sábado, 14 de febrero de 2015

Francia Luis XVI - María Antonieta de Austria - El asunto del collar - Luis XVII de Francia

Luis XVI de Francia  

(Versalles, 23 de agosto de 1754 – París, 21 de enero de 1793) fue rey de Francia y de Navarra entre 1774 y 1789, copríncipe de Andorra entre 1774 y 1793, y rey de los franceses entre 1789 y 1792.

Luis XVI retratado por Antoine-François Callet, Museo del Prado, Madrid.
Su llegada al trono hizo pensar en grandes reformas del Estado, pero su falta de carácter, las intrigas de su corte y la oposición de los nobles le impidieron llevar a cabo las medidas oportunas. En cuanto a política exterior tuvo más éxito, debilitando a Gran Bretaña y manteniendo la paz en Europa.

Intentó en seis ocasiones (1774-1776, 1781 y cuatro en 1787) realizar reformas, estableciendo un impuesto equitativo que sustituyera a la talla heredada del feudalismo. La nobleza de toga del Parlamento de París y la corte de Versalles se negaron a tales reformas, haciendo al rey tener que presentar sus propuestas ante una Asamblea de Notables y más tarde ante los Estados Generales para aprobarlas.
La Asamblea de notables fue una asamblea consultiva convocada por el rey de Francia. Similar a los Estados Generales, los miembros de la asamblea de notables eran elegidos por el rey, en lugar de ser electos por votación.
Los Estados Generales en Francia del Antiguo Régimen eran unas asambleas convocadas por el Rey de manera excepcional y a la que acudían representantes de cada estamento: el clero (SEGUNDO estado), la nobleza (PRIMER estado) y los representantes de las ciudades que disponían de consistorio (tercer estado). Fueron creados en 1302 por Felipe IV de Francia, el Hermoso, disueltos por Luis XIII en 1614, y convocados de nuevo por Luis XVI en 1789, habiéndose reunido un total de 21 veces en 487 años. 

El canciller Séguier en 1660, por Charles Le Brun. Los Seguier son el arquetipo de una familia de nobleza de toga.
La nobleza de toga, del francés «noblesse de robe», fue una clase social aparecida en el reino de Francia a partir del siglo XV.

En los Estados Generales de 1789, el Tercer Estado, al que no se le concedió el voto por persona que solicitaba, se autoproclamó Asamblea Nacional, jurando no disolverse hasta dar una Constitución a Francia. El rey cedió ante la Asamblea, viéndose obligado más tarde a trasladarse al parisino Palacio de las Tullerías. 


El palacio de las Tullerías fotografiado desde el Louvre.
El palacio de las Tullerías (en francés, Palais des Tuileries) fue un palacio real situado en el centro de París, Francia, que fue residencia de varios monarcas franceses. Fue arrasado por un incendio provocado por revolucionarios en 1871, al llegar a su fin la Comuna de París. Se decidió su demolición definitiva en 1882.

Debido a su desacuerdo con las leyes y reformas (como la confiscación de bienes de la iglesia y la Constitución civil del clero), y viendo lo rebajada que había quedado su autoridad, adoptó una doble actitud, aparentando en público estar de acuerdo con la Asamblea y conspirando en privado en contra de ella, para eliminar a los revolucionarios del poder. El rey decidió fugarse para unirse a un ejército afín, pero fue detenido en Varennes-en-Argonne, llevado de vuelta a París y suspendido de sus funciones. A pesar de que hubo un movimiento republicano que exigió que el rey fuera castigado, el monarca firmó la Constitución de 1791 y fue repuesto en sus funciones.
La Fuga de Varennes (20 y 21 de junio de 1791) fue un significativo episodio de la Revolución francesa, en el cual la familia real tuvo un grave decaimiento en su autoridad real, al intentar infructuosamente escapar al extranjero disfrazada de familia aristócrata rusa. El episodio incrementó la hostilidad hacia la monarquía como institución, así como contra Luis XVI y María Antonieta como personas.
Grabado de la Fuga de Varennes.
En un asalto a las Tullerías, el 20 de agosto fue arrestado (arresto motivado por su negativa a enviar soldados a luchar contra Austria y Prusia), puesto a disposición de la Convención Nacional (en sustitución de la Asamblea Legislativa constitucional) y procesado, siendo guillotinado el 21 de enero de 1793.

María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena 

(Viena, 2 de noviembre de 1755 - París, 16 de octubre de 1793), más conocida bajo el nombre de María Antonieta de Austria, fue una archiduquesa de Austria y reina consorte de Francia y de Navarra. Décimo quinta y penúltima hija de Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico y de la emperatriz María Teresa I de Austria, se casó en 1770, a los catorce años con el entonces delfín y futuro Luis XVI de Francia, en un intento por estrechar los lazos entre dos enemigos históricos.

