jueves, 6 de noviembre de 2014

Albert Speer (arquitecto alemán y Ministro de Armamento y Guerra del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial)

(Nacido Berthold Konrad Hermann Albert Speer; Mannheim, 19 de marzo de 1905 – Londres, 1 de septiembre de 1981) fue un arquitecto alemán y Ministro de Armamento y Guerra del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial. Speer fue arquitecto jefe de Adolf Hitler antes de asumir la oficina ministerial. Se lo conoce como «el nazi que pidió perdón» porque en los juicios de Núremberg y en sus memorias aceptó su responsabilidad en los crímenes del régimen nazi. A pesar de ello, su nivel de implicación en la persecución de los judíos y su conocimiento del Holocausto siguen siendo motivo de controversia.

Speer y Hitler examinando unos planos en el Berghof en 1938
Berghof fue el lugar de descanso y segunda residencia gubernamental de Adolf Hitler en Obersalzberg, en los Alpes Bávaros cerca de Berchtesgaden, Alemania.
Fue su refugio en 1924, al salir de prisión inmediatamente después del Putsch de Múnich, posteriormente su lugar de residencia en la que estuvo, durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial, además de ser uno de los Cuarteles Generales del Führer más conocidos que se extendían por toda Europa.
Salón Principal
Speer se unió al Partido nazi en 1931 y enseguida comenzó una carrera política y gubernamental que duró catorce años. Su formación como arquitecto le ayudó a ganar importancia dentro del partido y además se convirtió en miembro del círculo más cercano al Führer, pues Hitler le encargó diseñar y construir varios edificios, entre ellos la Cancillería del Reich y el Campo Zeppelín de Núremberg, sede de los multitudinarios congresos del partido. Speer también diseñó una ambiciosa reconstrucción de Berlín que contemplaba la creación de enormes edificios, amplias avenidas y un sistema de transportes reorganizado. Ministro de Armamento y Guerra de Adolf Hitler desde febrero de 1942, Speer fue capaz de mantener durante el conflicto una elevada producción de material militar a pesar de los masivos y devastadores bombardeos aliados sobre Alemania.


Los dirigentes del Gobierno de Flensburgo después de su arresto. Delante camina Karl Dönitz (con abrigo oscuro) y detrás Albert Speer (con la cabeza descubierta) y Alfred Jodl.
Acabada la guerra, fue juzgado en Núremberg y sentenciado a veinte años de prisión por su rol en el régimen nazi, principalmente por el uso de trabajadores forzados. Cumplió toda su condena, la mayor parte de ella en la prisión de Spandau, en Berlín Oeste, y tras su liberación en 1966 publicó dos exitosos libros autobiográficos: Memorias: Hitler y el Tercer Reich vistos desde dentro y Diario de Spandau. En ellos detalla su estrecha relación con Hitler y ofrece una perspectiva única sobre el funcionamiento del régimen nazi. Más tarde escribió un tercer libro, Infiltración, sobre las SS. Albert Speer murió por causas naturales en 1981 durante una visita a Londres.

Speer
Ingreso en el Partido (1930-1934)

Speer aseguró que de joven era apolítico y que acudió a un mitin del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en Berlín en diciembre de 1930 por petición de algunos de sus estudiantes. Se sorprendió al ver a Hitler vestido con un traje azul limpio, en lugar de con el traje marrón que lucía en los carteles del Partido Nazi, y quedó gratamente impresionado, no sólo con sus propuestas, sino también con la persona. Varias semanas después asistió a otro mitin, en ese caso presidido por Joseph Goebbels, quien le sorprendió por la manera en que arengaba al público, algo que no menoscabó la grata impresión que Hitler le había causado. El 1 de marzo de 1931 solicitó la adhesión al Partido Nazi y se convirtió en el militante número 474 481.


