domingo, 12 de marzo de 2017

Enrique II de Francia - El castillo de Saint-Germain-en-Laye - El castillo de Chenonceau - Catalina de Médici - Diana de Poitiers - El castillo de Chenonceau - El Castillo de Fontainebleau - Francisco I de Francia

Enrique II de Francia (Saint-Germain-en-Laye, 31 de marzo de 1519 – París, 10 de julio de 1559), cuarto hijo de Francisco I y de Claudia de Francia, fue reconocido duque de Bretaña en 1536 (sin coronación), coronado rey de Francia en 1547 en Reims.


El castillo de Saint-Germain-en-Laye, también llamado el castillo Viejo (Château Vieux) —por oposición al castillo Nuevo (Château Neuf), ahora desaparecido—, es una antigua residencia de los reyes de Francia. El castillo ha sido el lugar de firma de varios tratados y muchos edictos y órdenes. 

Patio interior
Situado en el centro de Saint-Germain-en-Laye, en el departamento de Yvelines, en la actualidad acoge el Museo Arqueológico Nacional (Musée d'archéologie nationale).

Enrique nació en el Castillo de Saint-Germain-en-Laye, cerca de París como segundogénito de Francisco I de Francia y Claudia, Duquesa de Bretaña, hija a su vez de Luis XII de Francia y Ana de Bretaña. Su padre fue capturado en la Batalla de Pavía por el enemigo de este, Carlos I de España, obligándole a firmar el Tratado de Madrid, por lo que Enrique y su hermano mayor Francisco, Delfín y duque de Bretaña, permanecieron como rehenes desde 1526 hasta 1530 como garantía del cumplimiento de lo acordado. Tras la muerte de su hermano en 1536, Enrique le sucedió en ambos títulos sin llegar a gobernar en Bretaña, dado que su padre era el usufructuario. Tras la muerte de su padre heredó el trono de Francia. Fue errático en la política de alianzas y, en un principio, un ferviente defensor de la fe católica frente a la Reforma protestante. Combatió con encono a los hugonotes pero luego los toleró y se alió con los calvinistas. Condenó los libros no católicos en 1551 prohibiendo su circulación y venta y mantuvo el enfrentamiento contra Carlos V con una singular alianza con el Imperio otomano. Tomó Metz a pesar del asedio del Rey español y defendió París frente al emperador, pero todos los esfuerzos bélicos llevaron a la quiebra a la corona.
Se casó en 1533 con Catalina de Médici con la que tuvo diez hijos, a la vez que mantenía una relación amorosa con Diana de Poitiers, que se hizo oficial en 1536. Diana de Poitiers ejerció una influencia notable sobre el rey
Catalina de Médici (Florencia, Italia, 13 de abril de 1519 - Castillo de Blois, Francia, 5 de enero de 1589) fue una noble italiana, hija de Lorenzo II de Médici y Magdalena de la Tour de Auvernia. Como esposa de Enrique II de Francia, fue reina consorte de Francia desde 1547 a 1559. 

En 1533, a los catorce años, Catalina contrajo matrimonio con Enrique, segundo hijo del rey Francisco I de Francia y la reina Claudia de Francia. Durante su reinado, Enrique excluyó a Catalina de participar en los asuntos de estado, y en su lugar se deshizo en favores con su amante, Diana de Poitiers.
Una mañana a las puertas del Louvre, pintura de Edouard Debat-Ponsan, del siglo XIX. Catalina de Médici aparece vestida de negro.
La matanza de San Bartolomé o masacre de San Bartolomé (en francés: le massacre de la Saint-Barthélemy) es el asesinato en masa de hugonotes (cristianos protestantes franceses de doctrina calvinista) durante las guerras de religión de Francia del siglo XVI. Los hechos comenzaron en la noche del 23 al 24 de agosto de 1572 en París, y se extendieron durante los meses siguientes por toda Francia.
Los tres hijos de Catalina reinaron en una etapa de constantes guerras civiles y religiosas en Francia. Los problemas que enfrentaba la monarquía eran complejos y de enormes proporciones. Al principio Catalina prometió e hizo concesiones a los rebeldes protestantes franceses, o hugonotes, como empezaron a ser conocidos. Sin embargo, nunca comprendió las cuestiones teológicas que impulsaron su movimiento, y más tarde la ira y la frustración la llevaron a aplicar líneas más duras en su política contra ellos. Como consecuencia, llegó a ser culpada de las excesivas persecuciones contra los protestantes desarrolladas durante los reinados de sus hijos, en particular de la Matanza de San Bartolomé de 1572, en la que fueron asesinados miles de hugonotes en París y por toda Francia.

