El pasado miércoles día 8 de noviembre mis amigas y yo pudimos disfrutar de una agradable visita a la sede de la Fundación Miguel Echauri, en la calle San Antón, 6, de Pamplona.
Un encuentro inolvidable con el arte en el corazón de la ciudad histórica de Pamplona; Mercedes nuestra guía, transmitiéndonos en todo momento su pasión y cariño por todo lo que vimos.
Horario de visitas, de 10,00 a 2,00 y de 5.30 a 8.00 h. los días laborables.
El pintor Miguel Echauri (izquierda), sentado junto a su hermano Fermín, galerista, en una sala de la Fundación Miguel Echauri. |
Si la fachada de la casa del número 6 de la pamplonesa calle San Antón es un placer a la vista por su equilibrado y sobrio ritmo y una suave ornamentación, no lo es menos su escalera interior que comunica y distribuye sus cuatro plantas. Tanto una como la otra son el resultado de la inspiración creadora de Fermín Echauri
Miguel Echauri nació en Pamplona el 23 de septiembre de 1927. Cursó sus primeros estudios en diferentes centros de su ciudad, y recibió una primera instrucción artística de Javier Ciga Echandi, maestro de la mayoría de los pintores de su generación.
MIGUEL ECHAURI "Mujer". Firmado: M. Echauri. Ceras / cartulina. |
En 1964, después de haber pasado fuera más de la mitad de su vida, siente la necesidad de regresar a Navarra, experimenta la nostalgia de su patria y decide establecerse en Pamplona, donde encuentra el apoyo y colaboración de su hermano Fermín, en el que encuentra una colaboración, un tamdem que funcionará hasta el día de hoy, y le permitirá dedicarse totalmente a la pintura.
Comienza entonces, y continúa durante dos décadas, un periodo de gran intensidad de trabajo, en el que su estilo se hace suelto, austero, trascendente, cercano a la abstracción, de tierras deshechas, muy en la línea de los pintores informalistas de su generación, y centrado también en la representación de figuras femeninas trascendentes, como nacidas de la propia tierra. Expone en las principales galerías de Madrid, Barcelona, Bilbao, San Sebastián…, y participa en exposiciones internacionales, como la que se celebra en Damasco tras la II Bienal de Alejandría en 1972, o en Viena en 1975.
El pintar con luz artificial le ha dado una personalidad diferente a mi obra dice Miguel Echauri |
Cosecha un gran éxito de público, que se ve reflejado en las opiniones de los críticos más destacados del momento, como García Viñolas o Raul Chávarri, entre otros muchos.
Aunque desde su vuelta siempre expuso en su ciudad natal, esta actividad se hace exclusiva de Pamplona tras la apertura primero, en 1979, de la galería Parke 15 y después las galerías Fermín Echauri, 1 y 2.
Además, comienza una nueva etapa en su evolución estética, definitiva a partir de 1984 en la exposición celebrada en la Sala García Castañón Diálogos con la piedra, el la que introduce las rocas, que se convierten desde entonces en un rasgo distintivo de su pintura, centrada en los géneros del paisaje y la naturaleza muerta. Y con las piedras llega una nueva técnica, más minuciosa, atenta a conseguir infinitos matices en los colores de la tierra, demostrando un gran interés en los contrastes de luces y sombras y representando una nueva realidad creada por el artista, especialmente evocadora.
En el año 2009 se celebró una muestra antológica de su obra, la primera dedicada en ese centro a un pintor vivo, en el Museo de Navarra, que tuvo una gran resonancia.
"El balcón", una de las obras de Miguel Echauri expuestas en el Museo de Navarra. |
A partir de la creación de la Fundación Miguel Echauri, ésta se ha encargado de la organización de las exposiciones y las actividades relacionadas con ellas. Hasta la fecha, y a partir de 2011, se han celebrado 9 muestras del artista.