Primer arquitecto del Tercer Reich (1934-1939)

A la muerte de Troost el 21 de enero de 1934, Speer lo reemplazó como arquitecto jefe del partido. Hitler lo nombró dirigente de la Oficina Principal de la Construcción, puesto con el que entró nominalmente en el equipo de Rudolf Hess

Tribuna del Campo Zeppelín.
Uno de los primeros encargos de Speer tras la muerte de Troost fue el Campo Zeppelín, el campo de paradas militares que aparece en el documental de Leni Riefenstahl —obra maestra de la propaganda— El triunfo de la voluntad. Esta enorme obra tenía capacidad para 340 000 personas y contaba con una tribuna inspirada en el Altar de Pérgamo, aunque magnificado a una escala inmensa. Speer insistió en que se celebraran de noche el mayor número de espectáculos posibles tanto para resaltar los efectos de iluminación como para ocultar a los miembros del Partido Nazi, muchos de los cuales tenían sobrepeso. Rodeó el área del campo con 130 reflectores antiaéreos destinados a crear una «Catedral de Luz» o, como fue llamada por el embajador británico Sir Nevile Henderson, una «Catedral de Hielo». Speer consideraba ésta su obra más bella y la única que resistiría el paso del tiempo
1923: el terreno es campo de pruebas para las máquinas voladoras diseñadas por Ferdinand von Zeppelin, quien había fallecido en 1917 y en cuyo homenaje se bautizó este terreno.
Congreso del Partido Nazi en el Campo Zeppelín en 1937
Para cubrir todo ese inmenso consumo de energía (se estima que se necesitaban alrededor de 40.000 kilovatios/hora), se construyó en la zona noreste de la tribuna una pequeña edificación que alojaba los transformadores que constituían la fuente de alimentación de todo el complejo. En 1945 pasó a ser propiedad de la ciudad e Núremberg, siendo utilizado para el suministro de energía de la compañía eléctrica local hasta 1998. Posteriormente y desde el año 2006, alberga una conocida cadena de comida rápida estadounidense, en ese edificio aún son visibles los contornos del águila imperial eliminada de la fachada. Una de las imágenes más famosas del Campo Zeppelín es la llamada "catedral de luz", como lo llamaría impresionado el embajador británico Sir Neville Henderson. Para crear este efecto Speer rodeó el área con 150 proyectores antiaéreos separados por una distancia de doce metros y los dirigió verticalmente hacia el cielo, creando un efecto de cortinas de luz maravillosas.
Cuando el arquitecto hizo la petición muchos sectores de la Fuerza Aérea (y probablemente Hermann Goering) protestaron por el gran número de focos que quería, pero finalmente accedieron y Speer fue el centro de atención en aquél momento. El haz de luz llegaba a alcanzar los 6 kilómetros, distancia suficiente para ser visibles en ciudades como Frankfurt o Praga
Speer no podía evitar ser testigo de los excesos del régimen nazi. Poco después de la consolidación en el poder de Hitler, en la noche de los cuchillos largos, el canciller ordenó a Speer tomar varios trabajadores e ir al edificio que albergaba las oficinas del vicecanciller Franz von Papen para empezar su conversión en un cuartel de seguridad, a pesar de estar aún ocupado por funcionarios de Von Papen. Speer y su grupo entraron en el edificio y se encontraron un charco de sangre, aparentemente del cuerpo de Herbert von Bose, secretario de Papen que había sido asesinado allí. Speer afirmó que esa visión no tuvo ningún efecto en él, más allá de hacer que evitara aquella estancia.

Vista de la Exposición con la Torre Eiffel de fondo, y a cada lado de la exposición los pabellones de la Alemania nazi (izquierda) y de la Unión Soviética (derecha), simbolizando la división existente en el mundo en 1937, antesala de la Segunda Guerra Mundial
Pabellón alemán de Speer (izquierda) 
Vista del pabellón de la Alemania nazi
Durante el proyecto de la nueva cancillería se produjo el pogromo de la noche de los cristales rotos. Speer no hizo mención a este suceso en el primer borrador de sus Memorias, y fue sólo tras el aviso urgente de su editor que añadió una reseña que afirma que vio desde su coche las ruinas de la Sinagoga Central de Berlín.

Maqueta de Welthauptstadt Germania, la ambiciosa reforma de Berlín planeada por Speer.
Speer estuvo bajo una gran presión psicológica en esta época de su vida, como más tarde recordó:
Poco después de que Hitler me hiciera los primeros grandes encargos arquitectónicos comencé a sufrir ansiedad en túneles largos, aviones y habitaciones pequeñas. Mi corazón se desbocaba, me quedaba sin aliento, mi diafragma parecía ser más pesado y tenía la impresión de que mi presión sanguínea aumentaba enormemente… ¡Ansiedad en medio de toda mi libertad y poder!
Galería de Mármol de la nueva Cancillería del Reich.
Arquitecto durante la guerra (1939-1942)

