Como consecuencia de la Reforma, algunos temas de la pintura religiosa cambiaron. Solo permanecieron los temas del Antiguo Testamento, episodios de la Pasión, como la Crucifixión, y temas mezclando lecciones religiosas y morales, como el de la mujer adúltera o Jesús entre los niños; como temas iconográficos desaparecieron: la vida de la Virgen y de los santos, las “sagradas conversaciones”, los milagros, todo ello fue sustituido por temas humanistas y clásicos. De ahí la proliferación de representaciones de Venus, algunas totalmente desnudas, otras llevando collares, velos transparentes e inmensos sombreros. Estos cuadros realizados en grandes series eran muy apreciados en todo el Norte como «objetos de virtud» símbolo de cultura y de erudición. Aunque los disturbios engendrados por la Reforma desde el comienzo del siglo XVI ocasionaron la pérdida de trabajo a muchos artistas, este periodo sigue siendo uno de los más importantes en la historia del arte alemán. Dos artistas de primer orden dominaban el mercado artístico: Hans Holbein el Joven y Alberto Durero, los cuales dieron una visión muy personal del hombre. Si la visión Durero, con su realismo, es a menudo angustiosa, la de Holbein, detrás de una apariencia más relajada, es una pintura preocupada por la verdad sin ningún tipo concesión. En Alemania y en la Suiza germánica se asimilaron las influencias extranjeras (italiana y flamenca) pero al mismo tiempo se conservó una cierta autonomía refiriéndose al espíritu y a las tradiciones de la Edad Media. Cranach fue un amigo incondicional de Lutero y el autor de sus mejores retratos. Ejecutó los grabados de propaganda para algunos de sus panfletos, y creó casi toda la iconografía luterana.
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Juan Federico I el Magnánimo (Torgau, 30 de junio de 1503 - Weimar, 3 de marzo de 1554) fue un noble alemán, Elector de Sajonia, Duque Sajonia-Wittenberg, Landgrave de Turingia y Duque de Sajonia. Casado con Sibila de Cléveris y tuvieron cuatro hijos |
Defensa del luteranismo y exilioDe una fe religiosa inicialmente católica, Cranach el Viejo pasó a apoyar fervientemente el luteranismo, promoviendo con sus retratos y grabados la fama internacional de Martín Lutero y Philip Melanchthon. En algunos grabados, Cranach pareció ridiculizar al Papa y a la Casa de Habsburgo. A raíz de la derrota de las tropas protestantes ante Carlos V en la batalla de Mühlberg (1547), el elector Juan Federico I de Sajonia fue apresado y enviado al exilio a Weimar, y Cranach le acompañó. En tales circunstancias el pintor falleció en el año 1553.
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Retrato de Martín Lutero pintado por Cranach (1529, Galería Uffizi). |
Martín Lutero, (Eisleben, Alemania, 10 de noviembre de 1483-ibídem, 18 de febrero de 1546), fue un teólogo y fraile católico agustino que comenzó e impulsó la reforma religiosa en Alemania, y en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante y la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo.
Lutero se caracterizó por exhortar a que la Iglesia cristiana regresara a las enseñanzas originales de la Biblia, impulsando con ello una reestructuración de las iglesias cristianas en Europa. La reacción de la Iglesia católica ante la reforma protestante fue la Contrarreforma. Sus contribuciones a la civilización occidental se llegan a considerar más allá del ámbito religioso, ya que sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción. Su matrimonio con Catalina de Bora el 13 de junio de 1525 inició un movimiento de apoyo al matrimonio sacerdotal dentro de muchas corrientes cristianas
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Cristo y la mujer adúltera, 1532, Lucas Cranach el Viejo, (Budapest, Museo de Bellas Artes) |
Cranach realizó grabados e ilustró la Biblia luterana, pero su técnica no está a la altura de la de Durero. Sus aguafuertes – nueva evolución gráfica que Durero apenas había utilizado – que asocian el paisaje de la escuela del Danubio y algo del estilo del propio Durero, constituyen lo mejor de su obra gráfica. La evolución de Cranach, desde el expresionismo de sus obras de juventud, hasta las decoraciones abstractas de sus obras tardías en el taller, es debido en parte a la exigencia de la producción «en serie», pero es también sintomático de la evolución del arte alemán y europeo que se manifiesta a mediados del siglo XVI, hacia formas de un manierismo refinado e intelectual.