La Fundación Miguel Echauri nació, tras un largo periodo de maduración de la idea, en el año 2010.
Los hermanos Echauri, Miguel y Fermín, que no tienen herederos directos, decidieron que el resultado de sus vidas profesionales, la de Miguel como pintor, y la de su hermano Fermín, como decorador, anticuario y galerista, no terminase con ellos, sino que encontrasen una perduración por medio de una Fundación que heredase sus bienes y también sus intenciones, es decir: que el resultado de ese trabajo, su casa y sus colecciones, no se dispersasen sino que quedasen reunidas en su casa y puestas al servicio de su comunidad cultural de Navarra y su ciudad natal, y más en concreto, en su corazón, en la Pamplona histórica.
Los cuadros de Echauri imprimen grandeza a lo cotidiano, vuelven excepcional lo sencillo y austero. Son un canto al amor por lo humilde y lo cercano. Al amor por la tierra natal de uno, en este caso, simbolizado en maravillosas estampas de tejados viejos con cielos oscuros y sin embargo iluminadas por ciertas luces no sabemos si de tarde de invierno o de amanecer cálido... Una luz difusa que no se sabe de dónde llega pero que envuelve las formas, atrapando a quien las contempla. Un total de 25 cuadros de Miguel Echauri, entre ellos varios autorretratos, dialogan en la exposición junto a retratos del pintor realizados por Juan Béjar y Luis Massoni, y una recreación del estudio del artista, con sus lienzos, pinceles, elementos que usaba para componer bodegones como panes, piedras o utensilios antiguos de labores cotidianas, y la lámpara con la que iluminaba sus cuadros. Porque Miguel siempre ha pintado con luz artificial. Desde que comenzó a forjarse a sí mismo como artista, en Uruguay. En aquella época trabajaba todo el día dando clases, hasta las diez de la noche. Y cuando llegaba a casa se ponía a pintar, con focos. Así surgió su estilo artístico, su personalidad propia.
En ese edificio, en un ámbito sorprendente, acogedor y efectista, se custodian dos colecciones simultáneamente, una amplísima de obras de Miguel Echauri, y otra de muebles, esculturas, tapices y distintos objetos de arte recogidos por los hermanos Echauri a lo largo de sus vidas.
2017 Con la presente exposición, la Fundación Miguel Echauri celebra los 90 cumpleaños de nuestro querido pintor y promueve este nuevo encuentro de "El pintor y su ciudad"
Desde la atalaya de una tronera abierta a un tejado destartalado, se contempla, en el cálido atardecer, el abigarrado y bello espectáculo de lo incontrolado, de la imprevisible, la autenticidad de un escenario real lleno de interés visual.
Estrechos espacios de rincones y pequeños patios vecinales reciben todavía los últimos rescoldos de la luz de un día de verano, recalcando así las sombras en un mundo de intensa vitalidad plástica.
Las viejas tejas árabes, heridas hasta el infinito por heladas nieves, tormentas y soles despiadados, se muestran como inquietas protagonistas de la constante lucha por la supervivencia, acompañadas de infinitas clases de chimeneas, claraboyas, antenas y variados artefactos, participan en una confusa y dura lucha por sobrevivir. Al fondo, pero siempre protagonistas las imponentes torres de los edificios eclesiales, siempre lejanas, pero nunca indiferentes, contemplan este espectáculo tan esplendorosamente barroco, con cierto aire de solemnidad presidencial.
Bibiografía:
La pintura de Miguel Echauri ha sido suficientemente tratada por la crítica a lo largo de varias décadas. La mejor recopilación bibliográfica, además de un riguroso estudio científico, es la reciente obra de Francisco Javier ZUBIAUR CARREÑO, Miguel Echauri, Pintor, Gobierno de Navarra, departamento de Cultura y Turismo, Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 2009.
Fuente: Emilio Quintanilla Martínez
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Estupendo "resumen", pero no hay que perderse la visita a la fundación.
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