miércoles, 18 de febrero de 2015

Congreso de Viena (II) - El Nacionalismo


Estados independientes tras el Congreso de Viena

  • Rusia se anexiona parte de Polonia, Finlandia y Besarabia.
  • Austria se anexiona la región de los Balcanes.
  • El Reino Unido se queda con la estratégica isla de Malta, Ceilán (Sri Lanka) y la Colonia del Cabo, lo que le garantiza el control de las rutas marítimas.
  • El Imperio Otomano mantiene el control de los pueblos cristianos de Europa Suroriental.
  • Noruega es anexionada a Suecia.
  • Prusia se queda con parte de Sajonia, Westfalia, Polonia y la Confederación del Rin.
  • Bélgica es obligada a unirse a los Países Bajos, formando el Reino de los Países Bajos.
  • Los principados alemanes forman la Confederación Alemana de 38 estados; (Prusia y Austria participan en esta Confederación).
  • España y Portugal no son recompensados con ganancias territoriales, pero son restauradas sus antiguas dinastías.
  • San Marino consigue que su independencia sea reconocida por todos los estados europeos.



En el siglo XIX el término nación adquirió una dimensión política y se empezó a reivindicar que las fronteras de los Estados coincidieran con las fronteras raciales, lingüísticas, históricas, etc. 

Muchos pueblos lucharon por convertirse en Estados.
  • Movimientos nacionalistas disgregadores. Provocaron la disgregación de entidades políticas existentes. Bélgica se independizó de Países Bajos (1831). El imperio austrohúngaro resistió durante el siglo XIX a las tensiones nacionalistas. Grecia se independizó del imperio turco, que se fue fragmentando poco a poco.
  • Movimientos unificadores. Dieron lugar a la unión de territorios que antes estaban divididos entre varios Estados. Destacaron las unificaciones de Italia y Alemania.


El nacionalismo es una ideología y movimiento sociopolítico que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la llamada era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII. También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo.

Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:
  • El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado.
  • El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras del Estado deberían coincidir con las de la nación.

La calle Montorgueil, de Claude Monet. La celebración de las fiestas nacionales es una de las maneras a través de las cuales los Estados fomentan el sentimiento de pertenencia nacional entre sus ciudadanos.

Formas de nacionalismo
  • Nacionalismo centrípeto (o integrador)
  • Nacionalismo centrífugo (o desintegrador)
  • Nacionalismo de tercera generación
  • Nacionalismo económico
  • Nacionalismo cívico (o liberal)
  • Nacionalismo étnico (o cultural)
  • Nacionalismo romántico
  • Nacionalismo de izquierda o popular
  • Nacionalismo religioso
  • Nacionalismo banal
En referencia al nacionalismo Jorge Luis Borges señaló:
“En este sentido, [el nacionalismo] es el canalla principal de todos los males. Divide a la gente, destruye el lado bueno de la naturaleza humana, conduce a desigualdad en la distribución de las riquezas”.
Nacionalismo romántico

También llamado nacionalismo orgánico y nacionalismo identitario, es la forma de nacionalismo étnico según la cual el Estado deriva su legitimidad política como consecuencia natural (orgánica) y expresión de la nación o la raza. Refleja los ideales del romanticismo y se opone al racionalismo y al cosmopolitismo ilustrado, postulando la existencia de una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo (y su existencia) que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla (incluso dentro de una misma nación se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes) sumado a un culto al carácter nacional o Volksgeist o espiritu del pueblo (del cual nace una sensibilidad y un genio creador que lo identifican), resaltando esta expresión en las cualidades étnicas de los pueblos.
    "La libertad guiando al pueblo", pintura de Delacroix que expresa la visión romántica de la Revolución francesa de 1830
El nacionalismo romántico temprano en Europa estuvo fuertemente influenciado por Rousseau y por las ideas de Johann Gottfried von Herder, quien en 1784 argumentó que la geografía formaba la economía natural de un pueblo, y que sus costumbres y su sociedad habrán de desarrollarse siguiendo las líneas favorecidas por su medio ambiente.

El nacionalismo romántico enfatiza una cultura étnica histórica que se conecta con el ideal romántico; el folclore se desarrolla como un concepto nacionalista romántico. Los hermanos Grimm se inspiraron en los escritos de Herder para crear una colección idealizada de historias étnicamente alemanas. El historiador Jules Michelet ejemplifica la concepción nacionalista romántica de la historiografía. En 1815 se hablaba de este nacionalismo, y fue el que se usó para las unificaciones tanto alemana como italiana.


Dentro del romanticismo se reconoce una concepción "orgánica", representada por Herder y Fichte ("Discursos a la nación alemana") que identifica a la nación con rasgos que se heredan (lengua, cultura, territorio, tradiciones) y que están por encima del deseo individual. 
    Johann Gottfried von Herder
Johann Gottfried von Herder (Mohrungen, Alemania, 25 de agosto de 1744 - Weimar, Alemania, 18 de diciembre de 1803) fue un filósofo, teólogo y crítico literario alemán, cuyos escritos contribuyeron a la aparición del romanticismo alemán. Como instigador del movimiento conocido como Sturm und Drang ("Tormenta e ímpetu"), la vertiente alemana del Prerromanticismo europeo, inspiró a muchos escritores, entre ellos, y muy especialmente, al joven Johann Wolfgang von Goethe, a quien conoció en Estrasburgo en 1770 y que posteriormente se convertiría en la principal figura del clasicismo literario alemán, aunque se distanciaría notablemente de Herder.
   