Speer apoyó la invasión alemana de Polonia y la guerra subsiguiente, aunque reconoció que pospondría sus sueños arquitectónicos. En sus últimos años el arquitecto, en conversaciones con su biógrafa Gitta Sereny, explicó cómo se sintió en 1939: «Por supuesto estaba perfectamente al tanto de que [Hitler] buscaba la dominación del mundo… En ese momento yo no pedía nada más. Ese fue el punto central de mis edificios. Todo lo que yo quise para ese gran hombre era que dominara el mundo»


Speer (centro) junto a Hitler en el París ocupado el 23 de junio de 1940.
Ministro de Armamento - Nombramiento y mayor poder

El 8 de febrero de 1942 el Ministro de Armamento Fritz Todt moría en un accidente de avión poco después de despegar del cuartel oriental de Hitler en Rastenburg. Speer, que había llegado a Rastenburg la noche anterior, había aceptado el ofrecimiento de Todt de volar con él a Berlín, pero lo canceló pocas horas antes del despegue, algo que el arquitecto explica en sus Memorias que se debió a que estaba exhausto del vuelo de ida y una reunión nocturna con Hitler. El mismo día del accidente Hitler nombró a Speer sustituto de Todt con todos sus poderes. En sus memorias Speer recuerda su reunión con el Führer y su renuencia a asumir la cartera ministerial, y que sólo aceptó por orden de Hitler. También cuenta que Göring corrió al cuartel del canciller al enterarse del fallecimiento de Todt con la esperanza de asumir sus poderes, pero se encontró con la decisión irrevocable del nombramiento de Speer.


Speer (derecha) galardonado con el anillo de la Organización Todt por Hitler (mayo de 1943).
Los dos líderes de la organización

Fritz Todt (Pforzheim, Imperio alemán, 4 de septiembre de 1891 – Rastenburg, 8 de febrero de 1942) fue un militar e ingeniero alemán. Figura destacada dentro del Partido nazi, y fundador de la Organización Todt, se hizo conocido como constructor de numerosas autopistas en la Alemania de la década de 1930.

Albert Speer
En el momento de la llegada de Speer al ministerio, la economía alemana no estaba totalmente orientada, a diferencia de la británica, a la producción militar. En Alemania todavía se producían bienes de consumo casi en la misma cantidad que en tiempo de paz. Al menos cinco autoridades supremas tenían jurisdicción sobre la producción de armamento, una de las cuales, el Ministerio de Asuntos Económicos, había declarado en noviembre de 1941 que las condiciones actuales no permitían un aumento de la producción armamentística. Había pocas mujeres empleadas en las fábricas, en las cuales sólo se trabajaba un turno. Una noche, poco después de su nombramiento, Speer fue a visitar una fábrica de armas en Berlín y no encontró a nadie.

Aunque Speer tenía un enorme poder, todavía era un subordinado de Hitler.

En 1943 los aliados habían ganado la superioridad aérea sobre Alemania y eran comunes los bombardeos sobre las ciudades y la industria germanas. Sin embargo, la campaña de bombardeos aliados no se centró sobre la industria y Speer, con su habilidad para la improvisación, fue capaz de sobreponerse a los efectos de las bombas, pues en 1943 aumentó más del doble la producción de tanques, en un 80% la de aviones de combate y el tiempo de entrega de submarinos para la Kriegsmarine se redujo de un año a dos meses. La producción siguió aumentando hasta la segunda mitad de 1944, cuando se estaba produciendo equipamiento para abastecer a 270 divisiones del ejército aunque la Wehrmacht sólo tenía desplegadas 150 divisiones.


Speer inspeccionando un tanque soviético T-34 capturado (junio de 1943).
En enero de 1944 Speer cayó enfermo debido a las complicaciones de una rodilla inflamada y estuvo fuera del ministerio tres meses. Durante su ausencia sus rivales políticos, principalmente Göring y Martin Bormann, intentaron que algunos de sus poderes les fueran transferidos de forma permanente. De acuerdo con Speer, Heinrich Himmler, jefe de las SS, intentó mantenerlo aislado haciendo que fuera tratado por su médico Karl Gebhardt, cuyos cuidados no sirvieron para nada. La esposa y amigos de Speer consiguieron que fuera atendido por su amigo, el doctor Karl Brandt, y se recuperó lentamente.

