martes, 1 de octubre de 2024

Museo Jorge Oteiza - Oteiza, Lekuona, Balenciaga. El renacimiento incompleto, 1930-1936

(25) ¿QUE ESTÁ PASANDO? -  (2) JORGE OTEIZA - Chillida y Oteiza  y sus diferencias - EDUARDO CHILLIDA (sus obras) - Luis Martín-Santos Ribera - Luis Peña Ganchegui  - Chillida-Leku, PINCHA AQUI

(14) ¿QUE ESTÁ PASANDO? - Francisco Javier Sáenz de Oiza - Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu  - El edificio Torres Blancas de Madrid  - La Fundación Museo Jorge Oteiza, PINCHA AQUI

(24) ¿QUE ESTÁ PASANDO? -  JORGE OTEIZA - Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu - Museo Oteiza - El Fraile franciscano - Pablo Palazuelo de la Peña, pincha aqui

(55) ¿QUE ESTÁ PASANDO? - EN NUESTRO ENTORNO. ARTE VASCO-NAVARRO - JORGE OTEIZA -  EDUARDO CHILLIDA - Agustín Ibarrola - El Equipo 57  - Grupo Danok 1966-1967 - Grupo Orain en Álava - “Equipo 63 - Benjamín Palencia - Grupo Pajarita - El Grupo Gaur - RICHARD MORTENSEN, pincha aqui

Año: 1951 - Ubicación actual: Museo Picasso, París - Técnica: óleo sobre contrachapado  - 110x210cm

Con “Masacre en Corea”, Pablo Picasso, gran maestro del siglo XX, reafirma su condena a la guerra en plena Guerra Fría. Ya lo había hecho anteriormente con Guernica. Lo hará más adelante con Guerra y paz .



Esta escultura de Jorge Oteiza es una obra importante dentro de la plástica del escultor vasco. Formalmente, guarda unas claras referencias figurativas, pudiendo percibir una figura humana, aún sin rasgos definidos, con sus piernas, cuerpo, y cabeza. Tiene los brazos en alto y apoya las manos en la nuca. La figura es hueca. En concreto se abren dos espacios, uno en la parte del tronco y otro en la parte inferior, en la zona de las piernas.

Guerra (Guerra y paz). La pintura de la capilla en Vallauris. (Pablo Picasso)

La idea de Guerra y Paz empezó a surgir en la mente de Picasso unos años antes de materializarla, se cree que en el Congreso de la Juventud del Movimiento por la Paz  en Niza (1949). Su idea de crear un templo de la paz fue en aumento. Varios compañeros se habían embarcado en proyectos similares como Matisse, que se encontraba realizando su Chapelle du Rosaire por encargo de los dominicos.

En 1952 comenzó a pintar unos paneles de madera que más tarde se montarían en la cúpula de la capilla. Aún así, la obra no fue inaugurada hasta 1959.

El cuadro Guerra (Guerra y paz). La pintura de la capilla en Vallauris. es una obra maestra que refleja la visión única de Pablo Picasso sobre el tema de la guerra y la paz. La pintura se encuentra en la capilla en Vallauris y ha sido objeto de admiración y estudio por parte de expertos y amantes del arte de todo el mundo.

En esta obra, Picasso logra plasmar de manera magistral la dualidad entre la destrucción provocada por la guerra y la esperanza de la paz. A través de su característico estilo cubista, el artista crea una composición visualmente impactante que invita a la reflexión y al análisis profundo.  

El cuadro tiene como tema la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur, que había estallado apenas unos meses antes (junio de 1950) y la escena representaría el avance del ejército de los Estados Unidos hacia territorio norcoreano, durante el cual habrían masacrado a 163 civiles surcoreanos bajo el puente de No Gun Ri, incidente poco conocido fuera de Corea

En el cuadro contrastan dos grupos bien diferenciados dentro de una escena que se desarrolla en el entorno de un paisaje ruinoso. Por un lado están las víctimas: las mujeres (algunas embarazadas, para simbolizar la fertilidad y la vida, dotando de más dramatismo a la escena) y varios niños aterrorizados, excepto uno, que juega ajeno debido a su corta edad e inocencia. La desnudez del grupo de mujeres y niños simbolizaría la imposibilidad de poder defenderse.

