lunes, 4 de agosto de 2014

M V Sicilia - Siracusa - Ortigia - Parque arqueológico Neapolis - La Oreja de Dionisio

Ortigia
La ciudad de Siracusa fue consagrada a Diana (uno de sus sobrenombres era Ortigia) y tomó el nombre de una laguna o marisma que se llamaba Syraco (nombre indígena), en los alrededores.
La documentación arqueológica ha confirmado la existencia de un asentamiento indígena en el corazón de Ortigia, sustituido luego por el hábitat griego.
La isla de Ortigia estaba flanqueada por dos óptimos puertos: el puerto Pequeño o Lakkios al norte y el puerto Grande al sur.
Fue fuertemente fortificada por Dionisio I, pero las fortificaciones fueron destruidas en 343 a. C. por Timoleón, porque la fortaleza había sido el lugar que había permitido el dominio de los tiranos locales.




La Oreja de Dionisio 
(italiano: Orecchio di Dionisio) es una cueva artificial de caliza cavada en la colina de las Temenitas en la ciudad de Siracusa, en la isla de Sicilia, en Italia. Su nombre viene de su similitud con una oreja humana.



La Oreja de Dionisio era probablemente la mayor formación de caliza de la vieja cantera. Tiene 23 m de alto y se extiende 65 metros dentro del acantilado. Horizontalmente, su forma es aproximadamente curva. Verticalmente, se estrecha en lo alto como una lágrima. Debido a su forma de oreja tiene una sensacional acústica, haciendo que incluso un pequeño sonido resuene en la cueva.

El nombre de la cueva fue acuñado en 1586 por el pintor Caravaggio. Se refiere al tirano Dionisio I de Siracusa. Según la leyenda (posiblemente creada por Caravaggio), Dionisio usó la cueva como prisión para los disidentes, y por medio de su perfecta acústica escuchaba a escondidas los planes y secretos de sus cautivos. Otra leyenda espantosa afirma que Dionisio excavó la cueva con esa forma para amplificar los gritos de los prisioneros cuando eran torturados.

Debido a su reputación de impecable acústica, la Oreja de Dionisio ha sido comparada a un audífono con un tubo flexible. El término 'Oreja de Dionisio' puede también referirse a la vigilancia, específicamente la política.

Michelangelo Merisi da Caravaggio 
(Milán, 29 de septiembre de 1571 – Porto Ércole, 18 de julio de 1610) fue un pintor italiano activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia entre los años de 1593 y 1610. Es considerado como el primer gran exponente de la pintura del Barroco.

Medusa by Caravaggio

La Necrópolis de Pantalica 
Es una gran necrópolis en la provincia de Siracusa (Sicilia) con alrededor de 5.000 tumbas que datan desde el siglo XIII al VII a. C.


Neápolis 


Es históricamente definido como un «barrio nuevo» de la antigua polis griega, que se desarrolló urbanísticamente de manera desordenada. Actualmente se puede identificar como el barrio económico y comercial más importante de la ciudad de Siracusa, con muchas oficinas y negocios. En este barrio se encuentran la zona arqueológica de la Neápolis, que comprende los siguientes monumentos:

Altar de Hierón II
Fotografía parcial de las ruinas pertenecientes al altar de Hierón II emplazado en el municipio siciliano de Siracusa. Estaba dedicado a Zeus y se utilizaba para ofrecer sacrificios al dios. Dicho altar está creado sobre una base cuadrada de roca tallada en bloques

El Ara de Hierón II una mesa inmensa de casi doscientos metros de largo donde ofrecían a Zeus sus sacrificios
(hundred bulls)
Hierón II 
(c. 306-215 a. C.), fue un tirano de Siracusa que gobernó desde el año 265 a. C. hasta su muerte. Era hijo ilegítimo del noble Hierocles y descendiente de Gelón, tirano siracusano del siglo V a. C.

El teatro griego
Cuya cávea es una de las más grandes construidas por los antiguos griegos: tiene 67 filas, divididas en 9 secciones con 8 pasillos. Sólo quedan rastros de la escena y de la orchestra. El edificio (aún usado hoy) fue modificado por los romanos, que lo adaptaron a su estilo de espectáculos, incluyendo también juegos circenses.





Cerca del teatro están las latomías, canteras de piedra, usadas como prisión en la antigüedad. La más famosa latomía es el llamado Orecchio di Dionisio («Oreja de Dionisio»). Otra es la Latomia del Paradiso.
La latomía (latín lātomĭae, derivada del griego antiguo latomíai), palabra compuesta de lâs (piedra) y tomíai (de témnein, tallar), eran cuevas que en la antigüedad clásica se utilizaron para encarcelar a los esclavos
Neapolis, latomía del paradiso

El anfiteatro romano
De época imperial. Está parcialmente excavado en la roca. En el centro del área hay un espacio rectangular que fue usado para la maquinaria escénica.

