Andrónico I Comneno (Constantinopla, c. 1118 – ibídem, 12 de septiembre de 1185) fue Emperador de los romanos desde 1183 hasta su muerte, último de la dinastía Comnena. Sobrino de Juan II y nieto de Alejo I, Andrónico Comneno fue probablemente el miembro más brillante y fascinante de su inteligente dinastía. Su turbulenta y trágica vida destaca por sus aspectos novelescos de entre las de todos los emperadores bizantinos. Llevó una vida aventurera y fue proscrito, encarcelado y exiliado en diversas ocasiones. Hombre atractivo y elocuente, además de enérgico y valiente, destacó como gran general y hábil político.
Usurpó el trono a Alejo II y se convirtió en emperador a una edad avanzada. Su reinado comenzó bajo los mejores auspicios, y su recta y honesta administración fue muy beneficiosa para el Imperio. Sin embargo, su populismo y su concepción autocrática del poder le enemistaron con la aristocracia. Andrónico reaccionó imponiendo un régimen cada vez más tiránico y brutal, sometiendo a sus súbditos al imperio del terror y crueldad. La amenaza de los normandos de Sicilia exacerbó la situación, que acabó estallando con la aparición de un pretendiente al trono, Isaac II Ángelo, y un motín popular. Su horrorosa muerte marcó el fin de los esfuerzos restauradores de los Comneno, y el comienzo del declive final del Imperio. | Andrónico, llegado al trono sólo pudo mantenerse en el poder por un sistema de inaudito terror y crueldad. En los asuntos externos no mostró iniciativa ni energía. La población, se volvió contra él. En 1185 estalló una revolución que elevó al trono a Isaac Ángel. Andrónico no pudo huir y preso y depuesto, hubo de soportar suplicios y humillaciones terribles, que resistió con notable estoicismo. En el curso de los tremendos sufrimientos que le infligieron, sólo repitió varias veces: "¡Señor, ten piedad de mí! ¿Por qué te encarnizas con una caña quebrada?" El nuevo emperador no permitió que se sepultase el cadáver mutilado de Andrónico. Tal fue el trágico fin de la dinastía de los Comnenos, la última realmente gloriosa que ocupó el trono de Bizancio. |
Isaac II Ángelo (Isaac II Ángelo o el Ángel; ?, 1155 - Constantinopla, 1204) . Emperador de Bizancio (1185-1195 y 1203-1204). Fue el primer representante de la dinastía Ángel. Durante sus años de reinado superó las numerosas complicaciones que se presentaron, pero a pesar de su habilidad como gobernante, a su muerte, el Imperio estaba más debilitado, debido sobre todo a los problemas en los Balcanes.
Hijo de Andrónico el Ángel, ocupó el trono de Bizancio el 12 de septiembre de 1185, después de que una revolución destronase a Alejo I Comneno, último de los emperadores Comneno. Fueron la dureza del gobierno de Alejo y el temor a los normandos, que recientemente habían conquistado Tesalónica, las causas que elevaron a los Ángel al trono imperial.
| Isaac II Ángelo y su hijo Alejo IV Isaac II se proclamó emperador después de derrocar a Andrónico I Comneno. En seguida fortaleció su posición organizando matrimonios dinásticos en 1185 y 1186. Casó a su sobrina, Eudoxia Angelina con Esteban I Nemanjić, hijo de Esteban Nemanja de Serbia. Teodora, hermana de Isaac, se casó con Conrado de Montferrato. En enero de 1186 Isaac se casó con Margarita de Hungría (renombrada Maria), hija del rey Bela III. Isaac II tiene la reputación de ser uno de los príncipes más fracasados de los que ocuparon el trono bizantino. Rodeado por una multitud de esclavos, amantes y aduladores, permitió que su imperio fuera administrado por sus favoritos indignos, mientras que despilfarró el dinero destinado a sus provincias, en edificios costosos y regalos caros a las iglesias de su ciudad. Trató de enmendar las cosas ofreciendo compensaciones comerciales a los venecianos
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Isaac empezó su reinado con una victoria sobre el rey normando de Sicilia, Guillermo II, el 7 de noviembre de 1185, quien había invadido los Balcanes con 80.000 hombres y 200 barcos
La atención del Emperador se dirigió luego al este, donde varios usurpadores pretendían reclamar el trono. En 1189, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico I Barbarroja solicitó, y obtuvo permiso para llevar a sus tropas de la Tercera Cruzada a través del Imperio bizantino, pero tan pronto como cruzó la frontera, Isaac estableció una alianza con Saladino. En venganza, Barbarroja ocupó Filipópolis y derrotó a un ejército bizantino de 3.000 hombres. Los siguientes cinco años estuvieron ocupados en continuas guerras con Bulgaria. Mientras se preparaba para una nueva ofensiva en 1195, su hermano Alejo III Ángelo se proclamó emperador y fue reconocido por los soldados. Isaac fue cegado y apresado en Constantinopla Fue restablecido por la Cuarta Cruzada en 1203 y gobernó con su hijo Alejo IV Ángelo hasta que Alejo Ducas Murzuflos los asesinó en prisión, proclamándose emperador con el nombre de Alejo V.
