jueves, 14 de agosto de 2014

M V Sicilia - Selinunte - Marsala y Segesta

Selinunte

Selinunte, en la provincia de Trapani, en la costa sudoste de Sicilia, es uno de los enclaves arqueológicos más destacados del Mediterraneo, y sobre todo el yacimiento griego más extenso. Selinunte es el nombre que dieron los romanos a la antigua Selinus griega. La belleza del lugar es tan sólo comparable con la de Segesta o Siracusa.


Pese a su aparente estado de degradación, una visita guiada nos permitirá hacernos a la idea de la importancia que tuvo en su momento la colonia griega. Los trabajos de recuperación del entorno, con la construcción de colinas artificiales en su perímetro, han buscado encontrar la calma que había perdido el parque con la construcción de una carretera cercana.

Historia

Según el historiador ateniense Tucídides, Selinunte fue fundada por colonos de Megara Hyblaea (en la costa oriental de Sicilia), en el siglo VII a.c, unos cien años después de la fundación de Megara. Su nombre deriva de una planta endémica de la zona, el Selinon o apio que crecía en la zona, y que figura en las monedas de la ciudad.

Durante este tiempo, la población creció hasta 25.000 habitantes, convirtiéndose en un potente centro comercial de la Magna Grecia, y una de las mayores ciudades helenísticas. Su situación privilegiada cerca del mar le permitía controlar el tráfico marítimo de la zona, a la vez que las tareas agrícolas y la cría de caballos consolidaba su economía.



Selinunte vivió un conflicto permanente con Segesta, ciudad aliada de Atenas, y cuya expansión no era compatible con la de Selinunte. Una vez derrotados los atenienses por los siracusanos, Segesta pidió ayuda a Cartago. En el 409 a.c. la ciudad fue asediada durante 9 dias por una armada de 100.000 cartagineses desembarcados en Sicilia. La derrota supuso para Selinunte 16.000 muertos y 5.000 prisioneros esclavizados, según los historiadores cohetaneos. Los templos fueron saqueados y muchos edificios parcialmente destruidos. 

Pese a que destruyeron las murallas para evitar nuevas defensas de Selinunte, se permitió a los habitantes sobrevivientes que continuasen en la ciudad como tributarios de Cartago. Unos pocos miles, se establecieron en la ciudad bajo dirección de Hermócrates. En 405 a.C el tratado entre Cartago y Dionisio I de Siracusa confirmó a Selinunte como posesión cartaginesa, pero la ciudad ya no recuperó su antiguo poder. Además, durante la primera guerra púnica, fue de nuevo destruida en la huida de los cartagineses ante los romanos.

Posteriormente pequeñas comunidades de monjes eremitas habitaron los restos de la acrópolis en periodo bizantino, cayendo un velo de olvido sobre la gran ciudad griega, que incluso pudo sufrir algún terremoto que terminó por mermar los cimientos de la ciudad, hasta que en el siglo XVI, el historiador F. Fanzello la identifica de nuevo. No será hasta el siglo XIX cuando los trabajos de arquelogía saquen los restos a la luz.

Recinto arqueológico:

El complejo arqueológico actual se divide en cuatro zonas: Los Templos Orientales, La Acrópolis, La Ciudad Antigua, y el santuario de Malophoros. Hay que aclarar que los templos se nominalizan con letras ante la imposibilidad de catalogar con exactitud a la divinidad a la que honraban.



La cercana cantera de las Cavas de Cusa  ha permitido analizar el proceso de extracción de la piedra hasta los templos. Una excursión paralela a las Cavas, en un paraje de naranjos y olivos, nos transmite la grandiosidad de los trabajos de extracción de piedra  que quedaron paralizados drasticamente con la destrucción de Selinunte.



Los Templos Orientales, en la entrada por el acceso del Este son los que mejor representan la importancia de Selinunte.
El templo G, dedicado a la divinidad de Apolo o Zeus contaba con un persitilo de 46 columnas de 16 metros de altura por 10,5 de circunferencia, que le conferían un tamaño de unos 110 x 50 metros, siendo uno de los más grandes de la antigüedad y rivalizando en dimensiones con el Partenón de Atenas. Se inicio en el 580 a.c, y cien años después cuando la ciudad fue destruida, aún estaba inconcluso. Actualmente una columna restaurada en 1832 se erige solitaria para que los visitantes pueden intuir la grandeza del templo.