En el otro lado están los soldados, desprovistos de atributos físicos masculinos, lo que indicaría cierta ausencia de humanidad enfatizada por esa apariencia de “máquinas” o robots, deshumanizándolos por completo.

El 3 de mayo en Madrid (también conocido como El 3 de mayo de 1808 en Madrid, Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío​ o Los fusilamientos del tres de mayo​) 

 La intención de Goya era plasmar la lucha del pueblo español contra la dominación francesa en el marco del levantamiento del dos de mayo, al comienzo de la guerra de Independencia española 

1867 y 1869. Representan la ejecución por Fusilamiento de Maximiliano I, emperador de México.
Tras una carrera en la Armada austriaca, fue impulsado por Napoleón III para convertirse en Emperador de México tras la intervención francesa en este país. Durante su reinado, Maximiliano se enfrentó a la aguerrida oposición de las tropas mexicanas comandadas por presidente Benito Juárez, lo que aunado a la inminencia de una guerra con Prusia provocó la retirada de las tropas francesas en 1866, el colapso del Imperio y la captura, sentencia de muerte y ejecución del Emperador y de los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía el 19 de junio de 1867 en Querétaro. Manet, que se identificaba con la causa republicana y con la fuerte influencia de la obra los fusilamientos del 3 de mayo, del pintor español Francisco Goya, lo inspiró a trabajar un cuadro sobre el tema.

La ejecución del Emperador Maximiliano (1867), óleo sobre tela, 195.9 x 259.7 cm. Museum of Fine Arts, Boston

Para este cuadro sobre Corea, Picasso se inspiró en dos obras, principalmente en la obra que Goya pintó para representar los sucesos del “3 de mayo”, pero también tiene muchas referencias al cuadro sobre el Fusilamiento del emperador Maximiliano realizado por Edouard Manet

Oteiza, Lekuona, Balenciaga. El renacimiento incompleto, 1930-1936

Jorge Oteiza, Narkis Balenciaga y Nicolás Lekuona se confabularon, a principios de los años treinta del siglo XX, con el objetivo de participar activamente en la renovación de los lenguajes plásticos e implicarse en la generación del renacimiento de las artes. El inicio de su trayectoria artística supuso la materialización de su proyecto, si bien éste quedó pronto parcialmente truncado: Balenciaga murió en México en 1936 y una bomba acabó con la vida de Lekuona un año más tarde, en el frente de Frúniz, durante la Guerra Civil. Oteiza perdió así a sus compañeros, pero la voluntad de renovación constituyó uno de los motores de su proyecto artístico, permanentemente impregnado de la memoria y la ausencia de los dos artistas, de cuya pérdida dejó testimonio doliente años después en sus poesías: “Nicolás no quisiste viajar conmigo / y tú Narkis que me abandonaste en Chile / miro ahora yo mi ventana lucho contra la muerte solo.”




La obra de Nicolás de Lekuona constituye una proyección de los lenguajes más experimentales de su tiempo y se acerca al surrealismo, combinándolo de modo muy singular con un tratamiento espacial propio del cubismo y el futurismo, si bien también se pueden establecer elementos de conexión con la pintura metafísica. El constructivismo ruso capta enseguida su atención y constituye una referencia clara en sus trabajos fotográficos y en sus fotomontajes.

El eclecticismo de Balenciaga revela un amplio abanico de intereses e influencias que determinaron sus pasos en el ámbito de la pintura


"Su intuición artística luchó con dos dogmas: el impresionismo puro o luz sobre todo (Barbinzon) y el post-impresionismo puro luz como elemento constructivo (artista de Provenza). Poseedor de fina retina y paleta depurada, con briosa manera de construir, plasmó en sus óleos luz, profundidad, carácter y fuerza. Con personalidad bien definida y con un buen bagaje de lienzos, en los que quizá más que la fidelidad literaria del paisaje había verdadera emoción de la Naturaleza, acudió a concursos y realizó exposiciones con gran éxito."

