Catalina La Grande "Arte y arquitectura", pincha aquí
La Armería del Kremlin
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Fue creada en 1508 como el arsenal real. Hasta el traslado de la corte a San Petersburgo, la armería estuvo a cargo de la producción, compra y almacenamiento de armas, joyas y diversos artículos de hogar pertenecientes a los zares. En la Armería trabajaron los mejores armeros artesanos moscovitas.
En 1711, Pedro el Grande había trasladado a la mayoría de los maestros artesanos a la nueva capital, San Petersburgo. Quince años después, la Armería fue fusionada con el Depósito Fiscal (el más antiguo depósito de los tesoros reales), el Tesoro de las Caballerizas (a cargo de almacenar arreos y carruajes) y la Cámara Maestra (a cargo de confeccionar la ropa y ropa de cama para los zares). Después de la fusión, la Armería fue renombrada como Cámara Maestra y de Armas.
Alejandro I de Rusia nombró a la Armería como el primer museo público de Moscú en 1806, pero las colecciones no se abrieron al público no hasta siete años después. El actual edificio de la Armaría se erigió entre 1844 y 1851 y fue obra del arquitecto imperial Konstantin Ton. Después de la Revolución Bolchevique, la colección de la Armería fue enriquecida con los tesoros tomados de la sacristía del Patriarca de Moscú, de las catedrales del Kremlin, de monasterios y de colecciones privadas. Alguno de estos tesoros fueron vendidos al extranjero a instancias de Stalin en los años 1930. En 1960, la Armería se convirtió en el museo oficial del Kremlin. Dos años después, las cámaras de los Patriarcas y la Catedral de los Doce Apóstoles fueron asignadas a la Armería para albergar el Museo de Artes Aplicadas.
Patrimonio
Hoy en día, la Armería del Kremlin alberga el Fondo Diamantino de Rusia. Dispone de colecciones únicas de objetos de artes aplicadas procedentes de Rusia, Europa Occidental y Europa del Este abarcando el periodo desde el siglo V al XX. Entre los objetos más destacados se encuentran la Corona imperial de Rusia, el gorro de Monómaco, el trono de marfil de Iván el Terrible y otros majestuosos tronos y objetos de la realeza; el diamante Orlov; el casco de Yaroslav II; los sables de Kuzmá Minin y Dmitri Pozharski; el collar del siglo XII de Riazán; cuberterías de oro y plata; artículos decorados con esmaltes, niello y grabados; bordados con oro y perlas; carruajes imperiales, armas, armaduras y una de las mayores colecciones de huevos de Fabergé del mundo.
En 1613, cuando Miguel Románov, primer zar de la dinastía Románov fue coronado, las regalías rusas incluían una cruz pectoral, una cadena de oro, un gran collar ceremonial, el Gorro de Monómaco, el cetro y el orbe. A lo largo de los siglos, varios zares ordenaron sus propias coronas, generalmente tomando como modelo el Gorro de Monómaco, pero eran para uso personal, no para la coronación.
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Hoy en día, la Armería del Kremlin alberga el Fondo Diamantino de Rusia. Dispone de colecciones únicas de objetos de artes aplicadas procedentes de Rusia, Europa Occidental y Europa del Este abarcando el periodo desde el siglo V al XX. Entre los objetos más destacados se encuentran la Corona imperial de Rusia, el gorro de Monómaco, el trono de marfil de Iván el Terrible y otros majestuosos tronos y objetos de la realeza; el diamante Orlov; el casco de Yaroslav II; los sables de Kuzmá Minin y Dmitri Pozharski; el collar del siglo XII de Riazán; cuberterías de oro y plata; artículos decorados con esmaltes, niello y grabados; bordados con oro y perlas; carruajes imperiales, armas, armaduras y una de las mayores colecciones de huevos de Fabergé del mundo.
