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El Baptisterio de San Giovanni es uno de los más antiguos y venerados edificios de Florencia, y ha mantenido siempre un lugar especial en la historia de la ciudad. Curiosamente, aún hoy la fecha de su fundación es incierta, a pesar de que está por lo general, se considera que se ha construido en el siglo VI o VII o incluso en el IV o V.
Las partes más antiguas del edificio actual se remontan al siglo 4, cuando San Ambrosio, obispo de Milán, lo consagró como la primera Basílica de San Lorenzo (393 DC) siendo originalmente una basílica, y no un baptisterio, y en el IX se convirtió en una catedral. Sabemos que durante 1059 sirvió como la catedral de Florencia.
En época de Dante se afirmaba que tenía origen romano y los florentinos, haciendo hincapié en la intención de la ciudad de ostentar un pasado glorioso, se apresuraron a apoyar esta afirmación, y fue este el edificio elegido como representante de obras de principios del “Renacimiento” en Florencia.
Historiadores del arte suelen basarse en la fecha del concurso que se celebró en 1401 para la construcción de la segunda serie de puertas de bronce para la Basílica como fecha de inicio de este gran movimiento artístico, este honor recayó en Lorenzo Ghiberti. Dos paneles de prueba entre las propuestas presentadas por Ghiberti y Brunelleschi, se exhiben en el Museo Bargello.
Antiguamente se pensaba que este edificio, ahora consagrado a San Juan Bautista, fue originalmente un templo pagano dedicado a Marte.Las excavaciones han revelado que fue construido sobre cimientos romanos que datan del siglo I DC.
El exterior
El Baptisterio es un edificio octogonal con un plano centralizado derivado de modelos bizantinos, con una gran cúpula de carácter excepcional.
La decoración exterior estuvo financiada por el “Arte de Calimala”, el gremio más importante de la ciudad medieval, representado por importadores textiles.
El diseño se convirtió en un prototipo para la posterior edificación de numerosos edificios religiosos del estilo románico toscano, incluyendo Santa Maria Novella y San Miniato en el Monte de Florencia.
En arquitectura, la escarsella es un pequeño ábside con un plano rectangular o cuadrado que sobresale de la estructura principal. |
Tanto la scarsella rectangular, que sustituyó a un ábside semicircular, y el techo piramidal de color blanco que oculta la cúpula, son particularmente, inusuales características arquitectónicas, probablemente, también la forma que data del siglo XIII, aunque la linterna que corona el edificio fue realizado en el siglo XII.
El edificio es famoso por sus tres conjuntos de puertas de bronce dorado en sus tres entradas.
Las Puertas
Puerta Sur
En 1401 se convocó un concurso para diseñar las Puertas norte del baptisterio. Siete escultores compitieron, incluyendo a Lorenzo Ghiberti, Filippo Brunelleschi, Donatello y Jacopo della Quercia, resultando ganador del concurso Ghiberti, de 21 años. Brunelleschi se desilusionó tanto por este resultado que partió a Roma para estudiar arquitectura y nunca más volvió a esculpir. Los diseños originales de El sacrificio de Isaac por Ghiberti y Brunelleschi se encuentran exhibidos en el museo de Bargello.
A Ghiberti le tomó 21 años completarlas. Estas puertas de bronce, consisten en 28 paneles, con 20 paneles representando una escena bíblica del Nuevo testamento.
Puerta norte Lorenzo Ghiberti, 1403-1424, nuevamente se divide en 28 paneles y los marcos góticos fueron copiados de la primera puerta de Pisano. |
Ghiberti ahora era ampliamente reconocido como una celebridad y el artista más prominente en este campo. Fue abarrotado de trabajo, incluso del mismo papa. En 1425 tuvo una segunda adjudicación, esta vez para las Puertas este del baptisterio, donde él y su taller (incluyendo a Michelozzo y Benozzo Gozzoli) trabajaron durante 27 años, superándose a sí mismos. Estas puertas tenían diez paneles representando escenas del Antiguo Testamento, y fueron a su vez instaladas en el lado este. Estos paneles son rectángulos largos y no están más incrustados en el tradicional rosetón gótico, como en las puertas anteriores. Ghiberti empleó los principios, recientemente descubiertos, de "perspectiva de profundidad" a sus composiciones, cada panel representa más de un episodio.
Miguel Ángel se refiere a estas puertas como las "Puertas del Paraíso", y ese nombre aún perdura. Giorgio Vasari las describió un siglo después como "Innegablemente perfectas en cualquier sentido y debe ser colocada como la obra de arte más fina jamás creada". Ghiberti mismo dijo que era "el trabajo más singular que jamás haya realizado".
Busto de Lorenzo Ghiberti en las Puertas del Paraíso. |
Las "Puertas del Paraíso" que se encuentran actualmente en el baptisterio son reproducciones en bronce, colocadas en 1990 luego que se determinara que los originales se estaban deteriorando, y sólo podrían ser salvadas si se las llevaba a algún lugar cubierto. Los originales se encuentran cerca del Museo dell'Opera del Duomo, preservados en contenedores llenos de nitrógeno.
El Interior
El baptisterio está dotado de un magnífico techo de mosaico. Los primeros mosaicos datan de 1225 y son obras de arte de muchos artesanos venecianos desconocidos, entre los artistas que posteriormente trabajaron se encuentra probablemente Cimabue. La cubierta del techo comenzó bajo la dirección del fraile franciscano Jacopo da Torrita y probablemente no fue completado hasta el siglo XIV.
Imagen compuesta con los ocho lados del techo en sentido antihorario. |
Este mosaico se representa en tres secciones sobre el altar: el Juicio Final con un gigante y majestuoso Cristo y los Ángeles del juicio a cada lado (realizado por Coppo di Marcovaldo), las recompensas de los salvados dejando sus tumbas (del lado derecho de Cristo), y los castigos de los condenados (del lado izquierdo de Cristo). Esta última parte es particularmente famosa: los hombres malvados son quemados en la hoguera, quemados por las llamas, aplastados con piedras, mordidos por serpientes, masticados por horribles bestias.
El antiguo mármol interior (puerta norte) tiene las enormes columnas de granito de un edificio romano, con capiteles corintios dorados, por debajo de una cornisa y una galería con ventanas divididas.
Las paredes están revestidas con paneles de mármol blanco, dividido por bandas de color negro, en el estilo dicromático del exterior.
Como muestra el suelo, el centro del edificio fue diseñado para ser ocupado por una enorme fuente octogonal. La fuente fue desmantelada en 1576 y la parte más antigua del espléndido mosaico del pavimento puede ser visto alrededor de la actual fuente gótica.
Junto al hermoso altar mayor, reconstruido en el siglo XIII, se aprecia un complejo candelabro pascual del XIV.
A la derecha está la tumba del antipapa Juan XXIII, es una de las primeras tumbas renacentistas de la ciudad, y aparte de la exquisita talla, es especialmente notable por la forma en que se inserta en un estrecho espacio entre dos grandes columnas romanas, no perturbando de ninguna manera la armonía arquitectónica del edificio. Donatello y Michelozzo se encargaron de diseñar el monumento funerario.
A la izquierda del ábside hay dos sarcófagos del período Romano Tardío adaptados como tumbas, uno muestra una escena de la caza del jabalí y el otro adaptado como tumba de un obispo en el 1230, representa escenas de la vida roma.
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