jueves, 15 de enero de 2015

Mundo Islámico VIII - Mali - Djennée - Tombuctú

Malí o Mali 

Cuyo nombre completo es República de Malí (en francés, République du Mali), es un estado sin litoral de África Occidental. Es el séptimo país más extenso de África y limita al norte con Argelia, al este con Níger, al oeste con Mauritania y Senegal y al sur con Costa de Marfil, Guinea y Burkina Faso. Su tamaño es de 1 240 000 km² y su población estimada es de alrededor de 14,5 millones de habitantes (20093 ). Su capital es Bamako.



Constituida por ocho regiones, Malí tiene sus fronteras, al norte en el medio del Sahara, mientras que la región meridional, donde vive la mayor parte de sus habitantes, está cercana a los ríos de Níger y Senegal. La estructura económica del país se centra en la agricultura y la pesca. Pese a que algunos de sus recursos naturales son el oro, el uranio y la sal, está considerada una de las naciones más pobres del mundo.

Antigua ciudad de Djenné, declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco.
El actual territorio maliense fue sede de los tres imperios de África Occidental que controlaban el comercio transahariano: el Imperio de Ghana, el Imperio de Malí (del cual Malí toma su nombre) y el Imperio songhay. A fines del siglo XIX, Malí cayó bajo el control de Francia, pasando a formar parte del Sudán francés. En 1959 consiguió su independencia junto con Senegal, convirtiéndose así en la Federación Malí, la cual se desintegraría un año después. Tras un tiempo en el que solo existía un partido político, un golpe de Estado en 1991 llevó a la redacción de una nueva constitución y al establecimiento de Malí como una nación democrática con un sistema pluripartidista. Alrededor de la mitad de la población vive debajo del umbral de la pobreza internacional, establecido en 1,25 dólares por día.


El Imperio de Ghana (750-1068) estaba localizado en lo que actualmente es el sudeste de Mauritania y en parte de Malí, al sur del Sahara, en el valle medio del río Senegal. Era conocido con el nombre de Wagadu por sus propios ciudadanos soninké, pero los europeos y árabes lo llamaron Imperio de Ghana por el título de su rey, Ghana, que significa rey guerrero. Wagadu significa tierra de rebaños 


El Imperio de Malí (1235-1546) fue un estado medieval de los mandinka, un pueblo mandinga cuyo núcleo fue la región de Bamako, en el África occidental. El imperio fue fundado por Sundiata Keïta. Era conocido por su generosidad y la riqueza de sus gobernantes, en especial Mansa Kankan Musa I. El Imperio de Malí tuvo una profunda influencia en la cultura de África Occidental permitiendo la difusión de su lengua, leyes y costumbres a lo largo del río Níger.


El Imperio songhai, también conocido como el Imperio songhay, fue un estado ubicado en África Occidental. Desde comienzo del siglo XV hasta finales del siglo XVI, Songhai fue uno de los mayores imperios islámicos de la historia. Este imperio portaba el nombre de su principal grupo étnico, los songhai. Su capital era la ciudad de Gao, donde un estado Songhai había existido desde el siglo XI. Su base de poder se hallaba ubicada en la margen del río Níger, en los actuales Níger y Burkina Faso.


África Occidental tras la invasión marroquí
Tombuctú 

(Oficialmente, y en francés, Tombouctou, Koyra chiini (lengua autóctona): Tumbutu) es una ciudad (apodada «la de los 333 santos») cercana al río Níger (a 7 km de distancia del río), en la región del mismo nombre, en la República de Malí. Con sus 35.657 habitantes es la localidad más poblada de la región y la decimotercera ciudad del país.


Se hizo próspera por Mansa Musa, rey del Imperio de Malí quien se anexionó pacíficamente la ciudad en 1324. Es el hogar de la prestigiosa Universidad de Sankore y de otras madrazas, y fue capital intelectual y espiritual y centro para la propagación del islam en toda África durante los siglos XV y XVI. Sus tres grandes mezquitas, Djingareyber, Sankore y Sidi Yahya, recuerdan la edad de oro de Tombuctú.

