viernes, 2 de diciembre de 2022

XX - Navarra Barroca - El siglo XVIII - El Baztán (II) - La hidalguía baztanesa - El mayorazgo - Julio Caro Baroja - Derecho de Vecindad - Casas y palacios barrocos en el valle de Baztán - Elizondo

XIX- Navarra Barroca - El siglo XVIII - José de Armendáriz y Perurena - Tesoro de San Fermín - El antiguo edificio de las Salesas - Casa de los Urtasun - El tesoro de la virgen del sagrario - APESTEGUÍA Y PÉREZ DE RADA, José pincha aquí

XVIII- Navarra Barroca - El siglo XVIII - (III) Arquitectura señorial en Pamplona - El Rincón del Caballo Blanco - José Yarnoz Larrosa​  - El Valle del Baztán - Juan Bautista de Iturralde y Gamio, pincha aqui

Jesús Montes (Pintor guipuzcoano) - Su exposición en su casa-estudio Karakoetxea 2015, 2016 - Ziga (Valle del Baztan) Castillo Gorraiz, pincha aqui

Pamplona (Navarra) - Fundación Miguel Echauri (El pintor y su ciudad), pincha aqui


El valle del Baztán. En 800 kilómetros cuadrados, habitan unas 25.000 personas que viven de diferentes maneras: hay muchos caseríos diseminados, bordas de pastores que salpican todo el paisaje y, evidentemente, aldeas y pueblos.

Los más poblados son Elizondo y Bera con más de 3.000 habitantes, Lesaka con unos 2.500 y Doneztebe con algo menos de 2.000. El resto se distribuye en pequeñas localidades de menos de 500 habitantes, con diferentes barrios y aldeas. También hay mucha población dispersa que vive en caseríos, la forma tradicional de explotación en este valle.

Cuando nos adentramos en estos pueblos, lo que más llama la atención, además de sus iglesias, ayuntamientos y frontones, son las casas. Hablan, por sí solas, de ellas mismas, de la familia que las habita y de las costumbres y tradiciones del territorio.


La casa baztanesa es una construcción robusta, hecha en piedra y encalada. La mayor parte de los tejados son a dos aguas (llueve mucho y durante todo el año), en la fachada, aparece siempre el escudo y, en ocasiones, balcones sencillos de madera.

Poseen tres plantas y cada piso, desempeña una función: la planta de abajo para el ganado, la planta de en medio para vivienda de la familia y la planta de arriba como granero.

La casa se concibe como un entidad con sus derechos, con sus fueros. 


En el valle del Baztán cada casa tiene su nombre. Existe incluso una guía telefónica editada con los nombres de las viviendas en vez de con los apellidos de quienes la habitan.
En el valle del Baztán, cada casa tiene nombre propio y este prevalece por encima del apellido de quien la habita. Una costumbre que tiene su explicación en el sistema de herencia: el mayorazgo. Como el hijo (o hija) mayor era quien recibía todas las propiedades, en el caso de que la heredera fuese una mujer, el apellido desaparecía. Así, con el nombre de la casa se podía seguir identificando a la familia.
El mayorazgo era una institución que forma parte del derecho civil y que permite mantener la propiedad de determinados derechos o bienes en el seno de una familia. Su alcance está dado por las condiciones dictadas en su establecimiento o por las prescripciones de la ley; en la actualidad su vigencia se limita a los títulos nobiliarios.

El mayorazgo era un sistema de reparto de bienes que beneficiaba al mayor de los hijos, de forma que el grueso del patrimonio de una familia no se diseminaba, sino que solo podía aumentar. La etimología de la palabra proviene de «mayor» y «-azgo», sufijo latino que indica dignidad, cargo, título, estado, rango. La idea es que el hijo mayor heredaba la práctica totalidad de los bienes, que no podían dividirse con la herencia ni venderse. De este modo, el patrimonio que se transmitía al heredero siempre era el mismo o aumentaba. 

ELIZONDO, EL PUEBLO DE NAVARRA QUE PROTAGONIZA EL ANUNCIO DE LA LOTERÍA DE NAVIDAD DE 2021

El mayorazgo causó que mucha gente emigrase. Mientras que el hermano mayor se quedaba en el valle con la gran responsabilidad de mantener su casa y la herencia recibida, muchos hermanos pequeños se vieron obligados a “hacer las Américas”.

Cuando volvían al pueblo, si les había ido bien, levantaban viviendas a la altura de su nuevo estatus: los palacios de indianos. Se les identifica bien por su tamaño y porque muchos tienen tejados a cuatro aguas, balcones elaborados y, en ocasiones, hasta torres alrededor y palmeras.