Diana de Poitiers, duquesa de Valentinois y de Étampes (Saint-Vallier, Drôme, 9 de enero de 1500 - Anet, Eure-et-Loir, 25 de abril de 1566), fue una importante figura aristocrática de la Francia del siglo XVI, además de ser la más notable amante del rey Enrique II de Francia.A los seis años se quedó huérfana de madre y pasó el resto de su infancia y su preadolescencia como dama del séquito de Ana de Francia, hija de Luis XI, una mujer fuerte que ocupó la regencia de Francia durante la minoría de edad de su hermano.El 16 de abril de 1515,1 a la edad de 15 años, es casada en París con un hombre 39 años mayor que ella, Luis de Brézé, Gran Senescal de Normandía, conde de Maulévrier, vizconde de Bec-Crespin y de Marny y señor de Anet, hijo de Carlota de Valois, que a su vez era hija ilegítima del Rey Carlos VII de Francia engendrada con su amante Agnès Sorel. Por tanto, era nieto del rey Carlos VII y sirvió en la corte de rey Francisco I. A pesar de esa gran diferencia de edad, según las crónicas de la época, Diana lo amó y respetó sinceramente, incluso tras su muerte, ocurrida en 1531.
Ana de Pisseleu, duquesa de Étampes (en francés, Anne de Pisseleu d'Heilly, duchesse d'Étampes; 1508-1580), amante de Francisco I de Francia
Hacia 1538 se convirtió en la amante de Enrique II cuando éste era aún el Delfín de Francia ya casado con la princesa Catalina de Médicis. Se dice que ejerció gran influencia sobre él, hasta el punto de ser considerada la verdadera soberana. Su etapa como cortesana le valió el ducado de Valentinois en 1548 además del ducado de Étampes, que le arrebató a su enemiga, Ana de Pisseleu, en 1553. Recibió también preciosos regalos en forma de castillos, como el de Chenonceaux, o magníficas joyas de la Corona. La enemistad y el odio entre Catalina y Diana fue creciendo hasta que la muerte del soberano puso punto final. Crió a la hija de Enrique II, Diana de Francia, hija que había tenido con su amante Filippa Duci.


El castillo de Chenonceau (en francés, château de Chenonceau), también conocido como el «castillo de las damas», es un castillo de estilo residencial del siglo XVI situado en la comuna francesa de Chenonceaux, en el departamento de Indre y Loira, y que forma parte de la serie de castillos comúnmente conocidos como «castillos del Loira».

Fue construido por el secretario de la hacienda del rey Francisco I de Francia.
El castillo acabaría siendo regalado por Enrique II a su célebre favorita Diana de Poitiers, duquesa de Valentinois.
Diana de Poitiers encargó a Pacello da Mercoliano que acondicionase en la orilla derecha del río Cher el jardín que todavía hoy lleva su nombre.
Diana de Poitiers logró que Francisco I de Francia se instalase en el lugar junto a toda la corte.
Tras el fallecimiento de Enrique II, que resultó mortalmente herido (de forma accidental) durante un torneo celebrado en 1559 por el capitán de su guardia escocesa Gabriel I de Montgomery, Catalina de Médicis, que pasó a ser la regente del Reino de Francia, obligó a Diana de Poitiers, su rival en el corazón del difunto rey, a que restituyese a la corona el castillo de Chenonceau. A cambio de dicha cesión, entregó a Diana el castillo de Chaumont-sur-Loire, que se encuentra a pocos kilómetros del de Chenonceau.

