viernes, 16 de agosto de 2019

(VI) Egipto - Tierra de Faraones - Valle de las Reinas - Nefertari - Templo de Nefertari o Templo de Hathor - Abu Simble - Ramsés II

(V) Egipto Tierra de Faraones  - El Valle de los Reyes - Arqueólogos españoles hallan el sarcófago y la momia de una cantora de Amón - Tumba del faraón Seti I - Tumba de Tutankamón, pincha aqui 

Valle de las Reinas

Valle de las Reinas es el nombre de la necrópolis del antiguo Egipto donde fueron enterrados reinas y príncipes de las dinastías XIX y XX, aunque también se han encontrado algunas de épocas anteriores. Se encuentra situado al sudoeste del Valle de los Reyes, frente a Luxor, en la ribera occidental del Nilo, y es un lugar más pequeño y con un tipo de roca de peor calidad que la del Valle de los Reyes. Recibió el nombre egipcio Ta Set Neferu "el lugar de la belleza
Los faraones de la dinastía XVIII, en vez de la tradicional construcción de las pirámides como cámaras funerarias, y quizás debido a su vulnerabilidad a la tumba de ladrones, eligieron ser enterrados en tumbas excavadas en la roca.
El conjunto está formado por varios uadis (valles):

  • Valle de las Reinas, el valle principal y mayor,
  • Valle del Príncipe Ahmose, que recibe su nombre por el propietario de la primera tumba descubierta en él, la QV88.
  • Valle del Dolmen, nombre debido a unas rocas con esa forma,
  • Valle de la Cuerda, llamado así por el hallazgo de unas cuerdas coptas,
  • Valle de la Gran Cascada, porque se formaba un torrente en época de lluvias,
  • Valle de los Tres Pozos, que debe el nombre a tres tumbas halladas en pozos.
  • Hay un templo de Ptah, y en el Valle de los Tres Pozos se conservan las ruinas de Deir el Rumi, un monasterio copto.
Aunque se tiene como fundadora del Valle a la Gran Esposa Real del fundador de la dinastía XIX, la reina Sitra, lo cierto es que antes de ella ya se habían excavado varias tumbas y pozos funerarios pertenecientes a las dinastías XVII y XVIII. No obstante sería sólo a partir de Sitra que el lugar se convirtió en exclusivo de las mujeres y de los hijos favoritos del monarca reinante.
Sitra, primera reina de la dinastía XIX. Su nombre significa, literalmente, "hija de Ra". La ausencia del título hija del rey indican que no pertenecía a la familia real.
Consorte: Ramsés I
Descendencia: Sethy I 
Ra era el dios del cielo, dios del Sol y del origen de la vida en la mitología egipcia. Ra era el símbolo de la luz solar, dador de vida,​ y responsable del ciclo de la muerte y la resurrección. Dios que representa el sol del mediodía, en su máximo esplendor. En los primeros tiempos era la figura más importante del Mundo Inferior; se decía que cada noche viajaba por él bajo la forma de Auf-Ra, el sol poniente. Para viajar por el cielo se creía que lo hacía en barca de Oriente a Occidente en un viaje de 24 horas; de día era una barca conocida como "Mandjet"; por la noche viaja en una barcaza pequeña llamada "Mensenktet";​ según los momentos del viaje, se manifestaba en tres entidades diferentes: al amanecer era Jepri; al mediodía, Horajti y al anochecer, Atum.

Templo de Sethy I en Abidos.
Abidos es el nombre griego de la capital del nomo VIII del Alto Egipto, también denominado nomo Tinita por los griegos. Abidos fue una de las ciudades más influyentes del Alto Egipto, con importancia política desde la dinastía XIX.

Momia de Seti I en el Museo Egipcio de El Cairo.
Consorte Tuya y ¿Tanedyemy?
Menmaatra Sethy, o Seti I,hijo de Ramsés I y Sitra, fue el segundo faraón de la dinastía XIX; gobernó unos quince años, de c. 1294 a 1279 a. C.