Los escudos son señas de identidad de la familia que habita la casa y también hablan del territorio. En la zona del valle del Baztán, en el escudo siempre aparece el damero. "El damero de la parte de Baztán es un detalle que aparece en todas las casas, aunque sea muy sencilla, porque es un privilegio que tienen todos los habitantes de Baztán que es ser nobles"

Origen del escudo ajedrezado de Baztan
Según la crónica de Rodrigo Méndez Silva, en la población de España,
capítulo 17:
Dice de los Baztaneses: “Son estas gentes hidalgas de sangre, feroces, ágiles, arrojadas, diestras en las armas, como se experimentó, acaudillándolas don Alfonso González de Baztan, que libraron de gran peligro al Rey don Sancho García, en una batalla contra los franceses, poniendo (según el refrán) sus vidas al tablero, por cuya acción les concedió en armas y blasón el Ajedrez blanco y negro escaqueado”

La confirmación de la hidalguía baztanesa en 1440
La “hidalguía colectiva” es el hecho de que todos los miembros de una comunidad eran considerados “hidalgos”, nobles, por el solo hecho de nacer en una tierra noble. 
Esto proporcionó la conciencia de una superioridad social colectiva que exhibía con orgullo la pureza de sangre. Vizcaínos y guipuzcoanos se afanaron en discriminar a judíos, moros, conversos y, en general, a los no hidalgos. El hidalgo tenía ventajas, como no ser sometido a tortura judicial, y luchaba, no menos que el castellano viejo, para mantener limpia su sangre.
El pleito de 1437-1440: El Valle de Baztán se enfrenta a las pretensiones fiscales de los reyes de Navarra en un pleito que desemboca en el reconocimiento por la monarquía de la “hidalguía colectiva” del Valle.
En principio, según el Fuero General, los montes y pastos del reino eran propiedad del rey, salvo los que estaban en tierras “infanzonas”, es decir, nobles.

La comunidad del Valle se reúne, según la costumbre, en Junta General de vecinos para nombrar a sus representantes: el 29 de septiembre de 1437.

Detalle de su escultura yacente en el sepulcro de la Catedral de Pamplona (Janin Lomme de Tournai, 1416)

Carlos III de Navarra, llamado el Noble (Mantes-la-Jolie, 22 de julio de 13611​-Olite, 8 de septiembre de 14252​), fue rey de Navarra (1387-1425), conde de Evreux (1387-1404) y duque de Nemours (1404-1425). Fue hijo y sucesor de Carlos II de Navarra y de Juana de Valois. Destacó como impulsor de las artes, pues concluyó las obras de reconstrucción de la Catedral de Pamplona, que se había hundido el 1 de julio de 1380, e hizo edificar los palacios reales de Tafalla y de Olite, donde murió en 1425 a los 64 años.


Julio Caro Baroja (Madrid, 13 de noviembre de 1914-Vera de Bidasoa, Navarra, 18 de agosto de 1995) fue un antropólogo, historiador, lingüista, folklorista y ensayista español.
En los 18 volúmenes que componen los Estudios vascos se recogen artículos publicados entre las primeras monografías (La vida rural en Vera de Bidasoa, 1944; Los vascos. Etnología, 1949) y obras de madurez como La hora navarra del XVIII (1969), Etnografía histórica de Navarra (3 vols., 1971-1972) y La casa en Navarra (4 vols., 1982). Sobre el viejo reino, y sobre Guipúzcoa, elaboró, con su hermano Pío, un par de extensas películas etnográficas. En ese ámbito se inscribe asimismo Los vascones y sus vecinos, sobre la relación entre los vascones y sus vecinos de Aquitania.

Caro Baroja denominó hace décadas como "La hora navarra del XVIII", en dónde recoge en expresión certera lo ocurrido en aquel particular contexto histórico así: "Parientes, parientes, negocios, negocios. Finanzas, canonjías, carreras distinguidas en el ejército. Todo va unido"
  • Férrea legislación familiar
  • Derecho de vecindad
  • Emigración
  • Universidad, ejército, iglesia y administración
  • Comercio y negocios
Derecho de Vecindad

La organización tradicional
•“Tradicional”: la que vemos al final de la Edad Media y en las Ordenanzas de 1560.
• El Valle es una comunidad de “casas vecinales”: son los sujetos permanentes de los derechos y deberes en la comunidad.
• Los “vecinos” son los miembros de las “casas vecinales”, esto es, los miembros de pleno derecho de la comunidad vecinal.
• No se contempla que pueda haber población que no sean “vecinos”.