A la izquierda del camino están los templos E, F, el segundo, además de ser el más pequeño es el peor conservado, dataría del 560 a.c y está asociado a la divinidad de Atenea. A su lado, el templo E, de estilo Dórico, pertenece al siglo V a.c., y por una inscripción sabemos que estuvo consagrado a Hera. Con unas medidas de 67 x 25 m, dispone de 6 columnas en el frontal y 14 en los laterales. El templo, que fue derruido por un terremoto, se rehizo en 1960 de una manera un tanto ortopédica, reintegrando los basamentos esparcidos por el suelo.

Vista de la entrada oriental del Templo E

Templo E
Templo E
Levantado en la alta época clásica en la acrópolis de Selinunte, Sicilia, constituye uno de los más característicos ejemplos del llamado estilo severo. El artífice de este templo sigue con rigor los preceptos que imperan en la arquitectura de la Grecia continental de este momento, hasta el punto de ser la composición arquitectónica la que demuestra la dependencia del canon dórico clásico.


Reconstruccion Templo F

Los templos O y A, los más cercanos al mar, dóricos, de planta períptera exástila, se vinculan a Castor y Polux, y se fechan en el 490 a.c. Mientras el Megaron y el templo B, tienen columnas jónicas y friso dórico. Este último templo parece que se dedicó a Empédocles, filósofo de Agrigento y gestor de las obras de drenaje de Selinunte.

En la explanada de la acrópolis se alza el templo C, fechado en el siglo VI a.c. en congratulación con Apolo. En 1936, el mismo proceso de anastilosis del templo E. De estilo dórico arcaico, posee 6 columnas en el frontal y 17 en el lateral. Las metopas conservadas y una grandiosa máscara de Gorgona se exhiben en el museo de Palermo.

Vista de la acrópolis de Selinunte con el llamado Templo C

Retrocediendo hacia el norte, está el templo D, muy similar al anterior. Desde aquí accedemos a la parte de la acrópolis donde se ubicaban las viviendas, el mercado y los talleres artesanales. Junto a la entrada de la acrópolis, recientes excavaciones han permitido hallar restos de la  que paso a utilizarse como Necrópolis tras la destrucción de Selinunte en el 409 a.c.




Ya fuera, de la acrópolis en dirección Oeste atravesamos el río Modione, donde se ubicaba uno de los puertos de Selinunte, para visitar el santuario de Malophoros (siglo VI a.c), dedicado a Deméter, diosa de la fertilidad. Sus dos altares y el templo, con una fuente sagrada, conservaron su uso incluso depués de la caída de la ciudad.

Añadir leyenda
El Efebo de Selinunte, es una estatua de bronce
(480-460 aC), que representa a un adolescente
desnudo, uno de los hallazgos más sorprendentes
de la zona arqueológica de Selinunte pues es,
hasta el momento, el único ejemplo de una estatua
encontrada en este parque. Vista en detalle,
le faltan partes del pie derecho, iconográficamente
cercana all'Atteone mutilado por los perros
representado en la famosa “metopa” del templo E,
la estatua pertenece a un niño, de 85 cm de altura,
y es una escultura de carácter muy local, de un arte
en el que no hay escasez de imperfecciones.
EL Efebo se destaca por falta de coherencia
y unidad orgánica en las partes individuales,
y en su relación. Tiene elementos dóricos
en la composición de los hombros y la cabeza,
y áticos en la estructura del cuerpo. Algunos
errores de proporción, especialmente en los brazos,
por lo que está muy lejos de la típica belleza 
ideal y la armonía de la escultura griega, 
lo que refuerza aún más la idea de considerarla una 
estatua de la arqueología de construcción local. 
El Efebo tiene las pupilas de los ojos en 
pasta de vidrio y muchos creen que se hizo para 
representar a los ríos de Selinunte. Como curiosidad: 
al Efebo también se le llama en dialecto siciliano 
"Lu pupu Galera puente" por el lugar exacto donde 
se produjo su descubrimiento

Las esculturas encontradas en las ruinas de Selinunte, se localizan hoy, principalmente, en el Museo Arqueológico Nacional de Palermo, a excepción del “Efebo de Selinunte”, que ahora se exhibe en el Museo de la Ciudad Castelvetrano.

