miércoles, 6 de agosto de 2014

M V Sicilia - La Piazza del Duomo - La Catedral de Siracusa

Piazza del Duomo de Siracusa

Sobre la parte más elevada de la península de la Ortigia se planificó la Piazza del Dumo. Su media elipse contiene los edificios más representativos de Siracusa: Il Duomo, la Iglesia de Santa Lucía alla Badia, el Palacio Senatoriale (ayuntamiento), el Palacio Beneventano del Bosco, el palacio del ex-museo arqueológico, el palacio arzobispal con su biblioteca Algoniana.



Este complejo urbanístico muestra el discurrir de la vida social y religiosa de Siracusa aún palpitante y de la cual podremos empaparnos si con un poco de paciencia observamos a la gente pasear, a la sombra de las terrazas de la Piazza.







Palacio Vermexio


La máxima expresión del barroco.

El Palacio Vermexio, ahora el Ayuntamiento, construido entre 1629 y 1633 conocido por el nombre de su arquitecto, John Vermexio, perteneciente a una familia de arquitectos españoles que  se trasladó a Syracuse a finales del siglo XVI.


El arquitecto Vermexio llamado "lagarto", quizás por su aspecto físico o tal vez debido a la similitud de su nombre con el "Gusano", firmó algunas de sus obras con la figura de un lagarto. 

En la fachada de este palacio aparece un lagarto en la esquina izquierda de la cornisa de la fachada principal.


Santa Lucia alla Badia

El Palazzo Beneventano del Bosco 

Es una casa palaciega. El edificio data de la Edad Media, época en que se construyó para la familia Arezzo. Sin embargo, el edificio actual data visto en su mayoría de finales del siglo XVIII, cuando fue reconstruida en gran parte entre 1779 y 1788 en el estilo barroco siciliano después de su compra por el Barón Guglielmo Beneventano.


Arquitecto Luciano Ali,  transformó el edificio medieval, que había sido utilizado como sede del gobierno local, en una casa particular. Construido alrededor de un patio cerrado, el palacio es un ejemplo perfecto de la arquitectura barroca.
El palacio Beneventano del Bosco fue sede de la orden de los Caballeros de Malta, fundada en Siracusa en el siglo XVII.




Catedral de Siracusa 

La catedral de Siracusa (en italiano: Duomo di Sircusa) es una obra de Andrea Palma de un estilo barroco tardío en la que se reflejan con detalle la influencia del cristianismo en el barroco siciliano y la influencia también de la Contrarreforma como medio para realzar las cualidades y aptitudes del buen cristiano.



Observación:
  • Destaca la presencia de enormes columnas que sirven para dar un mayor equilibrio a la fachada y hacen fijar la atención en la estatua de la parte superior y en el portón de la parte inferior.
  • Se aprecian estatuas que decoran la fachada y la dan un toque más armónico y estilístico.
  • La presencia de dos volutas curvilíneas de los laterales sirven para dar movimiento a la parte superior de la fachada y unificarla al conjunto.
  • El juego de entrantes y salidas de cornisas la la dotan de ondulación.
  • En la vista lateral se pueden apreciar columnas de estilo dórico que han servido de sujeción a lo que antes era la cella del templo y sobre las cuales ahora hay cornisas (en la parte de la fachada) y otros elementos decorativos propio de barroco.
  • Se puede observar tanto en la fachada como en los laterales de la iglesia la presencia de ventanas con cristaleras de colores que permiten que el interior quede bañado de brillantes luces de colores frescos como el blanco, en la ventana más grande de la fachada; el azul en el resto de la fachada y el morado en los laterales.



La fachada

La fachada, casi en movimiento, fue reconstruida con estilo rococó tras el terremoto del año 1693. Esta reparación fue llevada a cabo por Andrea Palma, el mismo arquitecto que la construyó, ya que cuando el terremoto asoló Sicilia la fachada aún no estaba finalizada.




La fachada está construida esencialmente con mármol y granito, así como piedra caliza para las molduras y grabados y pizarra para las techumbres.

Como la mayoría de las iglesias barrocas sicilianas, la fachada tiene la típica forma convexa e impresionantes escalinatas combinadas con elementos del barroco español, ya que durante esta época Sicilia aún pertenecía a la Corona de Aragón.