Anfiteatro romano

Otros restos de la Antigüedad clásica en Siracusa se encuentran en la isla de Ortigia, como:
  • La Fuente de Aretusa. Según una leyenda, la náyade Aretusa, que era perseguida por Alfeo, se refugió en ese lugar.




Aretusa (náyade)
En la mitología griega, Aretusa era una náyade hija de un dios fluvial arcadio y conocida cazadora. Alfeo se enamoró perdidamente de ella, pero Aretusa, que se había prometido permanecer siempre virgen, pidió auxilio a su compañera Artemisa, que la transformó en corriente de agua para que huyera así de las solicitudes del dios. Cuando se vio totalmente acorralada, Aretusa dirigió su curso bajo el mar y apareció en la isla de Ortigia, generando el manantial que lleva su nombre, cerca de Siracusa. Queriendo aun así materializar su amor, el río Alfeo mezcló desde entonces sus aguas con las de la fuente Aretusa. La ninfa fue divinizada por los habitantes del lugar, que le dedicaron numerosa poesía bucólica y la representaron en las monedas rodeada de delfines.


  • El Templo de Apolo, adaptado en iglesia en época bizantina y en mezquita bajo gobierno árabe.
El primer templo Dórico de Sicilia Aunque solo queden ruinas hay que darle la importancia que tiene, fue el primer templo dórico de Sicilia y con nuestra imaginación y las pocas columnas que le quedan en pie podemos hacernos una idea de su primitivo esplendor.



Poco después del puente que une la isla de Ortigia a tierra firme, en el Paseo XXV de Julio, se hallan las grandes ruinas del templo de Apolo, descubierto por Cavallari en 1862 y excavado totalmente entre 1938 y 1943, cuando se desmanteló un cuartel español y las casuchas de época medieval, entre cuyos muros había quedado encerrado en la fase final de las transformaciones por las que pasó. Al principio había sido transformado en iglesia bizantina, luego en mezquita árabe, e incluso en basílica normanda.
El culto de este templo ha sido identificado en base a una inscripción incisa en la cara de la grada más alta del lado este. Está escrita en letras arcaicas, de casi 8 m de longitud, sin duda contemporáneas de la construcción del templo, que data del primer cuarto del siglo VI a. C. El texto dice: «Cleómedes (o Cleómenes) hizo para Apolo (el templo), hijo de Cnidieidas, y levantó las columnatas, hermosas obras». Así pues, se menciona el nombre del arquitecto, algo muy raro en época arcaica, y además se subraya la importancia de la columnata de piedra, igualmente una obra excepcional para la época, seguramente debida a un tal Epicles. El templo muy parecido al de Apolo de Corinto, metrópoli de Siracusa, presenta algunas variantes locales y es, sin duda alguna, el templo dórico períptero más antiguo de Sicilia.
  • La necrópolis Groticelli se encuentra la llamada Tumba de Arquímedes, decorada con dos columnas dóricas, y tratándose en realidad de una tumba romana.

Arquímedes
(Siracusa, h. 287 a.C.-id., 212 a.C.) Matemático griego. Hijo de un astrónomo, Arquímedes estudió en Alejandría, donde tuvo como maestro a Conón de Samos y entró en contacto con Eratóstenes; a este último dedicó Arquímedes su Método, en el que expuso su genial aplicación de la mecánica a la geometría, en la que «pesaba» imaginariamente áreas y volúmenes desconocidos para determinar su valor.

Regresó luego a Siracusa, donde se dedicó de lleno al trabajo científico.


De la biografía de Arquímedes, gran matemático e ingeniero, a quien Plutarco atribuyó una «inteligencia sobrehumana», sólo se conocen una serie de anécdotas. La más divulgada la relata Vitruvio y se refiere al método que utilizó para comprobar si existió fraude en la confección de una corona de oro encargada por Hierón II, tirano de Siracusa y protector de Arquímedes, quizás incluso pariente suyo. Hallándose en un establecimiento de baños, advirtió que el agua desbordaba de la bañera a medida que se iba introduciendo en ella; esta observación le inspiró la idea que le permitió resolver la cuestión que le planteó el tirano. Se cuenta que, impulsado por la alegría, corrió desnudo por las calles de Siracusa hacia su casa gritando «Eureka! Eureka!», es decir, «¡Lo encontré! ¡Lo encontré!».

La idea de Arquímedes está reflejada en una de las proposiciones iniciales de su obra Sobre los cuerpos flotantes, pionera de la hidrostática; corresponde al famoso principio que lleva su nombre y, como allí se explica, haciendo uso de él es posible calcular la ley de una aleación, lo cual le permitió descubrir que el orfebre había cometido fraude.

Fuente. citas y biografias.

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