Marsala 

Es un municipio perteneciente a la provincia de Trápani, y situado sobre la costa occidental de Sicilia (Italia). Posee 82.322 habitantes (2007), siendo por este concepto el quinto municipio siciliano. En sus 241 km² de extensión posee un rico patrimonio cultural y paisajístico.



La ciudad pasó a manos romanas en el año 241 a. C., para convertirse en uno de los centros más importantes de la provincia siciliana. Núcleo de intercambio y comercio y sede del pretor, fue enriquecida con villas y edificios públicos, hasta el punto de merecer el apelativo “Espléndida Urbe” por parte de Cicerón, entre los años 76 y el 75 a. C.



A partir de finales del siglo XI se sucederán las dominaciones normanda, suaba, de Anjou, y aragonesa. Durante la dominación española, Marsala disfrutó de un período de desarrollo y bienestar, gracias al puerto y el cultivo de sus fértiles tierras. La ciudad vivió otra fase de expansión que la transformó en una de las ciudades más importantes de Sicilia.

La Catedral o Iglesia del Purgatorio
La clausura del puerto, ordenada por el emperador en el año 1575, para frenar las incursiones sarracenas, dio fin al florecimiento de la ciudad. Desde este momento, habría de esperar dos siglos para tener un nuevo cambio en la historia de la ciudad. Hacia el final del siglo XVIII, el comerciante inglés John Woodhouse "descubrió" el vino marsala y comenzó su exportación, iniciándose una reactivación económica de la ciudad, con la puesta en marcha, con fondos propios del inglés, de las obras en el puerto de Margitello.


Justamente fue en Margitello donde se produjo otro acontecimiento histórico para la ciudad. Giuseppe Garibaldi desembarcó el 11 de mayo de 1860 con sus legendarios “Miles”, para emprender desde este punto la unificación de Italia. Fue precisamente otro 11 de mayo cuando se produce otro acontecimiento histórico, el bombardeo británico de la ciudad en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, que causó numerosas víctimas civiles y daños irreparables en el centro histórico barroco de la ciudad.

Salina y molino de viento

Plaza de la República



El Marsala 

Es un vino producido en la región que rodea a la ciudad italiana de Marsala (Sicilia). Recibió la Denominación de Origen Protegida en 1969.

Aunque los habitantes de la ciudad toman a veces Marsala añejo, el vino producido para exportar es siempre fortificado y parecido al Oporto. Originalmente el Marsala se fortificaba para asegurar que resistiría viajes marítimos largos, pero actualmente se hace debido a su popularidad en el mercado exterior.

La versión digna de mayor crédito sobre la expansión del Marsala a un público amplio se atribuye al comerciante inglés John Woodhouse. En 1773, Woodhouse arribó al puerto de Marsala y descubrió el vino local producido en la región, que se envejecía en toneles de madera y sabía parecido a los vinos fortificados españoles y portugueses que eran entonces populares en el Reino Unido. El Marsala fortificado se producía (y se sigue produciendo) según un proceso llamado in perpetuum, que es parecido a la solera usada para obtener Jerez.

En 1833, el emprendedor Vincenzo Florio, calabrés de nacimiento y palermitano de adopción, compró grandes extensiones de terreno entre los dos mayores productores asentados de Marsala y empezó a producir sus propias cosechas con un tipo de uva incluso más exclusivo.

Florio compró la firma de Woodhouse, entre otras, a finales del siglo XIX y consolidó la industria vitivinícola de Marsala. Florio y Pellegrino siguen siendo actualmente los mayores productores de vino de Marsala.
El Marsala se produce usando las variedades de uva blanca Grillo, Inzolia y Catarratto, entre otras. Se servía tradicionalmente como aperitivo entre el primer y el segundo plato de una comida. Actualmente se sirve bien frío con parmesano (stravecchio), gorgonzola, roquefort y otros quesos picantes, con fruta o pasteles, o a temperatura ambiente como vino de postre.
Segesta

Fue una ciudad de Sicilia al noroeste de la isla, a unos 10 km de la costa y a unos 50 km al oeste de Palermo. 
Según Virgilio, Segesta fue fundada conjuntamente entre el rey de aquel territorio, Acestes, (que era hijo del río local Criniso y de una mujer dardania) y el pueblo de Eneas que deseaba ser gobernado por Acestes.
Situada en medio de un paraje eminentemente rupestre, la antigua ciudad griega de Segesta parece tutelada por los rebaños de pastores.