Recomendado por Aitzol, embarcó en el Arantzamendi junto con Oteiza rumbo a la Argentina en 1935, donde expuso en Buenos Aires y su provincia. Tenía la intención, junto con Oteiza y Lekuona de realizar un viaje alrededor del mundo para estudiar las culturas primitivas.

Según Gil Fillol, Balenciaga se muestra en sus óleos cercano a Manet, como en otros próximo a Gauguin, persiguiendo en unos únicamente efectos coloristas y luminosos y en otros intentando modelar sobre esqueletos de color.

Por su parte, Oteiza practicó, durante estos años, una figuración de carácter expresionista, bastante ecléctica, muy influida por Alberto Sánchez, con su formas verticales, pero también deudora de Brancusi, Epstein, Tsaplin y Derain, en sus tanteos primitivistas. Más teórico que sus compañeros,  para él, el arte nunca fue un fin, sino más bien, una práctica “destinada a servir de instrumento para la realización de un proyecto personal y colectivo”. Su personalidad le permitió construir un pensamiento clave en la teoría artística del siglo XX, algo que, en el caso de Lekuona y Balenciaga,  truncó su temprana muerte.

El Museo Oteiza 



Alberga la colección personal del reconocido escultor y artista integral (Orio, 1908 – San Sebastián, 2003), compuesta por 1.650 esculturas, 2.000 piezas de su laboratorio experimental, además de una extensa presencia de dibujos y collages. El Museo está centrado en la difusión del legado de Jorge Oteiza, uno de los escultores fundamentales en la evolución del arte del siglo XX, autor de una trayectoria escultórica fundada en la experimentación estética basada en la desocupación de la formas y el vaciamiento de la escultura, además de polifacético creador interdisciplinar y responsable de numerosas aportaciones en el ámbito de la ensayística, poesía, antropología, arquitectura, lingüística y propuestas de socialización de la cultura y el arte.


El Museo se sitúa en el entorno rural de la localidad Navarra de Alzuza, a 9 kilómetros de Pamplona, y acoge una de las colecciones monográficas más extensas del arte contemporáneo. 


El Museo Oteiza es obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, que ha proyectado un gran cubo de hormigón rojizo, que acoge la colección del escultor e integra la vivienda ocupada por Jorge Oteiza durante dos décadas. 

Algunas de sus obras:

La escultura 'Retrato de Balenciaga', de Oteiza 1933

Figura comprendiendo políticamente 1935


Mujer con niño mirando con temor al cielo - Bronce 1949


Mujer ante el espejo - Cerámica esmaltada 1939


A su regreso a España trabaja el friso del apostolado de la Basílica de Nuestra Señora de Aránzazu (1949-51), obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza. La iglesia española, ante la sospecha de la probable carga política del friso, prohíbe los trabajos, retrasando su conclusión hasta 1968. A través de la experimentación personal inaugura lo que denomina su Propósito Experimental (1955), título con el que se presenta en la Bienal de Sao Paulo (1957), donde obtiene el premio extraordinario de escultura. En 1959, por entender que había alcanzado su fase conclusiva, decide abandonar la actividad escultórica. En estos cinco años de actividad Oteiza realiza una operación de gran trascendencia al situar su obra en la senda de la tradición geométrica europea, reivindicando el neo-plasticismo y el constructivismo. La recuperación de las estéticas geométricas europeas y su influencia en la cultura vasca, generan las bases de lo que se denomina la «Escuela de la Escultura Vasca».