Si quieres saber mas de Maria Teresa I de Austria, pincha aquí


María Antonieta cerca de 1767-1768.
Detestada por la corte francesa, donde la llamaban «L'autre-chienne» (una paranomasia en francés de las palabras «autrichienne», que significa «austriaca» y «autre chienne» que significa «otra perra»), María Antonieta también se ganó gradualmente la antipatía del pueblo, que la acusaba de manirrota y promiscua y de influir a su marido en pro de los intereses austriacos. No en vano se ganó los apelativos de «Madame Déficit» y «loba austriaca».

María Antonieta con sus hijos.

Tras la fuga de Varennes, Luis XVI fue depuesto, la monarquía abolida el 21 de septiembre de 1792 y la familia real encarcelada en la torre del Temple. Nueve meses después de la ejecución de su marido, María Antonieta fue juzgada, condenada por traición y guillotinada el 16 de octubre de 1793.

María Antonieta frente al Tribunal Revolucionario.
Tras su muerte, María Antonieta se convirtió en parte de la cultura popular y en una figura histórica importante. Algunos académicos y estudiosos piensan que su comportamiento considerado como frívolo y superficial ayudó a aumentar la agitación durante el inicio de la Revolución francesa, sin embargo, otros historiadores alegan que ha sido injustamente retratada y que las opiniones hacia ella deberían ser más benévolas.

La Conciergerie.
La Conciergerie (del francés, concierge, conserje) o también, Palais de la Cité, es un edificio histórico de París que ocupa el muelle del Reloj, en la Isla de la Cité, en el primer arrondissement. El palacio fue la residencia de los reyes de Francia de los siglos X al XIV, más tarde convertido en prisión del Estado en 1392, tras el abandono del palacio por parte de Carlos V y sus sucesores.

Retrato de María Antonieta realizado en la carcel.
La prisión de la Conciergerie estuvo considerada, durante el Terror, como la antecámara de la muerte. Muy pocos fueron los que pudieron salir libres de la misma. La reina María Antonieta estuvo encarcelada aquí en 1793.

Descendencia:

  • María Teresa - Se casó con su primo, el duque de Angulema. Sin descendencia.
  • Luis José - Delfín de Francia. Murió en la infancia.
  • Luis Carlos - Delfín de Francia. Considerado por los monárquicos franceses y las monarquías europeas como Luis XVII. Murió en la cárcel.
  • Sofía - Murió en la infancia.
Luis Carlos de Borbon y Habsburgo-Lorena, conocido como Luis XVII (Palacio de Versalles, 27 de marzo de 1785 – Prisión del Temple, París, 8 de junio de 1795) fue rey titular de Francia y de Navarra entre 1793 y 1795. Ostentó además el título de duque de Normandía (1785-1789).


Luis XVII retratado por Alexandre Kucharsky, posiblemente en mayo de 1792.
En la prisión sufrió un intento de reeducación republicana por parte de Antoine Simon. Entre palizas y torturas, Simon lo forzaba a beber grandes cantidades de alcohol y lo obligó a cantar La Marsellesa portando un bonete de sans-culotte. Era amenazado repetidas veces con la guillotina, lo que le causaba desmayos. Le dijeron que sus padres aún vivían, pero que ya no le amaban.

Probablemente murió de peritonitis tuberculósica o de escrófula, el 8 de junio de 1795 en el Temple. Durante la autopsia se observó que su cuerpo estaba consumido por tumores y sarna y que había sufrido una total desnutrición, manifestada en una extrema delgadez. El cuerpo fue inhumado en una fosa del cementerio de Santa Margarita de París, sin indicativo alguno de que allí reposaba, salvo una gran "D" de Delfín pintada en el ataúd.

Luis XVII en la prisión del Temple por Jacques-Emile Lafon
Al enterarse de su muerte, su tío, el conde de Provenza, adoptó el título real como Luis XVIII, respetando el ordinal dinástico, pero no llegaría a reinar hasta 1814.

Lugar donde descansa el corazón de Luis XVII.

Philipe-Jean Pelletan fue el encargado de realizarle la autopsia al cuerpo de Luis XVII. Le extirpó el corazón y lo conservó dentro de un frasco en su casa. Pelletan intentó entregar el corazón a Luis XVIII y Carlos X pero éstos no creyeron que fuera realmente el corazón de su sobrino. El corazón pasó por muy diversas manos, hasta que en 1975 se depositó dentro de una urna de cristal en una capilla de la basílica de Saint-Denis.