Su origen es aún incierto y foco de discusiones entre los historiadores. Segesta fue poblado por los elimos (elimi), un pueblo anterior a los griegos, que helenizaron el asentamiento del XII a.c a su llegada a Sicilia. Desde el 580 a.c. se tiene constancia de las continuas disputas con la colonia de Selinunte. Tras la derrota sufrida pese a la ayuda ateniense, los cartagineses ofrecieron su apoyo a Segesta, destruyendo la rival Selinunte además de Agrigento, Gela e Himera en el 409 a.c.



Posteriormente, viéndose obligada por Siracusa a rebelarse contra Cártago, fue destruida en el 306 a.c. De lo que actualmente se puede reconocer de la griega Segesta destaca sobremanera el templo dórico. Pese a su grandiosidad y su perfecto estado de conservación el templo está inacabado.

Existen tesis que defienden que la guerra entre Segesta y Selinunte provocó la escasez de recursos que acabo posponiendo la finalización del templo. Sin embargo, actualmente hay cierto consenso sobre la teoría que promulga que no se trata realmente de un templo, si no de una columnata levantada para solemnizar un lugar ya sagrado para los elimos. El conjunto lo forman 36 columnas coronadas por un arquitrabe liso y un friso dórico con metopas y triglifos, con unas medidas de 61×26 metros de largo.


Además del templo, si seguimos un sendero hasta el Monte Bárbaro podremos ascender hasta la colina donde se ubica el teatro griego. La subida a pie de casi dos kilómetros merece la pena, aunque sea sólo para sacar unas fotos panorámicas del templo a lo lejos entre el campo bicolor.



Construido en la segunda mitad del siglo III a.c. su cavea de 63 metros se orienta hacia el norte, en contra de lo habitual en los teatros griegos. Esta peculiaridad se debe a las deslumbrantes vistas que ofrecen las gradas de las colinas con el teñido de azules Mar Mediterraneo. En verano se llevan a cabo representaciones de teatro clásico.

El templo dórico períptero 



(Rodeado de columnas) y hexástilo (con seis columnas en el frente) inacabado de Segesta (de finales del siglo V a. C.) está construido en una cima justo a las afueras de la antigua Segesta, con una vista muy bella sobre el valle. Es uno de los templos griegos mejor conservados. Seguramente por varias causas a la vez: por su aislamiento en lo alto de un cerro, sin tentaciones de utilizarlo para materiales de construcción locales, y porque nunca ha sido profanado debido a que no se había completado. Nunca se le puso tejado, y sus columnas permanecen en bruto, esperando ser estriadas.

Detalle de las columnas no estriadas
Fue construido por la gente de Elimia, probablemente alrededor de 430-420 a. C., pero nunca se acabó. Es un templo dórico de un tipo períptero con columnas de 6×14 sobre una base 21×56. La estructura del templo está intacta con el tímpano en su lugar. Las columnas no son estriadas, los tabuladores utilizados para levantar los bloques están todavía presentes en la base, y no hay ninguna traza de una nave o un techo.


El templo de Segesta es, en su construcción, estilo, y medida, un producto estándar de finales del siglo V a. C., excepto por su estado inacabado y su notable estado de conservación que le hace uno de los templos arcaicos que sobreviven más importantes del mundo.

Templo de Segesta
El teatro

Muy bien conservado, seguramente por los mismos motivos, está edificado alto de un cerro todavía más alto que el del templo. La subida al teatro es una joya para los ojos que van viendo al templo como adopta todas las formas.

El teatro con el valle al fondo del escenario
Un muro de contención envuelve el espacio vacío de 63 m de diámetro. Siete cunes dividen las plazas de los espectadores. Les separaciones están hechas con travertino provinente de Alcamo. La división horizontal del teatro permitía el desplazamiento de los espectadores de una sección a otra del teatro.

La zona más cercana a la orquestra tiene veinte filas de asientos, pero la zona superior está semiderruida.

El teatro tenía una capacidad para unas 3.000 personas.

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