domingo, 2 de noviembre de 2025

XLIV - EL DESCUBRIMIENTO DE ORIENTE - TRANSFORMACIONES DEL SIGLO II - Caída de Cartago (146 a.C.) - Ataque a Cartago por Escipión Emiliano - Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano - Asdrúbal Barca - R. T. Ridley y la corrección historiográfica - La cita de B. Hallward (1930) -

XLIII -  EL DESCUBRIMIENTO DE ORIENTE - TRANSFORMACIONES DEL SIGLO II -  ¿Quiénes eran los númidas? - Tercera Guerra Púnica (149-146 AC) - Cirta - Masinisa - Catón el Viejo: aconsejo que Cartago fuera destruida.-  ÚTICA SE PASÓ AL BANDO ROMANO - PINCHA AQUÍ


Tercera Guerra Púnica (149 – 146 a.C.)

  • Después de la Segunda Guerra Púnica, Cartago estaba debilitada y bajo la vigilancia de Roma, que le prohibía hacer la guerra sin su autorización.
  • Sin embargo, el rey Masinisa de Numidia aprovechó esa situación para invadir territorios cartagineses.
  • Cuando Cartago decidió defenderse sin permiso de Roma, esto fue la excusa perfecta para que Roma declarara la guerra (149 a.C.).
  • Roma envió un ejército al mando de Manio Manilio y Lucio Marcio Censorino.
  • Los romanos exigieron que los cartagineses entregaran armas y armas de guerra, y luego que abandonaran su ciudad para trasladarse tierra adentro.
  • Los cartagineses, horrorizados por esta última exigencia, decidieron resistir hasta la muerte.

El asedio

  • Cartago fue rodeada por tierra y por mar.
  • Los cartagineses, aunque sin ejército regular, fabricaron armas día y noche, incluso fundiendo el oro y la plata de templos y casas.
  • Resistieron durante casi tres años (de 149 a 146 a.C.).
  • Roma designó finalmente al joven y brillante general Publio Cornelio Escipión Emiliano (nieto adoptivo de Escipión el Africano), quien asumió el mando y endureció el sitio.

Caída de Cartago (146 a.C.)
  • En 146 a.C., Escipión Emiliano lanzó el ataque final:
  • Las tropas romanas tomaron el puerto, luego penetraron en la ciudad.
  • El combate fue casa por casa, durante seis días.
  • Finalmente, el Templo de Eshmún, último refugio de los defensores, fue incendiado.
  • Cartago fue completamente destruida.
  • Miles de sus habitantes fueron masacrados o vendidos como esclavos.
  • Roma arrasó la ciudad y, según la tradición (aunque probablemente sea un mito), esparció sal sobre las ruinas para que nada volviera a crecer allí. (Está confirmado que nunca se esparció sal)
  • El territorio se convirtió en la provincia romana de África.

Ataque a Cartago por Escipión Emiliano. Se observa el ataque a Megara, el rodeo de la ciudad con empalizada y foso y el asalto a la ciudad 

Ataque a Cartago por Escipión Emiliano. Se observa el ataque a Megara, el rodeo de la ciudad con empalizada y foso y el asalto final  a la ciudad a través del puerto

Aislamiento de Cartago mediante empalizada y foso. Escipión mandó construir una empalizada y foso que rodearan completamente la ciudad. Escena del juego Total War Rome II

Asalto final de Cartago. La mujer de Asdrúbal y sus hijos antes de arrojarse al fuego desde el templo de Eshmún (Esculapio para los romanos)

Una vez esto ocurrió, el flemático Escipión Emiliano comenzó a llorar, y gritó en griego una frase de la Ilíada (libro IV): »Llegará un día en que Ilión, la ciudad santa, perecerá, en que perecerán Príamo y su pueblo, hábil en el manejo de la lanza». Cuando el historiador griego Polibio le pregunto por qué había recitado aquellos versos el general romano le contesto: »Temo que algún día alguien habrá de citarlos viendo arder Roma».

Asdrúbal Barca fue un general cartaginés perteneciente a la familia de los Bárcidas (245-207 a. C.), uno de los tres hijos de Amílcar Barca, y hermano de Aníbal y Magón.

Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano Menor Numantino (en latín, Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus minor Numantinus) (185 a. C.-129 a. C.), más conocido como Escipión Emiliano, fue un militar y político de la República romana del siglo II a. C., quien actuó dos veces como cónsul, en 147 y 134 a. C. Era hijo de Emilio Paulo, pero fue adoptado por la familia de los Cornelios Escipiones —la más destacada de la época— por un hijo de Escipión el Africano. 


Cartago y su puerto


Impresión artística de cómo pudo haber sido el ataque naval romano a Cartago durante la Tercera Guerra Púnica, 149-146 a.C.

DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD
LOS SOBREVIVIENTES FUERON TODOS REDUCIDOS A LA ESCLAVITUD Y LA CIUDAD UE TOTALMENTE SAQUEADA TRAS SU TOMA; SIN EMBARGO, LA MAYOR PARTE SE CONSERVABA AÚN EN PIE. DESPUÉS DE LA CAÍDA DE CARTAGO SE PRESENTÓ EN EL SITIO UNA COMISIÓN DEL SENADO ROMANO PARA DECIDIR QUE SE HARÍA CON ELLA. SEGÚN LOS INDICIOS, EL MISMO ESCIPIÓN EMILIANO Y ALGUNOS SENADORES ERAN PARTIDARIOS DE QUE LA CIUDAD SE CONSERVASE, PERO LA MAYOR PARTE DE LA COMISIÓN SE PUSO DE PARTE DE LA OPINIÓN DE QUE FUESE DESTRUIDA, SEGURAMENTE AÚN BAJO LA INFLUENCIA DE LOS DESEOS DEL YA FALLECIDO CATÓN.

POR TANTO, ESCIPIÓN ORDENÓ A LAS LEGIONES DESTRUIR TOTALMENTE LA CIUDAD HASTA LOS CIMIENTOS E HIZO QUE UN ARADO MRCARA SURCOS SOBRE ÉL DURANTE 17 DÍAS Y SEMBRADO CON SAL, PARA QUE NADA VOLVIERA A CRECER ALLI.
La historia de que los romanos esparcieron sal sobre las ruinas de Cartago “debe tomarse con un grano de sal” —literalmente y figuradamente—.
Es una invención moderna, no un hecho histórico documentado.
R. T. Ridley (Richard T. Ridley) 
  • Historiador y filólogo clásico especializado en la historia de Roma antigua, especialmente en los periodos republicano e imperial.
  • Se formó en el ámbito de los estudios clásicos (latín, griego e historia antigua) y ha publicado en revistas académicas reconocidas como Classical Philology, Historia, Latomus, Athenaeum y otras.
  • Fue profesor e investigador en universidades europeas y australianas, destacando su precisión filológica y su atención crítica a las fuentes antiguas.
R. T. Ridley, “To Be Taken with a Pinch of Salt: The Destruction of Carthage”, Classical Philology 81 (1986), pp. 140–146— es un estudio académico muy importante sobre el mito y la realidad de la destrucción de Cartago al final de la Tercera Guerra Púnica.
Ridley examina la veracidad histórica del relato tradicional según el cual los romanos, tras destruir Cartago, esparcieron sal sobre sus ruinas para impedir que nada volviera a crecer allí.

El autor argumenta que esta historia es un mito moderno, sin base en las fuentes antiguas.
Ausencia de evidencia antigua
  • Ridley demuestra que ningún autor antiguo (ni Polibio, ni Apiano, ni Diodoro, ni Tito Livio, ni Plutarco) menciona el acto de “sembrar sal” sobre Cartago.
  • El mito aparece siglos después, probablemente por confusión con rituales simbólicos de maldición practicados en otras culturas.
Importancia del artículo
  • Es una revisión historiográfica clásica sobre cómo se construyen los mitos históricos.
  • Desde Ridley (1986), la mayoría de los historiadores modernos coinciden en que el mito de la sal es falso.
  • Hoy se acepta que Cartago fue destruida completamente, pero sin ritual alguno de salazón.
B. Hallward Cambridge Ancient History vol. 8, Cambridge 1930, p. 484: "Buildings and walls were razed to the ground; the plough passed over the site, and salt was sown in the furrows made"

La cita de B. Hallward (1930)

“Buildings and walls were razed to the ground; the plough passed over the site, and salt was sown in the furrows made.”
(Los edificios y muros fueron arrasados; el arado pasó sobre el lugar, y se sembró sal en los surcos trazados.)

— B. Hallward, The Cambridge Ancient History, vol. 8, Cambridge University Press, 1930, p. 484.

Análisis histórico

No procede de una fuente antigua
  • Hallward no cita ningún texto antiguo que respalde esa afirmación.
  • Ni Polibio, Apiano, Diodoro Sículo, Livio, Plutarco, Estrabón, ni Dión Casio mencionan el acto de sembrar sal sobre Cartago.
  • Por tanto, Hallward repite una tradición moderna, no un hecho histórico documentado.
Origen del mito
  • El motivo del “arar el suelo y sembrar sal” aparece en textos bíblicos y medievales, no romanos.
  • El caso más conocido es el de Siquem, en Jueces 9:45:
  • “Abimélec destruyó la ciudad y esparció sal sobre ella.”
  • Es probable que autores modernos, inspirados por ese pasaje, atribuyeran simbólicamente el mismo acto a Roma para dramatizar la destrucción de Cartago.
R. T. Ridley y la corrección historiográfica

En su famoso artículo “To Be Taken with a Pinch of Salt: The Destruction of Carthage” (CPh 81, 1986), Ridley citó precisamente ejemplos como el de Hallward para demostrar cómo el mito se había consolidado en la historiografía moderna sin base textual.

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