domingo, 15 de febrero de 2015

Napoleon I - La expedición a Egipto - Centroeuropa - El Nacionalismo antinapoleónico - La derrota de Napoleón - Napoleón como Marte pacificador (Canova)

Biografía de Napoleón I Bonaparte y María Luisa de Habsburgo-Lorena, pincha aquí                                  
Cronología
  • 1769 Nace en Ajaccio (Córcega).
  • 1784 Cadete en la Escuela Militar de Brienne.
  • 1785 Termina sus estudios en la Escuela Militar de París.
  • 1789 Participa en la insurrección de Córcega.
  • 1793 Obtiene el ascenso a general de brigada, por sus méritos de guerra.
  • 1795 Salva a la Convención Nacional (el gobierno revolucionario republicano francés) de una insurrección parisina.
  • 1796 Nombrado general en jefe del ejército de Italia, obtiene numerosas victorias. Se casa con Josefina de Beauharnais.
  • 1798-99 Campañas de Italia y Egipto.
  • 1799 Fracasa en la conquista de Siria y regresa a Francia. Toma el poder en Francia mediante un golpe de estado. Es nombrado Primer Cónsul, con lo que pasaba a ser el principal gobernante de Francia, con poderes dictatoriales.
  • 1800 Vence a Austria en la batalla de Marengo y consolida sus conquistas en el norte de Italia. Nueva Constitución.
  • 1802 Es nombrado en Cónsul Vitalicio.
  • 1804 Coronado emperador de los franceses en Notre Dame.
  • 1805 Derrota a Austria y a Rusia en la batalla de Austerlitz.
  • 1806 Establece la Confederación del Rin y pasa a controlar Polonia. Crea el Sistema Continental, destinado a bloquear y arruinar el comercio inglés.
  • 1807 Invade Portugal.
  • 1808 Nombra rey de España a su hermano, José I. Guerra de Independencia de España y Portugal, que se prolongará seis años.
  • 1809 Se anexiona Roma y los Estados Pontificios. Anulación de su matrimonio con Josefina.
  • 1810 Matrimonio con la archiduquesa María Luisa de Austria, hija del emperador Francisco I.
  • 1812 Desastrosa campaña en Rusia.
  • 1814 Abdica como emperador y se exilia en la isla de Elba.
  • 1815 Escapa de Elba, regresa a Francia y toma el poder. Las coaliciones europeas consiguen vencerle en Waterloo. Es deportado a la isla africana de Santa Elena.
  • 1821 Muere en la isla de Santa Elena.

Con estas fotos intentaremos ilustrar algunos aspectos de la personalidad y del talento político y militar de Napoleón. El que llegara a ser emperador de los franceses entre 1804 y 1815 se reveló como uno de los militares más brillantes de todos los tiempos y un estadista cuya influencia en el continente europeo determinó cambios tan profundos que dieron lugar a la Edad Contemporánea.


Una figura histórica. Napoleón Bonaparte fue el genio militar más brillante del siglo XIX, pero también una de sus figuras más controvertidas. Conquistó la mayor parte de Europa occidental para Francia e instituyó reformas en estos nuevos territorios a fin de garantizar las libertades civiles y mejorar la calidad de vida. Fue coronado emperador de Francia en 1804 y estimuló al país implantando reformas para unificar a la nación, dividida por la revolución; muchas de esas reformas perduran en la actualidad, como las garantías referentes a las libertades civiles. En la imagen, Napoleón en Saint Bernard, obra de Jacques-Louis David.