Relieve de Ramsés I, por encargo de su hijo, Sethi I. --  Ramsés I,​ fue el fundador de la XIX dinastía, perteneciente al Imperio Nuevo de Egipto. Las fechas de su corto reinado se estiman de c. 1295 a 1294 a. C.
La primera tumba real fue descubierta por Belzoni en 1816, la de Tyti. John Gardiner Wilkinson localizó 24 tumbas en 1828. Champollion y Rosellini identificaron las anteriores tumbas en 1829. Carl Richard Lepsius realizó un nuevo inventario, documentando y recuperando numerosos objetos. Ernesto Schiaparelli y Francesco Ballerini iniciaron una sistemática excavación del Valle de las reinas en 1903 y descubrieron la tumba de Nefertari, la joya más hermosa de toda la necrópolis tebana: Sus pinturas por primera vez dan relieve a las figuras, sobre todo al rostro de la reina, con sombras en los pómulos o en la comisura de los labios.
En la actualidad en el Valle de las Reinas hay hasta 98 sepulcros, pozos y otras abandonadas al poco de construir que jamás se ocuparon, todas ellas numeradas bajo las siglas QV.
Nefertari Meryetmut fue una reina egipcia de la dinastía XIX, la Gran Esposa Real de Ramsés II el Grande, uno de los faraones más poderosos. Jugó un importante papel como esposa real, estando dotada de una brillante mente política. Fue enterrada en la necrópolis tebana, en una tumba bellamente decorada.
Una de las grandes incógnitas que rodean a esta reina es su lugar de nacimiento y su familia. Su esposo, el futuro faraón Ramsés II, se cuidó mucho de ocultarlos, aunque está claro que la veneración que tuvo en vida, así como algunos de sus títulos, demuestran un origen noble.
Nefertari se casó con el príncipe heredero Ramsés cuando aún ambos estaban en la adolescencia. Tuvieron hijos alrededor de los quince años de edad. Por aquellos años Ramsés aún no había sido designado corregente, y ya estaba casado con otra mujer, Isis-Nefert, cuyo papel pronto desplazaría Nefertari.

Al asumir el trono, Ramsés II ya tenía varios hijos, tanto de Nefertari como de Isis-Nefert, y ascendió a ambas al rango de grandes esposas reales. Sin embargo, Nefertari fue la reina por excelencia; su particular carisma y el profundo amor que le profesaba Ramsés II sumieron en la sombra a todas sus rivales, y la convirtieron en la mujer más importante del reino. Fue una verdadera mujer de estado, que propició el cese de hostilidades entre Egipto y el Imperio Hitita con sus cartas de paz al emperador Hattusili III y a su esposa, la también influyente emperatriz Puduhepa. El resultado fue el conocido como "Tratado de paz perpetua" (Tratado de Quadesh). Está gran mujer amada por su esposo pero según dicen los historiadores su corazón pertenecía a otro hombre, fue sabía en escoger en aquel entonces poder por sobre el amor, en un tiempo donde la mujer no regía sino únicamente los hombres.
Mapa del Reino hitita: en rojo oscuro, hacia 1560 a. C.; en rojo claro, su máxima extensión, antes de la batalla de Qadesh.
Imperio hitita fue un Estado de la Antigüedad que se originó cerca del siglo XVII a. C. y sucumbió circa del siglo XII a. C. Fueron un poder dominante en Anatolia, donde se situó su núcleo político central y otros territorios periféricos.​ Durante los siglos XIV y XIII a. C. incorporaron un gran número de vasallos anatólicos en occidente y controlaron extensas zonas de Siria septentrional, alcanzando el río Éufrates.
Resulta insólito que un monarca siempre tachado de megalómano y egocéntrico como fue Ramsés II tuviese una debilidad tan clara como la que sentía por Nefertari. No solo la colmó de honores en vida, sino que además se aseguró de que fuera conocida durante toda la eternidad. En la mayoría de las estatuas en las que aparece Ramsés II suele venir acompañado por Nefertari (aunque de mucho menor tamaño que su marido), y, lo que es más importante, tuvo el inmenso honor de ser deificada en vida, algo impropio de una gran esposa real.
Pequeña escultura de Nefertari, con su nombre grabado en un cartucho, situada junto a la colosal estatua sedente de Ramsés II, en Abu Simbel.
Suele haber unanimidad respecto a que Nefertari murió en torno al año 26 del reinado de Ramsés II, cuando contaría entre cuarenta y cincuenta años. En aquel momento es muy posible que los templos de Abu Simbel aún no hubiesen sido terminados, pues la decoración posterior del templo de Hathor tiene fragmentos que aluden a la muerte de Nefertari.
Nefertari-Meryetmut, por la que brilla el Sol, se había hecho inmortal. El afligido Ramsés II hizo construir para ella la tumba más grande y bella del Valle de las Reinas (y para muchos, la más hermosa de todas las tumbas egipcias), la QV66, descubierta a comienzos del siglo XX y que aún sigue despertando nuestra admiración.
El mejor testimonio del amor de Ramsés II y de Nefertari es el templo más pequeño de los dos que hay en Abu Simbel. Mientras que el mayor estaba dedicado a Amón, Ra-Horajty, Ptah y Ramsés deificado, el menor era exclusivamente de la diosa Hathor, personificada en la figura de Nefertari. Solo hay que ver la dedicatoria de la entrada de ese bello templo, lleno de imágenes de Nefertari y de sus hijos, para comprobar lo que sentía el faraón por su reina:
  • [...] Una obra perteneciente por toda la eternidad a la Gran Esposa Real Nefertari-Merienmut, por la que brilla el Sol.
Sin duda, la tumba más célebre del Valle de las Reinas es la impresionante tumba de la reina Nefertari, esposa de Ramsés II. Está siglada con el número 66 (QV 66) y nada en el exterior preludia lo que esconde en sus entrañas. Fue descubierta en 1904 por el italiano Schiaparelli.