Puertas de la Universidad islámica de Sankore.

El patrimonio de Tombuctú

Tombuctú, la ciudad mítica del Sahara, cuyo nombre evoca exotismo y misterio, crisol de culturas desde la Edad Media, está sufriendo la misma suerte que los budas de Bamiyán bajo los talibanes afganos: la destrucción total de su patrimonio histórico por parte de la milicia cercana a Al Qaeda que controla el Norte de Malí. “No quedará un solo mausoleo en Tombuctú. Alá lo quiere así”, declaró Abú Dardar, líder del grupo Ansar al Dine, cercano a Al Qaeda. Los islamistas radicales comenzaron el pasado domingo una nueva oleada de destrucción de estos monumentos, considerados patrimonio de la humanidad por la Unesco. (24-12-12)



La ciudad de Djennée, también conocida como Dienné, Djenné, Jenne o Yenné, es un histórico enclave religioso y comercial situado en el delta interior del río Níger, cerca de la confluencia de los ríos Bani y Níger, en la parte central de la actual Malí. Fue, junto a Tombuctú y Mopti, una de las grandes ciudades del Sudán. Su fundación data del siglo IX, y su apogeo como emporio comercial tuvo lugar en los siglos XIV-XVI, cuando perteneció sucesivamente a los imperios de Malí y Songhay. Por entonces, Djenné ya se había islamizado y en su centro se hallaba construida la Gran Mezquita, el monumento más sobresaliente de la arquitectura sudanesa. En el pasado la ciudad fue centro de comercio y enseñanza. La ciudad es famosa por su característica arquitectura a base de ladrillos de adobe.

Fachada septentrional de la mezquita con la entrada principal.
Se puede decir con seguridad que la primera mezquita de Djenné fue construida entre 1180 y 1330.


El nuevo refugio de Al-Qaeda
Por: Javier Molina

A tan sólo cuatro horas de vuelo desde Madrid, el norte de Malí se ha convertido en un peligroso campamento yihadista.


Malí fue en su época un glorioso cruce de caminos que le dio relevancia cultural y comercial al entonces Imperio malí que dominaba todo el oeste africano entre el siglo XI y el XVI. La posterior colonización francesa a mitad del XVIII paralizó su desarrollo, hasta su independencia de Francia, en septiembre de 1960, cuando logró convertirse en la República de Malí, una democracia casi modélica en África.

Sin embargo, ahora sufre la amenaza de convertirse en un Estado fallido partido en dos, cuyo territorio del norte, Azawad, se disputa entre los nacionalistas de etnia tuareg y distintas marcas de la tenebrosa Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

INTERNACIONAL / ANIVERSARIO DE LA OPERACIÓN SERVAL

El comodín de Malí durante la marcha francesa contra el terrorismo.

Hollande encabeza la marcha contra el terror este domingo 11 de enero en París. A su izquierda, Merkel, a su derecha, el presidente de Malí
Si París se convertía el domingo en «la capital del mundo» (como aseveraba el presidente de Francia, François Hollande), los ecos pasados y futuros de la marcha contra el terrorismo que cubrió la capital gala continúan resonando. Durante la manifestación, la presencia destacada del mandatario de Malí, Ibrahim Bubacar Keita, flanqueando en primera fila a Hollande, motivó cierta sorpresa. Sin embargo, las palabras de Keita clarifican el asunto:«Hubiera esperado celebrar otro tipo de aniversario con ustedes, los franceses. El 11 de enero de 2013, mi país fue salvado de la barbarie terrorista por (la operación) Serval», reconocía entonces el presidente maliense.
«Tuve el honor de marchar a la derecha de François Hollande, que es un signo de amistad verdadera... que une nuestros pueblos», añadió.
A comienzos de 2013, la operación Serval, liderada por el Ejército francés, fue lanzada en territorio maliense para frenar el avance de los rebeldes tuareg que se levantaron en armas en enero de 2012, con el apoyo del yihadismo regional.