Interior de la basílica de Saint-Denis.
Los profesores Ernst Brinkmann (Universidad de Münster) y Jean Jacques Cassiman (Universidad de Lovaina) consiguieron determinar, gracias al ADN mitocondrial y a unas muestras de cabello de María Antonieta y de sus hermanas, que el corazón perteneció a Luis XVII y, que, por lo tanto, había muerto en el Temple.

Llevadas a cabo las pruebas de ADN, el 8 de junio del 2004 se celebró un funeral en honor del pequeño Luis XVII, en el que se colocó la urna con su corazón en un mausoleo construido para tal fin, emplazado en la cripta real del templo.

Cenotafio de Luis XVI y de María Antonieta, basílica de Saint-Denis.
Un cenotafio es una tumba vacía, o monumento funerario erigido en honor de una persona, o grupo de personas, para los que se desea guardar un recuerdo especial. Se trata de una edificación simbólica.
Asunto del collar

El asunto del collar fue una estafa que tuvo por víctima, en 1785, al cardenal de Rohan, obispo de Estrasburgo, y en el que se vio implicada la reina María Antonieta. La relevancia pública del asunto, que redundó en un gran escándalo político y social, contribuyó a hundir la imagen pública de la reina María Antonieta, que se ganó definitivamente la enemistad de la vieja nobleza francesa y perdió el apoyo del pueblo de Francia. 

María Antonieta (1783), principal perjudicada por el Asunto del Collar.
Las consecuencias de esto espolearon el descontento popular contra el gobierno de Luis XVI, muy influenciado por la camarilla de la reina. El torpe manejo que la monarquía francesa hizo del asunto llevó a que comenzara a ser abiertamente desprestigiada por la propia nobleza, socavando de manera fundamental la imagen pública de la monarquía en unos momentos de crisis económica y social; igualmente, puso de manifiesto ante el pueblo la corrupción de la corte y la precariedad de las finanzas públicas, hasta el punto de que el Asunto del Collar suele considerarse como un claro antecedente a la Revolución francesa.


Jeanne Valois de La Motte, artífice de la estafa.
Los orígenes de la estafa se encuentran en su instigadora y cabecilla, Jeanne Valois de La Motte. Esta mujer, aunque descendiente de la Casa Real de los Valois, había nacido en la más profunda pobreza

A los siete años, mientras pedía limosna por un camino cercano a París, Jeanne se cruzó con el coche de la marquesa de Boulainvilliers, a quien relató su historia. La extraordinaria circunstancia de que alguien de sangre real pudiera estar ejerciendo la mendicidad hizo que la marquesa se apiadara de Jeanne y la acogiera. Le encontró plaza en un pensionado para hijas de nobles pobres donde Jeanne fue educada para ser monja. Sin embargo, la profunda ambición de Jeanne de Valois pronto chocó con el ambiente religioso del pensionado, del que se escapó a los veintidós años.

Tras vagar un tiempo por Francia, Jeanne reapareció en Bar-sur-Aube, donde estaba acantonado un destacamento del ejército francés. Tras presentarse como Jeanne de Valois, entabló relaciones con un oficial llamado Nicolas de la Motte, con el que contraería matrimonio. Sin embargo, los medios de su marido eran escasos, por lo que decide usar su ascendencia como miembro de la Casa de Valois para trepar socialmente. Para ello recurre a la persona de más alto rango que conoce, su antigua patrona, la marquesa de Boulainvilliers, que la recibe en el castillo del cardenal de Rohan, a quien es presentada.


El cardenal de Rohan
El cardenal del Rohan, aunque de escasas dotes personales, era uno de los prelados católicos más ricos e importantes de Francia. El carisma personal de Jeanne de Valois hace que pronto sea una asidua a la camarilla del cardenal, y Jeanne de Valois no duda en usar su nombre para congraciarse con el mismo, a quien pronto ve como a un pobre ingenuo del que obtiene un puesto de capitán de la guardia real para su marido, el título de condes de Valois de la Motte para ambos, y el pago de todas las deudas que el matrimonio había contraído hasta entonces.

Sin embargo, su ambición personal no se para ahí, y decide dar un paso más presentándose, como Condesa de Valois de la Motte, en la Corte de Versalles, donde pretende introducirse en los círculos íntimos de la reina María Antonieta.

El asunto del collar

Por aquél entonces, los joyeros de la corte Charles Boehmer y Marc Bassenge, se ven en un gran aprieto económico. Luis XV había encargado para su amante Madame du Barry un soberbio collar de diamantes a estos dos joyeros. Sin embargo, la muerte de Luis XV frustró la operación, y los joyeros tuvieron que quedarse con el costosísimo collar. Desesperados, lo habían ofrecido a la corte de España, y, ante la negativa de Carlos III a pagar los dos millones de libras que pedían por él, de nuevo a Versalles, en donde el collar había despertado la admiración de María Antonieta ya en 1782, quien, por lo demás, tampoco se hallaba en condiciones de desembolsar el millón setecientas mil libras que habían pedido los joyeros. Incapaces de vender el collar pese a rebajar fabulosamente el precio, los joyeros estaban a punto de deshacer el collar cuando su existencia llegó a oídos de la condesa Jeanne de Valois de la Motte.