El castillo de Chaumont es un castillo de estilo renacentista con museo, y jardines « à l'anglaise » y contemporáneo, de 4 hectáreas de extensión de propiedad pública, localizado en la comuna de Chaumont-sur-Loire, en la región de Centro-Val de Loira de Francia.
Vista aérea del castillo de Chaumont
En la pequeña población de Anet nos encontramos con el chateau d´Anet o Castillo de Anet, una obra arquitectónica destacada que data del siglo XVI, se terminó en 1552.
Derrotada por la reina Catalina, Diana se retiró en sus últimos años a su castillo de Anet, donde murió un par de años más tarde, en 1566, a los 67 años de edad.
A pesar de que Diana fue expulsada de la corte, no dejó de tener relaciones con las familias más importantes del reino. Desde su exilio en el castillo de Anet Diana continuó viajando a París y mantuvo su puesto en la sociedad aristocrática.
Renacentista  -  fue construido por  Philibert Delorme para  Enrique II.
Philibert de l'Orme (Lyon, 1510 – París, 8 de enero de 1570), fue un arquitecto francés y uno de los grandes maestros del Renacimiento en su país. 
Benedetta Craveri nos cuenta la historia de mujeres como Gabrielle d’Estrées o Madame du Barry, Ana de Austria o María Antonieta, amantes y reinas que convirtieron su supuesta debilidad en un instrumento de dominio. Durante siglos se ha predicado que confiar a una mujer cualquier responsabilidad de gobierno sería «algo que repugnaría a la naturaleza [...], un trastocamiento del recto orden y de todo principio de justicia». Sin embargo, especialmente en la Francia del Antiguo Régimen, las mujeres se han arrogado ese poder, haciendo vanas en la práctica las leyes y las costumbres que se lo negaban. La más destacada de todas fue Catalina de Médicis, que durante treinta años logró mantener intacta la autoridad real. Pero junto a las reinas –y a menudo al mismo tiempo y en antagonismo con ellas– otras mujeres ejercieron, en los siglos anteriores a la Revolución, una enorme influencia sobre los equilibrios políticos internos y externos de la monarquía francesa: las poderosísimas amantes reales, quienes tuvieron que aprender a utilizar la astucia, a corromper, a castigar... y a salir de escena en el momento justo. 
Diane siempre vestía de negro con toques blancos -igual que el rey, quien pasaba con ella la mayor parte del tiempo y sus iniciales entrelazadas HD se ven todavía en muchos palacios- y así la pintaron los artistas de la época, aunque mayormente lo hicieron desnuda, comparándola con la figura mitológica de Diana la Cazadora. 

Diane de Poitiers dans l'atelier de Jean Goujon
En 1795, durante la Revolución francesa, su tumba fue profanada y sus restos mortales, junto con los de dos de sus nietas, fueron arrojados a una fosa común, cerca de la iglesia. Los miembros del Comité Revolucionario se quedaron con su cabellera, como trofeo, que terminó perdiéndose en la Historia. Además, su sarcófago fue desmantelado y el plomo de su base fue utilizado para hacer balas. Más recientemente, de 1959 a 1967, se restauró por completo la capilla del castillo de Anet, gracias a la iniciativa de la familia Yturbe, propietaria del mismo. En 2009, los restos mortales de la duquesa de Valentinois fueron rescatados de la fosa común y colocados en un nuevo sarcófago en su lugar original.

Diane de Poitiers School of Fontainebleau 1590
Como curiosidad cabe mencionar que durante el año 2008, un equipo de científicos estudiaron los restos mortales de la duquesa de Valentinois y descubrieron que tenían inexplicablemente una concentración de oro muy alta. En dichos estudios se baraja el hecho de que Diana, obsesionada por el deseo de la eterna juventud y el brillo de una belleza sobrenatural que le caracterizó toda su vida, habría tomado cada día el elixir de la vida, una solución líquida de oro potable que le habría dado una tez muy pálida y un halo místico. Según estos informes, resulta entonces muy posible que Diana terminase falleciendo de anemia debida a una intoxicación grave de oro líquido.

Diana de Poitiers, 1571, en la National Gallery of Art, Washington DC - Francois Clouet
Probablemente, este sea uno de los cuadros más famosos de François Clouet y también es uno de los pocos que se dignó a firmar.
Ella juguetea con las flores mientras observa a alguien que parece estar a nuestra derecha. Situados en un plano posterior, vemos a una nodriza amamantando a un bebé y a un niño pequeño muy bien vestido que estira el brazo para robar unas uvas. Se supone que son los hijos de la dama. Desde la habitación del fondo, una criada se acerca con una vasija de agua caliente.
 Se ha especulado mucho sobre la identidad de esta hermosa mujer de rostro impenetrable.
François Clouet (ca. 1510 - 1572)  - Educado bajo los consejos de su progenitor, Jean Clouet, François fue elegido pintor de corte cuando éste murió. Como tal gozó de gran prestigio y llegó a convertirse en pintor de cámara de Enrique II y luego Francisco II y Carlos IX. Su maestría fue, incluso, alabada por los escritores y poetas contemporáneos. François Clouet estableció su residencia en París. En 1549 emprende un viaje a Italia para incrementar sus conocimientos. Su estilo se define por adoptar el manierismo de Fontainebleau y su gusto por las creaciones de Bronzino y Primaticcio. Son importantes sus dibujos realizados a lápiz con algún tono y conocidos como crayons. La Biblioteca Nacional de París y el Museo de Chantilly conservan varios. Otra de sus facetas más características es su facilidad para adentrarse en la personalidad de sus retratados.
 Estos cuadros fueron un referente importante para los pintores de la Escuela de Fontainebleau.

