(Literalmente «la residencia de las jóvenes», es decir, aquí «la residencia de Atenea Partenos») es uno de los principales templos dóricos que se conservan, construido entre los años 447 y 432 a. C., sus dimensiones aproximadas son: 69,5 metros de largo, por 30,9 de ancho; las columnas tienen 10,4 metros de altura. Está dedicado a la diosa griega Atenea, a la que los atenienses consideraban su protectora.
La construcción del monumento, realizada, casi exclusivamente en mármol blanco del monte Pentélico, fue iniciada por Pericles como agradecimiento a los dioses por su victoria contra los persas y se desarrolló entre los años 447 y 432 a. C. Los arquitectos encargados de la obra fueron Ictino y Calícrates y estuvieron, en la mayoría de los casos, bajo las órdenes del arquitecto y gran escultor ateniense Fidias, autor de la decoración escultórica y de la gran estatua criselefantina de Atenea Partenos que estaba situada como pieza central del templo (medía doce metros de altura y para su elaboración se necesitaron 1.200 kilogramos de oro).
Reconstrucción de la cella del Partenón. La estatua de la diosa era de madera, revestida de oro y marfil, criselefantina. |
El Partenón conservó su carácter religioso en los siglos siguientes y fue convertido sucesivamente en una iglesia bizantina, una iglesia latina y una mezquita musulmana. Pero en 1687, los turcos lo utilizaron como depósito de pólvora durante el sitio veneciano, bajo el mando del almirante Francesco Morosini. Una de las bombas venecianas cayó en el Partenón y causó una enorme explosión que destruyó gran parte de la edificación preservada en buenas condiciones hasta entonces. Sin embargo el proceso de erosión no terminó ahí sino que siguió a principios del siglo XIX, cuando el embajador británico en Constantinopla, Elgin con la corte real, decidió quitar la mayor parte de la decoración escultórica del monumento (frisos, métopas, frontones) y trasladarla a Inglaterra para venderla al Museo Británico, en donde todavía se exhibe, siendo una de las colecciones más significativas del museo en la actualidad.
La fachada occidental del Partenón está conservada relativamente intacta.
Esquema del orden dórico en el Partenón de Atenas |
La Acrópolis, habitada |
Cuando Napoleón campaba por sus respetos por media Europa, allá por el 1805, bajo el dominio turco, la Acrópolis de Atenas tenía este aspecto. Esto lo sabemos gracias a un viajero inglés, Edward Dodwell, pintor, que en estas fechas visitó Atenas y plasmó con sus pinceles lo que vio. En un primer plano, la puerta de los Propíleos.
Polémica sobre su ubicación
Lord Elgin no fue el primero, ni el último, en dispersar elementos históricos de sus localizaciones originales. El Museo Británico posee también fragmentos adicionales de esculturas del Partenón adquiridas de otras colecciones y que no están relacionadas con Elgin.
Existe un profundo debate sobre lo que se tenía que haber hecho con los mármoles. Si bien el motivo de Elgin era protegerlos de un ambiente contaminado, mucha gente, especialmente el gobierno griego, considera que se deberían devolver a Atenas para exponerse en el Museo de la Acrópolis. El Museo Británico sigue defendiendo su derecho a conservar y exponer los mármoles. La posición griega hace referencia a la integridad del monumento, ya que los mármoles no son piezas independientes sino que fueron arrancadas, desmembradas de un único monumento.
Fidias
(Atenas, h. 490 a.C.-?, 431 a.C.) Escultor griego. Fue el artista más famoso del mundo clásico, y el maestro que llevó la escultura a las cotas más altas de perfección y armonía. La biografía de Fidias nos es en su mayor parte desconocida. Apenas se sabe nada de su formación, si bien se cree que tenía experiencia como grabador, pintor y repujador. Vivió en la época de Pericles, estadista empeñado en hacer de la Acrópolis de Atenas un signo majestuoso de la grandeza de la ciudad, que se convirtió en el principal protector de Fidias, quien básicamente trabajó en y para Atenas.
Del Erecteion es famosa la tribuna de las Cariátides, sobre un alto basamento, seis figuras femeninas hacen las funciones de columnas sosteniendo el entablamento. |
Fidias sobresalió tanto en la escultura exenta como en el relieve. La primera obra que se conoce de él es la Atenea Lemnia, una estatua de la diosa destinada a la Acrópolis de Atenas, de la que se conservan dos copias parciales: un busto en el Museo Arqueológico de Bolonia y una figura casi completa en el Albertinum de Dresde.
En el 438 a.C. se consagró la Atenea Partenos, la obra que le significó la fama. La patrona de Atenas está representada en esta estatua de nueve metros de altura como una diosa guerrera, con escudo y casco, preparada para la defensa de la ciudad. La obra, perdida, se conoce a través de copias de tamaño mucho menor.
Además de la Atenea para el Partenón, Fidias realizó otra estatua criselefantina, ésta para el santuario de Olimpia: la efigie de Zeus, incluida por los antiguos entre las siete maravillas del mundo. Era una estatua sedente del dios, de doce metros de altura, que destilaba grandeza y majestuosidad; es conocida a través de reproducciones en monedas y joyas.
Zeus |
Pero lo que engrandeció el nombre del artista ya en su tiempo y ha mantenido inalterada su fama a través de los siglos son las esculturas del Partenón. Finalizada la construcción del templo, Fidias y su taller se ocuparon de la decoración escultórica, que incluía un friso en bajorrelieve de unos ciento sesenta metros de longitud, dos frontones decorados con figuras exentas y noventa y dos metopas en altorrelieve.
Relieves de Fidias en el Partenón |
Si bien diseñó todo el conjunto, se cree que Fidias ejecutó una pequeñísima parte, pese a lo cual esta obra constituye una muestra indiscutible de su genio. Las piezas que se conservan se encuentran en su mayoría en el British Museum. Gozan de particular celebridad el grupo de las Tres Parcas y los fragmentos de la Procesión de las Panateneas, sobre todo el grupo de los dioses del Olimpo, donde es de admirar el magistral tratamiento de las telas, que se adhieren al cuerpo y dibujan sus contornos, una faceta creativa que ha contribuido decisivamente a la fama del arte fidíaco; también los caballos, poderosos y dinámicos, y sus fieros jinetes denotan la maestría del escultor.
Aspacia De Mileto
(c. 470-410 a.C.), esposa del político ateniense Pericles. Nacida en la ciudad griega de Mileto (Asia Menor), era célebre por su belleza, ingenio e influencia política. Se casó con Pericles después de que éste se divorciara de su primera esposa; posteriormente, su hogar se convirtió en lugar de reunión para los hombres cultos y distinguidos de Atenas. Ejerció, al parecer, una considerable influencia sobre Pericles y ha sido acusada por algunos historiadores de ser responsable de la rebelión de Samos (440 a.C.) contra Atenas y de la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.). En una ocasión el poeta cómico ateniense Hermipo la acusó de impiedad, pero fue defendida con éxito por Pericles. Después de la muerte de los dos hijos de su anterior matrimonio, Pericles obtuvo del Estado todos los derechos de ciudadanía para el hijo que tuvo con Aspasia. Tras la muerte de Pericles, Aspasia se casó con el demócrata Lisides y tuvo otro hijo.
Pintura de Hector Leroux (1682-1740), donde aparecen Pericles y Aspasia visitando el estudio de Fidias y contemplando la estatua gigante de Atenea |
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