técnicas muy vanguardistas para la época. Sin embargo, el segundo maestro utilizó elementos más antiguos estilísticamente hablando y utilizó la piedra arenisca en tonalidades rojizas como material base.

Planta de la Colegiata de Santa María.
Leyenda: 
  1. Pórtico Norte.
  2. La Virgen Preñada.
  3. San Gabriel.
  4. Santiago el Mayor.
  5. San Juan Evangelista.
  6. Transepto Norte y Retablo de Juan de Ávila.
  7. Crucero y Cimborrio.
  8. Presbiterio, Altar Mayor y Retablo de la Asunción y Evangelistas.
  9. Transepto Sur y Coro.
  10. Sacristía y Museo Catedralicio.
  11. Ventana gótica ciega con decoración interior.
  12. Torre.
  13. Pórtico de la Majestad.
  14. Capilla de Santo Tomás.
  15. Pórtico Sur.
La Virgen embarazada.
Colegiata. Organo barroco.

La planta es de cruz latina, de cimentación importante con grandes sillares, tres naves de tres tramos con bóvedas de horno en la cabecera, de cañón en el crucero y nervadas en el centro. En el hastial sur, se encuentra una torre de planta cuadrada que destaca del conjunto por su altura. El crucero del transcepto se remata con un magnífico cimborrio de planta hexadecagonal. La cabecera consta de tres interesantes ábsides semicirculares; el central es el más decorado, ya que cuenta con arquerías y vanos ornamentados.


En la documentación de la Biblioteca Municipal, aunque no coincide con las fechas más habituales de comienzo y fin de la obra, figura una publicación en la que se puede leer:

Esta obra se empezó año de MDXLVII /acabado en 1506. Se restauró en 1774.
La colegiata cuenta con elementos que merecen ser comentados separadamente, como la portada septentrional, la sacristía o el Pórtico de la Majestad. Dentro del edificio, destaca una talla del siglo XII de la Virgen de la Esperanza o de la O, la advocación y tipología que representa a la Virgen encinta. El órgano, de época barroca, también es digno de mención.
Portada norte o septentrional
La portada septentrional es la que se utiliza para acceder al templo. Está formada por diferentes arquivoltas decoradas con ornamentación vegetal y religiosa, de entre las que destaca la que cuenta con un Cristo como Juez Justiciero rodeado de los 24 ancianos. Es una de las mejores muestras del Románico de Zamora. La torre, además, conserva sólo los dos cuerpos inferiores.

La portada norte, de estilo románico.
Puerta sur o del mediodía
La puerta del mediodía, a la cual se accede desde el interior del templo, tiene un arco ligeramente apuntado (muestra del románico de transición) con decoración únicamente geométrica-vegetal. Tiene claras reminiscencias a las construcciones del Císter.


Pórtico de la Majestad
Se llega a él, como a la puerta del mediodía, a través de la propia colegiata. Es un conjunto visualmente muy llamativo por ser de los pocos que conservan la policromía original. Narra la vida de la Virgen, de Cristo y el Juicio Final, además de mostrar una serie de músicos que se han convertido en souvenirs habituales de la zona.

El Pórtico de la Majestad, de estilo gótico, que conserva su policromía original, cuya limpieza ha requerido 14 años.
Pórtico de la Majestad es un elemento arquitectónico religioso, un Maiestas Domini, que constituye la antigua puerta principal de la Colegiata de Santa María la Mayor, en Toro (Zamora). Es la puerta del mediodía del edificio, siendo uno de los testimonios decorativos más importantes de la zona.

Fue construida en el reinado de Sancho IV de León y Castilla (1284-1295). Narra la vida de la Virgen, de Cristo y el Juicio Final. En la sexta arquivolta aparecen 18 músicos colocados en la línea imaginaria que separa el espacio entre la representación de la vida de la Virgen y la del Juicio Final, por lo que podría asociarse a uno u otro tema.


La importancia del Pórtico de la Majestad no radica en la belleza de los elementos con los que cuenta, que también, sino en que es uno de los pocos que conserva la policromía original. Fue descubierta en los trabajos de restauración que se llevaron a cabo en este elemento gótico entre los años 1980 y 1990, y desde entonces ha sido musealizada y tratada para mejorar su conservación.