Fotografía de 1905 del complejo de Abu Simbel, a la derecha el Templo de Nefertari o Templo de Hathor, en la ribera del Nilo.
El templo es una construcción de tipo speos, (edificaciones talladas en la roca).

Vista frontal del Templo de Nefertari con sus 6 colosos custodiándolo, en Abu Simbel.
El Templo de Nefertari, también conocido como "Templo de Hathor", fue construido bajo el mandato del tercer faraón egipcio de la Dinastía XIX Ramsés II, como homenaje a su esposa, la reina Nefertari, siendo unos de los escasos ejemplos de grandes templos dedicados a una mujer en el Antiguo Egipto y que forma parte junto con el Templo de Ramsés II, del complejo de Abu Simbel.
El templo está situado al sur de Egipto, a 300 kilómetros de la ciudad de Asuán, y al norte respecto del templo de Ramsés II.
En la fachada hay seis estatuas colosales: 4 de Ramsés II con nemes, la doble corona del Alto y Bajo Egipto y 2 de Nefertari; todas tiene adelantada la pierna izquierda, como si estuvieran caminando.

Las seis son de igual tamaño, algo poco corriente ya que las estatuas que representaban al faraón solían ser de mayor tamaño y están dentro de hornacinas rectangulares y formando dos grupos de tres.
Iluminación nocturna del templo
El templo está dedicado a Hathor, diosa del amor y la belleza, así como a su esposa favorita, Nefertari. Se construyó junto con el Templo de Ramsés II con la intención de impresionar a los enemigos del sur de Egipto y dar fe de la grandeza y poder del reino
 Empezando por la izquierda los colosos representan a:
  • Ramsés II con la corona del Alto Egipto, con barba postiza.
  • Nefertari con atributos de la diosa Hathor, disco solar entre 2 altas plumas y cuernos de vaca.
  • Ramsés II con la corona blanca del Alto Egipto, con barba postiza.
  • Ramsés II con doble corona, con barba postiza.
  • Nefertari con atributos de la diosa Hathor, disco solar entre 2 altas plumas y cuernos de vaca.
  • Ramsés II con el nemes, la corona atef, con barba postiza.
  • Cada estatua mide aproximadamente 10 metros de altura.
  • La entrada conduce a la sala hipóstila, con seis columnas centrales, esculpidas con capiteles decorados con la cabeza de la diosa Hathor que contiene inscripciones con historias del rey y la reina, y fórmulas de adoración a las deidades Mut, Isis, Satis, Hathor, Anukis y Urethekau, todas ellas divinidades femeninas.
  • El interior del Templo se divide en diversas estancias: Santuario, sala hipóstila, 2 pequeñas salas-almacén, pronaos, vestíbulo.
Sala hipóstila

Pilar adornado con una cabeza de Hathor
Imagen de la iconografía más habitual de Hathor, basada en parte en imágenes de la tumba de Nefertari.
Hathor es una de las principales diosas de la religión del Antiguo Egipto que desempeñaba una gran variedad de papeles. Como deidad del cielo, era la madre o consorte del dios celeste Horus y del dios solar Ra, ambos relacionados con la realeza, por lo que Hathor era la madre simbólica de sus representantes terrenales, los faraones.
    Ubicación de Abu Simbel al sur de Egipto
Abu Simbel es un emplazamiento de interés arqueológico que se compone de templos egipcios ubicado en Nubia, al sur de Egipto. Está localizado en la ribera occidental del lago Nasser, a unos 231 km al suroeste de Asuán (como 300 km por carretera), próximo a su emplazamiento original. Los templos forman parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán, complejo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 con el nombre de «Monumentos de Nubia, desde Abu Simbel hasta File», conocidos como los «Monumentos nubios»,​ que se extienden hasta File, cerca de Asuán.