El gorro de Monómaco |
En 1613, cuando Miguel Románov, primer zar de la dinastía Románov fue coronado, las regalías rusas incluían una cruz pectoral, una cadena de oro, un gran collar ceremonial, el Gorro de Monómaco, el cetro y el orbe. A lo largo de los siglos, varios zares ordenaron sus propias coronas, generalmente tomando como modelo el Gorro de Monómaco, pero eran para uso personal, no para la coronación.
Miguel Románov, primer zar de la dinastía Románov |
En 1719, el zar Pedro "el Grande" fundó la primera versión de lo que hoy conocemos como el Fondo de Diamantes de Rusia. Pedro había visitado otras naciones europeas, y había introducido muchas innovaciones a Rusia, una de las cuales fue la creación de un fondo permanente para albergar una colección de joyas que no pertenecían a la familia Románov, sino al Estado ruso. Pedro colocó todas las regalías en este fondo y declaró que el tesoro era inviolable, y no podía ser alterado, vendido o regalado - y también decretó que cada emperador o emperatriz debía dejar un cierto número de piezas adquiridas durante su reinado al Estado, para la gloria permanente del Imperio ruso.
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Elaboración
Cuenta con 4936 diamantes dispuestos en toda la superficie de la corona. La corona también está decorada con una de las siete piedras históricas de la colección rusa: la preciosa espinela roja que culmina la corona y que cuenta con un peso de 398,72 quilates (79,744 g). Esta fue llevada a Rusia por Nicholas Spafary, el enviado ruso a China desde 1675 hasta 1678. Se cree que es la segunda espinela más grande en el mundo.
La forma de la corona se basa en una concepción medieval bizantina: En la parte inferior; la corona propiamente dicha, el anillo que toca la cabeza del soberano. En la parte superior dos medias esferas, llamadas la mitra, en representación de las regiones oriental y occidental del Imperio Romano (y por extensión, en representación de los dos continentes que abarcó la Rusia Imperial), los bordes de cada una de esas partes está decorada de perlas. En medio de las dos partes pasa un arco formado por hojas de laurel de diamantes, esta representa el poder temporal de la monarquía. Dicho arco está rematado por la gran espinela. La espinela, a su vez, es rematada por una Cruz de diamantes, en representación de la fe cristiana del soberano y del imperio. Al interior de la corona se encuentra un terciopelo rojo, que de la misma manera que la espinela, es una referencia a la púrpura de los emperadores romanos. La corona tiene un peso de aproximadamente nueve libras.
Catalina la Grande con la Gran Corona Imperial y el Cetro Imperial con el diamante Orlov. Pintada por Alekséi Antrópov, ap. 1765. |
Hay también una corona muy similar, pero más pequeña, destinada a la zarina. En 1900 el joyero Carl Fabergé hizo una copia en miniatura de las diferentes piezas de la coronación sobre un pedestal de mármol. Estas miniaturas están hoy en día en el Museo del Hermitage.
Escudo de armas de San Petersburgo, Rusia. |
Guardada en Irlanda
Tras la Revolución de Octubre la nueva República Rusa, que faltaba enormemente de fondos necesarios para su mantenimiento en el poder, solicitó un préstamo de la República de Irlanda, cuyo ministro de hacienda, Michael Collins, se ha ganado un renombre internacional por su recaudación de fondos para el Estado irlandés.
Las Joyas de la Corona fueron utilizados como garantía por la República Soviética de un préstamo de $ 25.000 de la República de Irlanda. La transferencia se realizó en la ciudad de Nueva York entre el jefe de la Oficina Soviética (de facto embajada) en los Estados Unidos Ludwig Martens, y el enviado irlandés en los Estados Unidos, Harry Boland. Cuando Boland regresó a Irlanda las joyas se mantuvieron en la casa de su madre, Kathleen O'Donovan Boland, en la ciudad de Dublín durante la Guerra Anglo-irlandesa. Boland, que murió durante la Batalla de Dublín, encargó a su madre de mantener las joyas ocultas del Estado Libre de Irlanda hasta que los republicanos regresaron al poder. La Sra. Boland O'Donovan envió las joyas al Gobierno irlandés en 1938. Las joyas fueron colocados en una caja fuerte por el Gobierno y rápidamente dejaron de ser tenidas en consideración.
