lunes, 31 de octubre de 2022

LI - Las hijas de Cadmo - Penteo - Ágave - ¿Quién fue Europa y en qué mitología? - Minos - El Toro de Creta y el Minotauro - El laberinto de Creta - El palacio de Cnosos - Dédalo e Ícaro -

L - Harmonía (la diosa griega de la armonía y la concordia) - Las Antesterias - Linterna de Lisícrates - ¿Qué diferencia hay entre el teatro griego y el romano? - Clasicismo tardío -Praxíteles -  Escopas - Minos - Zeus-Europa -  Las ménades - La muerte de Orfeo, pincha aqui

Penteo siendo descuartizado por Ágave e Ino. Tapa de una lecánide ática de figuras rojas, ca. 450 – 425 a. C.


En la mitología griega, Ágave (‘ilustre’) era la hija de Cadmo, el rey fundador de la ciudad griega de Tebas, y de la diosa Harmonía. Sus hermanas eran Autónoe, Ino y Sémele.​ Se casó con Equión, uno de los cinco espartos, y fue madre de Penteo, un rey de Tebas. También tuvo una hija, Epiro. Era una ménade o seguidora del dios Dioniso (Baco en la mitología romana).

Penteo no reconoce la divinidad de Dioniso y prohíbe su culto. El propio Dioniso, que es primo de Penteo, lo atrae a un bosque en el que será descuartizado por las ménades tebanas, entre las que están la propia hermana de Ágave, Ino, y la madre de Penteo: Ágave.

 


¿Quién fue Europa y en qué mitología?

Según la mitología griega, Europa era una bellísima princesa, hija de Agenor y Telefasa, reyes de Tiro, ciudad del Mediterráneo, hoy en el sur del Líbano. Zeus, el dios máximo del Olimpo, se enamoró perdidamente de aquella mortal.

Europa a lomos de Zeus.

  • Un día, la joven se encontraba paseando a la orilla de mar, en compañía de otras muchachas. Y vio al toro, que le fascinó. Se acercó a él y comenzó a acariciarle los lados.
  • Zeus dejó que le tocara para que cogiera confianza. Una vez que Europa se convenció de que el toro era manso y de que no corría ningún peligro, se subió a su lomo.
  • Éste, inesperadamente para la princesa, corrió hacia el mar y nadando llegó a la isla de Creta.
  • Una vez allí, el dios padre de todos los dioses griegos, tomó su forma natural, mostrándole quién era. Por supuesto, mantuvieron relaciones sexuales.
  • Así, Europa le dio a Zeus tres hijos: Radamantis, Sarpedón y Minos.  También le dio a Europa tres regalos dignos de un dios.
  • Uno fue Talos, gigante de bronce, que hizo las veces de guardián de la isla, impidiendo entrar en Creta a los extranjeros y salir a sus habitantes sin la autorización de la reina. De acuerdo con la mitología, cuando Talos, que daba tres vueltas cada día a la isla, descubría a algún extranjero tratando de penetrar en la isla, se calentaba hasta llegar al rojo vivo y lo abrazaba hasta calcinarlos.
  • El segundo regalo fue Laelaps, un perro cazador que cuando atrapaba a sus presas nunca las soltaba.
  • El tercero fue una jabalina que siempre, siempre, daba en el blanco.
  • Pasado el tiempo, el rey de Creta, Asterion, se casó con Europa, adoptando a los tres hijos de Zeus como propios.

Una de las muchas versiones que corren, se añade, cuenta que el rey Agenor, padre de la princesa Europa, al saber lo ocurrido, corrió a la orilla del mar gritando su nombre y mirando hacia Occidente. “Y viendo hacia dónde dirigía su mirada, terminaron llamando Europa a aquella tierra, allende el Mediterráneo”.

Minos en el Infierno (grabado de Gustave Doré)

Minos

En la mitología griega, Minos  era el nombre de un rey semilegendario de Creta. La civilización minoica recibe de Minos su nombre.

Minos reinó en Creta y en las islas del mar Egeo. Vivía en Cnosos por periodos de nueve años, al término de los cuales se retiraba a una cueva sagrada donde recibía instrucciones de Zeus sobre el gobierno que había de dar a la isla. Según otra interpretación, nueve fue el número total de años que estuvo Minos reinando en Cnosos. En las fuentes antiguas se consideraba que Minos había sido un gran legislador y el primer artífice de la supremacía naval de la isla. Consideraban a Minos un benévolo gobernante, legislador y supresor de la piratería.

Sin embargo, en la tradición ática y en la etapa ateniense, Minos es un cruel tirano, el demandante del tributo de jóvenes atenienses que alimentaban al Minotauro.