En 1968, el complejo fue reubicado en una colina artificial, construida en terrenos próximos situados sobre el nivel del futuro lago Nasser. El traslado de los templos fue necesario para evitar que quedaran sumergidos, tras la construcción de la presa de Asuán, por el embalse formado por las aguas del río Nilo. Abu Simbel sigue siendo una de las más importantes atracciones turísticas de Egipto.
Los templos fueron excavados en la roca (speos) durante el reinado del faraón Ramsés II en el siglo XIII a. C., como un monumento dedicado a dicho faraón y a su esposa Nefertari, para conmemorar su supuesta victoria en la batalla de Kadesh y mostrar su poder a sus vecinos nubios.

La dinastía XIX intentó recuperar la influencia de Egipto en el exterior, perdida después de los disturbios y turbulencias religiosas y políticas durante el reinado de Ajenatón (Akenatón) de la dinastía XVIII que apoyó el culto a Atón en detrimento de Amón y su influyente clero.

Ramsés II, hijo de Seti I combatió a los enemigos del Norte, y del Sur. Pero su batalla más importante fue la de Kadesh, en Canaán contra los asiáticos hititas. Esta batalla terminó con un tratado de paz entre ambas fuerzas. En los muros de Abu Simbel y de otros templos egipcios, Ramsés se jactaba de haber ganado la batalla; el rey de los hititas hizo lo propio en los templos de su país.

Con el paso del tiempo el templo, abandonado, comenzó a llenarse de arena. Cerca del siglo VI a. C., la arena cubría las estatuas del templo principal hasta la altura de sus rodillas. Abu Simbel quedó olvidado hasta que, en 1813, el suizo Johann Ludwig Burckhardt lo visitó.
Burckhardt comentó su descubrimiento al explorador italiano Giovanni Belzoni, quien viajó al lugar, pero fue incapaz de excavar una entrada que permitiera el acceso al templo. Belzoni regresó en 1817 y esta vez tuvo éxito, pues consiguió entrar y se llevó todos los objetos de valor que pudo transportar.
Jean Louis Burckhardt (Lausana, 24 de noviembre de 1784 - El Cairo, 15 de octubre de 1817) fue un explorador suizo, profundo conocedor de la lengua árabe y de la religión islámica que, haciéndose pasar por un mercader árabe, viajó por el Oriente Próximo y Nubia. Fue el europeo que encontró las ruinas de Petra en 1812, la antigua capital de los nabateos y uno de los primeros europeos en conocer La Meca y Medina. Además descubrió a occidente los templos del faraón Ramsés II y Nefertari en Abu Simbel, Egipto. Se convirtió al islam, tomando el nombre de Ibrahim ibn Abdullah.
Giovanni Belzoni en Abu Simbel (1778-1823) fue un explorador y viajero italiano. Tuvo carácter aventurero siendo un ilustre y singular personaje de la incipiente egiptología del siglo XIX.Nació en la ciudad italiana de Padua en 1778. En 1803 viajó a Inglaterra, donde se casó con una inglesa, Sarah Bane o Banne. Para subsistir, realiza exhibiciones de fuerza y agilidad como forzudo, actuando en las calles de Londres, pequeñas ferias y circos –medía unos dos metros de altura y era de fuerte complexión. En 1812 dejó Inglaterra y, después de viajar a España y Portugal, llegó a Egipto en 1815. Había estudiado rudimentos de ingeniería e ideó una rueda hidráulica que, según sus cálculos, era cuatro veces más eficiente que las contemporáneas. Expuso su invento en Egipto, instalándolo en el palacio del Pachá Mehmet Alí. La demostración fue un fracaso total.
En Egipto conoció al cónsul general británico, Henry Salt, y se aventura a transportar un gran busto de piedra de Ramsés II, desde el Ramesseum a Alejandría, para su embarque con destino a Londres; aún se exhibe en el Museo Británico. 
A pesar de su excepcional tamaño y majestuosidad, lo cierto es que el mundo occidental desconoció por completo la existencia de los templos de Abu Simbel hasta principios del siglo XIX. No resulta extraño, pues, al contrario que las pirámides de Gizeh, no muy lejos del puerto de Alejandría, estas obras maestras de la arquitectura faraónica se hallan situadas en una región cercana a la segunda catarata nubia.
      Pórtico del Ramesseum -- El primer trabajo de Belzoni en Egipto fue el traslado de un colosal busto caído del faraón Ramsés II, bautizado como el joven Memnón, desde su emplazamiento original en el Ramesseum, en la actual Luxor, al Museo Británico en Londres.
    En 1959 se inició una campaña internacional de recaudación de fondos para salvar los monumentos de Nubia, ya que algunos de ellos estaban en peligro de desaparecer bajo el agua, como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán.