El Collar, reconstitución, Château de Breteuil, France
Usando su nombre y supuesta amistad con la reina, la condesa consigue que el 29 de diciembre de 1784 los dos joyeros le muestren el collar. Ensimismada ante tal magnificencia, la condesa decide hacerse con el collar por medio del cardenal. Le hace saber que la reina, antes de la pública reconciliación, necesita un último favor del cardenal: desea comprar un lujoso collar, pero carece de efectivo para ello; propone al cardenal de Rohan que lo compre en su nombre, y que posteriormente ella le abonará el coste del collar conforme lleguen los plazos; esto es, plantea al cardenal de Rohan que actúe como su avalista y testaferro en la compra del collar.


El cardenal, aunque contento por la muestra de confianza que cree que le hace la reina, se muestra receloso: pese a ser fabulosamente rico, el precio del collar, rebajado hasta un millón seiscientas mil libras, no deja de parecerle desorbitado. No obstante, acaba por acceder: con la complicidad oportuna de Cagliostro, el místico masón amigo del cardenal, la condesa logra convencer al prelado de que un oráculo confirma la conveniencia del asunto. El 29 de enero de 1785, el cardenal, totalmente convencido, compra el collar por un millón seiscientas mil libras pagaderas a dos años en cuatro plazos semestrales, y se lo entrega a la de la Motte el 1 de febrero de 1785 quien, a su vez, se lo da en presencia del cardenal, y en medio de un gran secreto, a un supuesto lacayo de la reina, en realidad su cómplice Rétaux de Villette. Por haber favorecido esta negociación el joyero le regalará a la estafadora varias joyas.

Descubrimiento de la estafa

Con el collar en sus manos, los Valois de la Motte se hallan en posesión de una fabulosa fortuna, mayor de la que hubieran soñado. Deshacen el collar, y Rétaux de Villette comienza a vender los diamantes del collar. Su codicia los perjudica, pues pretenden vender diamantes por más del efectivo que ningún joyero de París pueda disponer. Se ven con ello forzados a venderlos a bajo precio, lo cual despierta recelos y las quejas entre los joyeros de París, que ven caer el precio de los diamantes a consecuencia de las ventas hechas por los de la Motte. Deciden quejarse ante la policía, transmitiendo sus sospechas de que los diamantes que Rétaux está vendiendo son robados.

Los joyeros desconfían del cardenal, que siempre anda endeudado, y desesperados como están, se presentan ante la reina, creyendo que es ella la que posee el collar. Boehmer se presenta en Versalles el 13 de agosto, María Antonieta lo recibe, y en menos de un minuto descubre el joyero que la reina ni tiene el collar, ni ha sabido nunca nada del asunto. Al interrogar a Boehmer, descubre que el collar fue comprado por el cardenal de Rohan en su nombre; María Antonieta, que, por influencia de su madre María Teresa, desprecia profundamente a de Rohan, se siente ultrajada por esa estratagema, en la que cree ver una venganza del propio cardenal, a quien considera su enemigo. No se muestra dispuesta a pasar por alto cómo de Rohan ha usado, supuestamente, su nombre en su propio provecho, mezclándola en una estafa.


Retrato del Conde Alessandro di Cagliostro, que se vio mezclado en el Asunto del Collar, y tuvo que abandonar Francia a consecuencia del mismo.
Al detener al cardenal de Rohan de manera pública estalla un gran escándalo.

Por su parte, pocas semanas después de su condena, la condesa de Valois de la Motte huye a Inglaterra: alguien (se desconoce quién) le abre la puerta de su celda y la ayuda a salir de prisión. Conforme la indignación general por los detalles del proceso, que ponen de manifiesto el despilfarro de la corte, crece en Francia, la condesa, refugiada en Londres, se dedica a airear aún más el asunto. Publica unas memorias en las que muestra a María Antonieta como a una sádica lesbiana dada a todo tipo de infidelidades, orgías y derroches, y contribuye con ello a hundir la imagen pública de la reina. Tras estallar la Revolución francesa en 1789, la Convención, que ve en ella a una suerte de heroína trágica víctima de la maldad de María Antonieta, la invita a regresar a Francia en 1791 con todos los honores. Sin embargo, poco antes de regresar, la condesa se arroja, en 1791, por la ventana de su casa de Londres, posiblemente tratando de huir de unos acreedores.

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