La coronación de Napoleón. En 1802, Napoleón logró aprobar la Constitución del año X , que le nombraba Cónsul Vitalicio permitiéndole elegir a su sucesor, lo que significaba la restauración monárquica de hecho. La desconfianza inglesa antes los planes expansionistas napoleónicos reavivaron la guerra; además de poner en marcha un programa de expansión colonial, en el centro de Europa Napoleón tutelaba una reordenación constitucional en su beneficio. Londres incitó varios complots que fracasaron, permitiendo la persecución de los opositores a Napoleón, que acabó consiguiendo la adhesión de antiguos revolucionarios. Ello fue aprovechado por Napoleón para establecer una monarquía militar hereditaria y proclamarse emperador, haciéndose coronar por el Papa en la Catedral de Notre Dame, el 2 diciembre de 1804. En la imagen, detalle del famoso cuadro La coronación de Napoleón, de Jacques Louis David. Napoleón, tras haberse puesto a sí mismo la corona (no permitió que se la pusiera el Papa), convierte a Josefina en emperatriz.
Emperador. El genio militar de Napoleón brilló durante el imperio; revolucionó la concepción estratégica y sentó las bases de lo que sería el arte militar hasta comienzos del siglo XX. Los tres principios básicos de su concepción militar descansaban sobre la potencia, la seguridad y la economía de fuerzas; su manifestación se encontraba en la posesión de la iniciativa y en la búsqueda del objetivo estratégico decisivo, sin perder energías en grandes maniobras de distracción. Napoleón reordenó la composición de los ejércitos, buscando la especialización de los distintos cuerpos, y empleó masivamente la artillería en batalla y la caballería para la persecución del adversario. A partir de 1805 Napoleón sostuvo una serie ininterrumpida de batallas victoriosas contra las potencias coaligadas en su contra. En 1810 Napoleón se encontraba en la cima de su poder; su dominio de los estados vasallos del continente era absoluto, si bien el esfuerzo para mantener el control era extraordinario.

El declive. En la imagen, Napoleón en su estudio (1812), óleo de Jacques-Louis David. A mediados de 1813 el imperio napoleónico estaba rodeado de enemigos en guerra. La gran coalición aliada hizo retroceder los ejércitos franceses, mientras se producían traiciones de los mariscales, los nobles entraban en contacto con los aliados y el pueblo ignoraba la llamada desesperada de Napoleón a defender el suelo patrio. En abril de 1814 Napoleón debió admitir el tratado de Fontainebleau, por el que abdicaba del trono; seguía manteniendo su título de emperador y se le concedía una pensión vitalicia y el gobierno de la isla de Elba. Su cautiverio duró un año. Mientras tanto, en Francia, el retorno de los Borbones volvía a levantar movimientos contrarios. Napoleón salió clandestinamente de la isla y desembarcó en Francia. Con su solo prestigio, sin disparar un solo tiro, Napoleón reconquistó Francia; este vuelo del Águila dio origen al Imperio de los Cien Días. Con su ejército de veteranos hizo frente a los poderosos ejércitos aliados dirigidos por Wellington y Blücher, quienes acabaron imponiéndose en Waterloo (junio, 1815). Al no poder huir a Estados Unidos, Napoleón se entregó a los británicos, quedando confinado en Santa Elena hasta su muerte.


La expedición a Egipto

A comienzos de 1799 condujo al ejército francés sobre la provincia otomana de Siria y derrotó a las fuerzas superiores despachadas por la Sublime Puerta en diferentes batallas, pero su ejército sucumbió ante las plagas (en especial la peste bubónica) y la carencia de suministros. Napoleón dejó un contingente de 13.000 soldados para apoderarse de las ciudades costeras de Jaffa, El Harish, Gaza y Haifa.

Napoleón visitando a los apestados de Jaffa, por Antoine-Jean Gros (1804)

El asalto de Jaffa fue particularmente brutal. Aunque los franceses se apoderaron de la ciudad tras unas pocas horas de combate, los soldados de la República asesinaron a bayonetazos a 2.000 turcos de la guarnición que trataban de rendirse. A continuación se ensañaron durante tres días con la población civil, robando y matando a hombres, mujeres y niños. La matanza culminó cuando Bonaparte ordenó la ejecución de 3.000 prisioneros turcos.

