La imagen del diablo en una roca antropomórfica, de la que surge el árbol del pecado, a la derecha del panel izquierdo o del paraíso en El jardín de las delicias de El Bosco, fue utilizada por Dalí para crear la cabeza de bruces en el suelo de El gran masturbador.
El gran masturbador es un famoso cuadro del pintor español Salvador Dalí pintado en 1929. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo, es de estilo surrealista y sus medidas son 110 x 150 cm. Se conserva en Madrid, en el Museo Reina Sofía pues fue legado por Dalí a España.
Este cuadro tiene las características de toda su pintura surrealista y posee una unidad equilibrada a pesar del gran número de elementos que presenta. Refleja el malestar del autor que temía, incluso, perder la cordura. Tanto el título, como el motivo central no dejan dudas sobre las implicaciones sexuales del cuadro; el sexo era una de las obsesiones del pintor.
En la pintura están retratadas todas las obsesiones del autor:
- El elemento principal es un busto antropomórfico, mezcla de cabeza humana y rocas de la costa Brava de los alrededores de Cadaqués, que repetirá en muchos otros cuadros como La persistencia de la memoria y El enigma del deseo. Estilizado pero reconocible, se caracteriza por su color amarillento, su gran nariz apoyada en el suelo y su cara alargada. Las pestañas largas representan la contraposición entre el sueño anodino de una consumación física irremediable y el sueño de que nuestros deseos se cumplan.
- El saltamontes, un animal que le provocaba terror desde su infancia y que se encuentra pegado a la boca de su autorretrato. Está en estado de descomposición, lo que atrae muchas hormigas que simbolizan la muerte.
- Un anzuelo como atadura a su familia que quería retenerle a su lado y volver a un modo de vida tradicional del que él da muestras de querer desprenderse definitivamente.
- El león como deseo sexual, con una lengua rosada como símbolo fálico.
- Unas piedras como su pasado.
- Una figura aislada como soledad.
- El tema de la masturbación aparece en la mujer que emerge de su retrato y cuyo rostro está cerca de unos genitales masculinos escondidos en unos ceñidos calzoncillos.
- Un lirio pegado a la mujer que simboliza la pureza, una enrevesada forma de definir a la masturbación como la relación sexual más pura. El pistilo de la flor es, además, otro símbolo fálico.
- Como es normal desde que la conoció, Gala aparece representada, en este caso en la pareja que se abraza, donde ella se metamorfosea en una roca, recuerdo de los paseos que dieron por la playa.
Gala asomada a la ventana. Escultura de Dalí en Marbella. |
Fue un 8 de agosto, cuando Salvador Dalí se casó católicamente con Gala, su musa y la mujer cuya presencia vincula la vida y obra del creador catalán. Fue en Sant Martí Vell, Gerona, en 1958. Lo cierto es que, en la práctica, la pareja ya lo era desde otro agosto –corría 1934 y la ciudad fue París– o cuando el ayuntamiento del XIV arrondissement les administró un sí republicano, tricolor. Se habían conocido (también) en verano –Cadaqués, la Costa Brava, 1929– y aquel año de shocks bursátiles trajo así otro seísmo, esta vez sentimental, que acompañó al pintor hasta su muerte.
Ella había sido mujer de Paul Éluard, el poeta. Nacida en Kazan (Rusia) como Helena Diakonova, Gala conoció a Éluard en una muy secular clínica para tuberculosos, cerca de Davos e, inevitablemente, de sus montañas mágicas, los alpes suizos. Se casaron un año más tarde, a mediados de febrero de 1917 y cuando sólo hacía tres meses de la mayoría de edad del jovencísimo Paul. Después Éluard, que ya era poeta pero no ejercía, se ligó al dadaísmo y sus desviaciones surrealistas para impulsar una obra militante que, veinte años más tarde, bajo la ocupación y junto a la pluma de Louis Aragon, le valió la condición de autor oficial de la resistencia.
Antes, Gala se había ido. Fue amiga y luego amante del pintor alemán Max Ernst pese a todavía compartir techo con Éluard –el riguroso sentido de la libertad no sólo afectaba al lenguaje– y, en el verano de 1929, junto a su marido, Magritte y Buñuel, y durante un viaje a Cadaqués y Figueras, residencia familiar de los Dalí, Madame Éluard supo que dejaría de serlo. El pintor, que ya incubaba bigote, era virgen y –confesó a menudo– se temía homosexual.
París, Nueva York, Port Lligat
Cinco años después, el flechazo se tradujo en unión civil y la pareja se instaló en el estudio que el pintor poseía cerca del parque de Montsouris, al sur del círculo metropolitano de un París atravesado por el ya algo sordo rumor de los ismos. Dalí empujó su carrera desde los antros y subterráneos cafés de una ciudad que, en el reducto surrealista de Montparnasse, dio sentido al término mundano. Aquel primer artista, ante la permanente mirada de una Gala que pronto asumiría tareas de musa y agente y no siempre en este orden, se codeaba con la alineación titular de la vanguardia. Con Tzara y Ernst, con Ray o Breton.