Derechos de los vecinos
(Ordenanzas de 1560)
• Participar en las Juntas Generales del Valle y en los batzarres de los lugares.
• Ejercer cargos públicos.
• Gozar ampliamente de los bienes comunales.
• Participar como miembros de la comunidad en todos los actos de la vida colectiva.
• Encargarse de la vigilancia de la tierra y del cumplimiento de las ordenanzas: impedir la entrada de ganados extranjeros, confiscarlos, derribar cierres prohibidos, participar en la inspección anual de los
mojones del Valle, etc.

Deberes de los vecinos (1560)
• Contribuir en las derramas concejiles.
• Colaborar en los trabajos vecinales.
• Ejercer el cargo de jurados, que antiguamente rotaba anualmente por puertas entre todas las casas del lugar.
• Formar en la revista de armas anual, comandada por el Alcalde y capitán a guerra del Valle.
• Participar en la defensa de la frontera del Valle (y, por tanto, del Reino)

Álvaro de Bazán
(Álvaro de Bazán y Guzmán, marqués de Santa Cruz; Granada, 1506 - Lisboa, 1588) Marino español al servicio de Felipe II. Fue marino por tradición familiar, pues su padre -llamado como él- había sido capitán general de las galeras de la Monarquía Hispana.


Las primeras acciones navales que mandó fueron proteger la flota de Indias de los corsarios que actuaban en el golfo de Cádiz (1544-62)
Desde que en 1568 fue nombrado capitán general de las galeras de Nápoles, Álvaro de Bazán se dedicó a combatir a los piratas del norte de África, al tiempo que auxiliaba al capitán general de la Mar, don Juan de Austria. Con ese papel intervino en la batalla de Lepanto (1571), primera acción verdaderamente ofensiva en la que tomó parte. 

El palacio del Marqués de Santa Cruz es un edificio situado en el municipio de Viso del Marqués (Ciudad Real), en la Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, en España. Fue construido a finales del siglo XVI por Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz de Mudela. Actualmente es la sede del Archivo General de la Marina.

El rey le hizo grande de España y capitán general de la Mar Océana. Su último encargo fue la invasión de Inglaterra; pero Álvaro de Bazán murió tras planear el ataque, mientras preparaba la que sería llamada Armada Invencible. Su hijo, de igual nombre que él (1571-1646), siguió la tradición familiar y fue otro prominente marino de la Monarquía.

El palacio del Marqués de Santa Cruz es un edificio situado en el municipio de Viso del Marqués (Ciudad Real), en la Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, en España.

Fue construido entre 1564 y 1586 con modificaciones posteriores, y se trata de un edificio de planta cuadrada y estilo renacentista articulado en torno a un atrio renacentista con una tumba yacente. Los muros y techos se hallan cubiertos de frescos de doble temática: por un lado, escenas mitológicas y, por otro, batallas navales y ciudades italianas relacionadas con la trayectoria militar del marqués y de sus familiares. Los frescos se deben a unos pintores manieristas italianos, los Péroli. Al verlos, Felipe II les encargaría trabajos para El Escorial y el Alcázar de Toledo.


Para levantarlo, el marqués contrató a un equipo de arquitectos, pintores y decoradores que trabajaron en la obra desde 1564 hasta 1586. Para algunos, el diseño del edificio se debió al italiano Giovanni Battista Castello, conocido como el Bergamasco, que más tarde trabajó en El Escorial; para otros lo trazó, al menos en su plan original, Enrique Egas el Mozo.

Porque pudo y porque quiso: El Palacio del Marqués de Santa Cruz
Resulta insólito y excepcional encontrar un palacio de las dimensiones y características del de el Marqués de Santa Cruz. En un lugar tan remoto, como la pequeña población de El Viso del Marqués, en pleno Campo de Calatrava, al final de La Mancha, y cercano ya a Despeñaperros. Alejado pues de cualquier ciudad de renombre o con entidad política importante en el siglo XVI.

En 1948 los descendientes del marquesado de Santa Cruz deciden cederlo al Ministerio de Marina en forma de arrendamiento por el precio simbólico de una peseta, que se paga usando el billete de papel moneda con la efigie de Don Álvaro. Desde ese momento se decide trasladar al palacio de El Viso el archivo de la Marina, constituyendo así el Museo Palacio de Santa Cruz, en la actualidad dependiente de la Fundación Museo Naval.

Elizondo


Javier Ciga: El Mercado de Elizondo (Ayuntamiento de Pamplona)

Javier Ciga Echandi. nacido y muerto en Pamplona (1878-1960), es un pintor que se formó con independencia de los círculos artísticos oficiales de Madrid -no obstante haber obtenido la Medalla de Oro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando-, acudiendo a París en 1911 para, asombrosamente, no imbuirse de ideas «modernistas», sino afirmarse en un realismo velazqueño, aplicado a la representación de tipos y escenas vascas. Así́ lo demuestra El Mercado de Elizondo, pintado en 1914, que supuso su doctorado de artista al ser admitido por el Jurado del Gran Salón de París para la primera exposición del mundo y más tarde como miembro de número del mismo. Ciga guarda de los últimos románticos un exaltado amor a su tierra, y del realismo la búsqueda del hombre. Su obra se empapa de la vida popular de Pamplona.