    Un esquema para salvar los templos se basó en una idea de William MacQuitty para construir una represa de agua potable alrededor de los templos, con el agua mantenida a la misma altura que el Nilo. Debía haber cámaras subterráneas. En 1962, la idea fue concretada en una propuesta presentada por los arquitectos Jane Drew y Maxwell Fry y el ingeniero civil Ove Arup.​ En ella, consideraron que alzar los templos ignoraba el efecto de erosión del asperón por los vientos del desierto. A pesar de que se reconoció que la propuesta era extremadamente elegante, fue rechazada.

    El rescate de los templos de Abu Simbel fue iniciado en 1964 por un equipo multinacional de arqueólogos, ingenieros y operadores de equipo pesado que trabajaron juntos bajo el estandarte de la Unesco. En total, costó unos 40 millones de dólares de la época. Entre 1964 y 1968, todo el sitio fue cuidadosamente partido en grandes bloques (de un promedio de 20 toneladas y un máximo de 30 toneladas cada uno), desmantelado, elevado y reensamblado en una nueva ubicación 65 metros más alta y 200 metros más lejos del río, en uno de los mayores desafíos de la ingeniería arqueológica en la historia.​ Incluso fueron salvadas algunas estructuras sumergidas en las aguas del lago Nasser.

    Maqueta a escala que muestra la ubicación original y actual del templo (con respecto al nivel del agua) en el Museo de Nubia, en Asuán.
    El complejo está compuesto por dos templos. El mayor de ellos está dedicado a Ra, Ptah y Amón, las tres deidades estatales del Antiguo Egipto; y alberga cuatro estatuas colosales de Ramsés II esculpidas en la roca de la fachada. El templo menor está dedicado a Nefertari, la esposa favorita de Ramsés.

    Gran Templo
    Templo de Ramsés II (Abu Simbel)

    Trabajos de reconstrucción del templo

    El Gran Templo de Abu Simbel, que tomó unos veinte años construir, fue completado alrededor del año 24 del reinado de Ramsés II (que corresponde a 1265 a. C.). Fue dedicado a los dioses Amón, Ra-Horajti y Ptah, así como al Ramsés deificado.​ Generalmente, es considerado como uno de los más bellos de todos los edificados durante el reinado de Ramsés II y uno de los más monumentales de Egipto.


    La fachada del templo tiene 33 metros de altura por 38 metros de ancho y está custodiado por cuatro estatuas sedentes. Todas las estatuas representan a Ramsés II, sentado en un trono con la doble corona del Alto y Bajo Egipto. Cada una de ellas mide unos veinte metros de altura y están encabezadas por un friso de 22 babuinos, adoradores del sol y que flanquean la entrada. Las estatuas y el templo fueron esculpidos en una colina rocosa. La estatua situada a la izquierda de la entrada se partió durante un terremoto y solo quedó intacta su parte inferior.


    Cerca de los pies de los colosos, hay otras estatuas que no llegan a la altura de las rodillas del faraón. Estas representan a diversos miembros de la familia del faraón, como su esposa principal Nefertari, la reina madre Tuya, sus primeros dos hijos Amenherjepeshef, Ramsés, y sus primeras seis hijas Bintanat, Baketmut, Nefertari, Meritamón, Nebtaui e Isetnofret.

    La entrada está coronada por un bajorrelieve que representa dos imágenes del rey adorando a Ra-Horajti con cabeza de halcón, cuya estatua se yergue en un gran nicho.

    Prisioneros nubios capturados por el ejército egipcio. Templo de Abu Simbel.
    Otra notable característica de la fachada es una estela que registra el matrimonio de Ramsés con una hija del rey Hattusili III, unión que selló la paz entre Egipto y los hititas.