La pareja en 1935 |
Y Gala seguía allí, junto a él y junto a tantos otros. Era el principio de una tortuosa relación cuya clave reposaba sobre la fascinación que ejercía Gala sobre el de Figueras y la fascinación que los demás ejercían sobre Gala, que coleccionó amantes mientras el pintor comenzaba a parecerse a su obra –y su obra a Dalí. Diez años mayor que él, la rusa era el producto de una educación esmerada; y recitaba con soltura a Baudelaire, a Apollinaire, para a menudo jactarse de un explosivo talento sexual: fue la novia de una vanguardia. Entretanto, devorado por el éxito del catalán, el matrimonio inauguró un puente aéreo entre París y Nueva York, donde la Norteamérica del asombro dedicó su ovación a Dalí. Y en el ínterin la huida, la Guerra de España y la oscura marejada política de un continente sombrío que sólo inquietó al pintor –se deprimió brevemente– cuando a García Lorca lo mataron en Granada.
La pareja en 1980 |
Fueron ocho años en Nueva York, y luego y de nuevo París, el regreso a la España franquista, a la cabaña que se transformó en villa con piscina cerca de Port Lligat –la pareja se hizo con ella durante el precario despegue del pintor– o la sosegada madurez catalana junto a la enigmática Gala, resuelta a no envejecer. A finales de los sesenta, Dalí, que fue muchas cosas y siempre excesivo, le prometió a ella un castillo. Y Gala tuvo así el suyo, el de Púbol, sobre la planicie del Bajo Ampurdán, del valle del Ter. Allí, al otro lado de las almenas, sería enterrada ella, en una cripta excavada bajo los húmedos pilares de la fortaleza. Dalí, serigrafiado en icono pop y carne del primer marketing, se refugió de la tramontana entre los muros de Púbol hasta 1986. Murió en Figueras tres años más tarde, casi un fantasma de su propio museo.
Fuente: ABC Cultura Arte
El castillo de Púbol es una fortificación gótica-renacentista del siglo XI situada en el pueblo de Púbol, en el Bajo Ampurdán, que se convirtió en centro de la baronía de Púbol, y en los años 70 residencia de Salvador Dalí, que en 1982 fue nombrado marqués de Púbol.
La estructura básica del edificio actual, de tres plantas articuladas a partir de un patio central alto y estrecho, hay que situarla durante el período de máximo esplendor de la baronía de Púbol: segunda mitad del siglo XIV y principios del XV. De estilo gótico-renacentista ha sufrido numerosas transformaciones.
En 1969, Salvador Dalí le prometió a su amada Gala la compra de un castillo. Después de que fallaran las negociaciones con el castillo d'Empordà y el castillo de Foixá, finalmente adquirió el castillo de Púbol que se encontraba en muy mal estado. Se iniciaron las obras de restauración bajo las órdenes del genial pintor, con la decoración interior creada íntegramente por el mismo Dalí, de modo que el castillo entero se convirtió en una obra suya que regaló a Gala, donde fue enterrada en 1982 en un mausoleo del subterráneo diseñado por su marido. Salvador Dalí sufrió graves quemaduras en un incendio que hizo perder partes del castillo en 1984.
Fotografía del trono del Castillo de Púbol |
En el interior se pueden ver pinturas y los dibujos que Dalí regaló a Gala para exponer en el castillo, además de las esculturas de elefantes de largas patas que decoran el jardín, la piscina con bustos de Richard Wagner, una colección de trajes de alta costura de Gala, y el mobiliario y los numerosos objetos con los que decoraron el castillo, así como el mausoleo de Gala.
Pozo de Salvador Dalí con las cabezas de Richard Wagner. |
El Teatro-Museo Dalí es un museo dedicado enteramente al pintor Salvador Dalí que encuentra en la plaza Gala-Salvador Dalí, número 5, en Figueras (provincia de Gerona, Cataluña, España). Según The Art Newspaper, basándose en datos facilitados por los propios museos, el Teatro-Museo Dalí fue el tercer museo más visitado en España en 2013, con 1 333 430 visitantes, situándose en el puesto número 40 de su ranking de los 100 museos de arte del mundo más visitados.
Interior del Museo Dalí, en el que se observa la doble imagen de Gala mirando al mar y retrato de Abraham Lincoln. |
Está gestionado por la Fundación Gala-Salvador Dalí. El artista legó en su testamento una enorme cantidad de obras de arte al Estado español, que se repartieron entre este museo y el Museo Reina Sofía de Madrid.
El Salvador Dalí Museum es un museo de arte situado en el centro de la ciudad de San Petersburgo, Florida, Estados Unidos. Alberga la colección más grande de pinturas de Salvador Dalí fuera del continente europeo.
Antes de que contrajeran matrimonio en 1942, la pareja conformada por Albert Reynolds Morse y Eleanor Morse, asistieron a una retrospectiva de la obra de Dalí en el Museo de Arte de Cleveland. Después de que quedaran intrigados por la temática del pintor español e impresionados por su habilidad artística, decidieron comprar un año después su primera obra titulada Araña de la noche...esperanza. La compra marcó el inicio de una relación de patronazgo y amistad de cuarenta años con Dalí y resultó en una exhaustiva colección de pinturas del artista.
En 1965 los Morse prestaron doscientas obras de su colección para que se realizase una retrospectiva del artista y en aquél momento se dieron cuenta que tras coleccionar pinturas de Dalí por veinticinco años habían generado una pequeña retrospectiva del pintor que necesitaba un lugar permanente para ser expuesto.
Tras una búsqueda que llamó la atención nacional se eligió una bodega marítima abandonada en la costa de San Petersburgo, Florida y que fue rehabilitada para alojar la obra de Dalí. El museo abrió sus puertas el 10 de marzo de 1982.