domingo, 15 de marzo de 2015

Bélgica - La Región Flamenca - La Región Valona - La Región de Bruselas

Bélgica de forma oficial el Reino de Bélgica  es un país soberano, miembro de la Unión Europea, situado en el noroeste europeo. Este país cubre una superficie de 30 528 kilómetros cuadrados y posee una población aproximada de 11 millones de habitantes. Su capital y ciudad más poblada es Bruselas.

Es un estado lingüísticamente dividido. Tiene tres lenguas oficiales: el 60 % de su población, en la región de Flandes principalmente, habla flamenco (una variante del neerlandés), mientras que cerca del 35 % habla francés (en la región de Valonia, al sur, y en la Región de Bruselas-Capital, una región oficialmente bilingüe que acoge también una minoría de hablantes de neerlandés). Menos de un 1 % de los belgas vive en la Comunidad germanófona, donde hablan alemán, junto a la frontera al este del país. A menudo, esta diversidad lingüística lleva a severos conflictos políticos y culturales, muy parecidos a los de otros países bilingües, reflejándose en el complejo sistema de gobierno de Bélgica y en su historia política.


Desde finales de la Edad Media hasta el siglo XVII, fue un floreciente centro de comercio y cultura. Desde el siglo XVIII hasta la Revolución belga de 1830, Bélgica, en aquella época llamada los Países Bajos del Sur, fue el lugar de muchas batallas entre los poderes europeos, y es por ello que se ha ganado el apodo de "el campo de batalla de Europa" o "la cabina de Europa".

Es uno de los miembros fundadores de la Unión Europea, cuyas instituciones principales están ubicadas en el país, así como un número importante de otras organizaciones internacionales, como la OTAN.
La historia de Bélgica se puede distinguir de la de los Países Bajos desde el siglo XVI. La Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) provocó la división de las Diecisiete Provincias en las Provincias Unidas al norte y los Países Bajos del Sur al sur, siendo éstas gobernadas sucesivamente por los Habsburgo españoles y austriacos.
Hasta la independencia de Bélgica en 1830, los Países Bajos del Sur eran un territorio muy codiciado por los conquistadores, siendo el telón de fondo de la mayor parte de las guerras franco-españolas y franco-austriacas durante los siglos XVII y XVIII. 

Las Diecisiete Provincias (zonas en naranja, marrón y amarillo) y el Obispado de Lieja (zona en verde).
El triunfo de la Revolución belga de 1830 para independizarse de los Países Bajos se decidió en la capital, Bruselas, en las llamadas Cuatro Jornadas de Bruselas, bajo un Gobierno Provisional cuyo miembro más influyente era Charles Rogier y, con la dirección militar como Comandante en Jefe, del exiliado español Juan Van Halen. La breve contienda llevó al establecimiento de una Bélgica independiente, católica y neutral, bajo un gobierno provisional.

Desde la instauración de Leopoldo I como rey en 1831, Bélgica ha sido una monarquía constitucional y una democracia parlamentaria.

Bruselas, Amberes, Gante, Charleroi, Lieja, Brujas y Namur
son las siete ciudades principales de Bélgica,
con una población de más de 100.000 habitantes.
La Región Flamenca
Durante la Baja Edad Media, las ciudades comerciantes (especialmente Gante, Brujas e Ypres) hicieron de Flandes una de las regiones más urbanizadas de Europa, tejiendo lana de las tierras vecinas, fabricando tejidos tanto para uso doméstico como para la exportación.

Toda la zona pasó a los duques de Borgoña en 1384, en 1477 a la dinastía de los Habsburgo y, con Carlos I, se incluyó en el Imperio español. En 1512 formaron una circunscripción propia, la Circunscripción de Borgoña. El Condado de Flandes siguió siendo un feudo francés en sus territorios occidentales, y un señorío del Sacro Imperio Romano en la parte oriental. En 1526, Francisco I de Francia cedió el condado de Flandes a Carlos I por el tratado de Madrid. Esto se confirmó en la Paz de las Damas de Cambrai de 1529. La soberanía se transmitió desde el reino de Francia al Sacro Imperio Romano Germánico.