    La parte interior del templo tiene la misma disposición que la mayoría de antiguos templos egipcios, con habitaciones de tamaño decreciente a medida que se acercan al santuario. El templo cuenta con una estructura compleja y bastante inusual debido a sus principales cámaras laterales. La sala hipóstila tiene 18 metros de largo y 16,7 metros de ancho y está sostenida por ocho grandes pilares osíridas que representan a Ramsés deificado vinculado al dios Osiris, el dios del inframundo, para indicar la naturaleza imperecedera del faraón. Las estatuas colosales a lo largo del muro de la mano izquierda llevan la corona blanca del Alto Egipto, mientras que las ubicadas en el lado opuesto cargan la corona doble del Alto y el Bajo Egipto.​ Los bajorrelieves de las paredes de la sala hipóstila presentan escenas de batallas en campañas militares peleadas durante el reinado de Ramsés II. Muchas de ellas se refieren a la batalla de Qadesh, en el río Orontes en la actual Siria, en donde el faraón peleó contra los hititas. 

    El relieve más famoso muestra al rey en su carro lanzando flechas contra sus enemigos en retirada, que están siendo tomados prisioneros.
    Otras escenas muestras victorias egipcias en Libia y Nubia
    Muchos consideran a Henry Ford como el creador de la cadena de montaje, pero si retrocedemos en la Historia encontramos que tres mil años atrás, concretamente en tiempos de Ramsés II, se organizó una fábrica de carros de guerra para poder montar los dos mil carros de combate que necesitaron para hacer frente al ejército de Muwatalli. Hititas y egipcios lucharon para expandir sus fronteras y conseguir el control de Oriente Próximo. En Amarru (actual Siria), cruce de caminos de aquellos tiempos, Muwatalli se enfrentará a Ramsés II en la batalla de Qadesh (1274 a. C.) una de las más importantes de la Antigüedad, la primera documentada en fuentes antiguas y la última gran batalla librada solo con tecnología de la Edad de Bronce.
    Debido a la naturaleza orgánica de los elementos solo se han conservado ocho hasta nuestros días, seis correspondientes al ajuar funerario de Tutankamón, otro, el del General del cuerpo de carros del faraón Amenhotep III, Yuia, y el encontrado por Rosellini en una tumba tebana desconocida.
    La pieza forma parte de la colección de cinco carros que se guardaban en la tumba de Tutankamón.
    El carro egipcio tenía unas peculiaridades que lo hacían diferente del de las demás culturas circundantes. Para empezar el eje, que medía un metro de largo, no estaba en el centro de la caja donde iba situada la tripulación, sino en la parte más atrasada. Simplemente con esta colocación se conseguía mayor estabilidad.
    La caja permitía una tripulación máxima de dos ocupantes. Sus medidas eran un metro de ancho, cuarenta y cinco centímetros de fondo y setenta y seis centímetros de alto. El material básico de construcción era la madera, y posteriormente se añadían pieles o juncos para cerrar la caja. Para conseguir que la madera adquiriera formas curvas, se moldeaba con vapor. A la caja del carro se le solían añadir aljabas llenas de flechas tanto para la guerra como para la caza.
    En el caso de los carros del faraón y los nobles, estas partes se recubrían de metales como el oro. El suelo de la cabina por lo general estaba fabricado con tiras de pieles flexibles o tela.
    Las ruedas de los carros, fabricadas también en madera, tenían seis radios, lo que le conferían mayor robustez y seguridad.
    Después de la sala hipóstila, se ingresa en una segunda sala, que tiene cuatro pilastras decoradas con escenas de ofrendas a los dioses. Hay representaciones de Ramsés y Neferari con las barcas sagradas de Amón y Ra-Horajti. Esta sala da acceso a un vestíbulo transversal en cuyo centro está la entrada al santuario. Allí, en una pared negra, se encuentran las esculturas talladas en la roca de cuatro figuras sentadas: Ra-Horajti, el dios deificado Ramsés, y los dioses Amón y Ptah. Ra-Horajti, Amón-Ra y Ptah fueron las principales deidades en ese período y sus centros de culto se ubicaban en Heliópolis, Tebas y Menfis, respectivamente

    Capilla lateral en el interior
    Estatuas osiríacas - Reciben este nombre por la postura que adoptan, emulando al dios del Más Allá, Osiris. Interior del gran templo de  Abu Simbel.
    Fenómeno solar
    El templo fue construido con tal orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero (61 días antes y 61 días después del solsticio de invierno, respectivamente) los rayos solares penetran hasta el santuario, situado al fondo del templo, e iluminan tres de las cuatro estatuas sedentes, excepto la estatua del dios Ptah, el dios relacionado con el inframundo (Duat), que siempre permanecía en penumbra.