Bonaparte ante la esfinge, de Jean-Léon Gérôme, c. 1868.
Con su ejército debilitado, e incapaz de tomar la fortaleza de Acre, Bonaparte se vio obligado a tornar a Egipto en mayo de 1799. Con objeto de acelerar su marcha, los prisioneros fueron ejecutados y los enfermos abandonados a una muerte segura. De vuelta al país del Nilo, el 25 de julio Bonaparte derrotó a los otomanos en su intento de desembarco en Abukir. Con la situación en Egipto estancada y la cada vez mayor inestabilidad en Francia, Bonaparte abandonó el país en una goleta rumbo a Francia, dejando al mando al general Kléber.
Napoleón entrando en Berlín, por Charles Meynier (1810).
Centroeuropa
Por otra parte, Austria rompió el pacto con Francia y Napoleón se vio obligado a comandar sus fuerzas en los frentes del Danubio y Alemania. En la batalla de Aspern-Essling (21 y 22 de mayo de 1809) cerca de Viena, Napoleón estuvo a punto de perder su ejército, sin que el enemigo tampoco lograra un triunfo. Tras una tregua de casi dos meses, nuevamente se enfrentaron ambos ejércitos, pero esta vez el ejército francés derrotó al austríaco en la batalla de Wagram, el 6 de julio de 1809.
Tras este triunfo, Francia convirtió los territorios conquistados en las Provincias Ilirias (en la actualidad parte de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia y Montenegro) y conquistó los Estados Pontificios. Tras aliarse nuevamente con Austria, Napoleón contrajo matrimonio con María Luisa de Habsburgo-Lorena, hija del monarca austríaco, Francisco I de Austria, perteneciente a la casa de Habsburgo, una vez repudiada Josefina al no poder darle un heredero. Con este enlace vinculaba su dinastía a la más antigua de la casas reales de Europa, con la esperanza de que su hijo, nacido en 1811 y al que otorgó el título de Rey de Roma como heredero del Imperio, fuera mejor aceptado por las monarquías reinantes.
El Imperio alcanzó su máxima amplitud en 1810 con la incorporación de Bremen, Lübeck y otros territorios del norte de Alemania, así como con el reino de Holanda, después de obligar a abdicar a su hermano que había adoptado el título de Luis I Bonaparte.

Matrimonio de Napoleón y María Luisa de Austria.

El Código Napoleónico fue introducido en todos los nuevos Estados creados bajo el Imperio Francés. Se abolieron el feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en España). Le fue otorgada a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio universal masculino, una declaración de derechos y la creación de un parlamento. Fue instaurado el sistema administrativo y judicial francés; las escuelas quedaron supeditadas a una administración centralizada y se amplió el sistema educativo libre de manera que cualquier ciudadano pudiera acceder a la enseñanza secundaria sin que se tuviera en cuenta su clase social o religión. Cada Estado disponía de una academia o instituto destinado a la promoción de las artes y las ciencias, al tiempo que se financiaba el trabajo de los investigadores, principalmente el de los científicos. La creación de gobiernos constitucionales siguió siendo sólo una promesa, pero el progreso y eficacia de la gestión fueron un logro real.

El Nacionalismo antinapoleónico
En 1808, Napoleón dominaba toda Europa, a excepción de Rusia y Gran Bretaña. Las principales razones del posterior declive fueron el surgimiento del espíritu nacionalista en varias de las naciones europeas derrotadas y la persistente oposición de Gran Bretaña, que, a salvo ya de una invasión gracias a la superioridad de su armada, no cesó de organizar y financiar nuevas coaliciones contra Napoleón.

España fue la primera nación en la que Bonaparte tuvo que hacer frente a las insurrecciones nacionalistas que provocaron su caída. El emperador francés, después de haber destronado al rey Carlos IV de España, nombró a su hermano José Bonaparte rey de este país en 1808. Los españoles se rebelaron y expulsaron al nuevo gobernante de Madrid. Se desató la guerra de la Independencia española (1808-1814) entre los franceses, que intentaban restaurar a José I Bonaparte en el trono, y los españoles, apoyados por las fuerzas británicas mandadas por Arthur Colley Wellesley, duque de Wellington.

La derrota de Napoleón
En 1812, Francia y Rusia entraron en guerra porque Alejandro I se negaba a aplicar el Sistema Continental. Dado que gran parte de sus hombres se encontraban en España, Napoleón invadió Rusia sólo con 500.000 hombres. Derrotó a los rusos en Borodino y conquistó Moscú el 14 de septiembre de 1812. Los rusos invadieron la ciudad, impidiendo así a las tropas francesas establecer allí cuarteles de invierno. Abandonaron Rusia y se adentraron en Alemania, pero la mayoría de los hombres murieron a lo largo del camino a causa del frío, el hambre y los ataques de la guerrilla rusa.