El Führer envió a Milch a Speer con un mensaje que no abordaba el conflicto pero que le recordaba que lo tenía en tan alta estima como siempre. Según Milch, una vez oído el mensaje Speer lo echó diciendo «¡El Führer me puede besar el culo!». Tras una larga conversación, Milch lo convenció para retirar su solicitud de dimisión con la condición de que todos sus poderes fueran restablecidos. El 23 de abril de 1944 Speer fue a ver a Hitler, quien coincidió en que «todo será como antes, [Speer] permanecerá como jefe de toda la construcción alemana». Según el arquitecto, mientras él obtuvo lo que quería, Hitler también ganó, «porque él me quería y me necesitaba de vuelta a su lado, y me consiguió»

Caída del Reich

El nombre de Speer fue incluido en la lista de componentes de un gobierno pos Hitler elaborada por los conspiradores que estuvieron detrás del atentado del 20 de julio de 1944 para matar al Führer. La lista tenía un signo de interrogación y la anotación «persuadir» junto al nombre del arquitecto, detalle que quizá le salvó de las extensivas purgas del régimen que siguieron a este complot.

Juicios de Núremberg

Tras la muerte de Hitler, Albert Speer ofreció sus servicios al autodenominado Gobierno de Flensburgo, liderado por el sucesor de Hitler, el almirante Karl Dönitz, y tuvo un papel relevante en este efímero régimen. El 15 de mayo llegaron los estadounidenses y preguntaron a Speer si estaría dispuesto a ofrecer información sobre los efectos de la guerra aérea. El arquitecto accedió y en los siguientes días les proveyó datos sobre numerosos temas. El 23 de mayo, dos semanas después de la rendición de las tropas alemanas, los aliados arrestaron a los miembros del Gobierno de Flensburgo, poniendo así final formal a la Alemania nazi.


El Reichsminister Speer descansa sentado en un escalón.
Speer pasó por varios centros de detención para oficiales nazis y fue interrogado. En septiembre de 1945 se dijo que iba a ser juzgado por crímenes de guerra, y varios días después fue trasladado a Núremberg y encarcelado allí. Speer fue imputado en los cuatro cargos posibles: primero, participar en un plan común o conspiración para perpetrar un crimen contra la paz; segundo, planear, iniciar y librar guerras de agresión y otros crímenes contra la paz; tercero, crímenes de guerra, y por último, crímenes contra la humanidad.


Los acusados en los juicios de Núremberg escuchan los procedimientos (Speer, sentado en la fila superior, es el quinto por la derecha).
Robert H. Jackson, juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos y fiscal jefe estadounidense en Núremberg, alegó: «Speer se unió a la planificación y ejecución del programa para emplear prisioneros de guerra y trabajadores extranjeros en la industria de guerra alemana, que creció en producción mientras los trabajadores se morían de hambre». El abogado de Speer, Hans Flächsner, presentó a su defendido como un artista empujado a la vida política, que había permanecido siempre fuera de la ideología y que había tenido que prometer a Hitler que no retornaría a la arquitectura tras la guerra. Durante su testimonio, Speer aceptó su responsabilidad por las acciones del régimen nazi.
Prisión de Spandau, Berlín, en la que Speer cumplió la mayor parte de su condena.
Durante la proyección de los filmes de la realidad de los campos de concentración, Speer demostró congoja y remordimiento. Durante los descargos, negó conocer cualquier aspecto relacionado con el Holocausto. Adoptó una actitud de víctima del régimen nazi.
El fiscal acusador presentó como prueba una fotografía de Speer en su visita a Mauthausen, donde aparece rodeado de prisioneros demacrados. La acusación afirmaba que ello probaba su conocimiento del Holocausto. Fue condenado a 20 años de prisión en Spandau (Berlín), principalmente a causa del uso que hizo del trabajo esclavo. Durante su presidio tuvo la oportunidad de escribir sus memorias que sustrajo sin ser descubierto. Su liberación en 1966 fue un acontecimiento mundial.
Publicó varios libros semi-autobiográficos que le dieron fama y fortuna.
En 1977 Speer hizo una reveladora declaración jurada  a una Junta judía que combatía la negación del Holocausto en la que se retractó de sus argumentaciones exculpatorias y asumió sus responsabilidades durante el mismo.
De haber sido esa su postura durante los Juicios de Nuremberg, Albert Speer habría sido ejecutado.
Fallecería  en Londres el 1 de septiembre de 1981, tenía 73 años.

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