La explicación solar de "Minos" como "dios-sol" ha pasado a segundo plano tras los últimos descubrimientos. En cualquier caso se le habría reclamado naturalmente un origen divino como rey-sacerdote, y estaba rodeado de una atmósfera divina. El nombre de su esposa, Pasífae («la que brilla para todos»), es un epíteto de la diosa de la luna.

Heracles y el toro de Creta.

El Toro de Creta y el Minotauro

El rey Minos prometió a Poseidón que sacrificaría lo primero que saliera del mar. Poseidón hizo salir un toro, pero Minos lo encontró tan hermoso que lo incorporó a sus rebaños. El dios, enfurecido, hizo que Pasífae, esposa del rey Minos, se apasionara por el animal. La reina pidió a Dédalo que la ayudase a satisfacer sus deseos y el artesano construyó una vaca hueca de madera donde se ubicó Pasífae en posición supina. El Toro cubrió a la reina, quien nueve meses después dio a luz al Minotauro, un horrible monstruo, mitad humano, mitad toro, a quien se llamó Asterio. Dédalo construyó entonces un complicado Laberinto, en el que Minos encerró al Minotauro.

Mosaico romano de Recia en el que se representa a Teseo y al Minotauro en el laberinto.
Recia  fue una provincia romana. Su extensión iba desde el lago de Constanza hasta el río Eno y fue dividida en dos partes desde el siglo IV: Rætia prima (parte del sur) y Rætia secunda (parte del norte). Su capital era Augusta Vindelicorum, la actual Augsburgo.

Posteriormente Minos autorizó a Heracles (Hércules) a capturar el toro con el que se había apareado Pasífae, lo que constituyó uno de sus doce trabajos.

El palacio de Cnosos

El laberinto de Creta es, en la mitología griega, el laberinto construido por Dédalo para esconder al Minotauro. 

Moneda de plata de Cnosos en la que se representa el laberinto

En la actualidad, se piensa que la leyenda del laberinto tiene su base en el palacio de Cnosos. Una construcción tan sofisticada y de alta tecnología como dicho palacio, repleto de múltiples habitaciones y con todas las mejoras conocidas por la tecnología de entonces (incluyendo un sistema de alcantarillado) que debió haber parecido a los aqueos algo intrincado. Apoya esta tesis el hecho de que en el palacio de Cnosos se han encontrado dibujos de hachas de doble filo por doquier, que en griego se llaman labrys, y que habrían dado nombre a la construcción.

Cnosos o Cnoso  fue la ciudad más importante de Creta durante la civilización minoica, que alcanzó su máximo esplendor en el segundo milenio a. C., siendo el complejo palacial más antiguo de Europa. Está situada a unos 5 km al sudeste de la actual ciudad de Heraclión y al oeste del río Kairatos. En ella se alzan los restos del palacio de Cnosos, el más importante del periodo minoico y el más conocido de los complejos arqueológicos desde su descubrimiento en 1878.

Asociada a la leyenda del rey Minos, su importancia, su aspecto y su tamaño han hecho de ella un lugar reseñable e ineludible de las civilizaciones de la Europa arcaica. Recibe medio millón de visitantes anualmente.

El palacio de Cnosos

Arthur Evans al descubrir las ruinas del palacio en el año 1900, lo identificó con la residencia del mítico rey Minos y gracias a la multiplicidad de habitaciones y recovecos igualmente lo asoció con el lugar donde fue construido el legendario laberinto. 

Arthur John Evans (Nash Mills, 8 de julio de 1851 – Boars Hill, 11 de julio de 1941) fue un arqueólogo británico, descubridor del Palacio de Cnosos, acuñador del término civilización minoica, así como el primero en definir la escritura Lineal A y Lineal B de ese mismo grupo social. Fue hijo del también arqueólogo John Evans.

Afirma la leyenda que el rey Minos ordenó a Dédalo la construcción de un laberinto donde encerrar al Minotauro, monstruo en forma de toro. Posteriormente ordenó encerrar al arquitecto y a su hijo Ícaro en el mismo, pero el primero diseñó una alas que les permitieron a ambos sobrevolar los muros. Pero es el caso que Ícaro voló muy cerca del sol y sus alas se derritieron cayendo al mar donde murió.

El palacio ubicado en Creta era el centro de la vida política, administrativa, económica y religiosa de la ciudad. El primer palacio fue erigido en el año 2000 a.c. y destruido posiblemente por un terremoto; las ruinas que conocemos hoy en día corresponde al Periodo Palacial Reciente y data del año 1600 a.c.

Su ubicación estratégica le permitía comunicarse rápidamente con el interior de la isla y además contaba con tres puertos cercanos que facilitaban el comercio marino. No existían murallas que lo protegiesen, sino que estaba rodeado de jardines, campos de olivos y ríos, por lo cual se le conocía como la “Ciudad de los árboles”.