Napoleón retirándose de Moscú, por Adolph Northen.
El Imperio Ruso se unió entonces a la Quinta Coalición, de la que también formaban parte Prusia, Gran Bretaña y Suecia. Prusia, en un estallido de fervor nacionalista provocado por las reformas políticas y económicas que se habían implantado desde la derrota de Jena, inició la guerra de Liberación contra Napoleón en 1813. Éste consiguió su última victoria importante en la batalla de Dresde, donde el ejército francés derrotó a las fuerzas conjuntas de Austria, Prusia y Rusia el 27 de agosto de 1813. Sin embargo, durante el mes de octubre, Napoleón se vio forzado a replegarse sobre el Rin tras la batalla de Leipzig, quedando liberados los estados alemanes. Los ejércitos rusos, austriacos y prusianos invadieron Francia desde el norte al año siguiente y tomaron París en marzo de 1814; Napoleón abdicó y hubo de exiliarse en la isla de Elba, situada en el mar Mediterráneo.

Napoleón cerca de Borodino, por Vasili Vereshchaguin (1897).
Los miembros de la Quinta Coalición se reunieron en el Congreso de Viena para restaurar a las monarquías que Napoleón había derrocado en Europa. Sin embargo, mientras trazaban el nuevo mapa europeo, Bonaparte consiguió escapar de Elba, se dirigió a Francia, donde se apresuró a formar un ejército; tras vencer en Ligny y fracasar en Quatre-Bras, el 18 de junio de 1815 fue definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo, que puso fin a las Guerras Napoleónicas.


La batalla de Waterloo fue un combate librado entre el ejército francés comandado por el emperador Napoleón Bonaparte y las tropas británicas, holandesas y alemanas dirigidas por el duque de Wellington y el ejército prusiano del mariscal de campo Gebhard Leberecht von Blücher, cerca de la localidad de Waterloo (Bélgica), el 18 de junio de 1815.

Tras la vuelta del Emperador de su exilio en la isla de Elba, y al reunirse la Séptima Coalición contra él, Napoleón decide invadir los Países Bajos, donde se están reuniendo tropas de la Coalición. Se enmarca dentro de los denominados Cien Días.

La batalla de Waterloo, por William Sadler.
Se consideran como parte de la Campaña de Waterloo todos los combates que van desde los primeros encuentros entre las tropas francesas con los destacamentos prusianos el 15 de junio, hasta la retirada final del ejército francés el día 18. Incluyendo dentro de su contexto los combates librados en el pueblo de Ligny, en Quatre Bras, Wavre y el monte Saint-Jean (que ha venido denominándose también como Waterloo).
Cien días El periodo conocido como los Cien Días (en francés Cent-Jours), o Campaña de Waterloo, comprende desde el 20 de marzo de 1815, fecha del regreso de Napoleón a París desde su exilio en Elba, hasta el 28 de junio de 1815, fecha de la segunda restauración de Luis XVIII como rey de Francia. Este periodo pone fin a las llamadas Guerras Napoleónicas, así como al imperio francés de Napoleón Bonaparte.


«El Gran Pilar del Triunfo», un cartel satírico sobre el regreso de Napoleón desde Elba del caricaturista británico J. Gillray.
La expresión Cien Días fue usada por primera vez por el prefecto de París, Conde de Chabrol, en su discurso de bienvenida al rey, y se usa también para referirse a la guerra de la Séptima Coalición. Este periodo conoció el último de los conflictos del largo periodo napoleónico, y tanto el Reino Unido como Rusia, Prusia, Suecia, Austria y algunos Estados alemanes declararon en el Congreso de Viena al Emperador francés fuera de la ley y no lo reconocieron como líder de la nación francesa, aliándose en su contra.

Tumba de Napoleón Bonaparte bajo la cúpula del Palacio Nacional de los Inválidos, en París.

Napoleón había dispuesto en su testamento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio sepultura en Santa Elena. En 1840, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados. Trasladados en la fragata Belle-Poule, se depositaron en Les Invalides (París). La llegada de los restos de Napoleón fue muy esperada en Francia. Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart. Cientos de millones de personas han visitado su tumba desde esa fecha.