El conjunto de joyas vuelve a salir a flote en 1948, cuando el gobierno dirigido por John A. Costello, pretendió venderlas en subasta pública en Londres. Sin embargo, tras la celebración de consultas en cuanto a su situación jurídica, y las negociaciones con el embajador soviético, se organizó devolverlas a la Unión Soviética a cambio de la suma de las $ 25,000 en préstamo originalmente en 1920. Las joyas, finalmente, regresan a Moscú en 1950.
Los detalles de la historia del Orlov se perdieron con el tiempo, pero existen relatos concordantes en el sentido de que fue utilizado como el ojo de la estatua de Sri Ranganatha, deidad a la que se había consagrado el templo de Srirangam en el sur de la India.
El responsable del robo habría sido un desertor francés perteneciente a un cuerpo de granaderos que participaba en la guerras carnáticas. Dicho desertor se habría aparentemente convertido al hinduismo y participó en las ceremonias de adoración de la deidad durante muchos años. Se desconoce a ciencia cierta si tal acción fuese sincera o no. Lo más posible es que se trataba únicamente de un medio para ganar acceso a la estatua del Dios. El templo se encontraba en una isla en el río Kaveri y estaba rodeado de siete murallas. A ningún cristiano se le había permitido ir más allá de de la cuarta muralla. Una vez que, quizás luego de una planificación de largos años, sustrajo la reliquia del lugar sagrado alrededor del año 1750, el desertor huyó a Madras donde obtuvo la protección del ejército británico y también un comprador del diamante.
A partir de ese momento, la preciosa piedra pasó de mano en mano entre mercaderes ávidos de ganancias, hasta que llegó al mercado de piedras preciosos de Ámsterdam. Un personaje llamado Salfras (para algunos se trataba de un armenio, para otros de un persa) vendió la joya al conde ruso Grigori Grigórievich Orlov por 400.000 florines holandeses. Se sostiene que el conde hubiera estado dispuesto a pagar un precio aún mucho más elevado para obtener el diamante.
Años antes de tal adquisición, el conde Orlov había tenido un romance con una princesa alemana llamada Sophie Frederick Augusta. Dicha princesa, estaba destinada a transformarse en la histórica Catalina II de Rusia. El conde Orlov ansiaba revivir el antiguo romance y sabiendo que Catalina deseaba poseer el diamante, se lo regaló. Pese a no haber alcanzado la finalidad deseada, el conde recibió ulteriormente diversos favores de Catalina, entre ellos el Palacio de Mármol de San Petersburgo. Catalina bautizó asimismo al diamante con el nombre del conde y encomendó a su joyero C.N.Troitinski la confección de un cetro que se completó en el año 1784, ahora conocido como el Cetro imperial en el que se incorporó la reliquia.
Vestido de la coronación de Catalina la Grande |
Los huevos Fabergé |
El Trono doble. Pedro I e Ivan V fueron proclamados conjuntamente, zares de Rusia |
Trono de marfil XVI de marfil |
Trono de plata, piedras preciosas, perlas...( Iran, 1659) |
Los carruajes imperiales:
Konstantín Ton (1794-1884) fue un arquitecto ruso de origen alemán. Construyó, por encargo del zar Nicolás I, el Gran Palacio del Kremlin (1838-1849) y la Catedral de Cristo Salvador de Moscú (1837-1883). Es autor de dos volúmenes (1825-1828) sobre el arte de la restauración de edificios antiguos. Fue el gran impulsor de la arquitectura neobizantina en Rusia.