    Tras el traslado del templo y por el desplazamiento del Trópico de Cáncer durante los últimos 3280 años, se estima que la incidencia solar se ha desplazado un día más cerca del solsticio, por lo que debería ocurrir el 22 de octubre y el 20 de febrero (60 días antes y 60 días después del solsticio, respectivamente)
    Estas fechas podrían corresponder con el día del cumpleaños y el de la coronación del rey, respectivamente; sin embargo, no existen datos que lo corroboren, aunque es lógico suponer que estas fechas guardan alguna relación con un gran evento, como la fiesta Heb-sed que conmemoraba el 30º aniversario del reinado del faraón. 

    El Sacerdote de Cádiz, estatuilla de bronce que representa a Ptah.
    Ptah "Señor de la magia", era un dios creador en la mitología egipcia. "Maestro constructor", inventor de la albañilería, patrón de los arquitectos y artesanos. Se le atribuía también poder sanador.
    El llamado Sacerdote de Cádiz es una estatuilla masculina de bronce y oro encontrada en la ciudad de Cádiz (Andalucía, España) en 1928, y conservada actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Está datada en el siglo VIII o VII a. C. (Periodo Orientalizante Ibérico, Edad de Hierro I). Podría ser una representación del dios Ptah importada del Mediterráneo oriental, probablemente de Fenicia, o bien de un sacerdote del templo de Melkart
    Ramsés II,​ es el tercer faraón de la Dinastía XIX de Egipto, que gobernó unos 66 años, desde 1279 a. C. hasta 1213 a. C.​ Se trata de uno de los faraones más célebres, debido a la gran cantidad de vestigios que perduran de su activo reinado.
    Ramsés II era hijo del faraón Seti I y de su Gran Esposa Real, Tuya. No fue, como a veces se asume, hijo único; se sabe que tuvo al menos dos hermanas y, al parecer, un hermano llamado Nebchasetnebet, quien murió antes de alcanzar la edad adulta, por lo que Ramsés pasó automáticamente a ser el heredero.
      Desde niño vivió la actividad castrense, como miembro de una familia de militares.
      A los quince o dieciséis años Ramsés ya tenía autoridad sobre parte del ejército y, una y otra vez, inscripciones de esa época lo describen como un «astuto joven líder». Por aquel entonces ya estaba casado y era padre de cuatro hijos. Durante el periodo de corregencia hubo pocos problemas militares y Ramsés desempeñó tareas civiles como delegado de su padre, como eran supervisar los trabajos de construcción de los templos y la extracción de material de construcción en las canteras del sur del imperio.
    Ramsés acompañó a su padre en campañas militares para sofocar rebeliones en Canaán. También lo secundó en la guerra contra los hititas que habían ocupado los territorios de Siria, tradicionalmente pertenecientes al imperio egipcio, pero perdidos hacía varios años debido a la debilidad del rey Akenatón. Ya como comandante, llevó a cabo una campaña contra Kush (Nubia), en el año 8 del reinado de Seti.
    Se cuenta que Ramsés se encontraba en Kush cuando Seti murió. Volvió a Egipto donde, junto con su madre, Tuya, llevó a cabo las ceremonias fúnebres de su padre en la necrópolis tebana.
    En el quinto año de su reinado el faraón decidió cortar con los ataques hititas, muestra de ello es la célebre batalla de Qadesh, al norte de Siria, donde por fin se encontraron los ejércitos egipcios de Ramsés II con la alianza sirio-hitita del rey Muwatalli II.
    Finalmente, Ramsés y Muwatalli II se dieron un respiro y el faraón regresó a las Dos Tierras, donde prosiguió con sus numerosos trabajos de construcción.
    El Museo Británico (British Museum) es un museo de la ciudad de Londres, Reino Unido. Sus colecciones abarcan campos diversos del saber humano, como la historia, la arqueología, la etnografía y el arte.
    La sección del Antiguo Egipto es la más importante del mundo después de la del Museo Egipcio de El Cairo.
    Tras la muerte de Muwatalli, se desató una lucha por el poder entre su hijo Mursili y su hermano Hattusili I, que Ramsés aprovechó para reafirmar el control en la zona, destacando guarniciones en distintas ciudades. No obstante, la guerra no acabaría hasta la llegada al trono hitita de Hattusili III, el ambicioso sucesor de Muwatalli II, que acabaría con el Tratado de Qadesh firmando la paz con Ramsés II cuando éste llevaba unos 25 años en el trono.Ramsés también hizo incursiones en Libia, donde estableció varias colonias y construyó diversas fortalezas para vigilarlas, formando una línea defensiva desde Racotis (actual Alejandría) hasta El Alamein.Ramsés II aprovechó el mal resultado de la batalla de Qadesh para cambiar a los militares de alto rango, colocando a sus hijos al frente de los distintos cuerpos. También creó cuerpos de élite con extranjeros, guerreros nubios, libios, asiáticos y shardanas, cuerpos que eran leales a la persona del faraón. Estos mercenarios extranjeros formaron el ejército egipcio hasta el tercer periodo intermedio.Durante su reinado Egipto conoció su época de mayor esplendor, gracias a la prosperidad económica que favoreció el desarrollo de la literatura y las ciencias, y que le permitió erigir grandes construcciones.
    Escultura colosal de Ramses II en piedra caliza, expuesta en el museo de Menfis (10 metros)
    El coloso fue descubierto en el año 1820 por el viajero italiano Giovanni Caviglia y originariamente estaba situada en el flanco sur del Gran Templo de Ptah
    Estaba situada al sur del delta del río Nilo, en la región que se encuentra entre el Bajo y el Alto Egipto.
    Ramsés trasladó primero la corte a Menfis antes del traslado definitivo a Pi-Ramsés, en el Delta. Se desconocen los motivos por los que el faraón se arriesgó a alejarse de Tebas
    Durante el resto de su reinado Ramsés desarrolló una especie de obsesión por construir templos enormes y espectaculares. No solo se dedicó a llenar las riberas del Nilo de hermosas y enormes construcciones, sino que también usurpó muchas de ellas a sus predecesores, incluido su padre Seti I. En sus muchos años de reinado, superó con creces en labor constructora a Amenhotep III, y prueba de ello son algunas grandes obras