Mientras el Imperio Bizantino se desangraba a causa de sus luchas internas, los cruzados se enfrentaban a la peor amenaza de su historia: SALADINO
Saladino I (1138 - Damasco, 1193) Sultán de Egipto (1171-1193) y de Siria (1174-1193). De origen kurdo, inició su carrera militar junto a su padre Ayyub y su tío Sirkuh, que servían a Nur al-Din, uno de los más importantes jefes militares de Siria. Participó en la expedición de Sirkuh a Egipto, y asumió el mando a la muerte de éste, en 1169.
La ocupación del país del Nilo puso fin al período fatimí y sirvió para realzar el prestigio de Saladino dentro de un islam aún traumatizado por la caída de Jerusalén en poder de los cruzados en 1099. A la muerte de Nur al-Din, hasta aquel momento considerado como el gran campeón del islam, Saladino supo maniobrar con destreza para apartar a sus sucesores y afianzarse en el poder en Siria.
| La batalla de los Cuernos de Hattin fue un encuentro armado que tuvo lugar el 4 de julio del año 1187 en Palestina, al oeste del mar de Galilea, en el desfiladero conocido como Cuernos de Hattin (Qurun-hattun) entre el ejército cruzado, formado principalmente por contingentes Templarios y Hospitalarios a las órdenes de Guido de Lusignan, rey de Jerusalén, y Reinaldo de Châtillon, contra las tropas del sultán de Egipto, Saladino. Reinaldo I de Châtillon o Reinaldo I de Antioquía (c.1125 - 4 de julio de 1187) fue un caballero francés que participó en la Segunda Cruzada y permaneció en Tierra Santa tras el fracaso de la misma. Fue príncipe de Antioquía de 1153 a 1160, gracias a su matrimonio con Constanza de Antioquía, la heredera del principado.
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Conseguido esto, inició la reunificación de los diferentes estados islámicos de Oriente y organizó para ello un poderoso y disciplinado ejército cuyo núcleo fundamental eran los fiables guerreros turcos y kurdos. Una vez se sintió seguro de sus fuerzas, reavivó la guerra santa y atacó al Estado de los cruzados en Palestina en 1187. Con suma habilidad estratégica, atrajo al principal ejército cruzado, el del rey Guido de Lusignan, a los Cuernos de Hattin, donde lo cercó y aniquiló. En la dieta de Maguncia también se decidió realizar una cruzada. En 1189 Federico partió, junto con Felipe II de Francia y Ricardo I de Inglaterra, a la Tercera Cruzada. Dos reyes y un emperador encabezaban la Tercera Cruzada (1187-1191). El más peligroso para los bizantinos era Federico I Barbarroja, el emperador, que ya había exigido el vasallaje de Manuel I y que avanzaba con un ejercito enorme hacia Anatolia. Federico I Barbarroja se apoderó de Iconium, la capital del Sultanato Selyúcida del Rum. Era evidente que sus intenciones pasaban por hacerse con un señorío de Anatolia. La amenaza al Imperio Bizantino era considerable. Federico I se ahogó en el río Saleph en Anatolia en junio de 1190, antes de que pudiera encontrarse con Saladino, ya que tenía su armadura puesta y esta le hizo peso. Hay varios relatos diferentes sobre este suceso A partir de esta victoria, las posesiones cruzadas en Tierra Santa, con inclusión de Jerusalén, fueron cayendo una tras otra. La reacción de los cristianos no se hizo esperar y se inició la Tercera Cruzada: un poderoso ejército mandado por los reyes de Francia e Inglaterra, Felipe II Augusto y Ricardo Corazón de León, desembarcó en Acre y sitió la ciudad. Los intentos de Saladino para socorrer Acre fueron infructuosos, y ésta fue tomada por los cristianos en 1191.
Saladino dedicó entonces sus energías a detener el avance de Ricardo Corazón de León en dirección a Jerusalén. La enconada resistencia de los musulmanes logró por último contener los progresos de los cruzados y se firmó una paz que dejaba el interior de Palestina, incluida Jerusalén, en manos de los musulmanes, si bien se aseguraba el derecho de paso de los peregrinos a esta ciudad.
Concluida la guerra, la figura de Saladino fue reverenciada, ya que se le consideró el salvador del islam. Los mismos cruzados no dudaron en resaltar su valentía y su honor. (Fuente: Biografías y Vidas)
Venecia también fue convocada a la tercera cruzada. Pero, como había ocurrido en las anteriores cruzadas, se sumó a la empresa con enorme reluctancia. Naturalmente la República estaba muy interesada en la defensa de sus posesiones en Tierra Santa. Pero Federico I Barbarroja había anunciado su propósito de aprovechar la campaña para atacar a los bizantinos, con los que Venecia acaba de firmar un tratado que confirmaba y ampliaba más sus viejos privilegios. Así que los venecianos se limitaron a colaborar de forma tibia, transportando hombres y pertrechos. Tres cruzadas después, los intereses de la República estaban demasiado divididos como para sumarse de forma entusiasta a una empresa de este tipo. Pero las cosas estaban a punto de cambiar. |
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