Solo cinco meses después del golpe, en mayo de 2012, los rebeldes laicos del Movimiento Nacional por la Liberación de Azawad (MNLA) y los islamistas de Ansar Dine declaraban un nuevo Estado al norte de Malí. Pese a que ambas facciones siempre evitaron realizar cualquier mención específica sobre la participación (o no) en ese Gobierno de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), la biografía afectiva de Iyad Ag Ghaly, líder de Ansar Dine, no dejó entonces ningún lugar a la duda.

Dos meses antes, a finales del marzo de 2012, tras la conquista de la ciudad de Tombuctú, este líder islamista tuareg (apodado «el león del desierto») invitaba a una reunión de alto nivel a tres prominentes caudillos de AQMI -Mokhtar Belmojtar, Abou Zéid, y Yahya Abou Al Hammam- para analizar la configuración ideológica de la administración.


El Sahel forma un cinturón de hasta 5.400 km de ancho, atravesando África desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo.
El Sahel cubre total o parcialmente el territorio (yendo de oeste a este) del norte de Senegal, el sur de Mauritania, Malí, la parte sur de Argelia, Níger, Chad, el sur de Sudán y Eritrea. Está delimitado en el norte por el Sáhara y en el sur por la menos árida sabana.
El historial de los implicados no era menor. El primero de ellos -apodado «Belaouar» o «de un solo ojo»-, fue el encargado directo de realizar, ese mismo año, una adquisición de armamento a gran escala procedente del conflicto de Libia, precisamente, para dinamitar el Sahel. Ya por entonces, Belmojtar dirigía uno de los principales batallones de AQMI en la franja de desierto que se extiende entre Argelia, Chad, Níger, Malí y Mauritania.

No obstante, aunque AQMI, continúa operando al norte de Malí, el operativo Serval permitió frenar a los terroristas. Posteriormente, en julio pasado, éste sería sustituido por otra misión, de nombre Barkhane. En ella, junto a Francia, toman parte Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Niger para asegurar la conflictiva región del Sahel.

Pelicula recomendada:


Sinopsis:

Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos. Kidane vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima, su hija Toya e Issam, un niño pastor de 12 años. Pero en la ciudad los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. Cada día, unos tribunales islamistas improvisados lanzan sentencias tan absurdas como trágicas. El caos que reina en Tombuctú no parece afectar a Kidane hasta el día en que accidentalmente mata a Amadou, un pescador que ha acabado con la vida su vaca favorita. Ahora debe enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros.




Abderrahmane Sissako con los niños protagonistas
Criticas:

"Es cine sutilmente político, es exótica sin caer en la colección de postales y es visualmente apabullante sin hacer poesía de la miseria" Nando Salvá: Cinemanía

"Es el retrato más escalofriante y con sensación de veracidad que he visto sobre el yihadismo (...) Es gozoso que esta película la haya realizado un musulmán tan inteligente como indignado" Carlos Boyero: Diario El País

Abderrahmane Sissako

¿Todo empezó con algo que leyó en un recorte de periódico?

Sí. Era un artículo que apareció en un periódico de París en julio de 2012, en el que se hablaba sobre la lapidación de una pareja en el norte de Mali. Sentí frustración al ver que en Timbuktú, una ciudad que guarda algo místico, estaban pasando este tipo de cosas. Realmente se trata de un sitio donde la gente solía juntarse, discutir, era un lugar muy abierto en la forma de respetar la religión y las creencias de cada uno. Cuándo llegaron los yihadistas la prensa no dijo demasiado sobre lo que estaba sucediendo allí y lo que simbolizaba la ciudad fue secuestrado. Como artista siento la responsabilidad de hablar de ello.

¿Qué problemas se plantearon al tener que rodar en el desierto?

Los terroristas se encuentran en toda la región de Sahel, y para ellos la película era peligrosa, no les gustaba. Pero el gobierno de Mauritania hizo que el ejército nos protegiera. Había más de 200 soldados viviendo en tiendas a una cierta distancia de nosotros, así que no podíamos verlos. Eran tropas acostumbradas a luchar con los islamistas, aunque naturalmente nadie podía protegernos por ejemplo de un kamikaza, y eso era un riesgo. 

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