Franciscano - Cemento - 1953

Cabeza de apóstol - piedra caliza - 1953



La Piedad es una escultura creada por Jorge Oteiza para la fachada de la Basílica de Arantzazu. A diferencia de la Piedad de Miguel Ángel, en esta obra la Madre no tiene al Hijo muerto en su regazo, sino que éste descansa muerto en el suelo mientras que la Madre, con su cara en forma de corazón, clama y se enfrenta al cielo. La labor que se le había encomendado a Oteiza en la fachada de la Basílica de Arantzazu era la de convertir algo tan frío y duro como la piedra, algo tan material, tan terrenal en pura espiritualidad. Debía humanizar la materia y representar el alma del cristianismo. El resultado fueron la Piedad y los Apóstoles, catorce figuras descarnadas y descerebradas, que poco tenían que ver con el arte eclesiástico que había predominado hasta el momento.

No contó nada hasta diez años después: La virgen imagen de la sociedad del momento (finales de los 60), (ETA) --- a sus pies los muertos
Asesinato de José Pardines, pincha aqui

Unidad triple y liviana - 1950 - Zinc


La obra conserva unas mínimas referencias antropomórficas y va jugando con una línea serpenteante. La figura resulta de la suma de tres unidades, que será lo que el autor defina como hiperboloides. 

Cajas en piedra - mármol - 1958

Cabeza de tres apóstoles de la basílica de Aránzazu, de Oteiza.


Alabastro con módulos de luz - 1956


Homenaje a Boccioni


Una imagen del Laboratorio de Tizas conservado.

Una vista de la casa-taller de Oteiza en Alzuza. FUNDACIÓN MUSEO OTEIZA

Entre estos elementos expositivos, destaca la numerosa documentación escrita y gráfica inédita, algunas maquetas de sus proyectos arquitectónicos, esculturas, estudios de su laboratorio de tizas y otros objetos del artista. La reordenación de los espacios y los fondos actualmente presentes se articulan en dos ejes, uno geográfico y otro temático.

Hasta su domicilio en esta localidad navarra trasladó durante ese periodo su biblioteca personal, sus manuscritos, las esculturas y maquetas creadas a lo largo de su extensa trayectoria creativa así como el Laboratorio de Tizas, una de las aportaciones fundamentales que acoge el Museo.

Tumba doble que mandó a colocar Oteiza en Alzuza al morir su mujer (Oscar Montero)
Jorge Oteiza se casó con Itziar Carreño, el amor de su vida, a la que dedicó los versos Itziar elegía creados por el escultor un año después de la muerte de su esposa, en 1992. Sin ella se quedó perdido, como sin rumbo, porque era Itziar la que le mantenía anclado al mundo real al que regresaba cuando dejaba de crear.

Fuente diseñada por J. Oteiza, donada al pueblo de Alzuza; donde él y Saenz de Oiza proyectaron su museo. 

El empresario y mecenas navarro Juan Huarte Beaumont nacido en Pamplona, el 11 de julio de 1925, fue un gran impulsor de la cultura y el arte y respaldó, sobre todo, la labor del escultor vasco Jorge Oteiza (1908-2003), con quien mantuvo una gran amistad. También respaldó la obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza (1918-2000)

El empresario Juan Huarte en una imagen con el escultor Jorge Oteiza (derecha). FUNDACIÓN MUSEO JORGE OTEIZA

 'Retrato de mi mujer', realizada por Jorge Oteiza en 1947 - 30/11/2023-23/6/2024
Colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao

Jorge Oteiza realizó la obra Retrato de mi mujer en 1947 en Buenos Aires, poco antes de acabar su estancia en Latinoamérica y de regresar a Bilbao, un año más tarde. La obra, que retrata a Itziar Carreño, permaneció durante muchos años en Argentina y constituye uno de los bustos más relevantes del extenso conjunto de retratos, tanto figurativos como abstractos,  que Oteiza esculpió a lo largo de su trayectoria, enfatizando así la condición referencial de la obra de arte.

Jorge Oteiza e Itziar Carreño abrazados en un jardín, década de 1940. Archivo del Museo Oteiza. FD-2980.

Santiago Uranga, sin título, c.1950-52. Colección Museo Oteiza

Jorge Oteiza Abrazos a a la obra «Retrato de mi mujer» en su casa de Zarautz, década de 1990. Archivo del Museo Oteiza, FD-25014. Foto Amador Rodríguez.