El Castillo de Fontainebleau
En 1528, Francisco I, renunció a los encantos de los castillos del Loira, cuna del primer Renacimiento, y anunció su intención de vivir « en su buena villa de París y alrededores. » Para poder albergar una corte cada vez más numerosa, llevaría a cabo nuevas construcciones eligiendo el pabellón de caza de Fontainebleau, un señorío rodeado de un bosque incomparable, a sesenta kilómetros de París. En este lugar se crea un nuevo estilo decorativo, cuna de la Escuela de Fontainebleau, que representa el arte del Renacimiento en Francia (una moderada interpretación francesa del Manierismo), y que iba a brillar con tanta intensidad en el transcurso del siglo. La Escuela de Fontainebleau nació bajo la influencia de dos maestros italianos que trabajaron en el castillo: Rosso Fiorentino y Primaticcio. Por extensión, el término se utiliza para designar a todas las formas de arte que florecieron en Fontainebleau, y más tarde en París, hasta el reinado de Enrique IV.

El Renacimiento fue introducido en Francia por el Palacio de Fontainebleau, por influencia de Enrique II y Catalina de Médici, que contrataron a los arquitectos Philibert Delorme y Jean Bullant, con los que llevaron a cabo una importante campaña de remodelaciones.
Este palacio introdujo en Francia el manierismo italiano, en la decoración de interiores y en los jardines, adaptándolo. El manierismo francés en la decoración de interiores del siglo XVI es conocido como «estilo Fontainebleau»: combina escultura, forja, pintura, estuco y carpintería. En jardinería supuso la introducción del parterre.
Vista del Patio de Honor.
Francisco I concentra su patrocinio en la decoración del Castillo de Fontainebleau, que marcó la pauta al nuevo estilo. Alegorías, mitologías, historias pintadas, todas ensalzan la gloria del rey; se enmarcan con figuras, trofeos, guirnaldas, paneles de cuero repujado, querubines ejecutados en alto relieve. Los tapices de la misma naturaleza, las pinturas de caballete, donde el desnudo femenino es omnipresente. Retratos imitando los elegantes retratos de la corte de los Médicis por Bronzino, paisajes imaginarios con inmensas vistas, pinturas religiosas con imágenes complejas y atrevido contrapposto, incluso las artes aplicadas, como miniaturas, joyas, textiles, testifican el impacto del Castillo de Fontainebleau. 

La Gran Escalera Imperial ---A través de los grabados realizados por la «Escuela de Fontainebleau», este nuevo estilo fue transmitido a otros centros del norte de Europa, especialmente en Amberes, Bélgica, Alemania y, más tarde, también Londres. 
Los dominios reales durante el reinado de Francisco I.
Francisco I de Francia (Coñac, 12 de septiembre de 1494-Rambouillet, 31 de marzo de 1547), conocido como el Padre y Restaurador de las Letras, el Rey Caballero y el Rey Guerrero, fue consagrado como rey de Francia el 25 de enero de 1515 en la catedral de Reims, y reinó hasta su muerte en 1547.
Su reinado permitió a la nación francesa ejercer un papel importante en los asuntos europeos y colocarse como una potencia económica de primer orden. Hijo de Carlos de Angulema y de Luisa de Saboya, pertenecía a la rama Valois-Angulema de la dinastía de los Capeto.
Francisco I está considerado como el monarca emblemático del período del Renacimiento francés. Su reinado permitió un desarrollo importante de las artes y las letras en Francia.
En el plano militar y político, el reinado de Francisco I estuvo plagado de guerras y de importantes acontecimientos diplomáticos. Tuvo un rival poderoso en la figura del emperador y rey de España Carlos I y debió contar con los intereses diplomáticos del rey Enrique VIII de Inglaterra, siempre deseoso de posicionarse como aliado de uno u otro bando.

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