La reforma
Las 95 tesis de Lutero, publicadas en 1517, tuvieron un profundo efecto en los Países Bajos. Entre los ricos comerciantes de Amberes, las creencias luteranas de los comerciantes hanseáticos alemanes encontraron atractivo, quizá en parte debido a razones económicas. La difusión del protestantismo en esta ciudad se vio ayudada por la presencia de un claustro agustiniano (fundado en 1514) en el barrio de St. Andries. Lutero, él mismo un agustiniano, había enseñado a algunos de los monjes, y sus obras estaban impresas en 1518. Carlos V ordenó que se cerrase este claustro alrededor de los años 1525. Los primeros mártires luteranos vinieron de Amberes. La Reforma dio como resultado en olas consecutivas de reforma que se superponían: una luterana, seguida por una militante anabaptista, luego una menonita y finalmente el movimiento calvinista. Estos movimientos existieron cada uno con independencia del resto.

La Región Flamenca (neerlandés: Vlaams Gewest) o simplemente Flandes (neerlandés:Vlaanderen) es una de las tres regiones que componen Bélgica, junto con Valonia y la región de Bruselas (Capital de Bélgica y de Flandes).
Flandes limita al suroeste con Francia, al noroeste con el Mar del Norte, al norte y este con los Países Bajos, y al sur con Valonia.

La Pragmática Sanción de 1549, emitida por Carlos V, estableció los Países Bajos como las Diecisiete Provincias (o Países Bajos españoles en su sentido más amplio) como una entidad separada del Sacro Imperio Romano y de Francia. El cisma entre las provincias septentrionales calvinistas y las meridionales católicas dio como resultado la Unión de Arrás y la Unión de Utrecht, respectivamente.
En 1830 se creó el Reino de Bélgica, y Flandes fue una de las provincias que lo formó.
La Región Valona 
Comúnmente llamada Valonia, es una de las tres Regiones de Bélgica, y Namur es su capital. Se constituye, como lo prevé el artículo 5 de la Constitución belga, de las provincias del Brabante Valón, de Henao, de Lieja, de Luxemburgo y de Namur.
La Región cubre una superficie de 16 844 kilómetros cuadrados y tiene aproximadamente tres millones y medio de habitantes, lo que representa un 55 % de la superficie belga y un 32 % de la población.

La temprana industrialización, con la utilización de la hulla, para transformar el hierro, ello va a hacer a los valones especialistas en la industria: Valones de Suecia, Valones en la industria alemana, además del resto del mundo…

Creada en 1970 a raíz de las reivindicaciones del Movimiento valón para un reconocimiento político de la Valonia, adquiere un poder de decreto y un poder ejecutivo con la ley especial del 8 de agosto de 1980. Estos poderes están representados respectivamente por el Parlamento valón y el Gobierno valón, ambos sitos en Namur.
La Revolución industrial en Valonia se consumía antes de la Revolución Belga de 1830. Ella anuncia la vigorosidad del movimiento obrero en Valonia.
Esta revolución es asumida (o confiscada según el punto de vista) por una burguesía francófona unida en 1828 (“La unión hace la fuerza” del unionismo), contra Holanda, dividida en católicos y liberales. Esta burguesía de Flandes, Bruselas y Valonia impuso el francés tanto en Valonia como en Flandes, donde será rechazada como lengua oficial.
Namur, el Mosa, el parlamento valón y la ciudadela.
Un nacionalismo flamenco naciente, con el apoyo de las élites políticas y sociales (francófonas) de Flandes, reforma progresivamente la legislación lingüística. Un movimiento valón nace debido a que esas pretensiones agravaban al peso dominante (clerical y conservador) de Flandes frente a una Valonia (siempre minoritaria) más a la izquierda y más laica, la primera en reclamar el federalismo con la Carta al Rey sobre la separación de Valonia y de Flandes de Jules Destrée (1863–1936). La Primera Guerra Mundial redibuja los mapas.

Río Mosa, el puente de Jambes y la Fortaleza ("Citadelle").
La Segunda Guerra Mundial va a dividir todavía más profundamente. Durante el ataque alemán en mayo de 1940 ciertos regimientos flamencos desertaron. Los soldados flamencos hechos prisioneros el 28 de mayo de 1940 fueron liberados, los soldados valones continuaron cautivos. La actitud del rey puso en marcha la grave “Cuestión real”. Una consulta popular (sobre el retorno de Leopoldo III al poder) endureció a los opositores. Durante los acontecimientos de 1950 y 1960, la clase obrera valona, inquieta por la regresión económica de la Valonia, preocupados por la democracia, intervinieron masivamente.