Vista lateral donde se aprecian columnas anteriores a la construcción de la catedral
Interior

Puesto que en la antigüedad la catedral era el templo de la diosa Atenea, tiene una base rectangular y las características típicas de un templo griego, como se puede observar en el plano de la derecha. En el siglo VII el templo dórico fue transformado en iglesia cristiana con tres naves, cerrando los espacios entre la columnas griegas y extrayendo la nave central de la parte interior del templo (cella).



No está claro cual es exactamente el estilo del interior de la catedral, aunque podemos decir con seguridad que este sufrió una reforma importante en 1752 por el terremoto que asoló Siracusa. En el interior podemos contemplar una pila bautismal del siglo XIII así como algunos mosaicos normandos y numerosas pinturas y esculturas de gran belleza. En la sacristía se encuentra una sillería de coro de 1489. En la primera capilla a la derecha se encuentra la pila bautismal sujeta por bellos leones de bronce. En la segunda a la derecha un palio pequeño recubierto con láminas de plata del siglo XVI y una estatua barroca de Santa Lucía, colocada sobre un sarcófago con bajorrelieves. La Capilla del Santísimo Sacramento se halla a la mitad de la nave derecha y consta desde 1653, con una hermosa verja de hierro fundido es separada de La Capilla del Crucifijo (al fondo de la nave derecha), donde se halla un grandioso altar barroco en el presbiterio y varias esculturas en la nave izquierda entre las que destaca una Virgen de la Nieve y una Santa Lucía de Antonello Gagini del siglo XVI.







El templo de Atenea

Planta de la catedral cuando aún era el templo de la diosa Atenea.
El templo de Atenea fue construido en el s. V a.C, en la parte más alta de la isla Ortigia, y que en la actualidad corresponde a la catedral de Siracusa. Los cristianos tenían orden de destruir cualquier templo pagano o en su defecto reconvertirlo en uno cristiano, así que lo que hicieron fue crear arcos en la cella interior y con esa piedra sobrante cubrieron los espacios entre las columnas exteriores del templo, gracias a esta reconstrucción se conserva la estructura original y la disposición de sus columnas jónicas (6 frontales y 14 laterales). La entrada era la contraria a la actual es decir, por la parte que da al altar de la catedral, se sabe que se entraba por una puerta de oro y marfil y que en el frontón había colocado un escudo dorado de Atenea. Debido a las dominaciones musulmanas se construyó una mezquita y posteriormente los normandos la volvieron a convertir en iglesia cristiana.




El barroco siciliano 

Fue distintivo de la arquitectura barroca que se desarrolló en la isla de Sicilia, al sur de las costas de Italia durante los siglos XVII y XVIII. El estilo se reconoce no sólo por sus típicas curvas y florituras barrocas, sino también por sus máscaras sonrientes y "puttis" con la particular extravagancia que le ha dado a Sicilia una identidad arquitectónica única.

Barroco siciliano. "Collegiata" en Catania, diseñada por Stefano Ittar, alrededor de 1768
El estilo barroco siciliano voló durante la gran reconstrucción edilicia que siguió al terremoto de 1693. Previamente el barroco había sido usado en la isla en una forma ingenua y de alcance local, que había evolucionado a partir de la arquitectura híbrida nativa más que de los grandes arquitectos barrocos de Roma. Después del terremoto los arquitectos locales, muchos de ellos formados en Roma, tuvieron múltiples oportunidades de recrear la arquitectura barroca más sofisticada, que había ganado popularidad en la Italia continental. El trabajo de estos arquitectos locales —y el nuevo género de grabado arquitectónico que ellos iniciaron— inspiró a otros diseñadores locales para seguir el ejemplo. 


Monasterio benedictino de San Nicolò l'Arena, ejemplifica el típico barroco siciliano,
con putti sosteniendo los balcones, balaustradas de hierro forjado y
decoración rústica en dos tonos de piedra volcánica.
Alrededor de 1730, los arquitectos sicilianos habían desarrollado confianza en el uso del estilo barroco. Su particular interpretación los llevó paulatinamente a generar una forma de arte altamente localista y personalizada. De 1780 en adelante, el estilo fue gradualmente reemplazado por la nueva moda del neoclasicismo.

El estilo decorativo del barroco siciliano duró apenas cincuenta años, y reflejó perfectamente el orden social de la isla en una época en que —dominada nominalmente por España— fue gobernada de hecho por una aristocracia hedonista y extravagante. La arquitectura barroca ha dado a la isla un carácter arquitectónico que permanece en el siglo XXI.

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