Johann Gottlieb Fichte (Rammenau, 19 de mayo de 1762 – Berlín, 27 de enero de 1814) fue un filósofo alemán de gran importancia en la historia del pensamiento occidental. Como continuador de la filosofía crítica de Kant y precursor tanto de Schelling como de la filosofía del espíritu de Hegel, es considerado uno de los padres del llamado idealismo alemán.


Nacionalismo cívico (o liberal)

El nacionalismo liberal, también conocido como "nacionalismo civil", es un tipo de nacionalismo identificado por los filósofos políticos que creen que puede existir una forma "no-xenofóbica" del nacionalismo que se encuentra compatible con los valores liberales de la libertad, la tolerancia, la igualdad y los derechos individuales. A menudo se consideran Ernest Renan y John Stuart Mill nacionalistas liberales tempranos.

Es una forma del nacionalismo en el cual el Estado deriva la legitimidad política de la participación activa de su ciudadanía (véase soberanía popular), del grado a que representa la "voluntad general". A menudo se considera que originó con Jean-Jacques Rousseau y especialmente las teorías de contratos sociales que toman su nombre de su libro de 1762 Du Contrat Social (El contrato social). Es una noción "voluntarista" que también es compartida por los enfoques de Giuseppe Mazzini, considerando que la nación surge de la voluntad de los individuos.


Se encuentra el nacionalismo liberal en las tradiciones del racionalismo y el liberalismo, pero como una forma de nacionalismo es contrastado con el nacionalismo étnico. Se considera voluntaria la afiliación con la nación civil, como en la definición clásica de Ernest Renan de la nación como un "plebiscito diario" caracterizado por la "voluntad de convivir". Los ideales civil-nacionales influenciaron el desarrollo de la democracia representativa en países como los Estados Unidos y Francia.


La visión liberal de la identidad nacional, especialmente en el siglo XIX y con el desarrollo de los Estados nacionales, veía al Estado o la institucionalidad como el máximo referente de la nacionalidad (a veces teniendo ambos conceptos como sinónimos), derivando en un nacionalismo jurídico o constitucional, según los enfoques de Dolf Sternberger y Jürgen Habermas, dando lugar a una noción que entronca directamente con la tradición política del republicanismo y, como éste, requiere de una concepción participativa de la ciudadanía, volcada en la promoción del bien común. Por eso, la ciudadanía que hace suyo el patriotismo constitucional no se remite en primera instancia a una historia o a un origen étnico común, sino que se define por la adhesión a unos valores comunes de carácter democrático plasmado en la Constitución, es decir, bajo un orden jurídico expresado en el Estado de Derecho.



Giuseppe Mazzini (Génova,22 de junio de 1805 – Pisa,10 de marzo de 1872), apodado "el alma de Italia", fue un político, periodista y activista italiano que bregó por la unificación de Italia. Ayudó al proceso de formación y unificación de la Italia independiente moderna a partir de los numerosos Estados, muchos dominados por potencias extranjeras, que existieron hasta el siglo XIX. También contribuyó a definir el movimiento europeo en pro de una democracia popular en un Estado republicano. Escritor de los textos: "Italia republicana y unitaria"(1831) y "Una nación libre" (1851).


Evolución del nacionalismo

La idea de Estado Nación se afianzó en Europa especialmente con el tratado de Westfalia (1648), que es considerado el origen del concepto de soberanía nacional. El nacionalismo continuó siendo un fenómeno elitista durante una parte de siglos tras el tratado, pero fue durante el siglo XIX cuando se propagó ampliamente por toda Europa y ganó popularidad. Desde entonces, el nacionalismo ha dominado las políticas europeas y mundiales. Muchas de las políticas europeas del siglo XIX pueden ser vistas como luchas entre antiguos regímenes.

A finales del siglo XIX las ideas nacionalistas habían comenzado a expandirse por toda Asia. En la India el nacionalismo incentivó el fin del dominio británico. En China el nacionalismo dio una justificación para el Estado chino, que se encontraba enemistado con la idea de un imperio universal. En Japón el nacionalismo fue combinado con el excepcionalismo japonés.


La I Guerra Mundial marcó la destrucción definitiva de varios Estados multinacionales (el Imperio otomano, el Imperio austrohúngaro y, en cierta medida, el ruso). El tratado de Versalles fue establecido como un intento por reconocer el principio de nacionalismo, ya que gran parte de Europa fue dividida en naciones-Estado en un intento por mantener la paz. Sin embargo, muchos Estados multinacionales e imperios sobrevivieron. El siglo XX fue también marcado por la lenta adopción del nacionalismo por todo el mundo con la destrucción de los imperios coloniales europeos, la Unión Soviética y varios otros Estados multinacionales menores.


Simultáneamente, particularmente en la segunda mitad del siglo, fuertes tendencias antinacionalistas han tenido lugar, siendo en general destacables las manejadas por élites. La actual Unión Europea está actualmente transfiriendo poder del nivel nacional a entidades locales y continentales. Acuerdos de comercio, tales como NAFTA y GATT, y la creciente internacionalización productiva debilitan también la soberanía del Estado-nación.

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