Namur, la Catedral de san Albino (Cathédrale Saint-Aubain).
A partir de 1970, Flandes y Valonia (Bruselas igualmente), se tallan una gran autonomía aprovechando el federalismo belga, bajo el empuje de diversos factores y actores. La supervivencia del país está en juego, así como los sentimientos adhesión en Bélgica y Valonia revelan que reside un apego a Bélgica, combinado con un sentimiento valón (o flamenco) y europeo.

La Región de Bruselas-Capital 
Es una de las tres regiones que componen Bélgica. Esta región, bilingüe según los estatutos municipales, está habitada por belgas que pertenecen a las dos principales comunidades lingüísticas del país: la comunidad francesa y la comunidad flamenca. Se estima que 50% de la población bruselense es francófona por el origen de su lengua materna, 10% flamenca y 40 % hablan otras lenguas (que utilizan casi exclusivamente como lingua franca el francés), en su conjunto el francés es empleado por el 95,55% de la población de modo habitual. 
A causa de la presencia en su territorio de numerosas instituciones internacionales, se encuentra igualmente entre las concentraciones más importantes de habitantes nacidos de otros países de la Unión Europea. A esto se suman numerosos inmigrantes procedentes del Magreb (especialmente de Marruecos) de Turquía, de América, de África (especialmente de la República Democrática del Congo, antigua colonia belga) y de Europa central, haciendo de la Región un conjunto cosmopolita y multicultural.


Varias ciudades están hermanadas con la Región de Bruselas-Capital: Berlín, Washington D.C., Montevideo, Sofía, Lille, Pekín, Moscú, Sichuan y Brasilia.
Históricamente Bruselas es una ciudad flamenca en la que el idioma popular era el neerlandés, pero en el siglo XIX al igual que en prácticamente toda Europa, la nobleza y la alta burguesía hablaba francés. Cuando Bélgica se independiza, las clases dirigentes escogen el francés como lengua oficial del país, suponiéndolo un idioma más culto y avanzado. Esta decisión ocasionará posteriormente un conflicto lingüístico aún pendiente de resolver.


En Bruselas, donde se establece la corte, toda la burguesía se convierte en francófona y también gran parte de la población aprende el francés para mejorar sus probabilidades de promoción.


Situada en el lado opuesto al ayuntamiento, la Maison du Roi o Broodhuis es de estilo neogótico. Acoge el Museo de la Historia de la ciudad. El nombre neerlandés alude a que en su solar había una construcción de madera donde los panaderos vendían el pan. A partir del siglo XV, ya con una nueva construcción, el edificio pasó a usarse por parte del Duque de Brabante, y de ahí deriva el nombre francés del edificio. El actual se construyó a partir de 1860.
La Grand-Place (Grote Markt en flamenco) es la plaza central de Bruselas. Mundialmente conocida por su riqueza ornamental, está rodeada por las casas de los gremios, el Ayuntamiento y la Casa del Rey (Broodhuis en flamenco). Está considerada una de las más bellas plazas del mundo (entre otros, según Víctor Hugo). La Grand-Place de Bruselas fue inscrita en 1998 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.


 El ayuntamiento de Bruselas es un edificio medieval de arquitectura gótica, situado en la Grand Place de Bruselas. La construcción más antigua del mismo es el ala de la izquierda viéndolo de frente (como en la imagen), edificado entre 1402 y 1420.
Lugar histórico, ha presenciado numerosos acontecimientos felices y trágicos. En 1523, los primeros mártires protestantes, Henri Voes y Jean Van Eschen, fueron quemados por la Inquisición en la Grand-Place. Cuarenta años más tarde, fueron decapitados el conde Lamoral y el conde de Horns.


En agosto de 1695, durante la Guerra de la Liga de Augsburgo, la mayor parte de las casas, la mayoría todavía construidas en madera, fueron destruidas durante el bombardeo de Bruselas por las tropas francesas dirigidas por el mariscal de Villeroy. Solo la fachada y la torre del ayuntamiento, que servía de diana para la artillería, y algunos muros de piedra resistieron las bolas incendiarias. Las casas que rodeaban la plaza fueron reconstruidas en piedra por las distintos gremios. Entre ellas, la casa de la corporación de los cerveceros acoge hoy en día el Museo de los Cerveceros.


La Grand-Place acoge frecuentes acontecimientos festivos y culturales. Entre ellos, en agosto de cada año par, la instalación en su centro de una inmensa alfombra de flores, de 25 x 75 metros, compuesta de más de 500.000 plantas de begonia.

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