Napoleón como Marte pacificador

Es una escultura realizada en mármol de Antonio Canova en 1803 y terminada en 1806. Está conservada en Apsley House, en la colección de Wellington en Londres. Una copia de bronce fundido en 1811 por los hermanos Righetti se encuentra partir de 1859 en el patio de la Academia de Bellas Artes de Brera, que también posee una de las cinco copias en yeso producidas por Canova, restaurada en 2009 y exhibida en la Pinacoteca de Brera.


Napoleón como Marte pacificador, mármol blanco en Apsley House (Londres).

Canova eligió retratar al gran general francés, idealizado como un colosal Marte victorioso: siguiendo las costumbres heroicas de la antigua Roma, el emperador está desnudo, a excepción de una capa militar, simplemente apoyada en el hombro izquierdo. El héroe está de pie con el brazo izquierdo levantado para sostener la lanza, mientras que el brazo derecho extendido acoge un Globo de oro, dominado por una Victoria con alas. La figura está flanqueada por un tronco de árbol, que sirve como punto de apoyo para toda la composición escultórica.

Detalle de la escultura en bronce en la Academia de Bellas Artes de Brera.
El cuerpo totalmente desnudo del emperador recuerda al Hércules en la escultura de Hércules y Licas, aunque de gran dimensión, la figura no es muy musculosa, sino más bien delgado y ágil como un atleta de Policleto. Según Leopold Cicognare, un crítico de arte conocido en la época del artista, para desarrollar la gran escultura, Canova se inspiró en una estatua de atleta de la Galería de los Uffizi.

Antonio Canova (Possagno, 1 de noviembre de 1757 - Venecia, 13 de octubre de 1822) fue un escultor y pintor italiano del Neoclasicismo.
Su estilo estuvo inspirado en gran medida en el arte de la Antigua Grecia y sus obras fueron comparadas por sus contemporáneos con la mejor producción de la antigüedad, fue considerado el mejor escultor europeo desde Bernini. Su contribución en la consolidación del arte neoclásico sólo se compara a la del teórico Johann Joachim Winckelmann y a la del pintor Jacques-Louis David, aunque también fue sensible a la influencia del romanticismo.

Baldaquino de la Basílica de San Pedro.
Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, 7 de diciembre de 1598 - Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco.
Apolo y Dafne (1622–25).
Bernini poseía la habilidad de crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar unos intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmiten una magnífica grandeza. Su habilidad para tallar el mármol llevó a que fuera considerado un digno sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos

Johann Joachim Winckelmann (Stendal, 9 de diciembre de 1717 - Trieste, 8 de junio de 1768) fue un arqueólogo e historiador del arte alemán.

Puede ser considerado como el fundador de la Historia del Arte y de la arqueología como una disciplina moderna. Resucitó la utopía de una sociedad helénica fundada en la estética a partir del viejo ideal griego de la kalokagathia, esto es, la educación de la belleza y de la virtud con referencia al espíritu neoclásico, siendo así uno de los grandes teóricos del movimiento.

La escultura del clasicismo griego fue para Winckelmann el supremo ideal estético. Diadúmeno de Policleto, versión del Metropolitan Museum de Nueva York.

Su obra principal es la Historia del Arte de la Antigüedad (1764), en la que distingue cuatro fases en el arte griego: el estilo antiguo, el estilo elevado, el estilo bello y la época de los imitadores, que tienen siempre cotización (estilo arcaico, primer clasicismo del siglo V, después segundo clasicismo del siglo IV, finalmente estilo helenístico). Concibe esta sucesión a semejanza de la evolución biológica de un organismo vivo.

En 1763 escribió para el joven aristócrata báltico Friedrich von Berg el Tratado sobre la capacidad para sentir lo Bello, donde afirma:
Como la belleza humana ha de ser concebida, para ser comprendida, en una sola idea general, me he fijado que los que no están atentos a la belleza del sexo femenino y los que no o no mucho para la del nuestro tienen raramente la facultad innata, global y viva de sentir la belleza en el arte. Esta belleza les parecerá imperfecta en el arte de los griegos, ya que las mayores bellezas de éstos se fijan más en nuestro sexo que en el otro.

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