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El museo más rico de Rusia
No muchos de los museos de Moscú pueden presumir de semejante admiración e interés como el que provoca el Fondo de Diamantes del Kremlin, el cual se considerado el museo más rico de Rusia. El fondo fue creado por Pedro I como un depósito para los distintivos del Estado, las insignias imperiales y las joyas ceremoniales. La colección se completaba durante el reinado de la dinastía Romanov y en la época soviética. El tesoro más preciado de este depósito es la Gran Corona Imperial, la más cara del mundo, que perteneció a Catalina II.
Asimismo, el Fondo de Diamantes también presenta otras reliquias históricas: símbolos del poder real como el orbe y el cetro, diademas reales, gemas raras y joyas de los siglos XVI-XIX. En el Fondo de Diamantes se guarda también el legendario diamante “Graf Orlov”, se trata del diamante más valioso y conocido de la colección “Siete Grandes Piedras”. Su forma y tamaño recuerdan a la mitad de un huevo de gallina. La joya, de 189,62 quilates, adorna el cetro imperial de oro de Catalina la Grande. Allí también se encuentra el diamante Shah de 88,7 quilates, uno de los diamantes indios más antiguos, el famoso zafiro azul de Ceilán de 258,18 quilates, la mayor pepita de oro encontrada en Rusia (36 kg), y el diamante completamente plano de 25 quilates, también llamado “piedra retrato”, que adorna una pulsera de oro hecha en estilo neogótico en el siglo XIX.
1.- ** "Burhan Nizam Shah II en el año 1000" - sobre 1591
2.- ** "Hijo de Jahangir, Shah Jahan, 1051" - sobre 1641
3.- ** "Kadjar Fath Ali Shah" - Shah de Persia en 1824.
El destino final del diamante Shah se produce a causa del asesinato por linchamiento del diplomático ruso. Alexander Griboyédov, ministro plenipotenciario de Rusia en Teheran, que disfrutó de una poderosa influencia entre los gobernantes de Rusia. Jugó un papel importante en la derrota de Shah Abbas Mizra, y que había negociado con éxito el tratado de Turkmenchay con Persia, ganando territorio ruso valioso, después de su disputa 1827. Fue nombrado ministro de Persia. Ya sea en la ignorancia o con una falta de conciencia de la magnitud de su impopularidad en Persia, regresó a Teherán. Griboyédov fue asesinado por una turba enfurecida que irrumpió en la legación rusa el 30 de enero de 1929. El Diamante de 88,7 quilates Shah fue enviado a Rusia como una disculpa y como un gesto de apaciguamiento y conciliación al zar Nicolás.
EL resplandor diamantino de Rusia
Cada año en Rusia se extraen 36 millones de quilates de diamantes. Según el total de las reservas estimadas de estas joyas, Rusia ocupa el primer puesto del ranking mundial, y si hablamos en términos monetarios de extracción —5 mil millones de dólares—, el país ocupa el segundo lugar después de Botsuana, Sudáfrica. Esta vez Revista Rusa se ha interesado en los yacimientos de diamantes de Rusia.
Si para todo el mundo la historia de los diamantes comienza en el siglo V-IV a. C., con el descubrimiento de esta joya en India; se puede decir que la historia de los diamantes rusos acaba de empezar. El primer diamante de Rusia fue encontrado en la mina de oro del conde Polier en los Urales, en el año 1829, por un campesino ruso llamado Pável, quien gracias a su hallazgo de medio quilate obtuvo la libertad. Cabe destacar que a lo largo de los 28 años siguientes de búsquedas intensivas en los Urales, solamente se han encontrado 131 diamantes, con un peso total de 60 quilates. En total, hasta el año 1917, en distintas regiones de los Urales y Siberia en el lavado de la arena aurífera se han encontrado solamente 250 diamantes, casi todos ellos raros en cuanto a su belleza y transparencia. El más grande pesaba 25 quilates. Las pepitas de más de 15 quilates se encontraban escasamente, y las gemas de más de 50 quilates eran todo una rareza. De modo que el Gobierno ruso los compraba y almacenaba en el Fondo de Diamantes del Kremlin.