    Aunque no fue el primer faraón en hacerse adorar como un dios, sí lo fue en dedicarse templos y estatuas de forma sistemática. Ramsés fue, junto con Hatshepsut o Amenhotep III, uno de los pocos faraones que realmente creían, o pretendían hacer creer, que habían sido engendrados por la cabeza del panteón, el todopoderoso Amón-Ra.

    Ramsés tuvo un destino extraño: su existencia fue tan larga que sobrevivió a muchos de sus descendientes. Murió con 90 años, tras unos 66 o 67 años de reinado y de celebrar once festivales Heb Sed, y fue enterrado en el Valle de los Reyes.

    Las mujeres de Ramsés II
    Quizás por ser el más conocido de los faraones, hay datos de decenas de reinas, esposas y concubinas y de cientos de hijos e hijas de este rey, lo que le ha labrado la fama de lascivo y mujeriego. También es cierto que el rey no hizo nada para ocultar este hecho, sino que incluso llegó a confeccionar una lista con los nombres de todos sus hijos y diseñar una enorme tumba en el Valle de los Reyes para varios de ellos. 
    Sin temor a equivocarse, es indudable que la mujer de la vida del faraón fue su primera «Gran Esposa Real», la bella Nefertari «por la que brilla el Sol».

    En el año 1255 a.C., la reina Nefertari Meritenmut, Gran Esposa Real del faraón Ramsés II, de la dinastía XIX, abandonó este mundo para dirigirse hacia los Campos de Iaru. Nefertari fue enterrada en una tumba de la necrópolis conocida entre los egipcios como Ta-set-neferu, «el lugar de los más bellos», situada en la montaña junto a la capital religiosa del Alto Egipto, Tebas, y que nosotros conocemos como el Valle de las Reinas. 

    La tumba de la reina Nefertari
    En 1904, el arqueólogo Ernesto Schiaparelli descubrió la espléndida tumba de la esposa favorita de Ramsés II en el Valle de las Reinas. Sus bellas pinturas mostraban las diferentes etapas del viaje de la soberana hacia el reino de Osiris.

    Cámara funeraria
    Está sostenida por cuatro pilares que muestran a Nefertari con los dioses. En primer término, la reina y la diosa Isis, que le ofrece un ankh (símbolo de vida eterna), enlazan sus manos.

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