Descripción
El planteamiento inicial de la portada es aún románico, realizado hacia 1230, cuando ya se contaba con soluciones góticas importadas por maestros provenientes de Francia. La superposición de dos órdenes de columnas en los flancos denotan que se concibió con pretensiones de magnificencia; se restó esbeltez a las columnatas reduciendo la altura de los fustes y se remataron en capiteles con motivos vegetales, mitológicos y con escenas de la Infancia de Cristo. Los cimacios marcan una línea final de la primera fase del proceso en el que se labró la portada; el proyecto se suspendió y tuvieron que transcurrir varias décadas hasta la reanudación de los trabajos.

El acoplamiento del nuevo proyecto de continuación y remate de la portada fue algo forzado, pero su resultado conjugó grandiosidad, belleza y diafanidad, cualidades importantes para exponer y transmitir en imágenes comprensibles un mensaje didáctico en dos programas iconográficos, cuyos motivos fueron inspirados por fray Juan Gil de Zamora y policromados por el pintor Domingo Pérez.


Sobre los cimacios aparecen ocho esculturas de bulto redondo representando a los reyes David y Salomón, los profetas Daniel, Isaías, Jeremías y Ezequiel, y en los extremos se sitúan el arcángel Gabriel, el de la Anunciación, y otro ángel que podría ser el que anticipó a María la hora de su muerte. Se cubren de un remate acastillado que apenas sobrepasa la altura de los doseletes de las estatuas, dejando al tímpano enrasado en la línea de arranque del arquivoltio.

Sobre el parteluz, donde se sitúa la escultura de la Virgen María con el Niño Jesús en brazos, está el dintel en el que se representa «La Muerte de María» con un ángel tuniferario a los pies de la cama y los doce apóstoles simétricamente ordenados a ambos lados.


En el tímpano se escenifica «La Coronación de la Virgen», cuya composición es cerrada en torno a un eje central de simetría. La verticalidad de los candelabros con cirios portados por dos ángeles y las nubes de la región celeste extendidas por encima enmarcan a los grandes altorrelieves centrales, diferenciándolos de los personajes secundarios.


Sacristía
La sacristía de la colegiata de Santa María la Mayor cuenta a su vez, en la actualidad, con un pequeño museo que tiene algunas obras de arte (especialmente flamenco) de cierta entidad, entre las que destaca la Virgen de la mosca (siglo XVI) y un "Calvario de marfil y carey" (siglo XVII), así como una colección de orfebrería religiosa. 
La Virgen de la Mosca 
La Virgen de la mosca es una tabla pintada al óleo, de 92 x 79 cm, conservada desde antiguo en la sacristía de la Colegiata de Toro, pero sin documentación que aclare su procedencia. Recibe su peculiar denominación a causa del insecto que aparece representado en la rodilla izquierda de la Virgen, sobre el rojo del manto, con un realismo tan extremado que supone un verdadero trampantojo. La composición, la relación entre los personajes y los ropajes, están tratados con gran maestría.
Temáticamente es una sacra conversación que muestra a la Virgen y el Niño entronizados, sobre un entorno arquitectónico y flanqueados por dos figuras de pie: un santo varón sin identificar (no corresponde a la iconografía de San José, y se ha llegado a identificar con un retrato de fray Diego de Deza) y la Magdalena (identificable por la iconografía del tarro de perfume). La figura que cobra mayor protagonismo, sentada en primer plano, haciendo una pausa en la lectura de un libro, ha sido identificada como Santa Catalina de Alejandría (por la iconografía de la corona y la espada), pero sus rasgos faciales parecen corresponder a los retratos de Isabel la Católica, en cuyo caso sería la representación de la comitente de la obra. 
Añadir leyenda
En fechas muy cercanas a su realización fue atribuida a Michel Sittow (en el inventario de la colección de pinturas de Margarita de Austria, que es también donde se identifica al personaje como la reina Católica); y posteriormente a Fernando Gallego, cuya firma apócrifa figuró sobre la tabla hasta la restauración realizada en 1966 (que evidenció que era un repinte, probablemente realizado para tapar los desperfectos producidos en el traslado de Flandes a España, por algún discípulo del maestro español). Ya en 1927 Manuel Gómez Moreno había negado la posibilidad de esa autoría, identificando la tabla como flamenca, del círculo de Gerard David o Adrián Isenbrandt, y apuntando la posibilidad de atribuirla al Maestro de Segovia (Ambrosius Benson).
¿Isabel la Católica?
La restauración de 1966 (Instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte y Arqueología) permitió a Arturo Díaz Martos y José María Cabrera Garrido datar su realización entre 1518 y 1525. Matías Díaz Padrón la relacionó con el estilo de Mabuse. Un nuevo estudio, realizado por Elisa Bermejo Martín con motivo de su exhibición en Las Edades del Hombre (Zamora, 2001), lo atribuye al Maestro de la Santa Sangre.
¿Fray Diego de Deza?
Mi recomendacion:

¿Qué hace la iglesia ante el robo de una importante obra de arte? 
   
El detective Frank Dónovan tiene a sus espaldas una agitada vida profesional y ahora sueña con llevar una vida más apacible, y, quizá, cambiar los peligros de la delincuencia por los del matrimonio, hasta que recibe una misteriosa carta anónima que le cita en un lujoso hotel de la provincia de Granada. Alentado por la curiosidad y la generosa suma anticipada en concepto de gastos, acude a la cita y recibe un extraño encargo: recuperar una tabla renacentista desaparecida de la Colegiata de Toro, cuyo robo no se ha denunciado a la policía. 

   
A partir de ese momento, Frank inicia una laboriosa investigación que le sumerge en el sofisticado mundo de los traficantes y coleccionistas de arte, donde el dinero negro y la ambición circulan sin trabas. La Iglesia y los servicios secretos no son ajenos al asunto y mantienen sus propios intereses: están dispuestos a todo, incluso a matar, si alguien dificulta sus objetivos. 

Iglesia de San Salvador de los Caballeros (Toro)


Ábsides de la iglesia.
La Iglesia de San Salvador de los Caballeros en Toro (provincia de Zamora, España) es una obra de principios del S. XIII, de estilo románico-mudéjar. El templo perteneció a los Templarios hasta la extinción de los mismos, momento en el cual se convirtió en parroquia. En la actualidad es un museo de arte sacro donde se guardan piezas que han ido llegando de las distintas parroquias cerradas o bien con pocas posibilidades de custodia.

Nave central, pintura al fresco de estilo musulmán mudéjar.
Fue edificada en los primeros años del siglo XIII por los monjes templarios que poseían en Toro otras dos iglesias, la de Santa María del Temple y Santa María la Nueva. Los documentos atestiguan que antes de la disolución del Temple en 1312, la iglesia ya estaba regentada por el clero secular.

Pinturas del ábside de la Epístola del siglo XVI y piezas del museo.
Existía una torre más antigua, en talud (que hoy está desmochada) por lo que su planta fue acondicionada a ella, haciendo más corta la nave sur, reducida a un solo tramo.

Está estructurada en tres naves, con las laterales abovedadas, finalizadas en ábsides precedidos de tramos presbiterales rectos. El ábside central de la cabecera prevalece tanto en planta y altura como en ornamentación respecto a las laterales.

Ábside central con pinturas del siglo XVII.
En el siglo XIV se conocía este templo con el mote de el pintado, porque todos sus muros interiores estaban pintados en estilo mudéjar y con temas de la época como losanges, lazos, ladrillos pintados, etc. En el siglo XVI se modificó gran parte de las pinturas, cambiando con las nuevas tendencias renacentistas. las pinturas del ábside central son barrocas, con el Padre Eterno y los Evangelistas y se remiten a las reformas del siglo XVII

Interior de la iglesia donde pueden apreciarse algunas piezas del museo.
Cristo del siglo XIII, modificado y articulado en el siglo XVI,
procedente de la iglesia de la Trinidad (Toro).
Virgen encinta del siglo XV, procedente de la iglesia de la Concepción (Toro).

1 comentario:

  1. Gracias por recomendar el libro La Virgen de la Mosca lo he leído y me ha parecido una obra interesantísima, muy bien escrita y documentada y que atrapa sin poder dejar de leer

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