Los diamantes del país de los soviets
Durante los primeros años del régimen soviético los diamantes no eran lo primordial. Su búsqueda a gran escala comenzó en el año 1937. Los soviéticos buscaban diamantes en los Urales y en Siberia de forma exhaustiva y durante muchos años, en su búsqueda se gastaban enormes cantidades de dinero, y cada año se cavaban miles de pozos y se lavaban miles de metros cúbicos de arena. En 1954 llegó el momento esperado: se descubría un tubo de kimberlita en Yakutia, el primero del mundo que no se encontraba en Sudáfrica (este tubo fue hallado por primera vez en la ciudad sudafricana de Kimberley, de ahí viene el nombre). El siguiente en encontrarse fue el tubo “Paz”, un hecho simbólico, puesto que se halló después de la Segunda Guerra Mundial. Entonces los geólogos enviaron a Moscú un telegrama cifrado “Hemos encendido la pipa de la paz. El tabaco es excelente”. Este tipo de descubrimientos dieron el comienzo a la búsqueda industrial de diamantes en la URSS. Hoy en día, en Rusia, la mayor parte de los diamantes proviene de la República de Sajá (Yakutia). Y los grandes depósitos de estas piedras preciosas se encuentran en óblast de Perm y en óblast de Arcángel.
Hasta la fecha en Rusia se han encontrado cerca de 1.500 tubos de kimberlita. La empresa rusa ALROSA, la cual extrae el 99 % de los diamantes de la Federación Rusa y más de una cuarta parte del mundo (36 millones de quilates), es la encargada de los trabajos de explotación de los yacimientos. El nombre ALROSA es el acrónimo de “Diamantes de Rusia y Sajá” en ruso. La sede de la empresa de excavaciones de diamantes más grande de Rusia se encuentra en la ciudad de Mirni. A finales del año pasado, el presidente de la corporación ALROSA, Fiódor Andréiev, informó al presidente ruso Vladímir Putin que para el año 2020 la empresa planea alcanzar una cifra de extracción de 40 millones de quilates.
En los años 70 del siglo pasado en Siberia fue hallado el yacimiento de Popigai, cuyas reservas se estima que tienen billones de quilates, eso son miles de veces más que en los depósitos explorados de Yakutia (tan solo 1 billón de quilates ya es cientos de veces más de lo que se calcula en todo el mundo). Además, los diamantes que se extrajeron de allí son dos veces más duros que los comunes, no hay otros como estos en todo el mundo. Puede que el secreto radica en que Popigai es un cráter de meteorito. Su diámetro es de unos 100 km. Debido a su tamaño, la UNESCO lo ha designado como Geoparque, un lugar especial del patrimonio geológico. Al principio las autoridades decidieron mantener en secreto el descubrimiento, pero en el año 2012 el misterio fue revelado. Estos “nuevos” diamantes se llamaron de impacto, y eso se debe a su origen, puesto que es el resultado del impacto de un gigante cuerpo celeste con la Tierra, explicándose así la singularidad del yacimiento. Según los científicos, sus depósitos podrán ser explotados a lo largo de 3 mil años.
Para obtener un quilate de diamantes, se necesita extraer y procesar entre 3 y 15 toneladas de rocas. En el mundo, a lo largo de un año, se extraen aproximadamente 150 millones de quilates de diamantes en bruto, 36 millones de los cuales en Rusia.
El diamante más grande del mundo era el Cullinan (conocido como Estrella del Sur) tenía un tamaño de 3.106,75 quilates y un peso de 621 gramos. Utilizamos el tiempo pasado porque el diamante tenía grietas, por ello fue imposible hacer de él un diamante gigante. De su tallado se había encargado el mejor maestro orfebre de Europa, Joseph Asscher, quien fue capaz de dividir la gema siguiendo sus grietas y tallar 9 diamantes (el mayor de los cuales es de 530,2 quilates, y el más pequeño de 4,4 quilates).
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