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Retrato de Sibila, princesa de Clèves, 1531, Lucas Cranach el Viejo, (Toulouse, Fundación Bemberg). Seguidora de la Reforma y amiga de Lutero, la princesa Sibila von Julich-Cleve-Berg se casó en 1526 con Juan Federico I, elector de Sajonia. Aunque Cranach haya pintado un célebre retrato de boda del elector y de su joven esposa en 1526, el retrato de Toulouse pintado en torno a 1531, lleva las iniciales SHS (Sibila Herzogin von Sachsen) y la divisa «alls in eren» (todo en el honor). Sorprende la extraordinaria modernidad de este retrato, sin ninguna concesión al físico de la dama pero estilizado siguiendo la moda de la época, delante de un fondo azul eléctrico, típico de los planos posteriores de Cranach. Por otro lado, algunos siglos más tarde estos fondos con colores fuertes debieron fascinar a los expresionistas alemanes quienes encontraban ya en los anatomías de Cranach un eco a sus angustias. |
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Adán y Eva es una obra de Lucas Cranach el Viejo pintada entre 1520 y 1525, se conserva en el Museo Soumaya de la Ciudad de México. Lucas Cranach, el Viejo, se especializó en las escenas religiosas y los retratos, uno de sus sellos personales fue el incluir desnudos femeninos en los temas de mitología y plasmando una forma peculiar: mujeres estilizadas, jóvenes, piernas largas, senos pequeños y ojos almendrados. Cranach fue uno de los máximos representantes de la escuela alemana y apoyó vehemente el luteranismo, esto le valió convertirse en el pintor de cámara de Federico de Sajonia el Magnánimo. La pintura está inspirada en el grabado Árbol del conocimiento del bien y del mal al centro de Alberto Durero. Se puede observar una serpiente con oreja, la cual es el símbolo de los bestiarios medievales, la cual mira a Eva escondiendo la manzana prohibida. Adán y Eva muestran cuerpos delgados, bien formados y con mucho detalle en las texturas de la piel, del árbol y de la hierba. |
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Frontal del retablo de Cranach en la iglesia de san Wolfgang, en Schneeberg. |
El cardenal Alberto de Brandeburgo arrodillado ante Cristo crucificado es una pintura de Lucas Cranach el Viejo. Data de hacia 1520-30. Está realizada al óleo sobre tabla de pino y mide 158 cm de largo por 112 cm de ancho. Pertenecía a la Iglesia colegiata de Aschaffenburg, pasando en 1829 a propiedad de la Alte Pinakothek de Múnich (Alemania), donde se expone con el título de Kardinal Albrecht von Brandenburg vor dem Gekreuzigten kniend.
Esta obra es una pintura religiosa en la que aparece el donante, el cardenal Alberto de Brandeburgo, arrodillado frente a Jesucristo en la Cruz. Detrás del Gólgota puede verse la representación de una tormenta en el mar. El retrato de Alberto se basó en un grabado de Durero. A diferencia de los cuadros de donante propios de la pintura gótica, aquí no hay santo patrón del nombre del donante que haga de intermediario frente a la divinidad: el cardenal se presenta directamente ante Cristo.
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El cardenal Alberto de Brandeburgo arrodillado ante Cristo crucificado La representación de la tormenta es una de las más intensas de la pintura alemana, junto con la Crucifixión de Matthias Grünewald. |
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La Crucifixión es la escena representada en los dos paneles centrales del Retablo de Isemheim cuando está cerrado, obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald. El retablo elaborado entre los años 1512 y 1516. |
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Madonna and Child with the Infant St John 1540-50 |
Salomé (14 - ¿62?) fue una princesa idumea, hija de Herodes Filipo I y Herodías, e hijastra de Herodes Antipas, relacionada con la muerte de Juan el Bautista.
Según los evangelios sinópticos, Juan el Bautista reprobaba el matrimonio de Herodes Antipas y Herodías por ser ésta una mujer divorciada, lo cual no era lícito para la ley judía. A causa de esto, Herodes Antipas mandó a encerrar al profeta en un calabozo, pero no le mataba por temor a las protestas del pueblo. El día del cumpleaños de Herodes, sin embargo, en medio de una fiesta con los principales de Galilea presentes, Salomé realizó una danza para él, la cual agradó tanto al rey que este le permitió, bajo juramento, que le pidiese como regalo lo que quisiera. Aconsejada por su madre, Salomé pidió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja de plata. Como había dado su palabra, Herodes Antipas lo mandó decapitar, y un guardia se encargó de entregarle la cabeza a Salomé como la había pedido, que a su vez la entregó a su madre
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Salome (Lucas Cranach the Elder, 1530, Oil on Wood) |
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Judith with the Head of Holofernes (Lucas Cranach the Elder, c.1530, Oil on wood) |
Judith, una bella viuda judía de la que está prendado Holofernes, el general asirio que está a punto de destruir la ciudad de Betulia, entra con él en su tienda y, aprovechándose de que ha quedado inconsciente por haber bebido en exceso, le decapita con su propia espada y huye llevándose la cabeza en una cesta, bolsa o alforja. (Siempre se representa con espada)
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Las tres Gracias 1530 |
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Las tres Gracias, de Lucas Cranack En la mitología griega las “Cárites” o Gracias —Aglaya (“Belleza”), Eufrósine (“Júbilo”), Talía (“Festividades”)— eran divinidades menores que acompañaban a Venus. Simbolizan todo lo bello y amable que hay en la vida. Este cuadro, ejecutado en 1531, se encuentra en un excelente estado de conservación y su iconografía es inusual en la obra de Cranach. Se hace una adición deslumbrante a la colección del Louvre de pintura alemana, que ya cuenta con varias obras notables del mismo artista, como el Retrato de Magdalena Lutero (hija del reformador), y Venus, un pie en un paisaje, con el que las tres Gracias ahora pueden competir en las paredes del Louvre. |
«Las Tres Gracias», de Cranach, pertenecía a un coleccionista privado, que, tras muchos años de sopesar la cuestión, decidió poner a la venta esa obra maestra del arte universal, fechada en 1531, valorada por los especialistas en unos cuatro millones de euros.
En tiempos de crisis, ni el Louvre ni el Estado francés se encuentran en situación de poder «distraer» esa suma para hacer una adquisición emblemática de ese tipo. Tras la intervención de varias grandes empresas y mecenas, el Louvre consiguió reunir tres millones de euros. Consultado, el Ministerio de Finanzas no consideró oportuno donar el millón de euros que faltaba. La dirección del Louvre tuvo una idea original y finalmente muy feliz: invitar a sus visitantes y amigos a hacer donaciones, directas, incluso muy modestas. A los pocos meses, la petición de ayuda del gran museo nacional recibió un apoyo masivo. El millón de euros que faltaba ha sido aportado por una avalancha de pequeños donantes.Los ciudadanos han aportado un millón de euros de los cuatro que ha costado «Las Tres Gracias»
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