Casas y palacios barrocos en el valle de Baztán
Esta magna construcción se encuentra ligada al linaje de los Arizcun, cuyo solar de origen se corresponde con la cercana casa Arozarena, ubicada a escasos metros, en la misma calle Jaime Urritia. Ya en la segunda mitad del siglo XVII varios miembros de este linaje se situaron en Indias y en Madrid, donde destacó Norberto de Arizcun, que llegó a ser un próspero hombre de negocios. Bajo su amparo y protección acogió a su sobrino carnal Miguel de Arizcun, nacido en Elizondo en 1691, quien proseguiría con la compañía comercial de su tío, dedicado especialmente a la provisión de víveres para la marina y al abastecimiento de municiones para el ejército. 


Los servicios prestados a la monarquía le permitieron elevar su casa nativa Arozarena a la categoría palacio cabo de armería en 1732 y obtener el título nobiliario de marqués de Iturbieta en 1741. Fue en los últimos años de la década de treinta cuando ordenó reconstruir Arozarena y erigir Arizkunenea, uno de los ejemplos más sobresalientes de la arquitectura señorial navarra dieciochesca, merced a su planta en U, la elegancia de su patio pétreo coronado por un frontón mixtilíneo y a la rejería de gusto francés.


La casa consistorial, Ayuntamiento, Elizondo, Navarra

La casa consistorial de Elizondo en la plaza de los Fueros. Edificio barroco de finales del siglo XVII con fachada de sillar, combinando la piedra rojiza del paramento con la blanca de los enmarques de vanos. En el piso inferior tres grandes arcos de medio punto dan acceso a un amplio soportal público. El piso noble está recorrido por un balcón de hierro, con cinco ventanales. Con cubierta de cuatro aguas y alero no muy saliente. Destaca en el centro el escudo del valle sobre el frontón de la ventana central del balcón. A mano izquierda, sobre la fachada, una placa sobre la que se lee 'Plaza de los Fueros'. 


Elizondo. Palacio Arozarena 1730

Vista de una calle de Elizondo con el Palacio Arozarena en primer término. La entrada, un arco de medio punto rebajado da acceso a un soportal cerrado por una verja utilizado como vestíbulo de la vivienda. En la planta bajo el letrero de 'Farmacia' posa el farmacéutico con su bata blanca. En el piso noble, con el muro enlucido, se extiende un balcón corrido. El piso superior tiene dos balcones laterales, dos ventanas y un blasón entre ellas. El escudo nobiliario de la vivienda se encuentra tapado por una tela negra. El alero de madera queda interrumpido en tres lugares para acomodar las ventanas abuhardilladas con sus aleros salientes.


Casa Estebecorena o Istecorena, Elizondo

Fue solar de los Mendinueta-Múzquiz. Del matrimonio de Juan Martín Mendinueta y Mª Josefa Múzquiz, acontecido en 1734, nacieron varios hijos que se incorporaron con gran éxito a “la hora navarra”, merced a la formación académica recibida y, sobre todo, al apoyo obtenido de su tío carnal, Miguel Múzquiz y Goyeneche, quien ocupó el Despacho Universal de Hacienda entre 1766 y 1785. Así Juan Miguel, fue oidor en la Chancillería de Valladolid, fiscal del Consejo de Órdenes y gobernador del Consejo de Castilla. Pedro Simón prestó sus servicios a la corona en Cádiz y Nueva España, compatibilizándolo con negocios propios. Jerónimo accedió a los Consejos de Hacienda, Indias, Inquisición y al Consejo de Estado, donde también estuvo su hermano Pedro, que obtuvo el título de conde de la Cimera en 1795. Finalmente Pedro fue nombrado en 1795 virrey de Nueva Granada, donde permaneció hasta 1803. Antonio Vicente y Joaquín Santiago se dedicaron a la vida religiosa en la catedral de Pamplona.


Cualquiera de los hermanos mencionados o incluso Pedro Felipe, que quedó como dueño de la casa y fue administrador de la real renta de tabaco de Elizondo y regidor del valle, pudo sufragar la reconstrucción de la casa, para la que se siguieron las trazas dadas por el arquitecto francés José Poudez, contratado en 1776. El edificio presenta un paramento central coronado por un frontón triangular, flanqueado por dos cuerpos levemente adelantados. Destaca su portada entre pilastras de piedra jaspeada y el balcón corrido del piso noble sobre el que se alza el escudo de armas de gusto academicista.

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