El palacio tiene 17.000 m2 y más de 1500 habitaciones con puertas y ventanas que aseguraban frescura los días de verano y calor en el invierno. Igualmente contaba con un sistema de drenaje de aguas negras e incluso las habitaciones principales tenían retretes.

Un rasgo característico son sus columnas más anchas en la parte alta que en la base, motivo por el cual se ha llamado a este estilo “Columna invertida”. El palacio esta decorado con magníficos frescos de estuco que representan escenas de la vida cretense: procesiones, sacrificios, danzas, luchas con toros, etc


Palacio de Cnosos. Obsérvese las características columnas invertidas de color rojo y azul y el mural del toro

Palacio de Cnosos, Salón del trono. A los lados de la silla de alabastro aparecen unos bancos de piedra. La sala posiblemente dedicada a rituales religiosos esta decorada por un mural de grifos, en ocre y rojo, el cual fue retocado por Evans, arqueólogo del Palacio.

Dédalo e Ícaro

Desde los inicios de la filosofía, la mitología griega siempre ha sido el espejo en el que la humanidad se ha mirado, y en que ha proyectado sus deseos. Porque por eso creaban mitos los sabios de la Antigua Grecia: Para aleccionar e inspirar. Dédalo e Ícaro son dos figuras con reflexiones muy vigentes sobre la paternidad, el ansia de conocimiento y la aspiración ancestral del ser humano por volar.

Los logros que se cuentan de Dédalo, el arquitecto e inventor más hábil de Atenas, son casi providenciales. Según el mito, era famoso por inventar naves que navegaban bajo el mar, y llegó a competir con su discípulo Talos, que acabó convirtiéndose en mejor inventor que él mismo. Este hecho despertó la envidia y desazón de Ícaro, lo que llevó a Dédalo a empujar a Talos desde el tejado de la Acrópolis, por amor a su hijo.

 Estatua de Ícaro caído en Agrigento, Sicilia. (Foto: Pablo Vargas)
Dañadas sus alas, Ícaro cayó al mar, ahogándose. Su padre llorando amargamente la muerte de su hijo llamo icaria a la tierra cercana al lugar donde Ícaro había caído. Luego llego a Sicilia donde estuvo bajo la protección del rey Cócalo, construyo un tempo a Apolo y colgó sus propias alas como ofrenda.
Ícaro y Dédalo estaban retenidos en el laberinto por el rey Minos de Creta. Dédalo para intentar huir de Creta fabricó unas alas para él y otras para su hijo Ícaro, a base de plumas entrelazadas y unidas por cera al cuerpo. En el momento de partir, Dédalo avisó a Ícaro de que no volara demasiado alto porque el sol podría deshacer la cera y estaría abocado a un terrible accidente. Ícaro con su juvenil impulsividad no hizo caso a su padre, voló a gran altura, la cera se calentó, se derritió y las alas se fueron poco a poco destruyendo, volando sueltas las plumas de las mismas. Ícaro cayó al mar y sucumbió en las aguas marinas.

Dédalo y su hijo Ícaro se vieron obligados a exiliarse en Creta para evitar ser castigados por la muerte de Talos. Allí, Bajo el encargo del Rey Minos, Dédalo construyó un laberinto para encerrar al Minotauro, un monstruo mitad hombre y mitad toro. Pero Minos, para que nadie supiera como salir de él, encerró también a Dédalo e Ícaro.

Estuvieron allí encerrados durante mucho tiempo. Desesperados por salir, se le ocurrió a Dédalo la idea de fabricar unas alas, con plumas de pájaros y cera de abejas, con las que podrían escapar volando del laberinto de Creta.

Guardián de la isla de Creta

Según la mitología griega, la isla de Creta contaba con un guardián llamado Talos, aunque también se le ha dado el nombre de Talón o Talo. Este era un gigante de bronce que se encargaba de proteger a la Creta Minoica de cualquier invasión posible.

Se  sabe que este gigante era el protector de Creta, aunque algunos dice que fue un regalo de Zeus a Europa.

Para proteger la isla, cada día daba tres vueltas a ella impidiendo que los extranjeros o invasores entraran, además de que evitaba que los pobladores la abandonaran sin permiso del rey. Si Talos descubría a algún extranjero, se metía en el fuego y se ponía al rojo vivo para luego abrazar a los intrusos hasta incinerarlos.

Talos contaba con un cuerpo de bronce que parecía impenetrable, aunque contaba con una única vena muy pequeña que iba desde el cuello hasta el tobillo, lugar donde tenía un clavo que le impedía que se pudiera desangran, representando además su único punto débil.

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